!شماسي أنت؟ إشطاري فيك (Shamasi ant? Isthari fik!) Esta es la forma de saludar en hassanía, el árabe coloquial que se habla mayoritariamente en las naciones localizadas al extremo oeste del mundo árabe, es decir, Mauritania y el Sahara Occidental. Espero que estés muy bien hoy. La semana pasada estuvimos en Mogador donde hablamos con Alberto Ruy Sánchez sobre el agradecimiento que Marruecos tiene para con México, entre otros temas que hicieron una parada personal. Ahora vamos a un territorio que de facto controla el gobierno de Rabat, pero que de jure es una nación con derecho a la autodeterminación, como reconoce la comunidad internacional, incluída la Unión Africana. Nos vamos al Sahara Occidental.
Recomendación musical 1
Desde los campos de refugiados saharauis puedes encontrar talento, como el que tiene Aziza Brahim (عزيزة ابراهيم). Ella nació en 1976 en Tindouf, Argelia, pero su padre se quedó en El Aaiún, y al haber muerto en la ocupación, Aziza nunca lo conoció. Ella intentó estudiar una carrera universitaria en música, pero su sueño siempre fue frustrado. A pesar de eso, sigue en pie de lucha y a través de la música transmite la resistencia del Sahara Occidental. No es fortuito este don; es nieta de la poetisa al-Khadra Mabrook. Aziza ganó la Biznaga de Plata en el Festival de Cine de Málaga por la participación en la banda sonora de la película Wilaya. Su música es una mezcla entre ritmos árabes, malienses, españoles y cubanos. Esta es su canción Julud (خلود), dedicada a su madre.
En esta ocasión nos acompaña Diego Gómez Pickering, escritor, periodista y diplomático mexicano que ha dedicado los últimos 20 años de su vida creativa y profesional a desentrañar la peculiar geografía de un continente tan vasto como diverso, África. Puedes seguirlo en Twitter como @gomezpickering. ¡Bienvenido, Diego!
Vamos al tema de esta semana.
Historia del Sahara Occidental
La presencia española en la costa del Sahara data del siglo XV, más allá del paso de galeones y expediciones de exploración y comerciales hispano-lusas, la mayoría de los historiadores coinciden en señalar la construcción de un fuerte en la costa de la actual región marroquí de Ifni en 1476 por parte de Diego García de Herrera, conquistador de las Islas Canarias, como punto de partida de la prolongada presencia peninsular entre el Atlas, el Atlántico y el desierto. Tuvieron que pasar más de 400 años para que dicha presencia ibérica adquiriese un carácter de permanencia y se tradujese en un control efectivo sobre el territorio africano.
Fue a partir de los años treinta del siglo pasado, con el fin de la Guerra Civil española y, en parte, gracias al bagaje legionario, canario y africano de Francisco Franco, que Madrid logra una ocupación efectiva del interior del Sahara, al cual reclamaba como colonia desde la celebración de la infame Conferencia de Berlín de 1885 en la que Europa se dividió África en zonas de influencia, colonización, explotación y control (ya se habló extensivamente al respecto en este texto). Con la independencia de Marruecos en 1956, Francia abandona sus posiciones en esa parte del Magreb mientras que España, con acuerdos y la breve guerra de Ifni de por medio, cede lo que era hasta entonces su protectorado marroquí, limitándose a afianzar su posición en el ya denominado Sahara Español, ante la poco velada intención de Rabat de reclamarlo como propio y las incipientes demandas de la población saharaui por alcanzar su autonomía, cristalizadas una década después con el nacimiento del Movimiento para la Liberación del Sahara (حركة تحرير, Harakat Tahrir), fundado por Mohamed Sidi Brahim Basi (سيدي سيدي إبراهيم بصير), precursor del Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro (الجبهة الشعبية لتحرير ساقية الحمراء و وادي الذهب, al-Jabhah al-Shaʿbiyah Li-Taḥrīr as-Sāqiyah al-Ḥamrāʾ wa Wādī al-Dhahab), mejor conocido, por sus siglas, como Frente Polisario (جبهة البوليساريو, Jabhat al-Bōlīsāryū), aparecido en 1973.
