El futbol en la diáspora armenia

Recomendación musical 1

La chanson francesa contemporánea tuvo un gran intérprete como Charles Aznavour. Nacido al sur de París como Shahnur Vaghinak Aznavuryan (Շահնուր Վաղինակ Ազնավուրյան), Charles conquistó a diferentes generaciones con su voz de tenor que llegaba a notas sólidas graves y expresividad en los agudos. Imagina que en una votación por el mejor cantante del siglo XX, le ganó a Bob Dylan y a Elvis Presley. Su melancolía le valió cantar en nueve idiomas. Más de 1.200 canciones fueron grabadas por él, como la siguiente: La bohème.

En esta ocasión he invitado a Manuel Férez, sociólogo dedicado al estudio de minorías en  Medio Oriente y Cáucaso. Sociólogo por la UNAM con especialidades en Medio Oriente y Ciencia Política por el Galilee Institute de Israel y en Integración Europea por el ITAM. Cuenta con grado de Maestría en Integración Europea por la Universidad Autónoma de Barcelona, y actualmente estudia el doctorado en sociología por la Universidad Alberto Hurtado de Chile. Ha dado clases en la Universidad del Claustro de Sor Juana, en el Centro Educativo del Museo de la Memoria y Tolerancia, la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, la Universidad Anáhuac, la Universidad Internacional, en Cuernavaca. Actualmente es Profesor de Medio Oriente y Cáucaso en la Universidad Alberto Hurtado, una de las mejores universidades privadas en Chile. Muchísimas gracias, Manuel.

Vamos al tema de esta semana.

Armenia, ascenso inesperado y dulce

Si hay un país que ganó contra todos los pronósticos en el futbol es Armenia. Mucha gente recuerda la paliza que les dio Italia un año atrás: nueve goles por apenas un tanto de Edgar Babayan (Էդգար Բաբայան). Los armenios no son un pésimo equipo y ya han causado varias travesuras a equipos de media categoría en eliminatorias hacia los mundiales de Brasil y Rusia. Pero a veces parece que el equipo es Henrikh Mkhitaryan (Հենրիխ Մխիթարյան) y diez más, y si a eso le sumamos un caos por las elecciones en la Federación Armenia de Futbol, tienes la receta perfecta para la debacle de esa noche en Palermo.

Si Armenia quería dar un golpe de autoridad, tenía que hacer cosas grandes en esta edición de la Liga de Naciones. Y por ello se fijaron en el Sevilla. Ahí estaba el mítico DT Joaquín Caparrós, ahora en el retiro como Director de Desarrollo de Talentos. Lo convencieron para que entrenara a una selección armenia que luchaba por encontrar un camino sin Mkhitaryan; no siempre lo tendrían con ellos.

Gracias a la reforma al sistema de competencias, no importaba que Armenia hubiera quedado en segundo del grupo que ganó Macedonia del Norte; se había trepado a la división C y ahora venía un grupo pesado con dos compañeros ex soviéticos, Georgia y Estonia, también se volverían a ver las caras con los normacedonios. Pero llegó la pandemia por CoVID-19 y no hubo tiempo para ver qué tal jugaban. Los amistosos en Asia Central contra Uzbekistán y Kazajistán tuvieron que cancelarse.

El inicio fue bastante desafortunado y sin Mkhitaryan perdieron en Skopie (1-2). El siguiente partido fue un 2-0 a Estonia en casa. Y para empeorar las cosas, se reabrió la vieja herida de Nagorno-Karabaj, donde el vecino enemigo Azerbaiyán apoyado por otro enemigo más grande, Turquía, quisieron cobrarse las rencillas y sacar a los armenios de una vez por todas. Por el conflicto, Armenia tuvo que jugar fuera de su tierra. Sacó dos empates con los dientes ante los georgianos en Polonia (2-2) y en Estonia (1-1).

Marchaban terceros con cinco unidades, apenas uno detrás de balcánicos y caucásicos. Con dos partidos fuera de Armenia ante los líderes, parecía que pasaría otro año sin poder quedar primeros. Esta vez, la UEFA no los ayudaría y tendrían que quedarse en la división C. Pues contra vientos y mareas, Armenia ganó en el último minuto contra Georgia (2-1) y en Chipre le arrebató sorpresivamente el boleto a la división B a Macedonia del Norte por la mínima. No importaba que fuera el peor récord de todos los líderes de grupo… habían hecho lo que parecía imposible hacía unos meses.

¿Qué cambió en ese 2020?

