¡Hola! ¿Cómo estás? | Olá! Como vai você? | おはよう! お 元気 です か? (Ohayo! O genki desu ka?) Saludamos en español, portugués y japonés, los idiomas que nos competen hoy. La vez pasada dejamos atrás las historias de futbol y terremotos con la participación de Perú en el mundial de México 1970. Como sabes, esta semana empiezan los Juegos Olímpicos, pero aún estamos en Sudamérica recuperándonos de la Copa América. Es por ello que haremos un texto de transición, hablando de cómo Japón influyó en el futbol de Perú y cómo Brasil influyó en el futbol japonés. Es momento de hablar de la comunidad nikkei.
Recomendación musical 1
Hay una comunidad en Japón que tiende a apreciar la música extranjera y a veces traduce la letra. Este es el caso de Akaoka Amy (赤岡 最愛), una japonesa que canta ritmos latinos como jazz, soul y salsa. En tiempos recientes ha optado por interpretar cumbia peruana. Esta es su canción: Hombre ideal, del compositor Miguel Lara.
Vamos al tema de esta semana.
¿Por fin tendremos presidente en Perú?
Mañana se proclama al nuevo presidente de Perú. Ha sido una odisea de cuatro presidentes en un lapso de cinco años. El último mandatario que cumplió a cabalidad su quinquenio fue Ollanta Humala. De ahí han seguido Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino y Francisco Sagasti.
Este proceso electoral ha sido más que reñido. Finalmente Pedro Castillo, del partido Perú Libre, se alzó como ganador después de la segunda vuelta, teniendo apenas una ventaja de 44 mil votos, algo así como el 0,252%. Se impuso a su rival, la abanderada de Fuerza Popular, Keiko Fujimori (藤森 恵子), quien impugnó hasta lo imposible para revertir una ventaja ínfima. No lo logró y todo parece indicar que el maestro de primaria de 51 años habitará cinco años desde la Casa de Pizarro.
Keiko Fujimori es hija de Alberto Fujimori (藤森謙也), un ex presidente peruano juzgado por unos como dictador, admirado por otros como el hombre que trajo estabilidad económica a Perú y que hizo por fin algo en contra del terrorismo de Sendero Luminoso. Gobernó 10 años, los cuales acabaron ante las acusaciones de abusos a los derechos humanos y corrupción, exiliándose en Japón.
Alberto Fujimori es el nombre más relumbrante de la llamada comunidad nikkei (日系), que es como se nombra así a los descendientes de japoneses que abandonaron la llamada Tierra del Sol para rehacer su vida en el extranjero. En Latinoamérica, los países que acogieron a más japoneses fueron Brasil y Perú. Influyeron en la vida cotidiana de la sociedad que los acogió, y naturalmente el futbol no escapó a su esfera de acción.
Historia de la comunidad japonesa en Perú
Todo comenzó en la penúltima década del siglo XIX. Japón estaba en plena apertura económica característica del periodo Meiji, pero la población había aumentado de forma alarmante y cada vez había menos espacio para vivir. Por su parte, Perú estaba urgida de mano de obra para trabajar en las haciendas. Mucha gente cree que México fue el primer país occidental en establecer relaciones diplomáticas, pero en realidad oficialmente fue Perú en 1873, cuando el capitán de la marina peruana Arturo García y García llegó al puerto de Yokohama para resolver el problema de la barca María Luz que transportaba chinos desde Macao hasta Perú.
Al ser el primer país sudamericano en establecer relaciones diplomáticas, el emperador Meiji (明治天皇) se fijó en Perú para que jóvenes agricultores se occidentalizaran y así envió 790 jóvenes de edades comprendidas entre 21 y 25 años en el buque Sakura Maru (佐倉丸). Eso era parte de un contrato firmado entre la Compañía Japonesa de Inmigración y el empresario peruano Augusto B. Leguía. Llegó finalmente al puerto de Callao en 1899.
El tiempo fue pasando. Su contrato era trabajar en Perú por cuatro años 10 horas diarias a cambio un salario mensual de dos libras esterlinas y media, atención médica y alojamiento. Terminado su contrato, pocos regresaron. Eran épocas donde un viaje a través del Océano Pacífico duraba 40 días. Otros japoneses también enfermaban y morían. Era mejor quedarse a vivir en Perú. Cabe destacar que había muy pocas mujeres en estas primeras oleadas japonesas.