La acelerada precariedad en la salud del dictador español y su eventual fallecimiento, lo avanzado de los planes sucesorios para que Juan Carlos de Borbón restableciera una monarquía parlamentaria en la península, el antecedente de la independencia de la Guinea Española, las conversaciones mediadas por Naciones Unidas para el proceso de descolonización del Sahara y el muy particular contexto de la Guerra Fría a nivel mundial y en el marco regional africano, fueron algunos de los muchos factores que incidieron en la eventual retirada de las fuerzas españolas de lo que fuera su última colonia entre 1975 y 1976.
El abrupto final del dominio colonial español en el Sahara, más allá de lo convenido, tras bastidores, entre Marruecos, Mauritania y España; de lo planeado por Argelia, principal fuente de apoyo político y de financiación del Polisario; de lo anhelado por el pueblo saharaui y de lo convenido por la Asamblea General de Naciones Unidos a través de la resolución 3458; trajo como resultado un conflicto armado por el control territorial de la otrora colonia que está próximo a cumplir medio siglo y que no sólo ha provocado pérdidas económicas y embrollos políticos y diplomáticos para todas las partes involucradas sino un alto costo humano, miles de muertos y decenas de miles de desplazados, refugiados y exiliados por el interminable enfrentamiento.
El Sahara Occidental actualmente y el conflicto con Marruecos
Actualmente, el Sahara Occidental es un territorio de exactamente 260 mil kilómetros cuadrados y una población de 567.000 habitantes. La capital es El Aaiún. Los idiomas que se hablan ahí son el árabe (en su versión hassaniya) y el español. Es curioso que no hay presencia del Instituto Cervantes para proporcional al menos educación en esa lengua, pero se entiende un poco por la historia y las tensiones con Rabat.
El anuncio a finales del 2020 del alto al fuego firmado en 1991 por parte del Frente Polisario y el gobierno marroquí y el anuncio de la administración Trump del acuerdo por medio del cual Estados Unidos reconoció el reclamo marroquí sobre el territorio saharaui a cambio del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Rabat y Tel Aviv, más allá de que el gobierno demócrata encabezado por Biden no tenga intención alguna de traducirlo en acciones concretas como la apertura de un consulado general americano en la ciudad saharaui de Dakhla, hacen de la situación actual en el Sahara Occidental una de constante tensión. Un contexto agravado durante los últimos dos años por los avatares económicos y sociales que ha traído consigo la prolongada pandemia por coronavirus y por la creciente tensión diplomática entre Argelia y Marruecos, derivada, en parte, del peleado mercado energético europeo al que aspira el gas argelino y el que quisiera alimentar Bruselas a través del fosfato que hace del suelo saharaui controlado por Rabat un tesoro.
Si bien el nombramiento en noviembre del año pasado del diplomático italo-sueco Staffan de Mistura por parte de Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, como su enviado personal para el Sahara Occidental fue celebrado por todas las partes involucradas, dada la necesaria mediación de la ONU para vislumbrar cualquier posible arreglo en el longevo enfrentamiento; su primera visita a la región en enero de este año arroja más preguntas que respuestas. Por el momento, la tensión entre Argelia y Marruecos continúa y se exacerba por la cuestión saharaui, la Unión Europea y la Unión Africana se oponen a seguir el camino de Washington y reconocer los reclamos territoriales marroquíes sobre la ex colonia española, mientras que la Liga Árabe muestra apertura a una postura del género. Los saharauis mientras tanto, vivan en el territorio ocupado por Marruecos, en los campos de refugiados de Tinduf de la vecina Argelia o exiliados en España, sueñan el sueño de sus padres y de sus abuelos, ver un Sahara libre e independiente. Más allá de su filiación o de su aversión al Polisario.
El conflicto con Marruecos ha escalado incluso al seno de la Unión Africana. En 1981 este organismo internacional reconoció al Sahara Occidental como miembro pleno, a lo cual contestó Marruecos con la suspensión de su membresía. Esta situación se mantuvo hasta 2017, cuando anunció que mediaría por una solución pacífica al conflicto. Hay un muro que construyó Marruecos dentro del Sahara Occidental, el cual separa los territorios que ocupa el ejército marroquí de los que ocupa el Frente Polisario. Aparentemente solamente tiene arena y rocas, pero también tiene búnkers, vallas y minas de tierra. Es un muro construido con tecnología de Israel y dinero de Arabia Saudita, y encima evita que refugiados en campos de Argelia puedan regresar a su tierra.
