Cuando el Anzhi rompió el mercado

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Танг яхшы болсун! Ишлер нечикдир? (Tang iajshy bólsun! Ishler nechikdir?) Así se saluda en cumuco, un idioma túrquico hablado a orillas del Mar Caspio, justo cerca de la frontera con Azerbaiyán. Espero que estés muy bien hoy. La vez pasada hicimos dos recorridos de más de 10.000 kilómetros (del Mar Báltico al Océano Pacífico) en el futbol ruso. Es momento de ir precisamente a orillas del Mar Caspio, a una de las repúblicas que conforman la Federación Rusa: Daguestán.

Recomendación musical

Daguestán ahora es famosa en el mundo de la UFC gracias a su mayor orgullo: Khabib “El Águila” Nurmagomedov (Хабиб “Орёл” Нурмагомедов, (Ariól)). Nadie creía que podía ganarle al irlandés Connor McGregor en el UFC 229, pero lo destrozó en el octaedro después de cuatro rounds. Para quien está familiarizado con las artes marciales mixtas no fue una sorpresa: entrenado en estilos como lucha grecorromana, sambo y judo, es nada menos que el mejor libra por libra de la UFC, está invicto en 28 peleas, es el atleta ruso con más seguidores en Instagram y es el primer musulmán en ser campeón. Khabib entra al ring con la canción que vas a escuchar: se llama Dagestan (Дагестан) y la canta Sabine Kors, que en 2018 fue la cantante rusa más vista en YouTube. Su nombre real es Sabina Saidova (Сабина Саидова) y también nació en Daguestán. En el video puedes ver un poco de la vida en Daguestán. Disfrútala.

Vamos al tema de hoy.

Diversidad en Rusia a través del futbol

Como te dije la vez pasada, el campeonato ruso está demasiado centralizado en Moscú, y a veces hay más de un equipo en San Petersburgo. Prácticamente todos los equipos se localizan al oeste de los Montes Urales, que funcionan como la frontera natural entre la Rusia asiática y la Rusia europea. Siberia es un monstruo geográfico que tiene pueblos separados entre sí a veces hasta miles de kilómetros. Y ni se diga cuando llega el invierno, con temperaturas inclementemente bajas para las poblaciones que están sobre la taiga y la tundra.

Con tanta vastedad, es iluso pensar que Rusia es un país heterogéneo. Esto se refleja en la manera en que se habla ruso. De oeste a este el acento no cambia, pero la situación es bastante diferente de norte a sur, y precisamente los acentos más marcados pertenecen a pueblos localizados a las faldas de los Montes Caucásicos, en la frontera con Georgia y Azerbaiyán.

 

Pueblos caucásicos

El nombre oficial del país es Federación Rusa, con 85 entidades federativas: 46 óblasts, un óblast autónomo, 22 repúblicas, 9 krais, cuatro distritos autónomos y tres ciudades federales. Te traigo la jerarquía de menor a mayor autonomía: óblast < krái < óblast autónomo < distrito autónomo < república < ciudad federal.

 

División política de Rusia

Para esta parada y nuestro siguiente destino, tenemos que adentrarnos un poco más en república. Según la definición de la Constitución de la Federación Rusia, la república es un ente autónomo con grandes atribuciones competenciales, sin rebasar las propias de la federación, con su propia constitución, presidente y parlamento; está representada por el gobierno federal en los asuntos internacionales; y se considera el hogar de una etnia minoritaria específica. La república que es nuestro destino se localiza en el sureste de Rusia y se llama Daguestán.

Un poco de geografía

 

Bandera de Daguestán

El nombre de Daguestán (Дагестан) viene de dos idiomas: el turco, dağ, que significa “montaña”, y el sufijo persa -stan (ستان-), que es tierra. Limita al norte con la república de Kalmukia, al oeste con el krai de Stavropol y la república de Chechenia, al este está el Mar Caspio, y al sur con Azerbaiyán y Georgia. Tiene una extensión de 50.300 km² y una población de un poco más de tres millones de habitantes. Su capital es la ciudad de Majachkalá (Махачкала).

Esta región es la más heterogénea de toda la Federación de Rusia, tanto que solamente el 3,6% de la población es rusa. El conjunto de pueblos del Norte del Cáucaso (lezguinos, avares, darguines), conforma el 75% de la población, mientras que los túrquicos (cumucos, azeríes y nogaíes), por la frontera con Azerbaiyán, son el 21% restante.

