Yo! Hayaduin? Estamos saludando en el inglés de la comunidad afroamericana. Espero que estés muy bien. La vez pasada estuvimos hablando de los nativos norteamericanos en el futbol, desde equipos hasta jugadores de diversas tribus. Como una manera de acabar nuestra estadía por Norteamérica, hablaremos de Estados Unidos, pero por fuera… literalmente.
Recomendación musical 1
Fuera de la música popular, Estados Unidos también tiene propuestas interesante, como Beirut, una banda que combina música de todo el mundo: gitana, mexicana, folk y demás. El líder de la banda es Zach Condon, una persona que ha buscado darle otras identidades a su sonido, como viviendo algunos años en Oaxaca. Esta canción que te compartiré fue una especie de interpretación improvisada en las calles de París. La canción es Nantes.
Vamos al tema de ahora
Territorios insulares: injerencia de la Unión Americana
Como buena potencia, Estados Unidos también tiene territorios desperdigados por el Caribe y el Océano Pacífico. Ambos mares revisten de importancia estratégica para toda operación que se realice desde Washington. La manera en que cada territorio haya llegado o no a ser parte de la soberanía norteamericana.
Hay varias jurisdicciones que no pertenecen a los 50 estados. El primero está en la parte continental y se llama el Distrito de Columbia. Ahí está la ciudad de Washington y por ende pertenece al Congreso de Estados Unidos. Las otras están por los océanos que te había mencionado en el párrafo anterior y que tampoco están incorporados a los estados. Se llaman “áreas insulares”.
La cuestión con los territorios insulares es la siguiente: tienen la nacionalidad estadounidense y no pagan ciertos impuestos federales, como el de la renta. A cambio, ellos no pueden votar por un presidente, ya que la soberanía reside sobre el Congreso de Estados Unidos. Los representantes que mandan a Washington no tienen derecho al voto tampoco.
Hay áreas insulares que pertenecieron en algún momento a Estados Unidos, pero ahora son independientes, como Cuba y Filipinas, ambos casos debido al botín de victoria que tuvo en la guerra contra España en 1898. Otra región no era precisamente suya, pero les pertenecía. Estoy hablando de la Zona del Canal, en Panamá, que dejó de serlo en 1999.
Y finalmente están las áreas insulares que aún siguen bajo soberanía norteamericana. Hay un atolón llamado Navaza que está en disputa con Haití. El resto se encuentra en el Océano Pacífico, curiosamente cerca de Hawái: Baker, Howland, Johnston, Midway y Wake. Todas están deshabitadas, y únicamente Wake tiene un pendiente de si le pertenece a Estados Unidos o a Islas Marshall.
Todavía hay cinco territorios más en este estado, pero sí tienen población. En el Pacífico se encuentra Samoa Americana, Guam e Islas Marianas del Norte. El primer territorio en futbol es tristemente célebre por aquella derrota de 31-0 ante Australia. Los dos últimos son miembros de la AFC, pero el archipiélago mariano aún no ingresa a la FIFA. En el Caribe hay dos más: las Islas Vírgenes, de antigua posesión danesa, y Puerto Rico, el más grande y el más poblado. Es aquí donde empieza nuestra travesía.
Integración de Puerto Rico al futbol de Estados Unidos
Una cosa es la jurisdicción de la Organización de las Naciones Unidas, y otra es la del Comité Olímpico Internacional. Para este último, estos territorios son diferentes a Estados Unidos y por ello tienen derecho a tener su propio comité nacional. Esto sucede para las Islas Marianas del Norte, Samoa Americana, Guam, Islas Vírgenes y Puerto Rico. Tienen su liga, su selección y también tienen la posibilidad de disputar campeonatos mundiales.
En el caso del futbol, todos estos territorios tienen su selección y su liga. Por su situación geográfica, pertenecen a otras confederaciones. Guam e Islas Marianas del Norte están en Asia, mientras que Samoa Americana es miembro de la OFC. Islas Vírgenes y Puerto Rico, al estar en el Caribe, deben competir en la Concacaf.