La comunidad internacional no reconoce la soberanía de Sahara Occidental. Las palabras de dos potencias mundiales podrían significar un alivio. Francia se niega por la amplia y estrecha relación que tiene con Marruecos. España intenta lavar esa responsabilidad por medio de apoyos económicos que no hacen sino agravar la situación. No puede ir más porque Rabat también le tiene tomada la medida a Madrid (algunos puntos sensibles se abordaron hace poco en un texto que puedes leer aquí).
Cultura del Sahara Occidental
«Bienvenido, bienvenido», la bonhomía de Boudri al recibirme en su pedazo de desierto, en su terruño, es tan cálida como las tardes de invierno en estos derroteros del norte de África. A pesar del incesante viento, las seis estacas que sostienen su jaima se mantienen estoicas, al igual que su sonrisa, tan blanca como las nubes pasajeras, símbolo de belleza entre los saharauis.
A sus cuarenta y cinco años, y metro sesenta de estatura, el ‘musculoso’, significado de su nombre de pila en hassania, lleva cinco presidiendo el clan de los Dilimi, tras la muerte de su padre en un hospital de Dakhla como consecuencia de una neumonía aguda. Un total de cuatro familias, trece personas, entre adultos y niños, cuatro cabras, un perro guardián y tres camellos, el más pequeño de apenas cuatro días de nacido. Los Dilimi, son el retrato perfecto del Sahara Occidental. Nómadas, por herencia, por naturaleza, por política y por necesidad. Pasan gran parte del año en una zona de pozos y palmeras, en lo más profundo del desierto, donde se desdibujan las fronteras entre Mauritania, Argelia, el territorio ocupado por Marruecos, el territorio controlado por el Frente Polisario y la zona de amortiguamiento resguardada por los cascos azules de Naciones Unidas. La otra parte, en los linderos costeros del Sahara, alrededor de los humedales de la provincia que en tiempos españoles recibía el nombre de Río de Oro, la Dakhla actual.
«A tu salud», me alcanza Boudri obsequioso un tazón rebosante de leche fermentada de camello, aderezada con un poco de agua y azúcar, en lo que termina de preparar el ceremonioso té con el que inicia y termina toda conversación en el mundo saharaui, pieza fundamental de su cultura y de su siempre cálida recepción. La cultura saharaui es el compartir, el aprender y el enseñar, a través del desierto, sus extremos, sus precariedades y su magia. La manera en que Marruecos calla tácitamente el derecho a la autodeterminación del Sahara Occidental es por medio de su promoción como destino turístico.
También la cultura saharaui puede verse a través del futbol.
Los inicios de su selección nacional
En realidad hay muy poca información sobre cómo llegó el futbol al Sahara Occidental. Manejamos la hipótesis de que en realidad fue practicado de manera conjunta por soldados españoles y por los pocos marroquíes que se comenzaban a instalar en el Sahara Occidental. Luego de la salida de España y las tensiones entre Marruecos y Argelia (y en menor medida Mauritania), el poco futbol dejó de practicarse de manera oficial.
En las arenas del Sahara se ha perdido los detalles de los primeros partidos que jugó la selección saharaui. Según estos reportes, jugó contra equipos argelinos, españoles e italianos. Hay que viajar hasta 1989 para su primer partido del que se tiene registro, contra el Le Mans, que en ese año acababa de ascender a segunda división de Francia. Perdieron 3-2. No hay detalles sobre en qué cancha jugaron, pero fue en Francia.
Pasó el tiempo y en 2001 se celebró el 25° aniversario del Frente Polisario. Se escogió un rival que estuviera en España y que más o menos tuviera empatía por la lucha. La respuesta se reveló en el norte, el País Vasco. No eran los jugadores más famosos, sino veteranos que les tocó vivir la transición franquismo-república, y les tocó ver de primera mano la prohibición de vivir su cultura. En ese partido alinearon jugadores como Santiago Bakero, Jokin Uría, José Luis Urretxo y Ricardo Mendiguren. El partido se jugó en el campo de refugiados de Tinduf, en pleno Sahara. Para que el calor no derritiera la fiesta, se pensó en disputar el partido el 27 de febrero y a las 8:00 a.m. La cancha era en la arena, con líneas de cal y porterías de palo. Aún así, el termómetro marcaba los 30°C. 4.000 espectadores se dieron cita. Del lado saharaui, jugadores que militaban en el futbol argelino. El partido se disputó y cundió el buen futbol. Corría el segundo tiempo y el marcador decía: empate a dos tantos. De pronto, a eso de las 9:30 el termómetro marcaba los 38°C. Así es, se había subestimado el calor inclemente sahariano. El partido no se completó y el marcador quedo así.
