En los cuatro días que llevamos de Mundial, ninguna selección había mostrado tanta superioirdad como equipo. España firmó contra Costa Rica la mayor exhibición colectiva de lo que va de Copa del Mundo. No por el resultado (7-0), sino por el juego. La selección dirigida por Luis Enrique fue infinitamente mejor que su rival en todos los momentos del juego, pese a que pronto “se acabara” el partido.
España dominó desde el inicio. A partir de su 4-3-3 clásico, con los extremos bien abiertos, los interiores en los cuadrados y los laterales bajos (como punto de partida), interpretando donde estaba el espacio y como aprovecharlo desde la movilidad. Para abrir el bloque en 4-4-2 que planteó Luis Fernando Suárez (uno que tenía más agujeros que un queso ‘gruyere’, dicho sea de paso), España consiguió las primeras ventajas desde la posición de los laterales. Moviendo al balón de lado a lado, encontrando a Jordi Alba y Azpilicueta libres en una posición baja y aprovechando las conductas del bloque costaricense (que dejaba huecos por dentro una vez ajustaba la presión en banda, con el extremo saltando al lateral), para meter el balón hacia dentro (Busquets) y girar el juego.
Y no solo fue Busquets quien filtraba o cambiaba de orientación, también Pedri. El canario, a pesar de partir como interior izquierdo, fue una de las claves para que España consiguiera momentos de mucha fluidez con balón, descendiendo a la base para dar una línea de pase extra cuando uno de los puntas costaricenses tapaba a Busquets. En este rol, el canario se sintió comodísimo acudiendo esporádicamente a la zona de ‘Busi’ para auxiliar y dar continuidad a la progresión. También brilló Gavi, siendo la tercera altura del mediocampo, más allá del gol que anotó y el premio que recibió (MVP oficial del partido). Con Ferran fijo en banda y Azpilicueta cerrando el triángulo por abajo, el ‘golden boy’ le dio a España juego entre líneas a una altura superior que Pedri, además de profundidad interior con sus rupturas entre central y lateral. Su partido no fue normal para un chico de 18 años que debutaba en un Mundial.
Otra individualidad súper importante para abrir a Costa Rica, especialmente cuando el bloque decidía subir un pelín la altura de la presión (fueron pocas veces, pero pasó), fue Marco Asensio jugando como delantero centro. El balear, aprovechando que ninguno de los centrales costaricenses le perseguía cuando se despegaba de ellos, descendía de su posición para ofrecer opción de pase a la espalda de los pivotes, que estaban pendientes de sus referencias, y recibía libre para seguir avanzando. Asensio hizo de nexo para que España pudiese llegar a zona de finalización en ventaja, recibiendo dentro y conectando por fuera. Cierto que con él en punta la ‘roja’ pierde amenaza rematadora dentro del área, pero no pesó. Con los centrales costaricenses priorizando la protección del área y los pivotes muy destensionados para seguirle después de la acción (más después de verse tan superados en el juego), el balear siempre arribó a la frontal antes que nadie. Así llegó el segundo gol: atrayendo dentro, jugando fuera con Alba y volviendo dentro para finalizar.
Con el 3-0 en media hora, Luis Fernando Suárez modificó su planteamineto para intentar cortar la sangría. El técnico costaricense organizó a su equipo en un 5-4-1 (colocó a Fuller -antes extremo- de carrilero y a Martínez -antes lateral- de central diestro) y subió un poco la agresividad sin balón. De este modo, Asensio no dispuso de la mencionada ventaja, pues ahora sí tuvo a Óscar Duarte persiguiéndole cuando buscaba aparecer por dentro. Por otra parte, Anthony Contreras se mantuvo arriba para mantener cierta amenaza cuando Costa Rica recuperase la pelota, pero las vigilancias de Aymeric Laporte y Rodri Hernández (que fue central) no le permitieron generar peligro en ningún momento del partido. En la presión tras pérdida, España también dio un recital.
Ni el descanso sirvió para que Costa Rica se tomase un respiro. España salió igual de inspirada en la segunda parte y acabó de senteniar el encuentro, ante un equipo que desde el 3-0 agachó la cabeza. Ferran (x2), Gavi, Carlos Soler y Morata fueron los demás anotadores. De esta goleada, para los amantes de la estadísitica quedará el resultado, un 7-0 en un partido inaugurual del Mundial siempre queda en la retina de todos, pero para los amantes del fútbol, quedará el juego. El siguiente reto no puede ser más apasionante; el domingo espera Alemania, que si pierde puede decir adiós al Mundial.