1. Le permitieron a Caparrós carta blanca para confeccionar su propio cuerpo técnico. Así, se trajo a su compatriota, el preparador físico Javier Miñano. Para que sus indicaciones fueran transmitidas, su asistente fue armenio: Suren Chakhalyan (Սուրեն Չախալյան).
   
2. Ya no recaía la responsabilidad en Mkhitaryan por completo porque muchos armenios que jugaban en el extranjero empezaron a entrar en un gran nivel. Ahí están Khoren Bayramyan (Խորեն Բայրամյան, Rostov, Rusia), Vahan Bichakhchyan (Վահան Բիչախչյան, Žilina, Eslovaquia), Arshak Koryan (Արշակ Կորյան, Khimki, Rusia) y Sargis Adamyan (Սարգիս Ադամյան, Hoffenheim, Alemania, en la imagen). También, hay que admitirlo, nacionalizaron a extranjeros que llevaban varios años rompiéndola en Armenia como el nigeriano Solomon Udo (Ararat) y el colombiano Wbeymar Mosquera (Ararat-Armenia).
   
3. Armenia tuvo la suerte de combatir grupo con los dos finalistas del repechaje de la división D para la Euro. Si de entrada ya tenían sus partidos tres días antes de que jugaran contra Armenia, el COVID-19 los mermó aún más. Por ello, Armenia aprovechó que estaba entero físicamente para ascender.
   
4. La guerra contra Nagorno-Karabaj finalmente los motivó. Ante 10 mil chacales túrquicos, ese equipo de 11 leones se transformó en un auténtico ejército que les dijo al mundo que aún estaban de pie. Eran soldados… uno de ellos literalmente tomó las armas, el capitán Varazdat Haroyan (Վարազդատ Հարոյան).
   

El triunfo de la selección armenia caló dentro de Armenia… pero también fuera de sus fronteras. Al ser un pueblo migrante, hay más armenios en el extranjero que dentro del país. No se ve normalmente a Armenia como un pueblo que esté emparentado con el futbol, pero al menos dentro de su diáspora sí sucede esto. ¿Cómo está eso?

El pueblo armenio: historia de una migración eterna

Cuando se habla de movimientos migratorios y diásporas del Medio Oriente y Cáucaso, la experiencia armenia ocupa un lugar destacado. Es cierto que la migración y dispersión de comunidades étnicas, religiosas y lingüísticas está en el centro de la historia moderna del Medio Oriente y Cáucaso; también es cierto que desde el siglo XIX, debido a cambios políticos, económicos y demográficos importantes, principalmente originadas a partir de guerras y conflictos, las dinámicas diaspóricas se aceleraron y dieron pie a una variedad de procesos migratorios y asentamiento que desgraciadamente han estado marginados en la academia latinoamericana dedicada al estudio del Medio Oriente y Cáucaso contemporáneos.

Los grupos diaspóricos han experimentado diversos y complejos procesos de adaptación al entorno, así como particulares negociaciones identitarias entre su «homeland» abandonado y el «hogar» que los recibió, por lo que dichas «comunidades diaspóricas» mantienen expresiones culturales, identitarias y políticas determinadas en ambientes y contextos específicos.

Mientras tradicionalmente en la academia se ha tendido a una esencialización y abstracción de las comunidades diaspóricas, en los últimos años ha surgido una nueva aproximación que sitúa a las narrativas emanadas desde dentro de los grupos diaspóricos en el centro de la reflexión y desde la cual se entienden sus procesos de resistencia, memoria, transmisión intergeneracional, traumas y luchas por el reconocimiento.

Como mencionan Gorman y Kasbarian en la introducción del libro Diasporas of the Modern Middle East «la experiencia diaspórica en el Medio Oriente da pie a una rica historia desde abajo y desde las márgenes de los principales desarrollos políticos, lo cual proporciona contranarrativas perceptivas al discurso hegemónico y a la política esencialista».

El Medio Oriente y el Cáucaso son dos regiones de alta diversidad étnica, religiosa y lingüística, así como de intensos procesos de desplazamiento poblacional y cambios demográficos abruptos y violentos. Las masacres y dispersión sufridas por los cristianos del Imperio Otomano durante el periodo 1894-1924, particularmente griegos y armenios, no sólo llevaron a una disminución dramática de la población cristiana de la zona de Anatolia (de un 20% en 1894 a un 2% para 1924)[1], también significaron un trauma profundo en la memoria colectiva cristiana en general y armenia en particular.

