El sorteo que metió a Turquía a un mundial

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Merhaba! Nasılsın? Espero que estés muy bien hoy. La vez pasada recordamos los pantalones que tuvo Turquía para remontar partido tras partido en la Eurocopa del 2008. Hoy hemos llegado al fin de nuestra larga estadía en Turquía. Hemos recibido una hospitalidad envidiable y nos hemos enamorado del futbol turco. Cerraremos nuestra estadía yendo al principio, a 1954.

Recomendación musical

El rey de la música turca durante tres décadas fue la persona que escucharás a Zeki Müren. Si los británicos tienen a David Bowie y los estadounidenses tenían a Liberace, para Turquía era Zeki. En 1950 se inscribió a un concurso de la Radio de Estambul y ganó. El resto fue historia. No era solamente continuar un legado musical que databa desde las cortes otomanas. Era un personaje que construyó a punta de atuendos, actitudes y manerismos. Trascendió a la sociedad conservadora y se volvió un ícono no solamente para la comunidad LGBT en Turquía, sino para todo aquel que fuera distinto. Sus plataformas llegaron 30 años antes que las Spice Girls. Su muerte en 1996 conmocionó a todo el país. Aquí escucharás parte de sus inicios. Él grabó en 1953 Beklenen şarkı, Canción esperada.

Vamos al tema de hoy.

1954, el mundial espectacular

El mundial que se disputó en Suiza fue espectacular. No estamos hablando solamente de la llegada de la cobertura televisiva ni del inicio de la ceremonia de volado para pactar quién patea el balón primero y quién elige la mitad. Este fue el mundial de los goles: 140 goles anotados en tan sólo 26 juegos, un promedio de 5,38 goles por encuentro. En un sólo encuentro cayeron 12 goles, gracias a la edición del derbi alpino, donde Austria ganó 7-5 a Suiza.

Este fue el mundial donde jugó el mejor equipo de la historia. El equipo dorado de Hungría (aranycsápat en húngaro). Logró el récord de más goles anotados en fase de grupos, con 17 goles; nueve de esos tantos cayeron sobre los surcoreanos, una de las victorias más holgadas en la historia de mundiales. Disputó dos auténticas finales contra Brasil y Uruguay antes de llegar a la final. Para ese partido ya tenía una racha de 32 partidos invicto y era simplemente un trámite ganar esa final. Había vencido también a su rival en ese mundial, con un marcador 8-3. Ahora no resultó así. Perdió 3-2 en un partido conocido como «Das Wunder von Bern», «El milagro de Berna». Ya hablé de ese equipo en su momento.

Hungría en la final

¿Quién fue el guapo que los venció? Alemania Occidental, equipo que llegaba en estado de paria por sus horrores cometidos en la II Guerra Mundial. Era un equipo que apenas se confeccionó con jugadores amateurs. La base era del 1. FC Kaiserslautern engalanada por los hermanos Walter (Fritz y Ottmar), su director de orquesta era Sepp Herberger. Esos alemanes que no eran en ese momento favoritos lograron ganar ese partido increíble para comenzar una historia de grandeza en el futbol mundial.

¿Qué otros momentos hubo? La primera derrota de los charrúas en la historia de los mundiales, la batalla de Berna donde cayeron los brasileños, la humillación de los escoceses en su debut, la desunión italiana por culpa de sus clubes, la llegada de los tiempos extra para acabar con los empate, el arribo de los surcoreanos… los partidos disputados en Ginebra, Lugano, Zúrich, Basilea, Lausana (donde la FIFA tenía su casa) y Berna han dado de qué hablar y perduran aún a más de 60 años.

Hay historias de Suiza 1954 que quedan sepultadas ante tan brillantes luminarias. Y esta que leerás a continuación cerrará con broche de oro nuestra larga estadía por el futbol turco. Así es, en este mundial Turquía empezó su mística de dejar huella en cualquier competencia que disputara. La razón fue simple: hasta la fecha es el único equipo en clasificar a un mundial con un sorteo. Es momento de conocer la versión turca.

