Pese a la mala fortuna que acompañó a las Fuerzas Básicas del Club América durante el tramo final del pasado torneo, las categorías inferiores del elenco azulcrema gozan, en la actualidad, de buena salud. Además de las participaciones con la primera plantilla de jugadores como Karel Campos, Emilio Lara o Paolo Ríos, existe un potente núcleo de futbolistas que, con la ilusión y el talento como motores y móviles, están derribando las diferentes puertas de Coapa. Y es que, por si fuera poco, ya conocen la sensación de vestir la elástica de México, como es el caso de Dagoberto Espinoza, la joya que emana en los aledaños del Estadio Azteca.
A sus 17 años, el interior del Club América sub-18 dispone de unas condiciones físicas y técnicas que invitan al optimismo absoluto de cara al futuro más inmediato. En la recepción-distribución, posee una zancada amplísima que le permite superar líneas de presión con facilidad, además de multiplicarse por el terreno de juego y ofrecer soluciones por ambos perfiles. Parte desde la derecha, pero carga el área para confundir a los defensas rivales y, de esta forma, sorprender a través de la llegada en segunda línea. Asimismo, se trata de un centrocampista con un elevado conocimiento del juego, consciente de la importancia de la movilidad y de la polivalencia, apartado que le ha llevado a rendir en tres demarcaciones: pivote, más estático que dinámico, interior por el flanco diestro, más destructor que creador, e interior, con rol distribuidor, por el perfil zurdo. En la misma línea, su rigor táctico, pese a no contar con un físico excesivamente imponente, le permite anticiparse al movimiento de sus oponentes, así como situarse en zonas clave para neutralizar los arreones del rival.
La conducción se ha erigido como su amenaza más recurrente -pero no única-. Si bien es cierto que a edades tan tempranas la toma de decisiones suele emanar como uno de los aspectos sobre los que evolucionar y edificar un crecimiento continuado, el timing es fundamental en las acciones que Dago Espinoza lleva a cabo. Escoge a la perfección el momento en el que dividir cuando la conducción coquetea con zonas pantanosas en las que los rivales tratan de imponer su ley. Esto, además, le permite encontrar con facilidad al compañero mejor posicionado para generar volumen de juego y, por consiguiente, ocasiones de peligro. Desde el perfil izquierdo, cuando dispone de un rol creador, acostumbra a lateralizarse, escoltado por un lateral de largo recorrido. Acto seguido, orienta el juego al lado débil, persiguiendo la premisa de detectar superioridades o pérdidas en la marca del equipo rival. Su lectura de juego, ´rápida y eficaz a partes iguales, deriva en ventajas constantes durante el tiempo reglamentario, algo que no ha pasado desapercibido para los integrantes del staff técnico de las categorías inferiores de la Selección de México.
En alusión a las imágenes adjuntadas en esta misma pieza, se puede apreciar un despliegue físico de muchísimo nivel para tratarse de un futbolista de 17 años. Sus condiciones técnicas lo catapultan como uno de los talentos emergentes más relevantes en clave Club América y sus Fuerzas Básicas. No obstante, el trabajo, esfuerzo y sacrificio que muestra cada vez que se enfunda el mono de trabajo es igual de meritorio que lo innato. Tras pérdida, Dago Espinoza se activa de inmediato. Asfixia al rival, detecta carencias o problemas en la circulación de balón, persigue al poseedor de la pelota y acomete recuperaciones importantes en campo rival; con menos metros por delante, los equipos que atesoran talento y calidad en zona 3/4 encuentran alternativas con facilidad.
Cuando el juego pide más, Dago Espinoza también cumple. En espacios reducidos, su clarividencia se convierte en una fuente inagotable de soluciones y recursos. El desplazamiento en largo, común en su juego, sirve para orientar el juego hacia el lado débil, sobre todo ante bloques bajos o hundidos que fundamentan su idea sobre el conservadurismo y pragmatismo. Frente a presiones elevadas y planes más atrevidos, el centrocampista mexicano, a base de conducciones y asociación-combinación en espacios reducidos, emana como un baluarte. Soluciones, alternativas, recursos y registros; todo ello, al servicio de las Fuerzas Básicas del Club América.