En esos calendarios que toda abuela tiene colgados en la pared del comedor o de la cocina, cada cual le encuentra su lugar, podría parecer que hoy es un día cualquiera. Pero nada más lejos de la realidad. Aunque en la casilla del 11 de febrero no haya ningún cumpleaños anotado, ni tampoco una cita médica, para el fútbol alemán representa el comienzo de una nueva era: la era Nagelsmann. Tal día como hoy, cinco años atrás, la mayor parte de equipos vivían tiempos mejores. Los estadios estaban repletos de hinchas que acudían a sus respectivos lugares de culto futbolístico, pero los aficionados del TSG Hoffenheim seguro que recordarán este día, a fecha de 2021, con menor preocupación de la que vivían por aquel entonces.
Julian Nagelsmann dejó el banquillo de la sección U19 para coger las riendas de un primer equipo que estaba viviendo un sueño, por mucho que ya parezca haber convertido en rutina su estancia en la máxima categoría del fútbol teutón. El Hoffenheim, fundado en 1899, ascendió a la Bundesliga en 2008 por primera vez en su historia. Y lo hizo de la mano de un Ralf Rangnick que, once años más tarde, reclutaría a Julian para el RB Leipzig. Pero hasta ese momento, llovió mucho en el suroeste de Alemania.
En su primera temporada en primera división, el prestigioso entrenador y director deportivo alemán convirtió al equipo en la revelación de la Bundesliga, llegando incluso a proclamarse campeón de invierno en la 08/09, empatado a puntos con el Bayern. Las tres siguientes temporadas fue 11º y, ya sin Rangnick, se salvó del descenso en el play-out de la 12/13, a lo que sucedieron dos años más de estabilidad en media tabla. Pero, en 2015, llegaron los problemas de verdad. Y ahí fue cuando apareció al rescate el tipo de los trajes sofisticados, aunque por aquel entonces aún era más bien discreto. Discreto a la hora de vestir, únicamente.
Tras 20 jornadas disputadas y falta de 14 para el final de la 15/16, el equipo de Sinsheim era colista de la Bundesliga con 14 unidades de la mano de Huub Stevens; pero, con Julian a los mandos y su tecnología puntera como vehículo de sus métodos innovadores, sumó 23 de los últimos 42 puntos en juego. De esta forma fue como el Hoffenheim acabó salvándose en la última fecha del campeonato y, desde entonces, no ha vuelto a coquetear con el descenso. Como no podía ser de otra forma, a la directiva no le quedó otra que confiar en un estratega de la casa que, en apenas tres meses, se ganó el respeto y la admiración de su hinchada. Aunque, todo hay que decirlo, allí se encontró una amplia retahíla de jugadores que siguen vigentes en la elite a día de hoy.
Pero su gran hazaña, o al menos la más reconocible a día de hoy, aún estaba por llegar. Además de obrar el milagro convirtiéndose en el técnico más joven en dirigir un encuentro de Bundesliga -con 28 años-, en las dos temporadas siguientes a la permanencia logró la clasificación para Champions por primera vez en la historia del club. Y, aunque en la primera de ellas, en 2017, no alcanzó la fase de grupos porque se cruzó con un Liverpool que le eliminó en la fase previa, sí metió al Hoffenheim entre los 32 finalistas de la 18/19.
Transportándonos en el tiempo, cinco años atrás, Nagelsmann era un desconocido en los banquillos, pero no en los terrenos de juego. Julian fue un futbolista que se formó en las inferiores del FC Augsburg, hizo las maletas posteriormente para terminar de forjarse en la cantera del TSV 1860 München, llegó a dar el salto hasta el filial y se retiró prematuramente –a sus 20 años– por culpa de las incesantes lesiones de rodilla, después de haber regresado a casa para vestir durante cinco meses la elástica del filial en Augsburgo. Pero, aunque se cerrase una puerta para él, allí se abrió otra.
El ahora técnico del Chelsea, Thomas Tuchel, vio algo especial en su forma de comprender el juego y le invitó a no abandonar la disciplina del club, pasando a ser uno de sus scouts. Pero la curiosa historia que interrelaciona a los entrenadores no quedó ahí. Más tarde, fue el segundo de Markus Gisdol –ahora director técnico del FC Köln–, durante sus primeros meses en Sinsheim. Y, como de bien nacido es ser agradecido, cuando Nagelsmann ya era entrenador del primer equipo, depositó su confianza en otro técnico que ahora ha irrumpido con fuerza en la Bundesliga de la mano del VfB Stuttgart, en un Pellegrino Matarazzo que fue su segundo en el Hoffenheim durante la 18/19. Dios los cría y ellos se juntan.