Inicios del futbol turco

En Turquía el futbol gozaba de muy buena reputación y de inmediato había ocupado la predilección de la sociedad. Con la llegada de la modernización a cargo de Mustafa Kemal Atatürk, lejos habían quedado los días donde los turcos no podían patear la pelota. (Ya hablé al respecto hace ya más de año y medio).

El desarrollo normal del futbol en un país sigue un patrón: extranjeros traen el deporte, les gusta a los nativos, forman su propio equipo, organizan ligas locales para que haya un sentido de competencia, arman su selección, los clubes adoptan el profesionalismo, mejoran las condiciones, se populariza aún más. Listo.

Los turcos vieron la Liga Dominical de Estambul (İstanbul Pazar Ligi) y surgió otra con equipos que jugaban los viernes (İstanbul Cuma Ligi). Luego de un tiempo se fusionaron. Ahí ya jugaban el Galatasaray y el Fenerbahçe. Luego de un tiempo, surgió el Beşiktaş. Como no le dieron la oportunidad de jugar en la Cuma Ligi, formaron también su propia liga, İstanbul Türk İdman Birliği (Asociación Turca de Formación de Estambul).

Imagen de la Liga de Viernes

Esa pasión hizo metástasis en más ciudades: Ankara, Adana, İzmir, Kayseri, Eskişehir y Trebisonda. Naturalmente surgieron las ligas y los primeros clubes que dominaban. El futbol estaba presente, pero también había otros deportes. ¿Cómo organizar tantas asociaciones? De pronto surgió la idea de un poder central que partiera el queso. Nacía así la Federación Turca de Futbol el 23 de abril de 1923, afiliándose a la FIFA meses más tarde. En ese entonces se llamada «Türk Heyeti Müttehidesi».

Esa federación impuso primero una copa para todos los equipos turcos, la Türkiye Birinciliği (Campenato de Turquía). Todos los equipos eran amateurs. Surgió el mismo año de nacimiento de la federación. El formato de competencia era una copa, y los cuatro mejores disputaban una liguilla para dirimir al campeón.

Galatasaray, campéon de la Türkiye Birinciliği

Durante los años 30, los turcos vieron que había otra manera de sacar un campeón, en este caso un todos contra todos. Es así que en 1937, llegó la liga, llamada Millî Küme (División nacional), con equipos solamente de Estambul, Ankara e İzmir. Se llamara Maarif Kupası (Copa de la educación) o Millî Eğitim Mukafatı (Premio Nacional de Deporte), el futbol cobraba vida.

Galatasaray, campeón en 1939

También había una supercopa, llamada Başbakanlık Kupası (Copa del Primer Ministro), instaurada en 1944, entre los ganadores de la liga y la copa

Beşiktaş, campeón

¿Qué sucedía con la selección? Su máxima aspiración era disputar los Juegos Olímpicos. Debutaron en la edición de París 1924 y calificaron a Ámsterdam 1928 y Berlín 1936. En los tres casos quedó eliminada al perder el primer partido contra Checoslovaquia (2-5), Egipto (1-7) y Noruega (0-4), respectivamente. Para los Olímpicos de Londres 1948, Turquía al menos ya tenía cierto prestigio y logró ser sembrado para el torneo de futbol. Por eso en primera ronda logró ganar su primer partido, ante la actual Taiwán (4-0), pero fue eliminada por Yugoslavia (1-3), que ganaría la plata.

Turquía en los Juegos Olímpicos de París 1924

Turquía también se interesó por un Campeonato Mundial que organizaba la FIFA. Se le auguraban buenas cosas a esta iniciativa de Jules Rimet. Al no ser invitada para Uruguay, se inscribió para disputar las eliminatorias para Italia. Su primera prueba era ganar el grupo del Medio Oriente, con Egipto y el Mandato Británico de Palestina (el antecesor de Israel). Esta vez Turquía se retiró, y no quiso inscribirse para la edición de Francia 1938.