De las haciendas azucareras y caucheras empezaron a moverse hacia las ciudades más pobladas, como Lima y Trujillo. En 50 años los japoneses se habían hecho con muchas industrias, bodegas, fondas, peluquerías y otros pequeños negocios, gracias a su tesón y disciplina. Gran parte de estos japoneses procedían de Okinawa, un pequeño archipiélago al sur de Japón con características diferentes a las del Japón continental.
Todo este desarrollo se fue al garete con la II Guerra Mundial. Además del sentimiento racista de la sociedad peruana que provocó saqueos y políticas favorables a los negocios peruanos, todo empeoró tras el ataque a Pearl Harbor. El gobierno norteamericano tuvo temor de que el Imperio Japonés invadiera a Perú y así usaran este país como base naval para invadir Estados Unidos, así que se llegó a un acuerdo militar bipartita. Estados Unidos le proveería a Perú nueva tecnología militar, a cambio de que Perú aplastara a su comunidad japonesa. Así comenzaron detenciones, exilios y deportaciones a Estados Unidos con juicio sumario (a veces sin éste). Sus negocios y propiedades fueron confiscados y no tenían derecho a una indemnización.
Tras acabar la II Guerra Mundial, apenas 790 regresaron a Perú, mientras que la comunidad japonesa había quedado reducida a 15.000 miembros. Tras ello, tuvieron que abrazarse a la resignación para salir adelante. De pronto las listas de récords en Perú empezaron a tener apellidos japoneses. Ha sido una comunidad que a base de trabajo duro se ha sobrepuesto a grandes vicisitudes.
Hoy en día, se calcula que hay 160.000 nikkei peruanos. 100.000 de ellos vive en Perú, mientras que el resto ha regresado a Japón. Se trata de la segunda comunidad japonesa más grande de Latinoamérica. Viven en la costa central de Perú y en ciudades de la selva como Puerto Maldonado.
Impacto de la comunidad japonesa en Perú
De ser una comunidad vista como cerrada, la comunidad ahora se han integrado de manera exitosa a la sociedad peruana, ganándose el respeto por su disciplina, profesionalismo y tesón. Varios japoneses han aportado a Perú empresas como la Avícola San Fernando, la Importadora Super Nikkei y el colegio femenino Teresa González de Fanning, que antes era el Lima Nikko (リマ日光), la primera escuela japonesa en Sudamérica. Algunos se sienten más peruanos como los nisei (二世), o japoneses de segunda generación; otros han revalorizado su conexión con Japón, como los sansei (三世), o japoneses de tercera generación.
Los japoneses han mantenido sus costumbres y las han introducido a los peruanos. Festividades como el Año Nuevo (新年会, Shinnenkai), el Día de la Niña (雛祭 Hinamatsuri), el Día del Niño (こどもの日, Kodomo no Hi), el Matsuri (祭), el O-bon (お盆) y el Ohigan (お彼岸) son festejadas a lo grande, y se invita a japoneses y no japoneses a participar. Se han fundado asociaciones que agrupan a los japoneses como la Asociación Peruano-Japonesa, la Asociación Estadio La Unión y la Asociación Okinawense del Perú.
Sin embargo, la principal aportación japonesa ha sido la cocina nikkei. La revista World Travel Awards ha reconocido a la gastronomía peruana como el mejor destino del mundo. Con un abanico de 491 platos típicos, Perú tiene mucho que ofrecer además del cebiche, su platillo estrella. La cocina nikkei es un componente vital en este éxito. Esto se explica porque los japoneses que vivían en Perú no contaban con los ingredientes de su tierra natal, por lo que se vieron obligados a peruanizar su comida. De todos modos, Perú tiene una gran industria pesquera, con lo que el cambio no era tan radical. Por ello, el sushi de pronto tuvo componentes insólitos como el maíz, la yuca, el ají, la lima y las infinitas variedades de papa. Junto con la comida chifa (de la comunidad china), la gastronomía peruana tiene a Asia en su ADN.