Puerto Rico tiene la particularidad de que sus equipos han podido competir en el sistema de futbol de Estados Unidos por una simple razón. Charlotte Amalie, la capital de las Islas Vírgenes no llega ni a una población de 15.000 habitantes y por ello no despierta mayor interés más que para una curiosidad geográfica. En cambio, San Juan es la tercera ciudad más poblada de todo el Caribe (2,2 millones de habitantes) y una ciudad así merece recibir futbol. Como los puertorriqueños tienen la nacionalidad estadounidense por ley, ha habido casos como en el futbol, donde clubes juegan en el sistema de Estados Unidos, no sin antes tener presente que no en el más alto.
Puerto Rico Islanders, buen sparring en la NASL y el Caribe
Es por ello que en 1995 nacieron los Puerto Rico Islanders para darle vida a una isla donde solamente recibe signos vitales a través del basquetbol, el beisbol y el box. Ahí el futbol es apenas una sombra. Todo fue por iniciativa de Joe Serralta. En un principio cayó en un terreno infértil y apenas a los siete juegos se llevaron la franquicia a Houston.
Años después, le llegaría su segunda oportunidad. De la mano de empresarios puertorriqueños, Serralta fundó de nuevo el Puerto Rico Islanders nombrando como DT al hermano de Diego Maradona, Hugo Hermán. La casa era el Juan Ramón Loubriel, estadio conocido como La Meca del futbol boricua. En su segundo año llegarían jugadores como Marco Vélez y Petter Villegas; ellos serían la avanzada titular que después traería la gloria. Pero regresemos al 2005-2006. En esos momentos los resultados no acompañaron. El chileno Jorge Alvial dejó tirado al equipo para irse a trabajar como visor del Chelsea y el costarricense Toribio Rojas fue peor que la enfermedad.
Todo cambió con la disciplina que impuso Colin Clarke, con paso por el FC Dallas de la MLS. En un momento donde la gente había empezado a abandonar al equipo, regresó el amor por esta tropa naranja que de algún modo los hacía estar presentes en el mapa del futbol. Pasaron de ser un equipo incómodo a alguien que peleaba cada año por el título de la Primera División de la USL.
Ahora bien, Puerto Rico Islanders competía en la NASL, pero dependía de la Federación Puertorriqueña de Futbol, la cual es miembro de la Unión de Futbol del Caribe, por lo que podía competir en el Campeonato de Clubes de la CFU. En apenas dos años logró meterse a los tres primeros, que clasificaban al máximo torneo de la Concacaf. Como le tocó estar en la fase previa, se dio el lujo de sorprender y eliminar a un todopoderoso centroamericano como el Alajuelense de Costa Rica. En fase de grupos pusieron a temblar a los recientes campeones del futbol mexicano, Santos Laguna, para meterse a cuartos por resultado directo. Siguieron en plan grande cuando ganaron por partida doble a otro coloso de Centroamérica, el Marathón. Solamente la tanda de penales pudo sacarlos en la semifinal contra el Cruz Azul. Después de años sepultando el futbol en Borinquen, por fin podían soñar en poner patas arriba a la Concacaf.
Jugadores como el liberiano Sandi Gbandi, el norirlandés Jonny Steele, Jonny Arrieta, y Bill Gaudette ya estaban en la boca de todos dentro del futbol norteamericano. Justo cuando tomaban por sorpresa a todo el continente, se ponían a la cabeza de la división, pero perdieron en la final con Vancouver Whitecaps. Dos años después tendrían la temporada de ensueño. No me refiero a la temporada regular, ya que pasaron de ronda de milagro. En play-offs entraron en una dinámica temible y eliminaron a Rochester Rhinos (el mejor), Vancouver Whitecaps (futura franquicia MLS) y en la final se fortificaron en su natal Bayamón para vencer a Carolina RailHawks. ¡Un equipo boricua era campeón de Estados Unidos! ¿Qué pasaba en el Caribe? Que nunca dejaron de subirse al podio en el Campeonato CFU, lo cual quería decir clasificar a Concachampions, pero ahí ya no como antes.
