A mediados de 2019, proveniente del Principado de Mónaco, llegó a Manchester un cotizado actor de nombre Hannibal. Los diez millones de euros desembolsados por los Red Devils bastaban para saber que se trataba de un aspirante a protagonista y no a reparto. No, no hablamos del Dr. Hannibal Lecter, a quien encarnara Anthony Hopkins en múltiples cintas utilizando un icónico bozal, sino de un chico francotunecino nacido en 2003 que en su día provocó una seria disputa entre los clubes más poderosos de Europa y cuyo guion está a punto de salir a la luz para empezar a exhibirse, más que en la cartelera de un cine, en la de un teatro.
No descubro nada si afirmo que no hay jugadores iguales. Por más similitudes que tengan entre sí, cada uno posee rasgos y cualidades únicas. Sin embargo, está claro que existen ciertos arquetipos —o estereotipos, mejor dicho— que han prevalecido en la conversación popular a fin de describir la manera de jugar de los futbolistas, sobre todo si son jóvenes. El “típico” extremo que juega a perfil cambiado para buscar disparo, el delantero corpulento, el enganche de cabeza levantada y medias bajas, el interior que no se cansa de presionar, el mediocentro pequeño que roba mil balones, el pivote delgado y bien parecido; entre muchos otros.
Hannibal Mejbri escapa de todo eso y, a su vez, de las odiosas comparaciones con figuras consolidadas. Él no se parece a nadie. Tampoco luce interesado en ello, pues va por ahí con un trote poco estético, un braceo que aparenta fragilidad —aunque es todo lo contrario—, una técnica de golpeo que augura todo menos peligro y un afro que no te lo firmaría ni el mismísimo Bob Patiño. Además de una personalidad inquebrantable, traducida en ímpetu y ganas de comerse el mundo, que no siempre acompaña a los más virtuosos. Si hay que jugar 85 minutos con la nariz rota frente al equipo mayor del Accrington Stanley en el EFL Trophy, se hace y ya está. Compite como el que más.
Desde que Ole Gunnar Solskjaer lo convenciera personalmente de dejar al Mónaco para unirse al Manchester United, Hannibal ha tenido un paso brillante por las categorías U18 y U23 del club inglés, y ha sellado su debut tanto en el primer equipo como en la selección absoluta de Túnez, país al que decidió representar pese a nacer en la localidad francesa de Ivry-sur-Seine y portar la casaca Bleu en divisiones menores.
Su posición ideal en el terreno de juego todavía no está definida, pero a decir verdad no se muestra ajeno a ninguna. Durante estos dos años como Diablo Rojo, lo mismo ha actuado en el doble pivote que como interior o mediapunta. Jugó de ‘falso 9’ al inicio de la campaña anterior antes del arribo de Joe Hugill y Charlie McNeill. Por momentos también se ha recargado en banda para dar paso por dentro a Shola Shoretire y su magnífica sensibilidad entre líneas —otro que tiene muchas cosas por contar—. E incluso, en los meses recientes ha tomado las riendas como el mediocentro más retrasado. Sus entrenadores, Neil Wood y Neil Ryan, aseguran que su futuro puede estar en ese deep role. Lo que es un hecho desde este mismo instante es que, entre mayor peso tenga, mejor.
En resumidas cuentas, no deja de añadir cosas a su juego. Y lo más ilusionante del caso es que, más allá de hacer un poco de esto y otro poco de aquello, está siendo capaz de integrarlo todo en una misma versión mientras lo complementa con aptitudes técnicas y físicas que por sí solas le otorgan ventajas. El único aspecto que deberá corregir cuanto antes es su respuesta ante el asedio de patadas que sufre. Me atrevería a decir que es uno de los jugadores que más faltas reciben en cualquier categoría del fútbol inglés, pero su reacción y el mal manejo de su temperamento ya le ha pasado factura con cuatro expulsiones. No siempre puede vivir dentro del personaje, eso es algo que deberá aprender.
La temporada pasada, con 18 años recién cumplidos, fue galardonado con el premio Denzil Haroun como el mejor jugador del equipo U23 del Manchester United. Es la apuesta más grande en Carrington. Lo saben todos y lo sabe él. Puede que necesite practicar su performance en otro sitio, pero, sin duda alguna, su obra está destinada al Teatro. El de los Sueños. Otra entrega de Hannibal, saquen las palomitas.
Twitter: @MemoNavarro_