Hay que recordar que ya en el Medio Oriente premoderno los armenios habían sido objeto de desplazamientos forzados, baste como ejemplo el realizado durante el siglo XVII que llevó a miles de armenios de Anatolia a Isfahán, en el Imperio Persa. Esto deja claro que en la memoria y narrativa colectiva armenia moderna, así como en la judía, kurda o palestina, el desplazamiento, la expulsión y la masacre sufridos por sus antepasados, sigan teniendo un lugar especial, profundo, transgeneracional y fuente de traumas.

Cuando nos referimos a la diáspora armenia lo hacemos en relación a millones de personas armenias desperdigadas por muchos países tanto del Medio Oriente como del Cáucaso, Europa y América Latina e incluso por países del norte de África. Las comunidades armenias se han incorporado a diferentes espacios culturales sin perder su identidad nacional, tradiciones, religión y cultura.

Si bien se suele hablar del genocidio armenio (1914-1923) como el motivador de la emigración armenia de la zona, en realidad a lo largo de la historia el pueblo armenio ha migrado y se ha asentado en muchos países.  Es difícil y polémico establecer un número oficial de armenios en la diáspora, y las estimaciones van desde los dos a los diez millones de armenios viviendo fuera de la actual República de Armenia.

El origen de la diáspora armenia está en el periodo antiguo, ya que Armenia, siendo la primera nación convertida masivamente al cristianismo en el año 301, expandió su influencia más allá de los confines territoriales de la Armenia moderna y llegando a tierras de las actuales Turquía e Irán

Durante la Edad Media muchas comunidades armenias se asentaron permanentemente en Chipre, Egipto, Palestina, Israel, Siria, Líbano mientras que su homeland era constantemente ocupado por imperios más poderosos, lo que llevó a su gradual declive como país independiente y empoderó a sus comunidades diaspóricas.

Los armenios se asentaron en lugares remotos como India, Francia, Inglaterra, China, Italia, Polonia y Balcanes así como en el Nuevo Mundo, y las razones del crecimiento de dichas comunidades se debieron tanto a expulsiones violentas como a la búsqueda de oportunidades comerciales. Ambas dinámicas, tanto el desplazamiento forzado como el aventurerismo comercial serían parte de la cultura, historia y memoria armenia hasta nuestros días.

Deporte en la diáspora armenia

Hasta antes de la I Guerra Mundial, los armenios vivían relativamente tranquilos. ¿Cómo unir a todos los paisanos a través del deporte? Esa fue la pregunta de Shavarsh Krissian (Շաւարշ Քրիսեան). Vio que el deporte se practicaba, pero casi no se sabía mucho porque no había nada escrito que diseminara su práctica. Con ayuda financiera de los hermanos Hagopian (Յակոբեան) (Robert y Krikor) se publicó Mamnamarz (Մարմնամարզ), la primera revista deportiva en el Imperio Otomano. La cosa no quedó ahí. Siguieron olimpiadas pan-armenias y también surgió un interés por el movimiento scout gracias a un artículo sobre Robert Baden-Powel que Krissian escribió en el Mamnamarz. Pero llegó la I Guerra Mundial y la posterior desgracia otomana para los armenios. Todas esas iniciativas llegaron a un alto. Sharvash no se salvó de la muerte.

La unión del deporte armenio sufrió con ello un severo golpe, pero no fue destruida. Cuando pasó todo el terror, se decidió darle cuerpo a toda expresión deportiva y por ello en noviembre de 1918 nació la Unión Atlética General y de Scouts de Armenia (Հայ Մարմնակրթական Ընդհանուր Միութիւն, Hay Marmnakrt’akan Yndhanur Miut’iwn). Por sus siglas, Հ.Ը.Մ.Մ., esta naciente asociación se llamaba Homenetmen. Sharvash Krissian fue nombrado fundador honorario ya que todo eso había sido idea suya. Pronto se esparció por cuatro barrios de Constantinopla.

Dos años más tarde, la incipiente República de Armenia invitó a los evangelizadores deportivos para que la juventud armenia recibiera esas lecciones de esparcimiento. Al principio había mucho interés, pero duró poco. La URSS se anexó a Armenia y prohibieron a Homenetmen, mientras que el grupo de Constantinopla se vio forzado a cerrar sus puertas. Eso no los detuvo, y se diseminaron por los cuatro rincones de la tierra.

Ahora Homenetmen se encuentra en Australia, Medio Oriente, Europa, Estados Unidos, Canadá y Sudamérica. Sus fuertes son el movimiento scout y los clubes de diferentes deportes, como tenis de mesa, básquetbol, ciclismo, atletismo, volibol y futbol.

