Las semifinales del Apertura 2022 han dejado fuera de combate definitivamente a las plantillas más caras del fútbol mexicano. Una hazaña como esa siempre tiene mucho valor, sobre todo si se trata de eliminar al mejor equipo del torneo. Ahí es donde entra Leonardo Fernández, el destacado de las semifinales y uno de los artífices de la caída del América a manos del Toluca.
Si algo distinguió al jugador uruguayo en los 180 minutos de la eliminatoria fue que siempre puso a competir a los suyos desde la inferioridad. Con los Diablos sometidos y siempre concediendo ocasiones a las Águilas, era necesario encontrar una conexión para salir del encierro y acercarse al arco de Guillermo Ochoa. Gracias a Leonardo Fernández, eso y más fue posible.
Tanto en la ida como en la vuelta, el ’10’ escarlata ofreció todo tipo de soluciones desde su golpeo y creatividad. Estando a muchos metros de la portería rival, logró encontrar a Carlos González al apoyo -el paraguayo sacó de quicio a Sebastián Cáceres en la ida y fue importante en el juego directo en la vuelta- y lanzar transiciones para el Toluca. Fuese con lances largos o conducciones para luego filtrar a sus compañeros a campo abierto. A balón parado, Leonardo Fernández también ofreció mucho con servicios que aceraron a los mexiquenses a jugadas de peligro.
Esto se extendió a la pelota en movimiento, aunque metros más adelante. El América nunca renunció a buscar la remontada, y en ese afán, los espacios a espaldas de la línea defensiva y entre las líneas del bloque azulcrema empezaron a agrandarse por momentos. Ahí entro Leo también, en zonas intermedias con espacio por consumir, para servir balones al área o amenazar con su golpeo desde fuera del área. Y pese a que marcó sólo de penal en la ida, su eliminatoria tuvo un punto el acierto que necesitaba su equipo en todo lo demás.
Sin la pelota, Leonardo Fernández también le dio algunos argumentos al Toluca para robar y correr. Aunque los pivotes sufrieron para contener recepciones de Diego Valdés y vivieron muy hundidos por momentos, el uruguayo siempre sumó en el lado fuerte del América para apretar con agresividad a su par. Incomodó, ganó duelos y ayudó mucho para evitar algún avance que se tradujo en contraataque ante un equipo que fue fiel a lo que mostró todo el torneo, pero tuvo errores individuales que le costaron muy caro.
