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El rol, la altura o el carril que puedan tomar los laterales en la fase con balón de un equipo dan muchas pistas sobre las intenciones del entrenador que lo dirige. Pep Guardiola emprendió durante sus primeras semanas en Múnich un camino particular, situando a Lahm y Alaba a los costados del pivote, como laterales-interiores, en lugar de enfocarlos a producir ofensivamente subiendo la banda. Aquello fue el principio de una tendencia que todavía hoy sigue presente en cada ataque posicional de su Manchester City. Llegó a Inglaterra, aguantó un año con la herencia que le dejó Manuel Pellegrini (Zabaleta, Sagna, Kolarov, Clichy y Jesús Navas) y al siguiente hizo limpieza y renovación para poder reproducir lo mismo que tan buenos resultados le había dado en Alemania. Fichó y reconvirtió a Zinchenko de centrocampista a lateral… y se podría decir que con Walker y Danilo invirtió el proceso (de laterales a laterales-interiores).

En todo caso, ninguno gozó jamás de la capacidad técnica o el rendimiento próximo del Joao Cancelo que llegaría a Mánchester en verano de 2019. Pep Guardiola no solo ganó un lateral derecho con más talento individual e impacto sobre el juego que Danilo, quien fue intercambiado por el luso a la Juventus de Turín, sino que buscó reconvertir su esencia vertical para desbordar por fuera en un entero valioso para influir también por dentro. Así, esta temporada, en la segunda del jugador en tierras inglesas, ha actuado de todo en todas partes: lateral derecho o izquierdo, enfocado al desborde, por dentro o por fuera en ambos perfiles, con el rol de equilibrar el sistema, de fijar al extremo rival, de limpiarle la recepción al extremo, de ser la base de un triángulo o de actuar como un centrocampista más. Se ha convertido, en definitiva, en un jugador camaleónico capaz de responder con creces allá donde se le ubique y bajo el rol que se le otorgue.

Mapa de calor de Joao Cancelo durante la temporada 20/21 (Sofascore)

Un jugador al servicio del sistema

Si por algo se caracterizan los planteamientos de Pep Guardiola es por la flexibilidad posicional que les cede a sus jugadores (dentro de un orden racional que le de sentido al sistema). Pero no nos engañemos: la primera parte del enunciado anterior vive enteramente condicionada por lo que incluye el paréntesis. Libertad de movimientos, sí, pero con un sentido lógico. Por otra parte, existe también una acción clave que tienden a realizar los laterales de Pep Guardiola para dar un servicio muy específico al sistema: el movimiento de fijación. Con balón, consiste en recibir abierto y conducir en diagonal hasta poder fijar al hombre de banda en el repliegue rival, atrayéndolo por dentro y liberándole el carril al extremo de su banda en amplitud. Un ejemplo de este rol es el que desempeñó en la victoria contra el Fulham (2-0) en la J11 de Premier League, lanzando esta clase de conducción para vaciar de toda presión a Riyad Mahrez, siempre abierto, ante el sistema de cinco defensas de Scott Parker. Labor que, a su vez, también cumpliría Zinchenko en el partido de semifinales de FA Cup contra el Arsenal de Mikel Arteta.

Por otra parte, sin balón, para asegurar el dominio posicional desde la primera línea, se trata de colocarlo a espaldas de un jugador rival, haciéndole un seguimiento constante cuando su propio equipo tiene la pelota para evitar que pueda saltar. Tómese como ejemplo de esto la visita al Bramall Lane (J7), situándose como lateral-interior relacionado con impedir el salto de Sander Berge, interior derecho rival en el 5-3-2 del Sheffield United, sobre el central externo por izquierda. Aquel día, además, cumplió con varias funciones de centrocampista como base del triángulo con Sterling (extremo izquierdo a pierna cambiada en amplitud) y Bernardo Silva (interior situado en zonas intermedias con cierta libertad posicional).

Cancelo conduce en diagonal para comprimir el sistema rival y vaciarle la banda a Mahrez

De lateral a centrocampista

Causalmente, donde menos recorrido ha tenido Cancelo esta temporada es como lateral abierto, pudiendo explotar sus tremendas facultades como fuente constante de desborde por fuera. De hecho, cumpliendo siempre con las directrices que le marca el sistema de su equipo, ha actuado más como hombre en amplitud por izquierda que por derecha. Sin ir más lejos, en la primera jornada de Champions League, contra el Porto, Guardiola situó a los dos hombres de banda relacionados con el desborde a pierna cambiada: Cancelo (diestro en izquierda) y Mahrez (zurdo en derecha). En la vuelta también situaría al portugués abierto, pero en derecha y en el lado débil del equipo (sin un impacto demasiado alto). Como norma general, no obstante, Guardiola tiende a emplearlo como un centrocampista más, tanto por izquierda como en derecha.

Cancelo situado como segundo pivote en la salida en 3+2 contra el Aston Villa

Habiendo cumplido un proceso interesante durante toda la temporada, el técnico ha ido introduciéndolo cada vez más en el circuito de pases como hombre totalmente integrado en el carril central. Como consecuencia, en los recientes partidos de Premier League contra el Aston Villa (situándose como segundo pivote al lado de Rodri, en una salida de 3+2) o en el enfrentamiento contra el Brighton de Graham Potter (J18), ha ejercido más como centrocampista que como lateral. En ese sentido, el rendimiento que está logrando el portugués en ese rol tan atípico lo convierte en un jugador mejor y más global. No es que cumpla únicamente una función táctica, sino que parece entender la tarea del interior Citizen a las mil maravillas: empieza como la base de los triángulos por fuera, filtra pases profundos, rompe intervalos yendo al espacio, tiene capacidad para salir de presión, genera líneas de pase, atrae a rivales o se relaciona con cercanos con intervenciones de alto nivel.

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Manu Escuder
Periodista, analista y scout. Formando y formándome. También escribo en Revista Panenka.

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