Después de la II Guerra Mundial, Turquía se animó y se inscribió para las eliminatorias para el próximo torneo que sería en Brasil. Para llegar ahí, Turquía debía superar una eliminatoria ante su vecina Siria. Turquía ganó tranquilamente 7-0. Estaba lista para el duelo final contra Austria, pero estaba tan golpeada por la guerra, que se retiró, dándole el pase a Turquía. Para su mala suerte, también Turquía tenía problemas económicos que medio estaba arreglando el Partido Demócrata y se vio obligada a abandonar su primer mundial.

Estado del futbol turco en los años 50

Cada vez había una mayor cantidad de buenos jugadores, y muchos de ellos no conocían otra vida que no fuera pateando balones. Necesitaban también ese salto de calidad para competir en el mundo del futbol. En Turquía se empezaba a hablar de abrazar el profesionalismo, pero había voces que decían que el deporte se pervertiría si se le inyectaba dinero. Los que sí querían un suelo decían que, por falta de dinero, dejaron pasar la oportunidad de jugar en Brasil.

Así, en 1951 la Federación Turca de Futbol autorizó por primera vez el profesionalismo. La principal opositora era la Türkiye Birinciliği, que defendía el carácter amateur de sus equipos. Eso entraba en guerra con el Galatasaray, el Fenerbahçe y el Beşiktaş, los tres clubes más ganadores. Si se volvían profesionales, ya no podrían jugar esta liga. No les importó y se salieron, aunque les doliera no jugar contra clubes de otras ciudades turcas. Para quitar todo rastro que oliera a profesional, la Türkiye Birinciliği cambió su nombre a Türkiye Amatör Şampiyonluğu (Campeonato Amateur de Turquía).

Galatasaray en la temporada 1951-52

Los üç büyükler no se quedaron con los brazos cruzados y decidieron regresar a las bases de campeonatos regionales. Esta vez tomaba más fuerza la Liga de Estambul (İstanbul Ligi). Invitaron a otros clubes de Estambul como el Vefa, el Kasımpaşa, el İstanbulspor y el Beykoz, quienes también abrazaron el profesionalismo. De pronto, la liga de Estambul surgió como el torneo turco por antonomasia.

Beşiktaş

Y así llegaron los extranjeros, como Sandro Puppo. Intelectual, amante de la música clásica, políglota y obsesionado por la evolución del juego para adaptarlo a sus tácticas de juego, Puppo aceptó una llamada de Turquía para entrenar al Beşiktaş. Él lograría darle ese empuje que necesitaban las kara kartallar (águilas negras) para su grandeza.

Sandro Puppo

En selecciones, todo seguía su curso. Se inscribieron a los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 con un equipo que amalgamó amateurs y profesionales. A cargo de ellos, Sandro Puppo. Una victoria fácil frente a Antillas Neerlandesas (2-1) antecedió a una humillación esperada ante Hungría (1-7), que se llevaría el oro.

Turquía también siguió con su historial internacional al inscribirse a las eliminatorias para el Campeonato Mundial de la FIFA en Suiza. Al no ser tantos equipos, las eliminatorias no duraban tanto y en casos extremos los grupos tenían cuatro integrantes.

Turquía fue asignada al grupo 6 junto con Países Bajos y España. El formato era todos contra todos y el mejor clasificaría a Suiza, pero los neerlandeses se retiraron, dejando solamente todo a dos partidos finales contra los españoles.

¿Cómo llegaba España a ese partido?

Muchos expertos dieron la serie a Turquía por perdida a priori. Los españoles habían tenido una buena exhibición en el mundial de Brasil. Se metieron al grupo final al eliminar a los orgullosos ingleses que se jactaban de ser los mejores del futbol por inventarlo.

España, cuarto lugar del mundial Brasil 1950

Luego, tenían un gran equipo con nombres como Andreu Bosch (Barcelona), Piru Gainza y Venancio (Atlético Bilbao), Antonio Puchades y Pasieguito (Valencia), Campanal II (el mejor defensor de la época) y más. Y encima llegó un húngaro que jugaba bien al futbol en la Ciudad Condal. Su nombre era László, se apellidaba Kubala.

