Pocos destacados del fin de semana realmente admiten debate, y la séptima jornada del Apertura 2022 tiene una figura muy clara. En un partido dominado desde el contraataque y la amenaza al espacio, Monterrey goleó 5-1 al León con mucha autoridad. Ahí brilló Alfonso González con una actuación de élite, confirmando las sensaciones de su torneo y la calidad que siempre ha mostrado.
En un contexto de poquísima posesión en general (29% final), Rayados lastimó muchísimo a un León que jamás estuvo cómodo y siempre se mostró expuesto a la pérdida, Ponchito fue una fuente de peligro constante. Para este partido, Víctor Manuel Vucetich adaptó al equipo sin balón para defenderse en 5-3-2 con Sebastián Vegas -lateral zurdo en ataque- cerrando como tercer central y dejando a González como carrilero. Allí, sumó enfrentando a Byron Castillo -lateral derecho- de la Fiera, cubriéndolo sobre la banda y ofreciendo la ayuda por fuera porque Ángel Mena -extremo diestro- jugaba más por dentro.
Pero el partido de Alfonso González es realmente brillante al ataque. Con Monterrey contragolpeando a partir de su 4-2-2-2 usual de este torneo, el mediocampista mexicano le ofreció a su equipo muchísimas soluciones a partir de su lectura y técnica. Como volante zurdo, fue siempre una vía de peligro castigando a la espalda de Byron Castillo con buenos desmarques, hundiendo a la línea defensiva esmeralda y cazando los espacios justos para lastimar.
Además, su capacidad para atacar la frontal y cargar el área fueron la constante que le dio a Rayados una diferencia abrumadora una vez que robaba y salía en transición. Dos de sus tres goles llegaron justamente así, leyendo el contragolpe por el lado derecho para ubicarse en el lado ciego de los defensores y ponerse en situación de remate. Alfonso González mostró sensibilidad y agresividad, además de buenas condiciones frente al arco, para mandarla a guardar, sumadas a la tendencia a meterse hacia el pico del área para despejarle la banda a Sebastián Vegas cuando el equipo desdoblaba hacia el frente.
Su tercer gol también mostró todos sus recursos de interpretación y técnica individual por cómo picó a la espalda de Castillo tras el robo, hizo el control orientado jalando la pelota y colocándola después para sellar su triplete. También puso la asistencia para el 1-0 a Germán Berterame, dando cuenta de sus capacidades para pasar tanto en carrera como en corto y ofrecer movimientos profundos para luego encontrar un rematador. Alfonso González ha dejado una exhibición tan potente como su calidad, y el rendimiento dado ante el León es todo un grito de guerra.