Por la misma conformación de heterogenicidad, el 83% de la población es musulmana, el 2,4% es cristiana ortodoxa (¡una concentración sorprendentemente baja para Rusia!), 2% sigue una religión caucásica, 1% es cristiana.

 

Mezquita en Daguestán

Según la Constitución de la Federación Rusa, el ruso es el idioma oficial y funciona como vehículo entre las distintas etnias. Pero por la misma condición heterogénea, se hablan más de 30 idiomas que también les ha otorgado un carácter oficial, entre idiomas caucásicos del norte y túrquicos. Esta región ha sido escenario de un estira y afloja entre Persia y el Imperio Ruso y gracias al islam el árabe clásico en su momento funcionó como la lengua que conectaba a todo el Cáucaso del Norte, pero esto cambió cuando la Unión Soviética se hizo a cargo de la región. De todas maneras, el cumuco funciona como intermediario entre la administración rusa y la amalgama de pueblos en Daguestán.

Por su situación geográfica, es un punto estratégico para el comercio con ex repúblicas soviéticas tanto en el Cáucaso como en Asia Central, además de Turquía e Irán. Con esto, se aprovecha el boom que ha representado el petróleo en el Mar Caspio. Además, incursiona en ámbitos como la ingeniería, la industria química, la textil, el sector alimenticio y las maderas. La carretera que conecta Moscú y Bakú atraviesa a Daguestán. El problema es que su punto flaco es la corrupción, más rampante en una Rusia ya de por sí corrupta, que origina el surgimiento de un mercado negro y el florecimiento de la economía informal, además de la alarmante dependencia de subsidios a cargo del Kremlin.

 

Majachkalá actualmente

Majachkalá en su momento fue el epicentro también del mundo futbolístico en Rusia y estuvo a nada de serlo también para el futbol alternativo de Europa. Todo esto fue gracias a un equipo llamado Anzhi.

El nacimiento del Anzhi Majachkalá

El colapso de la Unión Soviética en 1991 tuvo consecuencias en la conformación del futbol ruso actual. Como muchos equipos rusos actuales, se formó ese mismo año. Majachkalá competía en el futbol soviético con el Dynamo, una de tantas derivaciones del equpo moscovita que no pasaba de animar la fiesta en el Cáucaso. Ahí jugaba Alexander Markarov (Александр Маркаров). Él junto con el presidente de la compañía petrolera daguestní Dagnefteprodukt (Дагнефтепродукт), Magomed Sultan Magomedov (Магомед-Султан Магомедов) quiso armar un equipo que reflejara fielmente la idiosincracia de Daguestán. Decidieron ponerle Anzhi (Анжи), que en cumuco quiere decir “perla”.

Ganaron la liga de Daguestán con la mano en la cintura: 16 victorias en 20 juegos. De inmediato se unieron a la naciente liga rusa. La ventaja del futbol ruso es que puedes tomar un equipo en divisiones bajas y en poco tiempo lo conduces hasta la élite. Esto no fue la excepción para el Anzhi: tras seis años en la tercera división, pudieron llegar a segunda.

En 1999 lograron ascender a la Primera División, y se encargaron de sorprender a propios y extraños, al casi acabar en tercer lugar en su primera temporada, pero por culpa de un penal en el último minuto de la temporada perdieron esa medalla de bronce a manos del Dinamo de Moscú. A la siguiente temporada, llegaron a la final de la Copa de Rusia, la cual perdieron en penales ante el Lokomotiv. Por esa razón, llegaron a la Copa UEFA, donde tuvieron que enfrentar al Rangers de Escocia en un solo partido en Polonia por la guerra de Chechenia. Lejos del apoyo de su gente, perdieron por la mínima, acabando con el sueño europeo.

 

Final de la Copa de Rusia de 2000 ante el Lokomotiv

Lástima que no duró mucho ese gusto en la cima del futbol ruso, pues en la siguiente, quedaron penúltimos, descendiendo. Y aunque al año siguiente llegaron a las semifinales de la Copa, tardaron siete años en regresar.

El sueño de grandeza de Kerimov

En lo que el Anzhi nacía, había un joven de tantos que trabajaba como economista en la planta eléctrica de Eltav (Эльтав). Respondía al nombre de Suleyman Kerimov (Сулейман Керимов) y soñaba con volverse rico. Se había graduado de contabilidad financiera y economía en la Universidad Estatal de Daguestán. Empezó a escalar hasta el puesto de Director General.