Lo malo es que, así como irrumpió Puerto Rico Islanders, así se fue. La caída empezó con la partida de Clarke a Carolina RailHawks. En la siguiente temporada el Juan Ramón Loubriel tuvo que remodelarse. Sin el público que los acompañaba, sin su DT estrella y sin tanto apoyo financiero como antes, los boricuas se vieron obligados a retirarse de la Liga y no sobrevivieron al año sabático. Un equipo llamado Puerto Rico FC los sustituyó, pero apenas duró dos temporadas de poca monta. Ya no era lo mismo.
Antigua Barracuda, derrotas perennes
En el futbol de clubes de Estados Unidos hay un gradiente curioso: a menor división, menor organización. Son cientos los equipos que nacen y cientos los que mueren, en varias ciudades de Estados Unidos. Y como ascender de categoría no es opción, la posibilidad de desaparecer siempre estará en el aire.
Pocos saben que hubo un tiempo en que cierto campeonato de Estados Unidos, la USL Pro, apostó por la internacionalización más allá de Canadá. Y miró hacia el Caribe. Mientras Puerto Rico Islanders hacía la tarea, dos equipos boricuas también querían acción, el Sevilla y el River Plate. No fue el único país que se apuntó. Estaba Antigua y Barbuda, a tan solamente unos kilómetros al este de Puerto Rico y al norte de las Antillas Menores. Como sucedía en la Concacaf pre Montagliani, casi todo el Caribe tenía un futbol en el mejor de los casos semi profesional, y Antigua y Barbuda no era la excepción.
¿Habría viabilidad para un proyecto profesional? Es lo que se preguntaba Gordon Derrick, presidente de la Federación de Futbol de Antigua y Barbuda. Había estudiado su licenciatura en Ingeniería Mecánica en el Instituto de Tecnología de Florida.. seguramente allí tenía contactos. Y vaya que le dio resultado. En septiembre de 2010 se anunció la creación del Antigua Barracudas, el primer equipo profesional de Antigua y Barbuda. La única oportunidad de adentrarse en Estados Unidos era la USL Pro. Era el tercer nivel de la pirámide del futbol de Estados Unidos, pero algo era algo. Formaría parte de la División Internacional con los equipos boricuas y el Los Angeles Blues.
La primera temporada no estuvo mal, con victorias como un 7-0 sobre Puerto Rico United. Pero en mayo de 2011 todo Puerto Rico se retiró de la USL Pro, y como solamente quedaba el equipo angelino, ajustes al calendario y a la composición de las divisiones tuvieron que ser realizados. Al final, Antigua Barracuda terminó la temporada en último lugar con nueve triunfos. Para su debut, no era un mal desempeño, máxime cuando uno de los Cudas se coló en la lista de los 10 mejores goleadores: Keita de Castro.
La casa de los Barracudas era el Stanford Cricket Ground, una de las sedes para el mundial de cricket de 2007 ocurrido en las Indias Occidentales, y para Derrick Gordon, “era el último paso antes de la tierra”. Pues para el año siguiente este proyecto caribeño estaba cayendo de ese paraíso. Apenas cinco triunfos, cada vez menores asistencias y un menor nivel, los clubes se quejaban constantemente de tener que desplazarse en avión por tres horas en el menor de los casos (solamente hay vuelos desde Miami, Orlando, Atlanta, Nueva York y Toronto). USL Pro tomó una drástica decisión: Antigua Barracuda dejaría de jugar en casa para disputar todos sus encuentros en la parte continental de Estados Unidos.