Los principales exponentes son el chef Matsuhisa Nobuyuki (松久 信幸), quien ha usado la cocina nikkei en sus restaurantes, maravillando a los más exigentes críticos sobre todo en Europa. También está el afamado catalán Ferran Adrià; su restaurante experimental El Bulli adoptó mucha de la cocina peruano japonesa. Es más, hay dos restaurantes peruanos dentro de la lista de los 50 mejores del mundo; uno de ellos es el Maido (毎度), a cargo de Mitsuharu Tsumura (津村 光晴), nacido en Lima pero formado en Osaka.
Además de la familia Fujimori, la lista de nikkei famosos es bastante nutrida. Solamente para mencionar a los más rimbombantes, tenemos a los artistas Tilsa Tsuchiya (土屋 ティルサ) y Venancio Shinki (信貴 ベナンシオ), el poeta José Watanabe (何塞 ホセ), el escritor Fernando Iwasaki (岩崎 フェルナンド), el músico Luis Abelardo Takahashi (高橋 ルイス·アベラルド), la bailarina Olga Shimasaki (島崎 オルガ), el sismólogo Julio Kuroiwa (黒磐 フリオ), el científico Marino Morikawa (森川 マリノ), el ciclista Teófilo Toda (戸田 テオフィル), la voleibolista Olga Asato (安里 オルガ) y el billarista Humberto Suguimitzu (杉光 ウムベルト).
¿Qué pasa en el futbol?
Futbolistas nikkei peruanos
Tal vez sea una coincidencia, pero los nikkei empezaron a abrirse paso en el futbol peruano tras la II Guerra Mundial, precisamente cuando este deporte empezaba a ganar muchos adeptos. Más allá de varios perdidos entre cientos de registros, el pionero no fue una persona, sino la familia Ruiz La Rosa. Eran ocho hermanos hijos de Antonia La Rosa Matsuda (松田), nacidos en Huaral.
Daniel fue goleador tres temporadas en el Universitario y llegó a defender la casaca albirroja. Jaime estuvo en los Olímpicos de Roma 1960 y fue baluarte del Juan Aurich. El más laureado fue Pedro, campeón de la Copa América de 1975 y entrenador del Unión Huaral, con quien logró el ascenso de segunda.
Otro nikkei es Tomás Iwasaki (岩崎 トマス), que también estuvo en la selección de Roma 1960 y anotó ante India; Juan Nakajata, goleador con Sport Boys y Alianza Lima, y Antonio Vallejos Hayeshida. Fue ídolo del Juan Aurich e incluso le compuso una canción a este club
En la década de los 80 hubo un nikkei que se llevó los reflectores, Jorge Koki Hirano (平野 ホルヘ). No destacó en Perú, sino en Bolivia. Con 139 anotaciones en ocho temporadas, es de los máximos goleadores del Bolíva, y fue de los primeros peruanos en jugar en Japón, con el Fujita Kougyou.
Es cierto que clubes como Sporting Cristal siempre le abrieron las puertas a nikkei, pero tuvo que llegar la década de los 80 para que tuvieran su propio club, el Deportivo AELU (Asociación Estadio La Unión) fue fundado en 1982. Dentro de su palmarés está una segunda división en 1987 y cuatro temporadas en el máximo circuito. Ahora está solamente en las ligas locales de Pueblo Libre, aspirando a buenos papeles en la Copa Perú. Con un uniforme verde y blanco, sus principales figuras son Roberto Yamamoto (山本 ロベルト también campeón nacional de judo) y Edwin Uehara (上原 エドウィン). Este último nombre pasó por Universitario y dio el salto a la J-League, con el Urawa Red Diamonds (浦和レッドダイヤモンズ) y Sagan Tosu (サガン鳥栖).
Mientras en los años noventa el futbol peruano estaba apagado por el terrorismo de Sendero Luminoso, hubo jugadores que salían de esa opacidad, como Jerry Tamashiro (玉城 ジェリー). Estuvo en Universitario, Deportivo Municipal y Alianza de Lima, y llegó a la MLS, concretamente al Miami Fusion, coincidiendo con Carlos El Pibe Valderrama. Ahora es scout para la selección de Estados Unidos.
Sin lugar a dudas, el futbolista nikkei más famoso es José ‘Chino’ Pereda. Surgido de la cantera del Universitario, fue campeón dos veces con los cremas. Desde Argentina se fijaron en él y llegó al Boca Juniors. Aunque no era titular, con los xeneizes ganó tres copas y venció en la Copa Intercontinental al Real Madrid.