No es la única asociación deportiva, y todo tiene que ver con política. En Aleppo, Siria, unos armenios simpatizantes con la izquierda internacional encarnada en el partido socialdemócrata Hunchakian, se fundó la Unión Deportiva Armenia (Հայ Մարմնամարզական Միութիւն, Hay Marmnamarzakan Miut’iwn) y por sus siglas quedó como Homenmen. Al igual que Homenetmen también está en esos mismos lugares, solamente que ya logró entrar a Armenia. 

Líbano

En septiembre de 1920 se declararía formalmente el Estado libanés moderno y dicho año marcaría la llegada de miles de armenios a la zona desde Cilicia. Tres años después, a esos armenios se les garantizaría la ciudadanía libanesa en virtud del Tratado de Lausana. El sistema multiconfesional libanés basado en divisiones étnicas y religiosas permitiría a la Iglesia Ortodoxa Armenia establecerse oficialmente en el país con sus propias instituciones educativas y culturales en barrios residenciales propios.

Para 1932 el censo nacional ubicaba en 32 mil a los armenios libaneses llegando a más de 200 mil en las décadas posteriores al llegar inmigrantes armenios provenientes de Siria y Palestina. Se calcula que la población armenia de Líbano actualmente oscila entre los 50 y 60 mil personas.[2]

Cabe destacar el caso de los armenios de Musa Dagh quienes fueron traídos en 1939 como resultado de la cesión francesa de Alexandretta a la República de Turquía. La mayoría de los armenios llegados como refugiados de dicha decisión política francesa se asentarían en Anjar (عنجر), un pueblo armenio del Valle de la Bekaa (بقاع).

El futbol libanés actualmente es dominado por un triunvirato: al-Ahed (العهد), an-Nejmeh (النجمة) y al-Ansar (الأنصار). Solamente los más veteranos recuerdan que el futbol en Beirut le pertenecía a la comunidad armenia. Los rivales que cada temporada luchaban por ser el mejor eran el Homenetmen (الهومنتمن/ՀՄԸՄ) y el Homenmen (الهومنمن/ՀՄՄ). 

Por un lado, tenemos la sucursal de Homenetmen en Beirut. Fundado en 1924, es uno de los clubes más antiguos en el Medio Oriente. Hasta los años 60 era la fuerza dominante. Desde su principio estuvo ligado al partido armeno-libanés Dashnak (Federación Revolucionaria Armenia). En su haber tienen siete ligas libanesas y ha sido la escuadra libanesa que más alto ha llegado en la Champions League asiática (semifinales, 1970). 

Por aquí han pasado varios de los máximos exponentes del futbol que hayan pisado suelo libanés: Pedros Tachdjian (Պետրոս Թաշճեան), , Abraham Kassabian (Աբրահամ Գասապեան) y Levon Eltonian (Լեւոն Էլթոնեան). Aquí incluso dirigió Khoren Hovhannisyan (Խորեն Հովհաննիսյան), seleccionado soviético en España. Su última gran estrella fue Vartan Ghazaryan (وارطان غازاريان/Վարտան Ղազարյան), un armenio que llegó a robarse el corazón de los libaneses. En su momento fue el máximo goleador de la selección, hasta que Roda Antar (رضا عنتر) rompió el récord.

Por el otro lado está Homenmen con cuatro ligas. También tenía sus jugadores insignia, como Badik y Samik en los setenta, Papken Melikian (بابكين ماليكيان/Բաբկեն Մելիքյան), Kevork, Korkin y Vitaly. Dentro de la comunidad armenia, era un ejemplo de cómo hacer bien las cosas a nivel administrativo y por ello era de los pocos clubes que le seguía el paso a Homenetmen.

El derbi armenio era un duelo que nadie en Líbano se lo perdía, ya fueran armenio o no armenio. Los estadios por lo general lucían llenos, se gritaban frases en armenio, el futbol se jugaba a un nivel alto y todo mundo salía contento hablando del partido.

La guerra civil en Líbano les pegó a ambos clubes por igual. Aunque eran rivales, seguían siendo en cierta manera hermanos, y si uno caía a segunda, el otro lo seguía al infierno. Ahora ambos están en tercera división y se sigue hablando del derbi armenio. Tal parece que el regreso a segunda de ambos lados es lejano. La falta de patrocinadores, la falta de interés en general por clubes en segunda, la negligencia de políticos armenios (bastante ruidosos) y el mal nivel del futbol en Líbano parecen una losa pesada para revivir un pasado glorioso.