El proyecto se fue a pique de manera espectacular. No había más dinero que para vivir en un hotel modesto de Tampa, Florida. Los problemas de sueldo estaban a la orden del día, lo que causó que los jugadores emprendieran la desbandada para tener que llevarle algo a su familia. Eso provocó también que tuvieran problemas para por lo menos presentarse a los partidos. Y Adam Whitbread, con paso en el Swindon Town y el West Ham United, tuvo que usar sus contactos para que les prestaran instalaciones para entrenar. Terminaron la temporada con un récord pocas veces visto: en 26 partidos tuvieron 26 derrotas. Lógicamente Antigua Barracuda dejó de existir esa misma temporada.
Lo único que se consideró un buen legado fue lo siguiente. Tom Curtis, el primer DT de Antigua Barracuda, dobló esfuerzos para dirigir al seleccionado de Antigua y Barbuda. Tomó a la base de los Cudas más siete jugadores perdidos en las divisiones inferiores de Inglaterra para amalgamar un respetable equipo. Cuando antes los Benna Boys se conformaban con ser segundo orden en el futbol caribeño, ahora lograron sacar a Haití de la carrera por el mundial de Brasil 2014. Así, llegaron a la antesala del Hexagonal en un grupo con Jamaica, Guatemala y Estados Unidos. Un empate sin goles con Jamaica, incomodidades para jugar en el Sir Vivian Richards para los visitantes y desempeños aceptables de visita fue el resultado de la histórica eliminatoria de Antigua y Barbuda. Fue la primera vez que lograron superar la barrera de los 100 mejores en el ránking FIFA.
Hay veces que tantas derrotas causan sonrojo, pero para el caso de Antigua y Barbuda fue el embrión de una época dorada de futbol. Gordon Derrick terminaría salpicado por el escándalo de corrupción en la FIFA y recibiría una suspensión de seis años de cualquier actividad relacionada con el futbol. ¡Pero qué mas daba! En ese entonces, un proyecto endeble era un gran estándar para lo que podría alcanzar el futbol caribeño.
México, rival de cuidado en el futbol rápido
En México el futbol es cosa seria. Si bien las canchas de futbol asociación con 11 miembros por equipo son relativamente escasas, la cosa cambia cuando nos trasladamos al futbol rápido . Ya sea con cinco, seis o siete, las canchas que se pueden rentar pululan por montones en los barrios de cualquier ciudad grande. No por nada, México experimentó un boom en su popularidad, culminando en el primer campeonato del mundo de su especie en la Ciudad de México en 1997. No solamente fue sede, sino también campeón del mundo venciendo a Estados Unidos en la final.
Esta es la mesa puesta para conocer la historia que nos compete de internacionalización del futbol estadounidense. Las temperaturas en esta parte norte del continente suelen ser más frías. Es verdad que con el pasto sintético el futbol deja de ser practicado únicamente en primavera-verano, pero antes no había más remedio que jugar en canchas techadas, lo cual llevó al subsecuente desarrollo del llamado indoor soccer.
Después de 30 años de existencia en la Major Indoor Soccer League, una franquicia de un país que no fuera ni Estados Unidos ni Canadá recibió la oportunidad: el Monterrey Fury debutó dando de qué hablar, no por su nivel, sino porque perdió varios partidos en la mesa por alineación indebida. La casa era la Arena Monterrey, primera parada de un partido de la WNBA fuera de Estados Unidos. Por desgracia, por esos problemas de organización con los dueños, los Tigres UANL, esta franquicia apenas duró una temporada.
Tres años después nació Monterrey La Raza, gracias al dinero que puso TV Azteca, al mismo tiempo dueña de Arena Monterrey. Monterrey La Raza ganaría el bicampeonato en 2009 y 2010. Gracias a este equipo Estados Unidos conoció a un gran jugador como Carlos “Chile” Farías. Casi toda la alineación era mexicana, así que era un triunfo mexicano en un torneo estadounidense, un logro nada descabellado.