Actualmente el futbolista nikkei con más posibilidades de sobresalir es Anthony Aoki (青木 アントオンイ). Forjado en el Deportivo AELU y en Sporting Cristal, una lesión ha frenado su carrera, pero ahora está ganando experiencia en el Ayacucho. En el Sudamericano Sub-17 del 2017 fue capitán de la selección peruana.
En el arbitraje, hay un nikkei que llegó a ser considerado como uno de los mejores nazarenos por la FIFA. Se trata de Arturo Yamasaki (山崎 アルトゥロ), con paso por la final de la Copa Libertadores 1965 y tres campeonatos mundiales. Fue tristemente célebre en Brasil por la expulsión de Garrincha en la semifinal ante el anfitrión en Chile 1962, pero se reconcilió con el futbol al arbitrar el llamado Partido del Siglo en México 1970 entre Italia y Alemania Federal. Tras su retiro, se mudó a México, donde ha sido presidente de la Comisión de Arbitraje.
Como mencioné, Perú tiene la segunda mayor comunidad japonesa en Latinoamérica. El primer lugar le corresponde a Brasil.
Historia de la comunidad japonesa en Brasil
Hace ya casi dos años mencioné ligeramente la comunidad japonesa en Brasil en un texto llamado La II Guerra Mundial y el Futbol Brasileño. Es que además de Japón, Alemania e Italia eran las potencias del eje, y Brasil les había declarado la guerra. Estos dos últimos países influyeron de gran manera en el futbol brasileño, con clubes como el Cruzeiro, el Palmeiras y el Novo Hamburgo. Ha llegado el momento de mencionar a profundidad la historia de los nikkei.
Al igual que Perú, Brasil tenía una gran necesidad para explotar los plantíos de café que eran demandados en Europa; además, en un contexto donde había mucho racismo, la élite brasileña quería disminuir las comunidades negras y de aborígenes. Quisieron invitar a trabajadores europeos, pero no duró mucho tiempo porque al llegar vieron que las condiciones laborales eran infrahumanas. Era momento de recurrir a medidas extremas, y por ello se fijaron en Japón, país que seguía en crisis demográfica y económica por el fin del feudalismo. El emperador Meiji tenía otro obstáculo; Estados Unidos dejó de aceptar asiáticos desde 1907, mismo caso que México, Canadá y Australia.
Trato hecho. Japón y Brasil firmaron un acuerdo ese mismo año, y para 1908 llegaba al puerto de Santos el Kasato Maru (笠戸丸) con 165 familias japonesas a trabajar en las plantaciones de café. La mitad de ellas provenía del sur de Okinawa. La meta era ganar el suficiente dinero para hacerse rico y así regresar a Japón con la vida hecha. Sin embargo, del dicho al hecho, hay mucho trecho. Esto fue más complicado de lo esperado, y si a eso le sumamos que los japoneses en Brasil no se iban sin su familia, muchos prefirieron quedarse en Brasil.
En una tierra con condiciones climáticas diferentes, con una religión distinta y con un idioma incomprensible, la adaptación fue muy dura. A los japoneses les tocó quitar la maleza para sembrar el café. Los hijos eran su único contacto, porque ellos como podían aprendían portugués en la escuela. Para los padres, la única manera de asegurar el futuro de sus vástagos era estudio, estudio y más estudio. Les decían una y otra vez:「身につけた学問は誰も取り上げることはできない」(Mi ni tsuketa gakumon wa dare mo toriageru koto wa dekinai). «Lo que estudiaste nadie te lo quita». Primero ir al colegio brasileño, y luego otras horas en el Nihon Gakkō (日本学校,), o escuela para japoneses. En la calle se hablaba portugués, en la casa se hablaba japonés.
Para la década de 1930, Brasil impuso una política de cuotas con el fin de limitar la migración hacia el país. La II Guerra Mundial tampoco ayudó. Brasil le declaró la guerra a las Potencias del Eje, y Japón estaba dentro de ellas. Así, todas las escuelas japonesas tuvieron que cerrar, los periódicos japoneses dejaron de publicarse, y la pasaban mal si se escuchaba japonés en la calle. Todo mundo debía hablar portugués. Fueron momentos duros de discriminación y prejuicios, pero no llegaron al extremo de deportaciones hacia Estados Unidos como sucedió en Perú.