Irán

En el actual Irán la comunidad armenia se involucra en diferentes actividades productivas que van desde artistas, deportistas y profesores universitarios hasta conductores de taxi y hombres de negocios. La presencia armenia en tierras persas es antigua, aunque desde el siglo XI y hasta el siglo XVII se registró un incremento importante en la población armenia en ciudades del actual Azerbaiyán e Isfahán. También llegó a la capital Teherán, en el cual reside la más del 60% de la comunidad armenia iraní, la cual está calculada en 280 mil personas para inicios del siglo XXI.[3]

Durante el siglo XIX los armenios de Irán mantuvieron un sistema educativo propio en el cual se enseña tanto el persa como el francés y el inglés. Este sistema educativo propio fue finalizado en 1936 por órdenes de Reza Shah quien implementó un agresivo programa de persianización en el sistema educativo del país. En 1943 se permitiría la reapertura de las escuelas armenias particulares del país pero el gobierno prohibió la enseñanza en idioma armenio limitando su uso a las clases de religión.

Lo anterior no ha impedido que a lo largo de la historia del Irán moderno la comunidad armenia preserve su cultura, tradiciones e identidad que fueron ayudadas por el establecimiento de cátedras universitarias sobre historia y literatura armenia durante las décadas de los 60s y 70s del siglo XX.

Los armenios han contribuido significativamente al Irán actual al ser pioneros en el teatro, la ciencia, fotografía así como un sector activo económicamente hablando. Un ejemplo de lo anterior es que el primer cine del país establecido en la ciudad de Tabriz en 1916 tuvo como dueño a Alex Sahinyan, un empresario armenio.  Además de las áreas culturales y comerciales los armenios iraníes han destacado en varias disciplinas deportivas como el box, el voleyball, el levantamiento de pesas y el fútbol.

En la vida del futbol en la capital iraní había un equipo que nunca dejó de luchar, el Ararat (آرارات تهران‎/Արարատ Թեհրան). Nacido en 1944, era el equipo que unía a toda la comunidad armenia… aunque también tenía sus seguidores entre los no armenios. Para darle identidad, escogieron el nombre de su monte sagrado, Ararat, donde encalló el arca de Noé. Este es un club único en el futbol iraní: solamente fichan a jugadores armenios que hayan nacido en Irán.

Nunca se caracterizaron por sus buenos resultados; sin embargo, su función era formar a jugadores que después engrosaban a los principales clubes de Irán. Tal vez por ello solamente duraron dos temporadas en la liga Azadegan (ليگ آزادگان), el máximo circuito del futbol iraní. Desde entonces, pésimas decisiones y unas finanzas cada vez peores lo llevaron a descender división tras división hasta desaparecer en 2009. Renació en 2014 y desde entonces está en la Liga Provincial de Teherán, algo así como la quinta división.

Antes tenía la política de que todo el equipo fuera de origen armenio-iraní, pero por los pésimos resultados, se les abrió la oportunidad a que los no armenios pudieran dirigir, algo que no funcionó como se esperaba. De todos modos, el talento que se ha formado ahí ha sido bienvenido para equipos como el Persepolis (پرسپلیس) y sobre todo el Esteghlal (استقلال). Te menciono algunos ejemplos: George Markaryan (ژرژ مارکاریان/Ջօրջ Մարգարյան), Karo Haghverdian (کارو حق‌وردیان/Կարո Հախվերդեան), Andranik Eskandarian (آندرانیک اسکندریان‎/Անդրանիկ Իսքանտարեան), Edmond Bezik (ادموند بزيک‎/Էդմունդ Բազիկյան), Markar Aghajanyan (مارکار آقاجانیان/Մարգար Աղաջանեան) y Andranik Teymourian (آندرانيک تیموریان‎/Անդրանիկ Թէյմուրեան). Este último logró convertirse en el primer capitán cristiano de la selección de Irán.

Ex URSS

En los tiempos de la URSS, los armenios ocupaban posiciones prominentes dentro de varias esferas sociales. No es sorpresa que Rusia sea el principal aliado de Armenia. El gobierno de Vladimir Putin siempre les ha abierto las puertas. La sociedad rusa es bastante severa con los estereotipos hacia los pueblos del Cáucaso, y los armenios son tratados con relativa suavidad. Lo más que dicen es que los armenios siempre se llevan a las rusas y que Ereván es una ciudad peligrosa atrapada en los años 90.