Kubala

Por último, España a nivel administrativo estaba a años luz de Turquía. Ya tenía su liga nacional establecida con ascensos y descensos más la Copa del Generalísimo. Normal. España se afilió a la FIFA en 1904. Clubes como Real Madrid, Atlético Bilbao y Barcelona tenían resonancia en Europa.

Portada del Marca con la premiación de la Copa del Generalísimo (1953) (Fuente: todocoleccion.net)

La ida

Boleto para el partido de ida en Chamartín

6 de enero de 1954. Estadio Nuevo Chamartín, casa del Real Madrid. 100.000 españoles se dieron cita en pleno Día de Reyes para que España comenzara su camino a la crema y nata del mundial. En esas gradas estaba el Generalísimo Francisco Franco, que confiaba en la supremacía española para dominar el mundo y dieran el mensaje de estado ejemplar. No había llegado a tiempo Kubala, ¿pero qué mas daba? Se podía triunfar sobre unos turcos desconocidos.

Arrancó el partido de ida, y Turquía sorprendió llegando al ataque. España no se amilanó e hizo gala de su buen juego. Venancio inauguró el marcador al 13′. Turquía no bajó los brazos y siguió adelante. El guardameta Fernando Argila tuvo que emplearse a fondo y con suerte salvó a España del gol. Al 31′, finalmente Recep Adanır empató. Pero en el segundo tiempo, España se encontró con dos goles al 48′ (Gaínza) y 49′ (Miguel González). Alsua al 65′ puso cifras definitivas. España 4, Turquía 1… y sin Kubala.

Los españoles ya se sentían con el boleto seguro para ir a Suiza, y seguramente contarían con Kubala para rematar la faena. Para certificar su pasaporte, España debía al menos empatar en Estambul. Por esas fechas no había diferencia de goles. Los turcos sonreían satisfechos. No había sido un mal juego para ellos. Había esperanza para ganar la revancha.

La vuelta

14 de marzo. Estadio Mithat Paşa, casa del Beşiktaş. 30.000 turcos que se presentaron apoyar confiaban en que al menos lograrían un empate digno, conscientes de la superioridad española en todos los sentidos. Los futbolistas turcos tenían otra cosa que decir. En el nombre, era la selección turca; en realidad, se trataba de una selección llena de jugadores que estaban en la liga de Estambul.

Estambul en los años 50

¿Quiénes estaban ahí? Por ponerte un ejemplo, estaba el portero Turgay Şeren del Galatasaray, Burhan Sargın del Fenerbahçe y Coşkun Taş, del Beşiktaş. Quien llevaban la voz cantante era un turco de 1,69 m que fue de los primeros turcos en militar en el extranjero, concretamente la Fiorentina. Su nombre era un galimatías: Lefter Küçükandonyadis. Era «extranjero»… sí, porque era de origen griego, y para sus paisanos se llamaba Lefteris Antoniadis (Λευτέρης Αντωνιάδης). Por su estatura le apodaban küçük «pequeño», pero anotaba goles como pocos y añadió su apodo a su apellido. El capitán sería Tungay para darles seguridad.

Lefter Küçükandonyadis

Parecía que todo eso era inútil. El DT español Luis Iribarren ya podía tener a Kubala, por lo que decidió darle descanso a Gainza para ese verano en Suiza. Se rumoraba que España ya había reservado un buen hotel en alguno de los pasajes idílicos que hay en ese país. Franco presumía que España ya estaba adentro. La FIFA también estaba segura de que España estaría ahí y la colocó en una de las ocho cabezas de serie.

El partido sería otra cosa. Entre una cancha seca y la rudeza de los turcos España comprendió que no sería un partido sencillo. Al minuto 16′, Burhan acomodó una volea preciosa y anotó el 1-0. España se fue con todo al ataque. El refuerzo húngaro Kubala se las vio negras para superar a la pareja de Basri Dirimlili y Çetin Zeybek. En el segundo tiempo, España atacó con todo, pero se topó con un dique en la portería llamado Turgay Şeren. Por algo era el capitán. Final del partido. Turquía 1, España 0.