Tras la II Guerra Mundial, hubo un cambio en la vida de los japoneses en Brasil. Poco a poco dejaron la actividad agrícola y se mudaron hacia los pequeños y medianos negocios de las ciudades. Ya no tenían que preocuparse por hablar mucho portugués y al mismo tiempo lograban la solvencia económica. El estudio seguía siendo la manera para labrarse de un futuro. Muchos de esos nisei y sansei preferían estudiar para carreras muy demandadas como medicina, derecho e ingeniería, y con frecuencia lograban ingresar gracias a esos desvelos. Los mismos compañeros brasileños lo decían:«Precisa matar um japonês para entrar na faculdade» (Hay que matar a un japonés para entrar en la facultad).
Después de años cerrada, miembros de la comunidad japonesa empezaron a casarse en matrimonios “mixtos”, así que el yonsei (四世) o el gosei (五世, japoneses de cuarta o quinta generación) sienten más conexión con Japón dependiendo del ambiente. Los nikkei brasileños ahora se distinguen solamente por su apellido; del resto, ya son otros ciudadanos brasileños.
Se calcula que hay dos millones de brasileños con ascendencia japonesa. Esto hace que Brasil tenga la mayor diáspora nipona en todo el mundo, por encima de Estados Unidos o Canadá. Oficialmente hay 56.000 ciudadanos japoneses en Brasil y 200.000 que ahora vivien en Japón.
Impacto de la comunidad japonesa en Brasil
La comunidad japonesa en Brasil se caracterizaba por su carácter cerrado y por tener los trabajos que pocos brasileños querían realizar. Poco a poco fueron ganándose un lugar la sociedad. Casi la mitad de los nipobrasileños vive en São Paulo, en específico el barrio de Liberdade, que podría ser un Tokio dentro de Sudamérica. No es el único estado; por su pasado como trabajadores agrícolas, también están en Minas Gerais y Paraná.
Antes, los japoneses se asociaban con el comercio y la plantación de productos como café, yuca, té y soja. Introdujeron varios conceptos al mercado agrícola brasileño, como el cooperativismo, la agricultura orgánica, y se dieron el lujo de introducir nuevas variantes de frutos como guayaba y manzana. Por eso, muchas japoneses aún son dueños de plantíos y cultivos.
Por lo general los japoneses en Brasil pertenecen a la clase media, con trabajos bien establecidos dentro de la abogacía y medicina. No es extraño ver a un nikkei en el congreso brasileño proponiendo leyes, y se asume que un abogado nikkei tendrá el mayor profesionalismo posible.
Hubo un fenómeno muy interesante de nikkei brasileños que iban a Japón cuando Brasil estaba en crisis económica. Se trata de los dekasegi (出稼ぎ), que se pensaba se podrían asimilar perfecto a la cultura madre. La realidad fue que muchos de ellos no hablaban japonés fluidamente y seguían con su identidad brasileña. No dejan de ser unos gaijin, término en japonés para identificar a los extranjeros. De todas maneras, Tokio tiene el mayor carnaval fuera de Brasil.
Quizá la mayor influencia de los japoneses en Brasil se da en el jiu-jitsu. Originalmente creada por Mitsudo Maeda, tuvo el mayor desarrollo por los hermanos Gracie, Hélio y Renzo. En combates de vale tudo, probó ser de gran ayuda y ahora ha sido adoptado por luchadores de la UFC, como Tony Ferguson, Mackenzie Dern, Fabrício Werdum y Gunnar Nelson, entre otros.
Los nikkei brasileños más famosos son: el ministro de justicia Massami Uyeda (上田 雅己), la cantante Luisa Lovefoxxx del grupo indie Cansei de Ser Sexy, el diseñador de ropa deportiva Jun Nakao (長生 淳), el senador Jooji Hato (波戸 勇二), la presentadora Daniele Suzuki (鈴木 ダニエリ), el actor Akihiro Sato (佐藤 晃大), la modelo Juliana Imai (今井 ジュリアナ), el arzobispo Júlio Endi Akamine (赤嶺 フリオ·エンジ), el gimnasta Arthur Mariano, el nadador Tetsuo Okamoto (岡本 哲夫) y el comandante de la Fuerza Aérea Brasileña Juniti Saito (斉藤 絢一).