Para que los armenios que vivían en Rusia no extrañaran a su patria, se decidió crear un avatar de ese equipo paisano que llegó a conquistar la Unión Soviética alguna vez. Por eso, en 2017 surgió el FC Ararat en Moscú (ФК «Арарат» Москва/«Արարատ Մոսկվա» ՖԱ). La consigna era llegar cuanto antes a la Premier League de Rusia, pero debían partir desde la tercera división. Pero ellos iban en serio: ficharon a una de las glorias rusas como Roman Pavlyuchenko (Роман Павлюченко) y a él lo siguieron dos verdaderos cracks: Marat Izmailov (Марат Измаилов) y Alexei Rebko (Алексей Ребко).

Su primera temporada (2017-18) fue una novela. El problema no era en la cancha, pues los resultados se sacaban prácticamente sin despeinarse. Todo el drama era en la dirección técnica y en la presidencia. El primer presidente, Valeri Oganessian (Валерий Оганесян/Վալէրի Հովհաննիսյան), lo dejó todo y se fue a Georgia, no sin antes transferirse 20 millones de rublos de las finanzas del club a su cuenta. Se desató el escándalo, pero solamente duró una semana. Al final, lo tomó Samvel Karapetyan (Самвел Карапетян/Սամվել Կարապետյան) y apagó el incendio mediático. ¿Quién es Samvel Karapetyan? Es nada menos que el armenio más rico del mundo y es parte del círculo de oligarcas de Vladimir Putin.

Con gran soltura, ganó su grupo de la tercera división, lo que significaba el ascenso a segunda, pero la Unión de Futbol de Rusia les negó la licencia para competir ahí. De nada sirvió la apelación. Tuvieron que volver a jugar en tercera en la temporada pasada. En esta ocasión, estaban en octavo puesto navegando tranquilamente, pero tras la pausa invernal la RFS también les quitó la licencia para competir. Tantos golpes en el escritorio por lo pronto los desmotivaron para regresar al futbol ruso.

Por ahí hay otro Ararat, pero en Tallinn, Estonia. No es lo mismo. En 15 años de existencia, lo más que han llegado es a tercera división, y por ahora no parece que vayan a incomodar en el futbol estonio.

Francia

Como una “mezcla de integración y un nuevo sentimiento nacional” describe David Zenian las dinámicas identitarias armenias en Francia país que cuenta con la mayor comunidad armenia de Europa y la tercera del mundo. Ciudades como Marsella y París son testigos de la expresión cultural armenia moderna. [4]

La  presencia de armenios en territorio francés se remonta a la década de los veinte del siglo XX cuando miles de refugiados armenios que huían de las masacres otomanas llegaron al puerto de Marsella. Si bien algunos de esos refugiados regresarían a su homeland ha llamado de Josef Stalin  en 1947 para que regresaran a su tierra ancestral a reconstruir la vida armenia soviética.

La segunda ola inmigratoria armenia a Francia se registró durante la década de los cincuenta y sesenta con el arribo de armenios que huían de los pogroms anti cristianos desatados en Turquía. Contabilizando más de 300 mil personas la diáspora armenia francesa se ha integrado al país sin olvidar sus raíces, cultura e historia

Un grupo de armenios se estableció en Valence, un pueblo del departamento de Drôme, provincia de Auvernia-Ródano-Alpes (sureste). En 1920 fundaron el equipo Union sportive de la Jeunesse d’origine arménienne de Valence. Comenzaron en el estadio de la Palla, una pequeña cancha cuyo césped cada año era bendecido por el diácono de la Iglesia Apostólica Armenia.

Definitivamente su época dorada fue en los años 90, cuando estuvo siete temporadas en la Ligue 2. Ahí compitieron como ASOA Valence (Association Sportive d’Origine Armenienne de Valence). Todavía pudieron alcanzar los cuartos de final de la Coupe de France en la temporada 1995-96. Esa bonanza terminó con el fiasco de la dirección técnica de Bruno Metsu, que fue un punto de inflexión en su carrera y a partir de ahí triunfó en África y en el futbol árabe. Pero volvamos a nuestra historia. Después de eso Valence tuvo vicisitudes económicas y malas decisiones que lo llevaron a desaparecer varias veces. Ahora como Olympique de Valence apenas languidece en Regional 1, la sexta división del futbol de Francia.