El indoor soccer tenía una audiencia televisiva bastante baja para ser una liga profesional y en 2014 la Major Indoor Soccer League tuvo que fusionarse con la Major Arena Soccer League para garantizar su futuro económico. Ahí andaban otros equipos mexicanos, curiosamente de estados fronterizos: el Saltillo Rancho Seco y el Toros México de Tijuana. La franquicia regiomontana cambió su apodo a Flash, y los resultados llegaron. En tiempos donde había mayor presencia mexicana, el único que sobrevivió fue Monterrey Flash, que se alzó con el campeonato en 2017. Otro equipo mexicano que también estaba ahí dando guerra eran los Soles de Sonora.
Desgraciadamente, la pandemia por COVID-19 puso puntos suspensivos a la presencia de Monterrey y noqueó a Sonora, pero México seguirá ahí. La MASL acaba de dar el aval para que Chihuahua Savage dispute una temporada.
Al parecer México es el único extranjero que le ha seguido el paso al futbol norteamericano profesional. Antigua y Barbuda no lo logró por falta de interés, y Puerto Rico fue apenas un sueño, con todo y su estatus político que le da facilidades para competir. Esos son los derroteros del futbol profesional de Estados Unidos: dar oportunidades a cualquiera, pero conservando a los que sobrevivan.
Fuentes
Kim, Soo. Why Does Puerto Rico Have an Olympic Team? U.S. Territory Wins First Tokyo 2020 Medal. Newsweek. 2 de agosto de 2021.
Jusino, Edwin. Nuestra Historia: Los Puerto Rico Islanders. Futbol Boricua. 30 de abril de 2020
McVeigh, Niall. Played 26, lost 26: The story of Antigua Barracuda’s record-breaking season. The Guardian. 4 de abril de 2018
Ponce, Mauricio. Festeja el Flash de Monterrey su décimo aniversario. OneFootball. 6 de mayo de 2021
Acabamos de tocar el Caribe, pero con miras hacia Estados Unidos. Es hora de regresar al mar, porque el futbol ahí puede llegar a ser muy pintoresco, con situaciones insólitas en Copa del Caribe. Una de ellas fue en 1994. En un partido entre Barbados y Granada, aparentemente se cumplían las reglas: un equipo debía meter gol, mientras que otro debía evitarlo. La cuestión es que el equipo que atacaba lo hacía con la mira en ambas porterías. ¿Cómo se dio esto? Es lo que veremos en nuestra siguiente parada.
Recomendación musical 2
Puerto Rico es la capital del reggaetón en todas sus facetas: Daddy Yankee, Farruko, Chris & Angel, Bad Bunny, etc. Un artista boricua que aprovechó el reggaeton para hacer una burla fue Residente, en su momento integrante del grupo Calle 13. Decidió cantar Atrévete te te como una manera de denunciar la hipersexualización de sus letras, pero en realidad se convirtió en lo que tanto criticó. ¿Por qué dar esa aseveración? Mira nada más las canciones que después sacó Residente, tan cargadas de protestas sociales. Mientras tanto, vuelve a escuchar este clásico del reggaeton en español.
Recapitulemos
Cuesta creer que el futbol profesional en Estados Unidos tenga equipos extranjeros, más allá que los procedentes de Canadá. Esto no es así. Puerto Rico lo ha logrado porque es el territorio insular más grande y logísticamente es posible que albergue profesionalismo. El más sobresaliente fue Puerto Rico Islanders, campeón de la USL II y el Campeonato de Clubes del Caribe. Se dio el lujo de pisar las semifinales de la Concachampions en 2008. Antigua y Barbuda pudo tener un equipo profesional en la USL Pro, Antigua Barracuda; duró tres años por problemas financieros, entre otras cuestiones. En el futbol rápido (o indoor soccer) constantemente hay equipos mexicanos que han salido campeones, como el Monterrey La Raza/Flash.
Nos vemos la siguiente. Goodbye!