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Júlio Endi Akamine -
Juniti Saito -
Massami Uyeda
Al ser el futbol el deporte más popular de Brasil, hubo menor presencia de nikkei en el futbol brasileño, pero a cambio ayudó a que el balompié nipón despegara.
Los nikkei: chispa brasileña para futbol de Japón
Salvo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de México 1968, Japón no tenía tanto poder ni fama en el futbol, ni siquiera a nivel continental. Eran más populares otros deportes como el tenis, el beisbol y demás deportes marciales (como judo, sumo y karate). En un contexto donde la liga japonesa apenas se limitaba a equipos conformados por trabajadores de compañías como Mitsubishi, Toshiba, Fuji y Sanjo, el que llegaran extranjeros les daba un plus de calidad, y más si eran de Brasil.
El primer futbolista brasileño en Japón fue un nikkei, Nelson Yoshimura (吉村 ネルソン). Con apenas 19 años fichó con el Yanmar Diesel (ヤンマー, ahora Cerezo Osakaセレッソ大阪), equipo que junto al delantero medallista Kamamoto Kunishige (釜本 邦茂) tuvo un dominio apabullante del futbol nipón. Ese poderío se multiplicó con más nipobrasileños, como Carlos Esteves y George Kobayashi (小林 ジョージ).
Quizá el nikkei más exitoso fue Sérgio Echigo (越後 セルジオ), mediocampista que comenzó su carrera en el Corinthians. En 1972 llegó al Towa Real Estate (株式会社フジタスポーツクラブ, ahora Shonan Bellmare, 湘南ベルマーレ); ¡imagina el revuelo que se formó cuando un ex jugador profesional llegó a un futbol amateur! Él fue el creador del drible elástico, o flip flap, que fue perfeccionado por la leyenda Rivelino campeón de México 1970 y compañero suyo en el Timão y ahora tiene adeptos en todo el mundo, desde Neymar hasta Zlatan.
Ayuda brasileña al futbol japonés
Durante los años 80 y 90, el futbol japonés empezó a tener fama de destino para jugadores brasileños que buscaban un retiro con buen dinero. En otros casos, jugadores de bajo perfil en el futbol de Brasil terminaban siendo los reyes de la liga japonesa y recibían ofertas de naturalizarse nipón y jugar con la selección.
En el primer caso tenemos a Zico, fichado por el Sumitomo Kinzoku (住友金属, ahora Kashima Antlers, 鹿島アントラーズ). Una de las principales lumbreras del mundial de España 1982, su presencia dejó una huella profunda en el futbol japonés por su calidad técnica y serio planteamiento futbolístico. Posteriormente tomó las riendas de la selección japonesa, convirtiéndose en el entrenador con más partidos al frente de los Samurai Blues. Tiene su mérito, cuando los japoneses no son precisamente pacientes con su DT.
Su compañero Careca ayudó a que el Kashiwa Reysol (柏レイソル) ascendiera a la primera división. También está Dunga, capitán de esa selección campeona en Estados Unidos y con un ocaso en el Júbilo Iwata (ジュビロ磐田). Y por último, pero no menos importantes, puedo mencionar a Bebeto, Jorginho y Müller; los dos primeros en el Kashima Antlers y el último en el Kashiwa Reysol.
En el segundo caso quien salta a la vista es Ruy Ramos, que llegó en 1977 para jugar en el Yomiuri Club (読売サッカークラブ) y el Kawasaki Verdy. Fueron más de 20 años de carrera donde se integró a la sociedad japonesa con tanto éxito que obtuvo la nacionalidad nipona en 1989 y se ganó su lugar como crack de la selección de Japón como ラモス 瑠偉. No tuvo el reconocimiento mundial que se merecía en parte por no llegar al mundial de 1994 (veremos más adelante esa historia traumática), pero ganó una Copa de Clubes de Asia en 1987 y una Copa Asiática de Naciones en 1992.
Jugadores como Wagner Lopes (呂比須 ワグナー) y Alessandro Santos (三都主 アレサンドロ, Alex) terminaron cosechando los frutos sembrados por Ruy Ramos. El primero estuvo en la selección japonesa que debutó en un mundial, Francia 1998, y vio puerta en dos ocasiones, cuando fueron invitados a la Copa América Paraguay 1999. El segundo estuvo presente en dos mundiales, 2002 y 2006.