En 2003 llegó la oportunidad para Sahara Occidental de tener cierto reconocimiento a través del futbol. Se estaba fundando la Nouvelle-Fédération Board con el fin de agrupar a todas las naciones que no aceptaba la FIFA. Los saharauis se afiliaron de inmediato y salió la posibilidad de disputar una copa ante países como Chipre del Norte, Mónaco, el Tíbet y el pueblo Roma. ¿Estaría cerca la posibilidad de jugar un mundial? Solamente el tiempo lo diría.
La dificultad de conjuntar a los jugadores provocó una falta de partidos amistosos: apenas dos fueron los encuentros pactados. El primero fue en 2007 frente a la selección de Macao, ex colonia portuguesa en China. Terminó con una victoria por la mínima. Después de eso, pasaron cuatro años. Y todo fue gracias a España. Estamos acostumbrados a ver amistosos navideños de la selección vasca y catalana, pero también Galicia tiene su historia que contar. Los cambios en la Xunta Galega habían causado una falta de apoyo a la selección. Como había que seguir con el show, cada partido fue organizado por su grupo de seguidores, Os siareiros galegos. Ellos voltearon precisamente a selecciones con poco reconocimiento internacional. Jugaron contra los paraguayos de Argentina en 2009, luego con Palestina en 2010 y así Sahara Occidental fue el sparring. En la cancha de Teo, los gallegos ganaron 2-1.
Sahara Occidental en el mundial
En 2012 por fin Sahara Occidental pudo participar en una competencia, la VIVA World Cup. El detalle es que la sede era el Kurdistán iraquí, y para llegar allá había que ir de Tinduf a Argel (1.460 km) y de ahí comenzar una travesía de cuatro aviones hasta Erbil, la capital kurda. Todos los jugadores provenían de los campos de refugiados para añadirle un tono más autóctono. Por si fuera poco, el gobierno marroquí de inmediato puso la lupa y en cuanto llegó, oficiales del gobierno kurdo los presionaron. Llegaron a un acuerdo: en el torneo no desplegarían banderas del Frente Polisario. Los saharauis solventaron de manera astuta esta dificultad, llegando a acuerdos tras bambalinas con cada rival que se enfrentarían. Ellos serían los que desplegaran las banderas, no el equipo per se. Nada mal, ¿eh?
En el torneo en sí Sahara Occidental quedó sorteada en el grupo A con los anfitriones, y con Occitania. A priori, lucían para quedar en último lugar. La selección kurda había sido subcampeona en las ediciones de Padania 2009 y Gozo 2010, y ahora estaba en casa. Sin la inscripción de Padania, lucían como los claros favoritos para ser campeones. Mientras tanto, los occitanos recibieron el bronce en la misma edición, disputada en una isla de Malta. Y eso se notó en los partidos. En el estadio Franso Hariri, de Erbil, Kurdistán goleó a los Dromedarios 6-0. Al día siguiente, perdió con Occitania, 6-2.
La mecánica del torneo era la siguiente: tres grupos de tres equipos. Clasificaban a la pugna por el trofeo los ganadores de cada grupo y el mejor segundo lugar. Por otro lado, había un torneo de consolación para obtener la clasificación final. Los dos peores equipos jugaban un play-out para obtener las otras semifinales, con los restantes segundos y el mejor tercero. Así, Sahara Occidental tuvo que medirse ante la selección de Darfur, ampliamente vejada en sus dos partidos anteriores. Samia Ahmed Budah (سميع أحمد بده) marcó el 1-0 para los saharauis. Tras el descanso, encajaron el empate y el primer gol en la historia de Darfur. Como pudieron se volcaron al ataque y los darfurenses resistieron como pudieron hasta el minuto 80. A partir de ahí, goles tras goles. El marcador fue 5-1. Sahara Occidental había ganado el derecho de ir por esa otra competencia. Después no te pierdas la historia del futbol en Darfur.
