Chivas no atraviesa buen momento a nivel de resultados, pero está todavía peor en cuanto a sensaciones. Con piezas que no encajan en los roles pensados, favoritismos inexplicables y decisiones dudosas tanto en planes iniciales como en direcciones de campo, Marcelo Michel Leaño está enfrentando problemas para llevar la teoría a la práctica. Sin embargo, tiene a dos perlas que le están permitiendo al equipo competir y, por tramos, acercarse a jugar como puede hacerlo de verdad. Por un lado, Fernando Beltrán, quien ha sido el mejor jugador del equipo en la primera mitad del torneo. Por otro, habiendo brillado en la visita a San Luis, Sebastián Pérez Bouquet, la nueva joya de Verde Valle.
En un agitado empate a dos en el Alfonso Lastras, el jovencísimo mediocampista dejó una actuación de mucha jerarquía y gran interpretación de juego. Dentro de un nuevo ajuste de Leaño -pasando del 4-3-3 habitual a un 3-4-2-1-, el canterano del Guadalajara jugó como mediapunta izquierdo, teniendo a Roberto Alvarado en amplitud, Sergio Flores como doble pivote en el sector y Miguel Ponce cerrado como tercer central. Una vez más, el chico de 18 años mostró su repertorio de movimientos, desmarques, recepciones y pases en un equipo que dista mucho de ser lo que su entrenador quisiera.
En este contexto, con el pivote de su lado jugando con dolencias físicas, un carrilero que no podía sumar desborde ni estirar y hundir a la línea defensiva rival a partir del regate, Pérez Bouquet se ha salido por completo gracias a su lectura y capacidad para jugar entre líneas. No sólo destacó ocupando espaldas y costados de Javier Güemez y Facundo Waller -pivotes del San Luis-, sino que aclaró todo tipo de jugadas moviéndose a lo ancho del campo con mucha astucia. Sin duda, esta es una de sus más grandes cualidades.
Sus controles precisos, saliendo al primer toque o máximo en dos, para luego conducir y amenazar la frontal con sus pases, han sido vitales para el equipo. Los pocos tramos de fluidez de Chivas pasaron por estos detalles suyos y el juego de Fernando Beltrán. Además, Sebastián siempre fue un punto seguro para las posesiones del Guadalajara. Su claridad para encontrar el mejor espacio para recibir, conectar con compañeros libres e intuir cómo se podrían mover para habilitarlos ha sido sobresaliente.
Pérez Bouquet perdió muy poco la pelota bajo acoso (seis pérdidas en 45 acciones con balón), dio continuidad y le permitió cambiar el ritmo al equipo desde el movimiento constante y el pase corto (30 pases completos en 33 intentos). Su energía también se notó en la presión, siempre vigilando a uno de los dos centrales del San Luis cuando estos reiniciaban juego desde su portería. Esta fase del juego todavía está bastante desorganizada y tampoco saca lo mejor de él, pero logró ganar duelos (tres de cuatro disputados) cuando Chivas tuvo que defender más cerca de su mitad. Sin duda, ha sido una actuación determinante que lo posiciona muy bien para el resto del torneo.