 

Sultan Kerimov de joven

Poco a poco su pericia en los negocios hizo que Kerimov sorteara las olas de una economía rusa que había entrado en caos después de un sistema que había cambiado drásticamente por la caída de la URSS. Negociaba créditos, pagaba deudas con retornos altos y poco a poco compraba acciones de compañías: el banco Fedprombank (Федпромбанк), la aerolínea Vnukovo (Внуково), la petrolera Nafta Moskva (Нафта Москва), el banco Vnesheconombank (Внешекономбанк), otro banco Sberbank (Сбербанк), la minera Polymetal (Полиметалл), inversiones en la gasera Gazprom (Газпром), la constructora PIK Group (группа компании ПИК), la productora de oro Polyus Gold (Полюс Золото), el gigante de potasa Uralkali (Уралкалий)…

Mientras el Anzhi deambulaba por la segunda división, el nombre de Kerimov empezaba a figurar en las listas de Forbes como el octavo hombre más rico de Rusia y en 2006 entró a la lista de los 100 hombres más ricos del mundo. Jugó en la crisis económica del 2008 de manera magistral: el año anterior intuyó que el 2008 sería temporada de vacas flacas, así que disminuyó sus acciones en Gazprom y se aproximó a Wall Street. Por ello, invirtió en Goldman Sachs, Morgan Stanley, Deutsche Bank, Credit Suisse y otras instituciones financieras. ¿Qué tan bien lo hizo? El Departamento del Tesoro de Estados Unidos de plano le suplicó por teléfono que no vendiera sus acciones. Era considerado como el Warren Buffet ruso.

 

Sultan Kerimov en el Consejo de la Federación Rusa

Por su crecimiento en el mundo financiero, Kerimov se animó a probar en la política y entró en el Consejo de la Federación Rusa representando a Daguestán. Por ello no fue descabellado cuando una llamada desde Majachkalá lo convenció para invertir en el futbol.

Anzhi a la pelea con inversiones millonarias

El Anzhi había regresado a la Premier Liga de Rusia con un respetable décimo primer lugar para 2010, pero en el ínterin entre temporadas los golpeó la tragedia: falleció su baluarte en la defensa Shamil Burziyev (Шамил Бурзиев) con tan sólo 25 años a causa de un accidente automovilístico cuando regresaba de Rostov a Majachkalá.

 

Shamil Burziyev

En la memoria de Daguestán quedaba esa breve incursión en la élite rusa. Ya no les bastaba con una temporada excelsa para luego meterse en un tobogán. Querían competir contra el centralismo de Moscú. Por ello, el presidente de la República de Daguestán, Magomedsalam Magomedov (Магомедсалам Магомедов), le ofreció el club a Kerimov. Sabía que él sería el único en que podría darle seriedad al proyecto. Le ofreció el 100% de las acciones y el 50% del club que tenía el antiguo dueño Igor Yakovlev (Игорь Яковлев). A cambio, les daría apoyo económico.

De inmediato, Kerimov abrió la cartera. Lo primero fue construir un estadio para 40 mil espectadores que cumpliera con todos los requisitos de la UEFA. El Anzhi Arena (Анжи Арена) reemplazaría al viejo confiable Estadio Dinamo. Kerimov aprovechó el mercado de transferencias para contratar a los mejores jugadores disponibles: el más destacado fue Roberto Carlos, que era agente libre. Apenas estaba calentando. También llegó Diego Tardelli del Atlético Mineiro, a cambio de 7,5 millones de euros. De ahí siguió su compatriota Jucilei, del Corinthians. por 10 millones de euros. Y en los últimos suspiros de esa temporada de transferencias, sellaron el fichaje del marroquí Mbark Boussoufa (مُبارك بوصوفة), del Anderlecht por ocho millones.

 

Roberto Carlos en un partido contra el Dinamo de Moscú

Apenas acababa de empezar: en verano de 2011 llegó el delantero húngaro Dzsudzsák Balázs de paso notable por el PSV (14 millones de euros) y repatrió al delantero ruso Yuri Zhirkov (Юрий Жирков), que no la estaba pasando bien en el Chelsea de Carletto Ancelotti (13,2 millones de libras). Y por si eso fuera poco, llegó la contratación estrella: del Inter de Milán llegó Samuel Eto’o con la contratación que lo llevó a ser el jugador mejor pagado esa temporada: 28 millones de euros, con un salario anual récord de 20,5 millones.

