Con un equipo dinámico, alegre, vertical y atrevido, al que da gusto ver jugar, el Ajax de Erik ten Hag comienza a establecer una hegemonía en los Países Bajos. Y, en Ámsterdam, están disfrutando.
Hablamos de un equipo que ha ganado las últimas dos ligas y copas nacionales, 2018-19 y 2020-21. Y la liga que se suspendió a causa de la pandemia, la 2019-20, también tenía de líder a la escuadra ajacied, empatada en puntos con el sorprendente AZ Alkmaar de Arne Slot. No hay debate. Ten Hag, de 51 años, está haciendo un trabajo espectacular, y es una gran noticia que recientemente lo renovaran hasta 2023 pese al interés de equipos con un mayor poder adquisitivo, como el Tottenham. Es un proyecto sólido, con buen presente, pero, sobre todo, un prometedor futuro. Actualmente el Ajax está debutando buenos elementos producto de su cantera, como Devyne Rensch, Ryan Gravenberch o Brian Brobbey, quien se irá libre al Leipzig en verano, y además ha fichado buenos jugadores jóvenes de lugares o equipos con menos reflectores, como Mohammed Kudus del Nordsjælland danés, Lisandro Martínez de Defensa y Justicia o Edson Álvarez, el protagonista de este texto, del América de México.
Es pronto para compararlos, pero la generación del Ajax semifinalista de Champions en 2019 me recuerda al equipo que levantó la 'orejona' en 1995 contra el AC Milan y perdió la final del año siguiente contra la Juve en la tanda de penaltis. Y si nos aventuramos a pensarlo, diría que hay cierta similitud entre van Gaal y ten Hag. Tema largo, pero lo abordaremos en otra ocasión. Partamos de la premisa de que la generación de De Ligt, Frenkie, van de Beek y Ziyech dio "el salto", como en su día lo hicieron van der Sar, Seedorf, Davids, los De Boer, Overmars, Kluivert, Litmanen, etc. El caso es que el mexicano Edson Álvarez llegó en verano de 2019 a un equipo en plena reestructuración, donde había que construir sin el arquitecto de la temporada histórica. Sin Frenkie De Jong, ten Hag hizo pruebas con Lisandro Martínez y Noussair Mazraoui en la medular, pero realmente vio la luz hasta la irrupción de Ryan Gravenberch en el presente curso. Sin ser De Jong, Ryan, de 18 años y 1,90 de estatura, puede cumplir un rol similar. Y luego, el asimétrico 4-2-3-1 demandaba un complemento en el doble pivote. El Ajax necesitaba encontrar a un nuevo "Lasse Schöne", por decirlo de una manera, y ahí encajó perfecto el mexicano Álvarez.
Edson necesitó un año de adaptación, lógico considerando las diferencias culturales y futbolísticas entre México y Países Bajos. Era otro mundo, literal. De Tlalnepantla y Coapa a Ámsterdam hay un enorme contraste. Pero, una vez que Edson asimiló el estilo de juego del Ajax y se fue aclimatando a un país distinto, comenzó a disfrutar.
Edson es un jugador específico, pero muy importante en el sistema del Ajax. Un ‘apoyo’ en la construcción, un cazador de rebotes y un elemento capaz de abarcar muchos metros, al grado de pisar con frecuencia el área rival. Edson es un centrocampista de recorrido, de presión, de segundas jugadas, no un mediocentro organizador… aunque también hay que señalar que ha crecido mucho en varias facetas técnicas, como la velocidad en la que se perfila al recibir y la manera en la que lanza en largo. Sin duda, esta evolución es una buena noticia para Gerardo Martino y la Selección Mexicana.
Para valorar su rendimiento, hay que entender su rol. No se dejen guiar por las posiciones. Mientras el Ajax construye por izquierda casi siempre, con Blind/Lisando (DCI), Gravenberch (MCI), Tagliafico (LI) y Tadic (EI), Edson compensa y equilibra intuyendo qué es lo que le pide cada jugada. Si Rensch (LD) se cierra, Edson adelanta su posición; si el lateral se proyecta, el ex América funge de apoyo y está atento a la cobertura en caso de pérdida. Edson Álvarez es un compensador. Un trabajador. Y, en un equipo con tanta creatividad, la figura de estos «elementos compensadores» resultan vitales.
Una vez afianzado a nivel local, porque ahora mismo podemos decir que Álvarez ya domina la Eredivisie, habrá que ver cómo rinde en los torneos continentales, donde hay más calidad y, por ende, mayor exigencia. Y esta apreciación no solo va dirigida al mexicano, también va relacionada al funcionamiento colectivo del Ajax 2021-22, que volverá a intentar ser protagonista en la Champions, donde no han superado la fase de grupos desde aquella histórica actuación en la 2018-19.