CHIVAS 1-0 AMÉRICA: VUCETICH MOVIÓ SUS FICHAS, Y ACERTÓ
Por: Paco Villasana
En el primer capítulo del Clásico Nacional, el Guadalajara firmó un triunfo importante tras 45 minutos de muchas dudas. Los locales buscaron replicar las sensaciones ostentadas ante Necaxa. Sin embargo, el América dejó en claro que el trámite sería completamente distinto.
Las Águilas no especularon ante el inicio de juego de Chivas. Con pocos esfuerzos lograron orientar las salidas rojiblancas hacia la banda, encerrando a Gilberto Sepúlveda contra la cal con suma facilidad. A partir ahí, la pelota cruzaba mediocampo con pocas ventajas para los locales. La ocupación de espacios estaba lejos de ser óptima, el equipo batallaba para juntarse con balón y, por consiguiente, era incapaz de fluir en campo rival. Si a esto se suma la dominante versión exhibida por Sebastián Cáceres, imponiéndose en los duelos individuales a Ángel Zaldívar, el panorama tornaba aún más complejo para el Rebaño.
Por su parte, el América no encontró mayor problema para atentar contra el área de Raúl Gudiño. Atacando la espalda de Jesús Molina, o generando superioridad numérica por el costado izquierdo, los visitantes exigieron en más de una ocasión al arquero rojiblanco. Sin sus atajadas, es imposible explicar el 0-0 al medio tiempo.
Bien dicen que los partidos se ganan en la segunda mitad, y Víctor Manuel Vucetich lo dejó claro. Con la entrada de Cristian Calderón y Oribe Peralta, y con el paso a 4-3-3, el Rey Midas condicionó el encuentro. El ex delantero del América se encargó del trabajo sucio, arrastrando la línea defensiva rival, mientras que Isaac Brizuela -quien pasó al interior derecho- y Uriel Antuna -quien también cambió de banda- lograron imponerse a Luis Fuentes. Miguel Herrera respondió, mandando a Nicolás Benedetti al campo, sin embargo, cuando los azulcremas comenzaban a retomar el control del juego, un enérgico Cristian Calderón horadó el arco de Guillermo Ochoa tras un esporádico tiro de media distancia. Así, Chivas selló una victoria clave de cara a la vuelta en el Estadio Azteca.
PUEBLA 2-1 LEÓN: LA FRANJA MANTIENE EL SUEÑO
Por: Diego Osorno
Nuevamente, el Puebla de Juan Reynoso dio la campanada. Después de eliminar en el repechaje al plantel más caro de la Liga MX , venció al líder general de la fase regular en la ida de los cuartos de final. La Franja sacó ventaja de su acertado planteamiento inicial y, aunque en el tramo final fue superado por el León, al final consiguió una victoria que les permite seguir soñando.
A diferencia del partido disputado en El Gigante de Acero, los dirigidos por el estratega peruano regresaron a la línea de cuatro. Consciente de que La Fiera ofende con un solo delantero referencia (Gigliotti), Reynoso optó por romper la línea de cinco. No obstante, a pesar de que el esquema era distinto, la idea era la misma. Puebla replegó y, en transición ofensiva, vulneró a León. Además, afortunadamente para ellos, su plan tomó aún mayor sentido cuando Omar Fernández los adelantó apenas en el minuto de partido.
De esta manera, los de Ignacio Ambriz no sólo eran incapaces de fluir en campo rival, sino que, tras pérdida, quedaban totalmente expuestos. Santiago Ormeño activaba en juego directo para que Omar Fernández, Christian Tabó y Fideo Álvarez pudieran atacar al espacio. Así cayeron las dos anotaciones. Los Esmeraldas extrañaron a William Tesillo en la zaga (jugó en el lateral izquierdo, el lado del ausente Yairo Moreno) y la figura de Pedro Aquino como corrector en mitad de cancha, sin mencionar que la espalda de Fernando Navarro fue constantemente explotada.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas para los poblanos, pues poco a poco León recuperó sensaciones. Una imprudente entrada de Javier Salas permitió que Ángel Mena descontara vía penal. Además, en el segundo tiempo, Juan Reynoso falló en la dirección de campo. Con la salida del Fideo Álvarez, La Franja perdió esa conexión entre el mediocampo y el ataque, por lo que dejó de ser una amenaza en transición ofensiva. Además, con el regreso de los camoteros a la línea de cinco, León tomó mayor presencia en los carriles interiores y, en consecuencia, tanto Luis Montes como Fernando Navarro tuvieron mayor libertad para asociarse e, incluso, cargar el área.
Al final de cuentas, Puebla supo sufrir y se lleva un importante triunfo de cara al partido de vuelta. Por su parte, Ignacio Ambriz se lleva tarea a casa y deberá ser creativo si desea descifrar el entramado defensivo poblano. Los esmeraldas quieren evitar otra debacle en donde más han quedado a deber, las rondas de eliminación directa.