¡Increíble! La orgullosa España no tenía el boleto en dos juegos. Ahora todo dependía de un desempate en Roma… ¡y con sólo tres días de diferencia!

El desempate

17 de marzo. Estadio Olímpico de Roma. 60.000 italianos, españoles y turcos conformaban un público mediterráneo que vería a una escuadra calificada a Suiza. Turquía salía con el mismo equipo que jugó en Estambul, tenían la confianza más arriba por la victoria en Estambul, y podían aspirar a algo más.

España lucía aún segura de que calificaría al mundial; había perdido la batalla, mas no la guerra. Pero ahora Iribarri llamó a Gainza para hacer una pareja con Kubala. No contaban con que en el vestidor les había llegado un telegrama. Ahí decía que podrían tener problemas con la FIFA si alineaban a Kubala. ¿Cómo estaba eso? Recordemos que Kubala había nacido en Checoslovaquia, pero pertenecía a la minoría húngara y jugaba ahí. Aterrado por ver a Hungría caer en las garras del socialismo soviético, pidió refugiarse en España. Esas grandes actuaciones había llegado a oídos de los húngaros y reclamaban su repatriación. Los españoles no tuvieron tiempo de ver la veracidad, e Iribarri optó por no alinear a Kubala para no tener problemas. De todas maneras, era un gran equipo y seguramente no perderían. ¿Seguros?

Empezó el partido. Turquía al abordaje, España igual. Nadie se guardó nada para quedarse con el boleto que falta. Y los españoles pegaron primero (11′) por medio de Arteche ante una buena descolgada en el área. Los turcos ahora caían presa de la desesperación. Eso les duró muy poco, gracias a Burhan. En el Fenerbahçe era conocido como «Canavar», «la bestia». Es que jugaba con una vehemencia y le pegaba muy bien a la pelota. Al 25′ le pegó al balón. El portero vasco Carmelo sufrió con esa fuerza y sin querer cometió autogol. Se empataba el partido. Medio tiempo: España 1, Turquía 1.

Segundo tiempo. España seguía igual, Turquía se iba al ataque con más alegría. Minuto 64′. Canavar Burhan se asocia maravillosamente con Mamat Suat, el del Galatasary. El pase filtrado fue tan bueno que Mamat simplemente tuvo que mandar a las redes. 1-2. España se quedaba fuera. Sacó la furia para al menos empatar. Al 78′ un tiro de esquina español le cayó a Adrián Escudero quien remató. 2-2.

Mamat Suat

El partido siguió de ida y vuelta, pero con la misma furia española. Eso causó que el portero Tungay resultara herido. Permitieron una sustitución para que Turquía no se quedara con la portería descubierta. Así entró Şükrü Ersoy, del Ankaragücü. Sucedió lo mismo en la prórroga de 30 minutos y Ersoy también aguantó como pudo. El árbitro italiano Giorgio Bernardi pitó el final. Después de 210 minutos, no había ganador.

El sorteo

Por esas fechas, la FIFA no sabía cómo gestionar los empates. No se les había ocurrido la idea de una serie de penales, no se les había ocurrido que tal vez el equipo que hubiese marcado más goles o permitido menos era más digno que el otro, no existían las tarjetas amarilla y roja que castigaran el juego sucio y menos tenían un ránking.

Para sacar el nombre del clasificado a la máxima justa mundialista, la FIFA ideó lo siguiente: en una copa de bronce pondrían dos papeles, uno que dijera SPAGNA, y otro donde estuviera escrito TURCHIA. Estaban en italiano porque el partido se jugó en Roma. Lo que se tendría que hacer era elegir a una persona neutra que sacara el elegido.

España alegó que eso no era necesario, que había tiempo para otro partido más. Turquía sí estuvo de acuerdo; reglas son reglas. Estábamos a tres meses del primer partido. A la FIFA ya le urgía tener su clasificado. Habría sorteo. Y ya habían conseguido a su mano santa.

