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La Francia de Didier Deschamps venció a la España de Luis Enrique (1-2) y se proclamó campeona de la UEFA Nations League en Milán. A lomos de las individualidades que posee, Francia no necesitó ser superior a España en el global del partido y se llevó un encuentro en el que colectivamente fue inferior hasta el momento del 1-1. Kylian Mbappé y Karim Benzema, como ya hicieron en las semifinales contra Bélgica, tiraron del carro y le dieron a Francia un título que ansiaba, para resarcirse de lo vivido el pasado verano y para encarar la cita mundialista con la herida sanada. 

La selección española cimentó el dominio en su salida de balón. Los de Luis Enrique apenas cometieron pérdidas en esta fase del juego y lograron salir con el balón controlado desde abajo en numerosas veces. Francia, con su esquema de tres centrales y dos carrileros, presionó alto de forma más zonal que individual, con la particularidad de que emparejaba en el lado fuerte pero siempre dejaba libre al lateral del lado débil. Mbappé y Benzema iban con centrales pero uno orientaba a Unai Simón, Griezmann marcaba a Busquets, Tchouaméni y Pogba iban sobre Gavi y Rodri, y el carrilero del lado de balón saltaba al lateral español. De este modo, España atrajo la presión en el lado izquierdo y movió rápidamente el balón hacia la derecha para encontrar a Azpilicueta como hombre libre constantemente (claves Unai, Laporte y Busquets en ello). Esto obligó a Francia a defender en ciertos momentos en un bloque medio (5-2-1-2), en el que mantenía las referencias de la presión pero el doble pivote quedaba muy expuesto, puesto que España encontraba a sus laterales solos cada vez que Sergio Busquets giraba el juego hacia el lado contrario.

«España atrajo la presión francesa en el lado izquierdo y movió rápidamente el balón hacia la derecha para encontrar a Azpilicueta como hombre libre»

Viendo las dificultades que estaba teniendo al presionar, Deschamps ajustó en dos cosas: intercambió los perfiles de Pogba y Tchouaméni, pues Gavi estaba girándose por dentro con facilidad y el del Mónaco es mejor defensor que el del Manchester United –lo cual a la postre quedó patente-, y Théo fue a buscar más arriba a Azpilicueta con Kimpembé quedando en vigilancia sobre Ferran. No obstante, España encontró una nueva solución a través de la figura de Mikel Oyarzabal. Aprovechando que el doble pivote francés iba muy arriba sobre los interiores españoles y dejaba mucho espacio a su espalda, el atacante de la Real Sociedad oxigenó con sus descensos la salida española una y otra vez. En eso estuvo excelso y le permitió a España seguir girando la presión francesa con asiduidad. Además, la ‘Roja’ tampoco le dio la posibilidad de correr a Francia y desconectó del partido a sus tres estrellas ofensivas, que salvo los primeros 5 minutos, no estaban teniendo una noche nada cómoda.

«Mikel Oyarzabal fue importantísimo para dar salida a España con sus descensos»

El único pero que se le pudo poner al primer tiempo español fue que el dominio no se transformó en ocasiones de gol o aproximaciones claras. Azpilicueta, Gavi y Ferran no acabaron de explotar la superioridad que tuvieron en el sector derecho -y eso que Kimpembé transmitió unas sensaciones preocupantes-, Sarabia y el mismo Ferran estuvieron erráticos en la ejecución, y Oyarzabal estuvo muy solo en el área. A España le faltó ‘punch’ en los metros finales.

El segundo tiempo empezó de la misma manera que acabó el primero, con España dominando y Sergio Busquets completando la enésima exhibición con la selección en el último año. Pero a partir del minuto 60, quizás por las prisas del resultado, el partido se rompió y empezaron a aflorar los miedos propios de una final. Francia, a través de sus individualidades (sobre todo Tchouaméni y Griezmann), logró saltar la presión de España con más éxito y le proporcionó a sus hombres de ataque el escenario que más disfrutan. La sociedad que formaron Théo y Benzema intercambiando pasillos y asociándose, el único mecanismo que le dio rédito en lo ofensivo en todo el partido, fue el salvoconducto que encontró Francia para dañar a España. Primero, Théo estrelló el balón al palo, pero después, en la jugada posterior al 1-0 con el que Mikel Oyarzabal culminó su partidazo, Benzema pintó su segunda postal con la selección en menos de una semana. 

«La relación entre Théo y Benzema fue el salvoconducto que encontró Francia para dañar a España»

Los primeros cambios de Luis Enrique -Yéremy Pino por un insuficiente Sarabia y Koke por un Gavi que volvió a jugar un partido impropio de alguien de su edad- tampoco tuvieron un impacto notorio en el partido y el efecto psicológico del empate empezó a notarse en España. Dudó hasta Eric Garcia, que estaba haciendo un partido mayúsculo teniendo en cuenta sus limitaciones y el reto que tenía enfrente. En la primera acción que perdió contra Mbappé, Francia le dio la vuelta al partido. 

Finalmente, los dirigidos por Deschamps no transmitieron la misma determinación en área propia que sí mostraron en área rival. Y solamente Hugo Lloris, sin duda otro de los argumentos individuales franceses para llevarse esta ‘Final Four’, resistió de pie el último asedió español. Pero suficiente para llevarse una victoria con sabor a liberación.

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