Los armenios han destacado más bien a nivel individual en el futbol francés. Ahí tenemos a Alain Boghossian (Ալեն Պողոսյան), mediocampista de gran stamina con brillante paso por el calcio italiano y con el honor de haber disputado la final de Francia 1998. Otro es Éric Assadourian (Էրիկ Ասադուրյան), que estuvo en el Lille, Guingamp, Toulouse y Lyon, y llegó a la selección armenia. Ahí también estuvo Michel Der Zakarian (Միշել Տեր-Զաքարյան), con carrera en apenas dos clubes, Nantes y Montpellier.

Pero sin dudas el francoarmenio más reconocido es sin duda Youri Djorkaeff (Յուրի Ջորկաեֆ). Su mamá es de origen armenio. No fue solamente su paso por Les Bleus y por clubes como el Monaco, el Inter de Milan y el Kaiserslautern. Ahora está dedicado en cuerpo y alma a proyectos benéficos y es CEO de la Fundación FIFA.

Latinoamérica

Los armenios en Latinoamérica han jugado un papel un poco más discreto que otras comunidades del Medio Oriente, como los libaneses, los judíos y los palestinos. De todas maneras hay bastante tela de dónde cortar. Una ciudad colombiana se conmovió por el terror del genocidio y decidieron nombrarla Armenia. Es una ciudad que ha crecido al formar parte del eje cafetalero. En Argentina está por ejemplo el tenista David Pablo Nalbandian (Դավիդ Պաբլո Նալբանդյան), en México mucha gente habla del legado de los Sarukhán (Սարուխան), y así sucesivamente.

El club armenio que salta a la vista en el futbol latinoamericano está en Argentina. Es el Deportivo Armenio. Fundado en 1962 para centralizar la representación de la comunidad armenia en Argentina, empezó a escalar división tras división.

Sin duda, los años 80 fueron los mejores momentos de su existencia. En Primera B logró establecer un récord en el futbol argentino de más partidos invicto (34). Eso le valió disputar dos temporadas en Primera División. Dos años parece muy poco, y aún así lograron dos victorias memorables. Una fue ganarle un partido a River 3-2 tras ir perdieron 0-2. La otra fue ganarle a Boca Juniors por la mínima en la Bombonera; ahí le dieron el tiro de gracia a la carrera del guardameta Hugo Gatti por el error cometido en ese partido.

La familia Nakis siempre ha manejado el Deportivo Armenio, pasando la propiedad del club de generación en generación. Es imposible que alguien de fuera tenga el club, incluso de la misma comunidad armenia. Ahora el presidente se llama Luciano, lo cual es un alivio para los hinchas armenios. El verdadero personaje es su papá, Noray. 

Actualmente cumple una condena de arresto domiciliario, pero en su momento Noray Nakis fue muy importante en el futbol argentino: estuvo en la dirigencia del Independiente y es considerado un prócer del ascenso argentino. ¿Qué tanto es su poder? Tras tres años en Primera D, la temporada pasada Deportivo Armenio consiguió el ascenso a Primera C, la tercera división del futbol argentino. Al terminar el partido, todo el plantel se subió al camión y en lugar de celebrar con los aficionados, fueron directamente a casa de Noray Nakis a festejar.

No son pocos los armenios latinoamericanos que destacan en el futbol. Por Argentina, está Esteban Becker, DT de Guinea Ecuatorial, y Efraín «Chico» Chacurian (Եփրեմ Չաքրյան), que se nacionalizó estadounidense y jugó con la selección de las Barras y las Estrellas en los años 50. Brasil aportó a Marcelo Djian, uno de los primeros brasileños en llegar al futbol francés. Y la lista no acaba en el caso de Uruguay: Adrián Sarkissian (Ադրիան Սարգսյան), Manuel Keosseián (Մանուել Քեոսեյան, DT bastante conocido en Honduras y Guatemala) y sin duda alguna, Sergio Markarián (Սերխիո Մարգարյան), que dirigió a selecciones como Perú y Grecia. Actualmente, el mayor representante es Diego Rossi, que hace mancuerna con Carlos Vela en el LAFC de la MLS.

Para Armenia, Latinoamérica es un semillero de jugadores que son propensos a ser naturalizados y darle una cadencia diferente a la selección armenia. Además del colombiano Wbeimar Mosquera, otro latinoamericano que ahora es leyenda en Armenia es el brasileño Marcos Pizzelli. Y la Federación Armenia no escatima esfuerzos en convencer a más latinoamericanos. El caso más reciente fue el argentino Lucas Zelarayán, aprovechando que es de origen armenio.