Se llamaba Franco Gemma. Era un muchacho de 14 años que vivía muy cerca del estadio. Allí jugaba con sus amigos siempre, y no se perdía los partidos de la Roma. Fue a ver el partido entre españoles y turcos y ya se iba, cuando dos policías lo llamaron. Nunca se había portado mal y empezó a correr despavorido. Al final, los policías lo agarraron y le pusieron una pañoleta blanca en los ojos. «¡Suéltenme! ¡No hice nada!». De nada sirvió.

Ahí le explicaron a Franco que tenía que sacar un papel con su mano. Los españoles respiraban aliviados: «¡Se llama como el Generalísimo!». Era una buena señal para ellos. Los turcos simplemente veían expectantes. Franco Gemma era diestro, usó su mano derecha con miedo para hurgar en esa copa. Cinco segundos de tensión para todos. Al final, Franco Gemma tomó su papel. El funcionario lo enseñó a los presentes:

TURCHIA

Cabreados, los españoles le escupieron la cara. Emocionados, los turcos lo cubrieron de besos. ¡Turquía había calificado a su primer mundial! ¡Ya no había pretextos económicos para no jugar la máxima competencia mundial!

Participación de Turquía en Suiza

Como ya no había tiempo de cambiar, Turquía quedó junto con los sembrados: Austria, Brasil, Francia, Hungría, Inglaterra, Italia y Uruguay. En el sorteo cayó en el grupo B junto con los húngaros, Alemania y Corea del Sur.

Las autoridades turcas buscaron a Franco Gemma y lo llevaron a su concentración como amuleto de buena suerte. Más o menos funcionó. El primer partido fue el 17 de junio en Berna ante Alemania Occidental. Mamat Suat anotó a los dos minutos, pero fue empatado al 14′. Fue una calca del partido en Madrid hasta en el marcador. Alemania ganó 4-1.

Primer partido contra los alemanes.

Tres días después, Turquía se enfrentó a Corea del Sur en Ginebra. Muchos no saben, pero los surcoreanos estaban agradecidos con los turcos. Es que en 1952, Turquía ingresó a la OTAN, y su primera tarea fue aliarse con Estados Unidos en la Guerra de Corea. Los surcoreanos venían de recibir nueve goles de los húngaros. Y Turquía les hizo siete goles más, cortesía de Suat Mamat (10′ y 30′), Lefter Küçükandonyadis (24′), Canavar Burhan (37′, 64′ y 70′) y Erol Keskin (76′).

Partido contra los coreanos

Aún había oportunidad. Hungría ganó 8-3 a los alemanes. Estaban empatados en puntos y tenían que jugar un partido más para sacar al último invitado en cuartos de final. Eran dos partidos porque los equipos sembrados no jugaban entre sí, tampoco los «débiles». Ahora fue peor. Alemania goleó 7-2, pero Lefter (82′) y Mustafa Ertan (21′) pusieron algo de decoro a su primera participación.

¿Qué sucedió después?

La derrota caló hondo en la administración del futbol español. La selección española fue recibida con abucheos a su llegada en el aeropuerto de Barajas. Mucha gente renunció a su puesto en la Federación, incluyendo a Iribarri. La prensa allegada al franquismo (es decir, toda), hablaba de un complot porque a la FIFA le caía mal Francisco Franco. También conjeturaba que era una venganza de los italianos por su apoyo tácito en la II Guerra Mundial. Y más de uno culpaba a los turcos por la revancha de la batalla de Lepanto… esa donde luchó un gran escritor como Miguel de Cervantes y Saavedra. Fueron 10 años de pesadilla para el futbol español a raíz de ese sorteo donde el «bambino» los eliminó. Por cierto, ¡nunca se demostró que ese telegrama había sido enviado por la FIFA!

