Por desgracia, en el mundo del fútbol hemos normalizado la expresión “irse a China”. Mientras para muchos países el mercado de fichajes implica hablar de que “fulanito” se va cedido con opción de compra no obligatoria si juega menos de tantos partidos de aquí a final de temporada, o que “menganito” podría estar en la órbita de una superpotencia dispuesta a desembolsar una voluminosa cuantía de dinero, en la Superliga china ni siquiera importa quién ficha a quién. Las carreras de los futbolistas parecen terminarse en el momento que firman un contrato con Jiangsu Suning, Tianjin Teda o Shandong Luneng.
En algunos casos, estudiamos a fondo las cláusulas y los decimales de algunos traspasos que se van a acometer y ni siquiera se han llegado a concretar. Como si se nos fuese la vida en ello. Pero, cuando se trata de China, eso parece un tema tabú. Un mínimo porcentaje de los aficionados al fútbol indaga más a fondo en esta cuestión y escapa del tópico “irse a China”, que suena casi al de aquel vecino que se fue a por tabaco y nunca más se supo. Por suerte, ante esta tesitura hay algunas figuras que se revelan y demuestran que, más allá de que se paguen grandes salarios, en la Superliga y sus divisiones inferiores los equipos siguen teniendo nombres. Y no solo eso, sino que en ellos uno puede brillar, irrumpir o, incluso, relanzar su carrera. En tiempos donde, parafraseando a Oliver Torres en Panenka, “todo quisqui” alaba a los juveniles, Eran Zahavi escogió el camino difícil y nos aleccionó de que un treintañero que se va a China, aún puede tener cuerda para rato.
Tras cinco temporadas en China, el delantero israelí ha vuelto a disputar competiciones europeas, porque su nivel está para ello, por muy fuera del radar que estuviese. De hecho, a pesar de que su paso por el Palermo entre 2011 y 2012 no cumpliese con las expectativas en las pocas oportunidades de las que dispuso, sus números una vez abandonó la Serie A ya advertían de que su olfato goleador era un lujo para muchos equipos de mayor altitud que el Maccabi Tel Aviv.
En sus cuatro años defendiendo los colores del equipo más prestigioso de la Ligat ha’Al israelí, promedió más de un gol por partido. E, incluso, en su último curso en tierras hebreas marcó 47, promediando 1´3 por encuentro, y haciendo ocho de ellos en la UEFA Champions League 15/16. Siendo el jugador franquicia del Maccabi, con siete dianas en la fase previa -más de la mitad de su equipo y récord en una previa que nadie ha logrado igualar desde entonces-, metió a los suyos por segunda vez en su historia entre los 32 finalistas. Goles importantes, porque en las tres rondas que superó el equipo israelí, implicaron la remontada a la eliminatoria. Incluido un doblete en el cuarto de hora final que dejó fuera al Viktoria Plzeň. Y, una vez alcanzaron la ansiada fase de grupos, donde quedaron emparejados con Chelsea, Porto y Dynamo Kyiv, marcó uno de los cinco únicos goles -único en aquella edición- del Maccabi en Champions. Concretamente fue Iker Casillas quien lo encajó.
De vuelta al fútbol europeo, tras convertirse en ídolo de multitudes en Guangzhou R&F -también conocido como Guangzhou City-, donde hizo 92 goles en 106 encuentros en un equipo de media tabla, Zahavi ha sido capaz de extrapolar su veneno a la Eredivisie de la mano del PSV Eindhoven. No tanto en cuanto a números (13 goles en 24 partidos), sino más bien en lo que a importancia se refiere. Recuperando su idilio con las competiciones europeas, suyos son los cuatro tantos que ha marcado el equipo neerlandés en la eliminatoria de dieciseisavos de final de Europa League; donde, a pesar del buen papel del atacante israelí, el PSV acabó cayendo (5-4) frente a Olympiacos. Y también suyos son los tres goles que ha encajado el Ajax en la competición doméstica ante el PSV, posibilitando que ambos encuentros finalizasen con tablas en el marcador.
Eran Zahavi dándole momentáneamente la victoria al PSV frente al Ajax. Duelo directo en la parte alta, quizá la última oportunidad para que los de Schmidt se reenganchen a la lucha por la #Eredivisie🇳🇱. En citas importantes, pocos mejores que él israelí.pic.twitter.com/UMaXAe5UZl
— Iñaki María Avial ⚽ (@mariaavial) February 28, 2021
Un punta, o segunda punta, más inteligente que veloz y que técnico. De esos líderes que, cuando se les necesita, saben estar en el lugar idóneo en el momento adecuado. Esa es su gran virtud. Si en el cine de acción hay dos tipos de villanos, diferenciando quienes no retroceden cuando pegan tiros a diestro y siniestro, y los que son más cabeza que corazón, se podría decir que Malen es de los primeros y Zahavi de los que optan por ponerle el silenciador al rifle y sorprender cuando el contrincante menos se lo espera. Por eso se complementan ambos tan bien. Porque, mientras el fútbol de Donyell implica movimiento, el del `7´se basa más en la astucia que en la audacia. Y, todo ello, acompañado por un extraordinario disparo que le ha llevado a marcar importantes goles de libre directo esta temporada. Claro esta que, sin esa sangre fría y definición, Eran no habría llegado hasta aquí. Un atacante que ejemplifica bien eso de que más sabe el diablo por viejo que por diablo.