Finalmente tuvo que llegar un nikkei para enseñorearse en la defensa nipona. Es nada menos que Marcus Túlio Tanaka (田中 マルクス 闘莉王), todo un dekasegai. Se mudó a los 15 años a Chiba para completar sus estudios. Le ganó el amor al futbol y recibió la oportunidad de jugar en el Urawa Red Diamonds. Al obtener la nacionalidad japonesa en 2004 tuvo las puertas abiertas para jugar con la selección japonesa. No fue lo único. Electo Jugador Japonés del Año en 2006, durante nueve temporadas consecutivas estuvo en el 11 ideal de la J-League.
Aunque normalmente para el brasileño Japón es un país para retirarse, ha habido pocos casos donde el comienzo ha sido la J-League para posteriormente llegar a la Canarinha. No estamos hablando de Dunga, que pudo llegar a Francia 1998 aún cuando estaba en el Júbilo Iwata. Estoy hablando de Hulk (ウルク); con paso en el Consadole Sapporo (コンサドーレ札幌) y en el Kawasaki Frontale, finalmente estuvo en boca de todos al llegar al Porto.
¿Qué tan preciado sigue siendo el jugador brasileño? Basta ver el róster de los equipos de la J-League; con excepción del Urawa Red Diamonds, todos tienen cuando menos uno. Destacan el Kashiwa Reysol con siete y el Kawasaki Frontale con seis. En este último milita Leandro Damião, máximo goleador de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Ahora marca en segundo lugar de la tabla de goleo en la liga japonesa. Por cierto, ¿sabías que el portugués está presente en muchos nombres de equipos japoneses? Más información acá.
Japoneses en el futbol brasileño: leyendas vivientes
En contraparte con la presencia brasileña en Japón, los japoneses casi no se han atrevido a jugar en Brasil. Tal vez sea por el alto nivel, o porque el talento disponible en el Brasileirão es demasiado; el caso es que por la dificultad de este hecho, el japonés que lo logra se consagra o se consolida como leyenda. Solamente hay dos casos así.
El pionero es nada más que la primera superestrella del futbol japonés. Es Miura Kazuyoshi (三浦 知良), el futbolista en activo más longevo del mundo. Con 15 años fue lo bastante valiente para embarcarse a jugar al mejor futbol, el brasileño. Estuvo en clubes como el Juventus de Sao Paulo, Curitiba y Santos, hasta que consideró que el nivel en Japón había aumentado para regresar al Yomiuri (ahora Tokio Verdy). El resto es historia: primer japonés en jugar en Italia, primer japonés en recibir el Premio al Mejor Jugador Asiático, el segundo mayor goleador de la selección japonesa, presencia en la selección de futsal. Fue la inspiración detrás del Capitán Tsubasa, conocido en Latinoamérica como Oliver Atom.
El segundo es Honda Keisuke (本田 圭佑). En su carrera descendente después de estar en el Milán, Honda llegó al Botafogo para una temporada. Su llegada más bien despertó interés de los cariocas, por exigencias insólitas, como un séquito para protegerse contra la violencia y la delincuencia de Río de Janeiro. Apenas estuvo una temporada, en la que su nivel decadente de juego se combinó con un desastre en la dirección técnica (cuatro DTs en un año). Pasó más bien de noche y se marchó al Portimonense de la Primeira Liga y el Neftci de Azerbaiyán.
Como vemos, Perú y Brasil le deben mucho del avance de sus sociedades al componente japonés. En futbol sucede algo un poco diferente: mientras que los nikkei nutrieron a Perú, la migración dekasegi y brasileños ídolos fueron la razón detrás del crecimiento de Japón como potencia del balompié al menos a nivel continental. Esto es apenas una faceta de las relaciones de Japón con Sudamérica. De todas formas, lo que aprendieron nadie se lo quita, como alguna vez dijeran los japoneses agrícolas en Brasil para educar a sus hijos.
Fuentes
Forbes México. Pedro Castillo, a punto de ser proclamado presidente en Perú: abogado. 14 de julio de 2021
EFE Perú. La historia de los japoneses en Perú comenzó hace 120 años con el Sakura Maru. 3 de abril de 2019
Universia Perú. Desafíos que nos acercan. 12 de marzo de 2008
Miyashiro Salas, Hiroshi Jesús. De la Restauración a la Persecución: Formación de la identidad nikkei en el Perú (tesis). Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 2019
Morimoto, Amelia. Integración y comunidad de origen japonés en el Perú. Balance de los estudios y publicaciones. XIII Congreso Internacional de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África.