En las semifinales se enfrentaron a Retia, región histórica entre Suiza, Austria, Italia y Alemania. Parecía que el juego saharaui empezaba a carburar porque ganaron 3-0, y ahora quedaba el compromiso por el quinto lugar. De nuevo enfrentarían a Occitania. Lo malo es que la mejoría no les bastó para evitar la derrota, pero fue mejor el resultado: 1-3.
Al año siguiente les tocó ir a Marsella, Francia, para jugar el Torneo de Pueblos, Culturas y Tribus. En esta ocasión no tuvieron un gran torneo, principalmente debido a la falta de buenos jugadores. Juzga por ti mismo su desempeño con base en los resultados: 3-17 con UGA Ardeiv, 0-6 con los kurdos y 2-12 contra el Tíbet.
La selección saharaui actualmente
Para mantener la actividad, Sahara Occidental tuvo que mirar hacia España. Allá se calcula que viven hasta 12 mil saharauis. Seguramente alguno de sus descendientes juega futbol en la categoría semiprofesional. Encontraron los justos para armar un equipo. De nuevo contaron con Galicia para una minigira. Jugaron tres partidos, pero esta vez ante clubes: el Sarriana, el Celta de Vigo y el Noia.
Al año siguiente recibieron una inusual invitación. La comunidad esperantista celebraba su 100° congreso internacional. Sí, es una comunidad internacional que usa al esperanto como lengua de comunicación, y desde el 2014 se organiza una selección que disputa la Copa Zamenhof. Un congreso de jubileo merecía un partido por todo lo alto y Sahara Occidental aceptó jugar contra ellos. Les tocaba devolver el favor que alguna vez les hicieron los vascos. En el estadio de Lille, la selección esperantista no pudo oponer resistencia seria, y antes del minuto 40 los saharauis ganaban 4-0. No hubo más partido y no se disputó el segundo tiempo. Pocos sabían que esta sería su última victoria.
Luego de eso siguieron amistosos de menor renombre, como un partido ante el Husseyn Dey, equipo de la primera división argelina. En 2017, el futbol regresó a Tinduf para un amistoso ante un equipo de funcionarios de ACNUR, la agencia de la ONU para refugiados. Ese partido terminó con un empate a tres goles. En 2018, una humillación 1-6 ante el Puçol, equipo que no está ni siquiera en las categorías RFEF. Y en 2019, derrota ante el club profesional de Tinduf, el Aek Tindouf.
La selección de Sahara Occidental recibió un comodín para disputar el mundial ConIFA 2020 en Macedonia del Norte. Sería el quinto país africano junto a Darfur, Kabylia, Matabeleland y las Islas Chagos. Ese era el único pase directo a esa competencia. Desgraciadamente, debió retirarse por problemas logísticos y ese lugar fue para Kurdistán. Para su buena suerte, ese mundial se tuvo que cancelar debido a la pandemia Covid-19. Y esa emergencia sanitaria también produjo un cisma en el futbol fuera de la FIFA, con el surgimiento de la World Unity Football Alliance (WUFA). Sahara Occidental ya se afilió a esta última
Pocos saben, pero hay un equipo saharaui que sí compite en el futbol profesional
Compitiendo en la liga marroquí: JS El Massira
JS El Massira (نادي شباب المسيرة, Nadi Shabab al-Masira) es el nombre del único equipo profesional en el Sahara Occidental. Para Marruecos el Sahara Occidental tiene la denominación de Provincias del Sur. En estos momentos juega en Botola 2, la segunda división marroquí.
¿Cómo fue que llegó un equipo profesional allá? Pocos saben que este equipo nació en Ben Slimane, un pequeño pueblo en la costa central de Marruecos, famosa por su producción vitivinícola. Era el FA Ben Slimane (القوات المساعدة ببن سليمان, al-Qawat al-Masa3ida Ben Sliman), con paso por primera de 1986 a 1990. Su mejor resultado fue un noveno lugar. Tras descender, no volvió nunca a la élite, y en 1994 las autoridades marroquíes decidieron reubicar el equipo en El Aaiún, la capital del Sahara Occidental.
