Empezaba el 2024 con un partidazo entre Liverpool y Newcastle en Anfield, un encuentro en el que los reds avasallaron a su rival en los noventa minutos de partido. Sólo Martin Dúbravka evitó una goleada histórica.
El Liverpool constantemente aceleró jugadas, implementando su vértigo habitual en ataque y con su presión alta tan característica. Arriba Luis Díaz hizo daño con carreras hacia dentro creando confusión, pero Mohamed Salah fue una vez más la figura, quien mostró en la segunda parte una personalidad tremenda buscando una y otra vez el uno contra uno frente a Dan Burn.
Salah es un jugador que tiene un instinto especial para aprovecharse de las carreras superpuestas de sus compañeros. Es decir, mantiene posición exterior ayudando a habilitar un espacio central para ser ocupado por las carreras de un interior o delantero. Y esto se vio el lunes con el egipcio aprovechando las carreras de Darwin, Jota y Gakpo; viéndose reflejado en el 2-1 de Jones y en el 3-1 de Gakpo, con una asistencia para el Musée Du Louvre.
Curtis Jones fue otro futbolista que ayudó en buena manera. A su retención de balón que le hace especial, le sumó aceleración de jugada que le pide Klopp y también, pases seguros en la zona frontal. Y hablando de seguridad, Endō firmó un notable encuentro dando balance a su equipo, permitiendo el avance de sus atacantes y bloqueando posibles contraataques rivales.
El juego directo de ambos equipos creó diversas transiciones rápidas, y es que por ello y por la presión alta tan bien ejercida del Liverpool, pudimos ver a un equipo que gozó de numerosos ataques -con Trent como lanzador-, registrando una marca histórica de goles esperados.
La presión red fue alta y zonal, para cubrir áreas -sobre todo en los costados- en vez de jugadores específicos. El Liverpool, de esta manera, provocó que los magpies tuvieran poca relación con balón y varias pérdidas. Prueba de ello es que los pases permitidos por acción defensiva fue solamente de 4,7 de media.
Ante un ritmo vertiginoso también es necesario tener momentos de calma, y para esto, tiene el Liverpool un jugador muy valioso como es Alexis Mac Allister. Recién salido de lesión tuvo quince minutos de juego, pero suficientes fueron para ser decisivo filtrando un balón a Jota para provocar el penalti del 4-2, la altura de la clase que atesora.
El Liverpool empieza el año de la mejor forma posible, siendo un auténtico rodillo ante el Newcastle United. Ahora, los reds afrontan un reto con la marcha de Endō a la Copa Asiática y de Mohamed Salah a la Copa África.
Feliz año a todos y sigan disfrutando del mejor fútbol.