Asociación Peruano Japonesa. Nikkeis destacados.
García Wong-Kit, Javier. Futbolistas Nikkei: Historias tras un Balón – Parte 1. Descubra a los Migrantes Nikkei. 15 de marzo de 2017
García Wong-Kit, Javier. Futbolistas Nikkei: Historias tras un Balón – Parte 2. Descubra a los Migrantes Nikkei. 16 de marzo de 2017
Sakurai, Célia. No Brasil. 109 anos. Discover Nikkei. 18 de junio de 2017
Sakurai, Célia. Nipo Brasileiros: passado e presente. Discover Nikkei. 24 de junio de 2008
Lastro Negócios. 110 Anos de Imigração Japonesa e sua Influência na Agricultura. 2018
Folha Online. Conheça alguns nikkeis que ficaram famosos no Brasil. 15 de enero de 2008
Nippon.com. La contribución de los futbolistas brasileños al desarrollo del fútbol nipón. 25 de abril de 2014
Castillo, Sergio. Ruy Ramos, uno de los pioneros del fútbol profesional en Japón. Colgados por el Fútbol. Fecha desconocida
Gadelha, João Victor. Zico, Ruy Ramos y Alcindo: brasileños que ayudaron a popularizar el fútbol en Japón. Suki Desu. Fecha desconocida
Esta semana comienzan los Juegos Olímpicos en Tokio. Serán dos semanas donde todos los deportistas del mundo querrán cubrirse de oro, plata y bronce. Para esto, en esta sección hablaremos de futbol en tierras niponas. Comenzamos con este tema. Japón no es mal equipo en futbol varonil; de hecho, son potencia asiática, pero les falta dar ese paso extra. En el futbol femenil Japón es un equipo a vencer a nivel mundial. ¿Por qué en Japón les va mejor en mujeres que en hombres? Es lo que veremos en nuestra siguiente parada.
Recomendación musical 2
También en YouTube hay joyas que el algoritmo nos recomienda. Un ejemplo es Honda Kayoko (本田 加余子), una japonesa que se enamoró de la música brasileña y aprendió portugués para hacer cóvers de los éxitos más sonados en Brasil. Con 19.200 suscriptores, hay brasileños que cada que suben videos comentan su admiración por haber elegido su música. Este es un ejemplo. Cantó Amor I Love You de la cantautora Marisa Monte, y se tomó la libertad de traducir al japonés algunas estrofas.
Recapitulemos
Los países latinoamericanos con la comunidad japonesa más grande (o comunidad nikkei) son Brasil y Perú. Perú fue el pionero; a bordo del Sakura Masu llegaron los primeros japoneses. Fue una comunidad que creció poco a poco, hasta la II Guerra Mundial donde sufrieron confiscaciones, discriminación y hasta deportaciones a Estados Unidos. Después de la guerra, siguieron creciendo. El nikkei más famoso es sin duda alguna el ex presidente Alberto Fujimori. Su aporte más significativo es en la gastronomía, con la cocina nikkei. En futbol la presencia japonesa es notoria: desde clubes como el Deportivo AELU hasta cracks como los hermanos Ruiz, Jorge Hirano y José Pereda.
En cuanto a Brasil, aquí vive la comunidad nikkei más grande del mundo. Llegaron familias a bordo del Kasato Maru y comenzaron como trabajadores de plantaciones agrícolas como café. Tampoco la pasaron bien en la II Guerra Mundial, pero no llegaron al punto de deportaciones a Estados Unidos. Ahora además de estar ligados a la agricultura, los japoneses se han asimilado bastante bien a la sociedad brasileña. Le han aportado la creación del jiu-jitsu y han regresado a trabajar a Japón con los dekasegi. Japón se ha nutrido de Brasil para dar el salto de calidad en el futbol, sea con nikkeis (Sérgio Echigo y Marcos Túlio Tanaka), sea con brasileños (Zico, Ruy Ramos y Alex). Hay dos japoneses que llegaron al Brasileirão: Kazu Miura y Keisuke Honda.
Nos vemos la siguiente. ¡Hasta luego! | Até logo! | Sayōnara (さようなら)