Estados Unidos

La comunidad armenia en Estados Unidos es la segunda más grande del mundo detrás de la de Rusia (hasta 1,5 millones) y se han encargado de ser mediáticos. Seguramente has escuchado hablar de la banda System of a Down, o la misma Cher (Cherilyn Sarkisian, Շերիլին Սարգիսյան). ¿O qué me dices de la familia Kardashian (Քարդաշյան)? El patriarca de esa familia fue Robert, el abogado que defendió a OJ Simpson El epicentro de la vida armenia en Estados Unidos se da en Los Angeles, particularmente el suburbio de Glendale. No por nada se le dice Yerevangeles.

Estados Unidos ha sido de los países que más han invitado al reconocimiento del genocidio armenio y ni se diga de la indignación ante el conflicto de Nagorno Karabaj. El grito más reciente ha venido desde la NFL. Es cierto que esta temporada de los Patriotas de Nueva Inglaterra ha sido bastante gris tras la partida del quarterback Tom Brady. Su sucesor, Cam Newton, no ha podido estar a la altura, pero la semana pasada salió con unos botines con los colores de la bandera armenia. Esto fue en apoyo a Berj Najarian (Պերժ Նաջարյան), prácticamente el brazo derecho del hombre que les ha dado anillos tras anillos a la franquicia de Boston, Bill Belichick.

La selección de Armenia casi siempre juega sus amistosos en Europa y rara vez en Asia Central; sin embargo, en el verano de 2016 se atrevió a cruzar el Océano Atlántico para jugar un par de amistosos. La elección fue precisamente Carson, parte de la zona metropolitana de Los Angeles. Los rivales serían Guatemala y El Salvador. En LA hay una zona llamada Little Armenia, dentro de East Hollywood; luego, los centroamericanos (en especial, los salvadoreños) son la segunda comunidad más grande en esa ciudad, detrás de los mexicanos. Guatemaltecos y salvadoreños siempre se meten con su selección cuando juega en Estados Unidos, y los armenios que nacieron en la Unión Americana por fin verían a sus compatriotas. Era una situación ganar-ganar para los tres países

Fue una fiesta… solamente para los armenios. Ganaron 7-1 a los chapines y 4-0 a los cuscatlecos. En esa gira, los latinoamericanos conocieron a Henryk Mkhitaryan que ya comenzaba a hacerse notar en el Borussia Dortmund de la Bundesliga.

Turquía

El pueblo armenio fue otra de las víctimas de una partición desigual gracias al tratado de Sèvres de la I Guerra Mundial. A Armenia le cercenaron una buena fracción que incluía las ciudades de Erzurum, Trebisonda, Van y Kars, en una región conocida como Armenia Occidental y comprende una extensión territorial de más de 130.000 km2, más de cuatro veces el territorio oficial de Armenia. Todo eso fue a parar a Turquía.

Para darle visibilidad en el futbol, en 2015 se creó la selección de Armenia Occidental y se afilió de inmediato a la ConIFA. Para la dirección técnica, confiaron en Harutyun Vardanyan (Հարություն Վարդանյան), un armenio que desarrolló su carrera en la liga suiza. Su primer partido fue ante las reservas del Olympique de Marsella. Normal: buena parte de esta nueva selección fue confeccionada con francoarmenios.

No son una mala selección. Colocados en el lugar 15 del ránking ConIFA, han pasado de fase de grupos en ambos mundiales, pero su objetivo es ahora superar la fase de cuartos de final. Parece que van por buen camino: les cayó bien jugar en Artsakh ante sus paisanos porque llegaron a la final del Campeonato Europeo en 2019.

¿Qué pasa en el mundo FIFA? También hay un turcoarmenio que se ha transformado en un inamovible en el esquema de Joaquín Caparrós. Se trata de Aras Özbiliz. Que no te engañe su apellido turco. Nació en Estambul y ambos padres son armenios, que se lo llevaron a temprana edad a Ámsterdam. Formado en la cantera del Ajax, tuvo un paso aceptable por el futbol ruso (Kuban Krasnodar y Spartak Moscú).

Sin importar dónde estén, los armenios se las han ingeniado para también copar el mundo del futbol. Sea año de vacas gordas o vacas flacas, allá habrá un futbolista en la diáspora. Da igual si es Ararat, si es Homenetmen o si es Homenmen, sea individualmente o en equipo, si están en Medio Oriente, ex URSS, Europa, América del Norte y Latinoamérica. Los armenios en el extranjero aún laten por ese rincón en el Cáucaso y se motivan con esta frase:

Բարձրացի՛ր, Բարձրացրո՛ւ
(Partsrathsir Partsratsour)

(Elévate a ti mismo y eleva a otros contigo)