¿Por qué sucedió eso? En 1994 ocurrió el alto al fuego entre el Frente Polisario y el Ejército de Marruecos, el cual traería como resultado un referéndum de autodeterminación que nunca se llevaría a cabo. Para darle mayor realce a la integración saharaui a la sociedad marroquí, las autoridades usaron el futbol. Lo que sucedía es que sí había un club ahí, el Chabab Sakia El Hamra (شباب الساقية الحمراء), pero no pasaba de tercera división. Necesitaban profesionalismo, y lo tuvieron que calzar de alguna manera. Lo curioso es que ese año el FA Ben Slimane había ascendido como campeón de la segunda división.
En cuanto se incorporó, no hubo mucha diferencia en cuanto a resultados. Le dio tiempo para alcanzar un quinto puesto y hacer que las visitas a El Aaiún fueran lo más incómodas posibles. También puede presumir de llegar en cinco ocasiones a las semifinales de copa, que en Marruecos se llama Copa del Trono (كأس العرش, Ka’s al-3arsh). La cuerda se le acabó por ahí del 2011, cuando descendió. No ha vuelto a regresar a Botola desde entonces y no parece que en un futuro cercano pueda volver, ya que se conforma con ser un equipo de media tabla.
El JS El Massira tiene una situación más o menos similar a la de clubes como el Mónaco en la Ligue 1, el Derry City en la liga irlandesa, el Wellington Phoenix en la A-League, el FC Andorra en 1a RFEF, y el San Marino Academy en la Serie B femenil de Italia. Todos ellos son equipos expats, que compiten en ligas que no son las suyas. Ya hablé de eso en su momento.
Futbol saharaui y la política
La selección saharaui tiene que enfrentarse también a la política. Rabat no deja de presionar para que los organizadores de torneos no lo inviten blandiendo el argumento de que es un territorio bajo jurisdicción marroquí y la selección es la única que puede disputar esos encuentros de manera oficial. Sahara Occidental contesta convocando solamente a jugadores nacidos en España. Al no tener éxito, Marruecos opta por retirarse de esa competencia si coinciden con este equipo. Eso sucedió en la edición 2016 del prestigioso torneo sub-20 en L’Alcúdia. Ahí participaba Marruecos. Paralelamente a esta competencia, hay un campeonato para niños, donde estaba un equipo de Sahara Occidental. Fíjate que no era ni la misma categoría. Bastó con que hubiera una bandera saharaui en la grada para que Marruecos abandonara el torneo.
Recientemente en la Copa Árabe el Sahara Occidental tuvo una aparición, desde luego afuera del campo. Esto se debe a que Marruecos y Argelia se enfrentaron en cuartos de final. Horas antes, el gobierno marroquí había ordenado que se cerraran los bares en El Aaiún para que la gente no se reuniera; eso no evitó que la gente viera el partido. El gobierno argelino nunca ha ocultado su simpatía para la causa saharaui, y por supuesto en Sahara Occidental se celebró a lo grande que Argelia haya eliminado a Marruecos. Por supuesto la policía respondió dispersando a todos los asistentes con balas de goma y encarcelando a los jóvenes con condenas de hasta 18 meses. Es que imagina la alegría porque pasó tu amigo, eliminando al equipo de la nación que te somete. Claramente a Marruecos no le hizo mucha gracia esta derrota
Por supuesto la represalia fue evitar de nuevo las congregaciones para ver la semifinal contra Qatar, lo cual por supuesto fue un fracaso. Y de nuevo surgieron las detenciones arbitrarias y hasta una joven muerta por el paso de los convoyes militares. Paramilitares marroquíes detuvieron a un joven saharaui por atreverse a usar la camiseta de la selección argelina. Por ese fracaso, la televisión marroquí no mandó la transmisión de la final entre Argelia y Túnez a territorio saharaui. Toda esa represión incluso llegó a oídos de la ONU en Nueva York.
El futbol es un campo de juego donde converge la pasión y donde también se traduce un deseo por la autodeterminación. Sahara Occidental sigue en pie de lucha y su gente florece, cual rosa que desafía al clima e incólume muestra su color. Desafía todas las condiciones agrestes y muestra una esperanza para que alguna vez pueda llegar a disputar un mundial. Por ahora está la remota posibilidad de que El Massira llegue a una competencia continental, pero los saharauis sueñan con al menos un cuadrangular con las selecciones de Marruecos, España y Francia. Ante esta posibilidad, el pueblo del Sahara dice “in Sha’allah”, “si Dios quiere”. Queremos cerrar el texto con un poco de la sabiduría saharaui:
Mi rebaño es un rebaño elegido que no come hierba de las dunas ni bebe agua de los pozos. ¿Quién soy? Las nubes.