Es cierto que Turquía regresaría a un mundial 48 años después, pero logró jugar su partido «pendiente» con ese equipo húngaro con Puskás, Czibor y más estrellas. La cita fue el 18 de febrero de 1956 en el Mithat Paşa. Contra todos los pronósticos, Turquía ganó 3-1 a Hungría. Dos goles fueron de Lefter Küçükandonyadis, quien estuvo jugando en el futbol francés (Niza).

Suplemento de un periódico turco con imágenes del partido contra Hungría

Hablando de Lefter Küçükandonyadis, se volvería una leyenda del Fenerbahçe, con 330 en 428 encuentros. Aparece en el himno de los kanaryalar. Fue el primer futbolista en vestir más de 50 veces la camiseta turca y durante mucho tiempo fue el máximo goleador. La temporada 2018-19 de la Süper lig fue dedicada en su honor.

Surgieron más ligas de futbol profesionales además de la de Estambul. Ahí teníamos a Ankara, İzmir, Trebisonda… En 1959, la Federación Turca de Futbol anunció la creación de la Süper lig, con equipos profesionales de toda Turquía. Mientras tanto, el Campeonato Amateur se disputó hasta 1996.

Sandro Puppo tuvo tanto éxito con sus tácticas desarrolladas en Turquía que recaló en el Barcelona y en la Juventus.

Sandro Puppo con el Barça

Hasta la fecha, Turquía es el único equipo clasificado a un mundial por medio de un sorteo. Para un desempate fuera de la prórroga, hay que ir hasta las eliminatorias para Chile 1962, cuando Marruecos pasó sobre Ghana gracias a un volado… pero no era el resultado definitivo. Para evitar partidos extra, la FIFA ha instaurado varios criterios de desempate: resultados entre sí, diferencia de goles, goles de visitante, Fair Play, posición de ránking, tanda de penales. Eso no evitó que en 2010, dos países necesitaran un partido de desempate para sacar al clasificado. Fue el Argelia-Egipto, un duelo que provocó hasta roces diplomáticos. Más adelante hablaré del tema.

Desempate entre Egipto y Argelia (2009)

¿Y Franco Gemma? Recordado en Turquía, olvidado con dolor en España y olvidado por indiferencia en su país natal, no hay mucha información del niño coya mano definió el destino de dos países. Según investigaciones, Franco Gemma falleció en 1987 a bordo de un BMW en las calles de Roma. Fue víctima de un accidente automovilístico con un camión FIAT 180. El camionero salió ileso.

Si eres muy afecto a Joan Manuel Serrat, recordarás una de sus tantas canciones. Hubo una llamada Mediterráneo donde hablaba de su niñez en el mar que abarcaba de Algeciras a Estambul. Nosotros iremos al revés, de Estambul, Turquía, a Algeciras, España, a orillas de un golfo del mismo nombre que abarca también el peñón de Gibraltar. Aquí nació uno de los prodigios de la música no solamente española, sino de todo el mundo. Estoy hablando del guitarrista Paco de Lucía. Con sus manos hacía cantar las seis cuerdas en el flamenco. Pocos saben que él sentía también pasión por el futbol. Hincha del Real Madrid, en sus ratos libres jugaba con otros músicos como Chico Buarque y hasta Sócrates participaba en esas tertulias. Su vida y su amor por el futbol te los traigo la siguiente semana.

Recapitulemos

En 1951, Turquía abrazó el profesionalismo inspirada por los problemas económicos que causaron que se retirara del mundial de Brasil. Por esas fechas hubo solamente un campeonato de Estambul. Ese era el contexto para las eliminatorias de Suiza 1954. El rival era España. Tras una derrota 4-1 en Madrid, Turquía ganó 1-0 en Estambul. Al no haber diferencia de goles como criterio de desempate, se jugó un partido extra en Roma que terminó 2-2 con todo y prórroga. Para obtener al clasificado, se ideó un sorteo. Un niño italiano llamado Franco Gemma sacó el papel con Turquía. Hasta ahora es el único equipo clasificado gracias a un sorteo.

Nos vemos la siguiente. Gorüşürüz!

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Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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