Pasan las jornadas, los nombres y todo tipo de cosas en la liga, pero en el Pachuca todo se mantiene igual. El campeón del fútbol mexicano tiene una forma muy reconocible de competir y, muchas veces, ganar sus partidos. Las vías colectivas siguen dando de sí, pero hay quienes las representan como pocos. Ese es el caso de Kevin Álvarez, el destacado de la séptima fecha del Clausura 2023.
Dueño de la lateral diestra en el 4-2-3-1 habitual de Guillermo Almada, Kevin Álvarez dejó una actuación decisiva en el momento con balón de su equipo. Siendo acompañado primero por Israel Luna en esa banda -arrancó por derecha- y luego por Avilés Hurtado -tomó la posición después de varios minutos-, el canterano de los Tuzos dejó ver su repertorio de movimientos en corto y en largo para alimentar la sinergia con su extremo. Aunque esta no se diera de la misma forma hasta que el atacante colombiano pasó a jugar junto a él, logró marcar diferencias con sus movimientos al espacio y estirando mucho el campo por ese costado, recibiendo casi todo el tiempo en amplitud, dado que el propio Hurtado pisó más tiempo zonas interiores buscando atacar el intervalo entre Efraín Orona y Francisco Venegas -central y lateral izquierdos del local-.
La capacidad de Kevin Álvarez para mezclar carriles con su extremo volvió a darle dividendos a un Pachuca que, basando mucho de su juego en la presión y las segundas jugadas, carece de vías más organizadas con balón para construir en campo rival. Fue así, de hecho, como logró su doblete. El primero de sus goles nació de una presión en medio campo que acabó con un pase al espacio de Javier López, encontrándolo perfecto en el desmarque para que definiera a punto de entrar al área. El segundo se dio al ganar un rebote de un centro rechazado a las afueras del área de Mazatlán, mostrando su golpeo con una buena volea.
Pese a esto, el partido del lateral diestro del Pachuca no fue especialmente bueno con la pelota a nivel pasador, pero tampoco en lo defensivo durante el segundo tiempo. En parte, se debió a la velocidad a la que su equipo quiso llevar el balón arriba, algo bastante usual en el intercambio de golpes que llega a suceder en sus encuentros. Esto también propició de alguna manera la reacción del rival en el complemento, descontrolando defensivamente al bloque de los Tuzos y haciéndolo correr de más hacia su propio arco.