TIGRES 1-3 CRUZ AZUL: PLAN Y EJECUCIÓN
Por: Memo Navarro
Cruz Azul llegó al Volcán con la cautela que amerita un partido de liguilla ante Tigres y salió de él con una ventaja superlativa. Nada de esto podría entenderse sin el planteamiento de Robert Dante Siboldi, pero tampoco pudo haber sucedido sin la óptima ejecución de este a cargo de los intérpretes. El técnico uruguayo presentó un mediocampo que no había utilizado ni una sola vez en la temporada. Con ello, dejó claro que llevar la iniciativa no estaba dentro sus prioridades y sí la verticalidad.
En el 4-3-2-1, que se convertía en 4-2-3-1 o 4-5-1 al replegar, Romo fungió como el escudo posicional de la línea de zagueros (8 duelos ganados), mientras que Rafael Baca e Ignacio Rivero como los encargados de incomodar la organización felina y coordinar coberturas a banda cuidando la estabilidad del bloque. Además, compensaron la falta de extremos veloces liberándose y lanzando tan pronto como el equipo recuperaba el balón. Pusieron su hiperactividad al servicio de la transición ofensiva. En cambio, para los Tigres de Ricardo Ferretti en definitiva no fue el día ideal para deshacerse de la línea de tres. En términos generales, no encontraron accesos más allá del asedio a partir de servicios laterales y acciones a balón parado.
La explosividad de Jonathan Rodríguez, sumada a la nula capacidad de Diego Reyes para gestionar la profundidad de la línea defensiva, trajeron como resultado los primeros dos goles de La Máquina. Del tercero se encargaría Romo, en el que sería, justamente, el tercer disparo cementero entre los tres palos de Nahuel Guzmán. El plan fue determinante por intención y propuesta táctica. Sin embargo, la tarea no está hecha. Conservar la ventaja con autoridad es el siguiente reto y, quizá, el más importante de ellos.
PACHUCA 0-1 PUMAS: CARLOS GONZÁLEZ DESPEJA EL CAMINO
Por: Paco Villasana
Los Pumas de la UNAM arrancaron con el pie derecho la Liguilla del Guard1anes 2020. Partiendo de un 4-4-2 un tanto asimétrico (Lira mantenía la posición y Vigón se desprendía), el equipo de Andrés Lillini demostró -una vez más- lo capacitado que está para asumir protagonismo en momentos específicos del juego. Pese a que los mecanismos colectivos estuvieron presentes, es difícil explicar el triunfo de los Universitarios sin antes mencionar un nombre propio: Carlos González. Al paraguayo le bastaron 10 minutos para detectar los espacios que Erick Sánchez descuidaba a sus espaldas. A partir de ahí, el atacante de 27 años sostuvo una versión jerárquica, anticipando a Óscar Murillo, y ofreciendo apoyos a diestra y siniestra para activar al “tercer hombre”. Fue precisamente la actuación de Carlos González, lo que acercó a su equipo al arco rival y, por consiguiente, al gol. De hecho, la anotación de Álvarez nace de una pared con Vigón en la frontal del área tuza. Pumas tiene muy mecanizada la forma de atacar.
De igual forma, Pumas no batalló para llevar la pelota arriba sin la ayuda de Carlos González. Los auriazules eran capaces de aglutinar pases por derecha (clave el triángulo entre Alan Mozo, Erik Lira y Favio Álvarez) para posteriormente cambiar la orientación de la jugada rumbo a la banda izquierda. Ahí, Facundo Waller recibía sin oposición alguna, debido a la lentitud con la que Pachuca basculaba horizontalmente. El uruguayo tenía pista libre para llegar al vértice del área rival.
Ya en el segundo tiempo, ante la especulación de un Pumas que comenzó a ceder metros en bloque medio, Paulo Pezzolano movió las fichas de su pizarra. El estratega uruguayo colocó a Erick Aguirre y a Víctor Dávila como interiores de su 4-3-3, con la intención de agitar zonas entre líneas y dinamizar sus posesiones. Al instante, Andrés Lillini respondió. El técnico argentino mandó al campo a Andrés Iniestra, buscando replegar en 4-5-1 para impedir que los Tuzos rompieran en vertical rumbo al área de Julio González. Los locales se vieron forzados a abusar de los centros laterales, escenario donde Pumas se siente cómodo con la presencia de Johan Vásquez y Nicolás Freire. Sufrieron poco y vencieron. Una vez más, los de la UNAM ejecutaron su plan a la perfección, regresando a casa con el gol de visitante en el bolsillo y con un Julio González motivado. El arquero de 29 años cubrió con muchísima autoridad el lugar del lesionado Alfredo Talavera.