– Adivinanza saharaui.
Muchas gracias por pasarte por acá, Diego. La pasamos genial. Tienes las puertas abiertas para seguir escribiendo.
Fuentes
Ficha técnica del partido Sahara Occidental vs. País Vasco
Olaizola, Beatriz. Un partido de fútbol para Vitoria, un sueño para el pueblo saharaui. El Diario. 3 de julio de 2021
López, Víctor David. El brazo deportivo del Frente Polisario. El Español. 17 de noviembre de 2016
IPS Noticias. SAHARA OCCIDENTAL: El fútbol de los ignorados. 14 de julio de 2012
Zurutuza, Karlos. This Football Is a Game of Dispossession. IPS News. 25 de junio de 2012
Caballero Larrán, Jesús. Fútbol en el Sáhara. Periodistas en Español. 19 de febrero de 2015
El Faradio. Represión en el Sáhara ocupado a las celebraciones de la victoria de Argelia en las semifinales de la Copa Árabe. 13 de diciembre de 2021
Caballero Larrán, Jesús. Marruecos no permitió ver en el Sahara la final de la Copa Árabe de fútbol. Periodistas en Español. 23 de diciembre de 2021
Slade, George. World Unity Football Alliance: What it means for CONIFA and the United Koreans in Japan. K-League United. 7 de julio de 2020
Bloomfield, Audrey, y Jacbos, Sean. The Western Sahara and Football: A Path toward Self-Determination?. Jaddaliya. 21 de julio de 2016
Gómez Pickering, Diego. Dakhla: un viaje sin retorno. Revista Purgante. 4 de enero de 2022
Tras pasar por la capital saharaui de El Aaiún, tenemos que retomar nuestro viaje y nos montamos en un todo terreno que nos lleva hacia el sur, cuidando siempre de estar en el lado izquierdo de la Berm. Después de cruzar las ciudades Dakhla y Tichla llegamos hasta la frontera con Mauritania. Este país ha vivido una insurgencia tremenda. Diez años atrás languidecía al fondo de la clasificación de la FIFA, pero recientemente ha llegado a la Copa Africana en dos ocasiones. Las razones para ver esta gran entrada mauritana las veremos la siguiente semana.
Recomendación musical 2
A veces el pueblo saharaui logra resonar en la música en español. Es una manera bastante inusual para encontrar más apoyo no solamente en la antigua madre patria, sino en Hispanoamérica. Un portavoz es Nayim Alal (الناجم علال), que a la manera maliense le da un protagonismo a la guitarra eléctrica como en el blues. Su trabajo no pasa desapercibido y figura en la lista de National Geographic. Esta es una canción llamada Plegaria. En ella, Nayim reza al cielo por el porvenir del pueblo del Sahara Occidental.
Recapitulemos
Sahara Occidental es una antigua posesión española que ahora es reclamada por Marruecos. Desde 1975 hay una pugna que ha dejado muchos refugiados. Los beligerantes son el ejército de Marruecos y el Frente Polisario. Actualmente hay un alto al fuego desde el 2020. No es reconocido por ningún país miembro de la ONU y su reconocimiento ha dado paso a tensiones políticas. Dos ejemplos: la Unión Africana reconoció al Sahara Occidental como miembro pleno y Marruecos suspendió su membresía por 37 años; posteriormente, Donald Trump dio el aval de la soberanía marroquí a cambio de la normalización de las negociaciones con Israel, y ahora la situación luce más desesperanzadora. En el futbol han encontrado su expresión. Participaron en la VIVA World Cup en 2012; están afiliados a la ConIFA y la WUFA y por ello solamente pueden disputar amistosos. Hay un club saharaui en el futbol profesional de Marruecos, el JS El Massira, surgido en 1994 por una mudanza forzosa desde Ben Slimane. Sahara Occidental apoya a la selección argelina y tras la victoria ante Marruecos en la Copa Árabe de Qatar, hubo una represión por el festejo eufórico de los saharauis.
Nos vemos la siguiente. أيوة نتجابروا! (‘aywa ntjabruu!)