 

Con Samuel Eto’o

¿Qué atrajo a tantas estrellas a un proyecto en lo más excéntrico de un futbol ruso ya de por sí excéntrico para los estándares europeos? Primero, se les ofrecía un ambiente de seguridad a pesar de que Daguestán corría el riesgo de una guerra civil de Chechenia: entrenaban en Moscú y se desplazaban a Majachkalá con un fuerte dispositivo de guardaespaldas. Luego, para estrellas en vías de apagarse como Roberto Carlos había cláusulas que le garantizaban un retiro cómodo y le permitían ser una especie de jugador-entrenador. Y luego estaba la cuestión de la religión: por eso llegó la joven promesa de Bélgica Mehdi Carcela, además de encontrarse a su amigo Boussoufa, en lugar de aceptar una puja del Spartak.

Ahí no quedó la cosa: en febrero de 2012 llegó el entrenador de la gloria rusa Guus Hiddink para cerrar la temporada a tambor batiente. Él se trajo al congoleño Cristopher Samba del Blackburn Rovers (12,5 millones de libras). La inversión pagó rápido: un quinto lugar que los clasificó a la Copa UEFA.

 

Guus Hiddink

Justo en esa temporada, Roberto Carlos anunció su retiro del futbol, aunque siguió en el club como director deportivo. Aparentemente eso representaba un golpe serio para su regreso a competencias europeas, pero Hiddink no se desesperó: por consejo de Eto’o se trajo al francés Lassana Diarra del Real Madrid, y también llegó Lacina Traoré del Kuban Krasnodar.

2012 era el año del asalto a Europa y de consolidar su poderío en Rusia. Primero, sacó al Budapest Honvéd y luego mató a los neerlandeses Vitesse y AZ Alkmaar. Mientras el sorteo de la Europa League los emparejaba con el Liverpool y el Udinese y se veían obligados a competir en el estadio Lokomotiv de Moscú, el Anzhi anunciaba la creación de la primera academia juvenil en Daguestán. El plan era meterse a Champions League.

 

Partido en el que le ganaron al Liverpool 1-0

Lograron terminar en segundo de su grupo, y en dieciseisavos se eliminaron al Hannover. En octavos ya no pudieron seguir porque quedaron eliminados por el Newcastle. Esa misma temporada consiguieron su mejor posición en la historia: un tercer lugar que los metió a la Europa League. Pero algo no andaba bien…

La decadencia

La desventaja de los equipos formados a fuerza de billetes es que, así como llegan, se van. Todo se empezó a derrumbar cuando la UEFA puso la mira sobre clubes con proyectos así de meteóricos y recrudeció las sanciones por violar un nuevo concepto llamado «fair play financiero». Luego, Kerimov se había propuesto conseguir títulos y lo máximo que habían conseguido era un tercer puesto. Después, el rublo empezaba a depreciarse como todas las divisas de los países BRICS (el real, el rand, la rupia y el yuan). Y para colmo, Kerimov empezaba a tener problemas de salud.

 

Kerimov demacrado

Kerimov se vio obligado a cortar en un 66% el presupuesto del Anzhi por cuestiones de salud. De pronto, toda la plantilla estaba a la venta. Hiddink renunció apenas dos partidos después de haber comenzado la temporada. Casi de inmediato, todas las figuras empezaron a salir: Zhirkov, Denisov, Kokorin, Eto’o, Willian, Lass Diarra, entre otros. A la par de una temporada en Europa aceptable (llegaron de nuevo a octavos de la Copa UEFA), las cosas en casa eran terribles: esa temporada solo ganaron tres juegos de 30, siendo uno de los peores coleros en las principales ligas europeas. Ni la llegada de Willian por 35 millones de euros salvó todo. Obviamente descendieron.

Y con la tragedia del descenso, llegaron también las sanciones: el Anzhi figuró en la lista negra de equipos que rompieron el fair play financiero, junto con el Manchester City, el PSG, el Trabzonspor, el Bursaspor, el Zenit, el Rubin Kazan y el Levski de Sofía.

Regreso descafeinado

La inercia que tenía el Anzhi los llevó a regresar a primera en la siguiente temporada, pero ya no era lo mismo. Con los ojos de Europa y Estados Unidos puestos en él con suspicacia, la fortuna de Kerimov disminuía y tuvo que cambiar su estrategia: ahora tenía que echar mano de los productos de la academia de forma exprés, llamaba a jugadores de la liga rusa de medio pelo y de vez en cuando incorporaba a estrellas prometedoras del mercado internacional, como el venezolano Andrés Ponce y el camerunés Gaël Ondoua.

