Terminó el Apertura 2022. El Pachuca de Guillermo Almada ha sumado su séptima estrella en una final histórica tanto por la lección que ha dejado implícita en su abultado marcador final: por buenos que sean los análisis previos y los planes de partido, el error o el acierto individual siempre serán un gran condicionante de lo que pase. Las actuaciones del Toluca en conjunto lo gritan, pero quien mejor lo encarnó durante los 180 minutos de la final fue Romario Ibarra, el destacado de la definición del campeonato y, seguramente, el mejor jugador de los Tuzos en toda la liguilla.
Hay que empezar este análisis con una afirmación contundente: durante la fase final, no hubo jugador del Pachuca con mayor impacto en el colectivo que Romario Ibarra. El ecuatoriano se ha implicado en el juego del equipo a un nivel que ha marcado diferencias en todas las fases del juego. Tanto con balón como sin él, su potencia física, agresividad y agilidad han sido clave generando la amenaza que tanto ha acercado al Pachuca a ganar este título.
En ambos encuentros, Romario Ibarra mostró su gran calidad para generarse y aprovechar situaciones de mano a mano contra los defensores, ya fuese pegado a la línea de cal o recibiendo por dentro, ante lateral o central al atacar el intervalo entre estos. Sus buenas recepciones al pie, conducción controlada, cambio de ritmo y posterior regate saliendo de fuera hacia adentro desde la banda izquierda condicionó a Andrés Mosquera, Carlos Guzmán y Raúl López en todo momento. Su jugada, fuese empezando de esta manera o recibiendo un poco más por dentro, metió en muchos problemas a tres laterales distintos, todos ellos teniendo que enfrentarle debido a la cantidad de ajustes que estuvo obligado a hacer Ignacio Ambriz en consecuencia.
Los desmarques de Romario Ibarra a la espalda de su par por ambas bandas también fueron un arma de peligro total que el Toluca que ningún defensor pudo prevenir y mucho menos resolver. Esto se vio sobre todo en la ida, cuando castigó a Valber Huerta y Carlos Guzmán en el primer gol de la serie. Además, mostró su inteligencia y capacidad para colocarse tanto en presión como en para anticiparse al rival, cortarle pases o ganarle segundas jugadas de cara al arco rival, pudiendo correr directo al área. Así se dio el 0-3 en la ida.
Todo esto se vio en la sinergia que ha desarrollado durante todo el torneo con Mauricio Isais en la banda izquierda. Con la pelota, mostraron esa compenetración para repartirse carriles y zonas, aprovechando la diagonal del extremo y la profundidad del canterano. Y si bien es cierto que al Pachuca le cuesta trabajo replegar correctamente, Romario Ibarra dejó algunos buenos momentos yendo sobre lateral rival o tapándole pases, junto con Isais trabajando sobre el extremo ayudaron por momentos. Es un área muy mejorable del campeón mexicano, pero el ecuatoriano siempre sumó para compensarla. Sin duda, sus actuación en la final del Apertura 2022 ha sido redonda, incluso sin jugar los 180 minutos.