 

Gaël Ondoua

Por ello, el Anzhi pasó de aspirar a competir en Europa a preocuparse por no descender. La situación era insostenible y Kerimov tuvo que vender el club a Osmar Kadiyev (Осмар Кадиев), el dueño del Dinamo Majachkalá que se disolvió en 2007. Es difícil competir en la liga rusa, sobre todo después de perder un patrocinio importantísimo. En 2018 temporada terminó en el lugar 14, lo que significaba ir a un play-off por el no descenso, el cual perdió con el Yenisey (Енисей). Eso habría representado volver a descender, pero, para su fortuna, el Amkar Perm (Амкар Пермь) perdió su lugar en la Liga Premier por problemas económicos, lo que significa que el Anzhi siguió una temporada más.

Todos pensaban que la reciente victoria de Khabib Nurmagomedov sobre Connor McGregor le daría un realce; después de todo, el Anzhi es el club de los amores del peleador. Desgraciadamente, el Anzhi tentó demasiado a la suerte y en 2019 terminó en penúltimo, con lo que ahora sí descendieron sin remedio. Kadiyev no estaba dispuesto a dejar morir a su nuevo club de Majachkalá e hizo toda serie de malabares para al menos dejarlo vivo en la segunda categoría. Pero las deudas contraídas eran demasiadas y el Anzhi no pudo cumplir los requisitos para obtener la licencia que los mantenía en el futbol profesional: el Anzhi debía partir desde tercera división.

 

Khabib Nurmagomedov

Con un club formado netamente por jugadores que estaban en el equipo sub-20 de su última presencia en primera, el Anzhi no pudo ni siquiera aspirar a regresar a segunda división. Vamos, se preocupaban más por resistir en tercera. La sanción de seis puntos menos por esas deudas casi le cuesta descender y estuvieron en serios riesgos de desaparecer debido a la crisis del CoVID-19. Ahora esta temporada buscan regresar a segunda división. No será sencillo: deben terminar en la punta de su grupo de tercera.

El mundo de los negocios es así. Hay movimientos que funcionan y hay otros que no. Kerimov no quiere volver a saber nada del futbol. El proyecto de un hombre que quiso desafiar a todo el mundo de futbol con billetazos salió mal. Roberto Carlos y Samuel Eto’o podrían ayudar a devolverle un poco el brillo al club de Majachkalá, hasta Khabib Nurmagomedov podría compartirle cierta gloria al futbol de su repúblcia. Eso queda apenas en rumores. La perla de Daguestán está por ahora en el fondo del Mar Caspio.

Como te dije, Daguestán limita al oeste con una república llamada Chechenia. Esta república fue el escenario de un conflicto que le dio muchísimos dolores de cabeza al gobierno de Rusia debido al extremismo islámico y a atentados que querían liberar a los chechenos. Uno de los hombres clave fue Akhmat Kadyrov, primer presidente de Chechenia. Muerto en un atentado, su hijo Ramzan ha levantado al equipo de su ciudad más importante, Grozny. En honor a su padre, el Terek ahora se llama Akhmat. ¿Cuál fue la labor del futbol en el conflicto con Chechenia? Es lo que te traigo en nuestra siguiente parada.

Recapitulemos

El Anzhi Makhachkala se creó en 1991 y representa a la República de Daguestán. No es un equipo improvisado: en su primera temporada (1999) quedaron en cuarto y al año siguiente llegaron a la final de la Copa de Rusia. Cuando regresaron en 2010, el multimillonario local Suleyman Kerimov armó una auténtica revolución desde el dinero, no solamente construyendo un estadio, sino llevando a jugadores rutilantes como Roberto Carlos, Boussoufa y Tardelli, más Guus Hiddink. Sin embargo, lo que se llevó las portadas mundiales fue la contratación de Eto’o y el salario más jugoso del mundo. Esas contrataciones lo llevaron al quinto lugar y al tercero, y a octavos de final de la Europa League durante dos años seguidos. Sin embargo, los cortes de presupuesto causaron que los mejores jugadores abandonaran el equipo y descendieran. El regreso no fue el mismo: Kerimov vendió al equipo. Tres años después, no solamente volvieron a descender, sino que no lograron la licencia para competir profesionalmente y ahora están en tercera división.

Nos vemos la siguiente. Сав болугъуз! (Sav bolughuz!)

Sebastián Alarcón
Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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