Humanismo y psicología en Roberto De Zerbi

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Roberto De Zerbi, su manera de entender el fútbol, de jugarlo, tiene algo de contracultural, de ir contra las normas, de no aceptar los parámetros establecidos, de querer crear él los suyos propios. «Cuando yo era jugador, no podía decidir. Era jugador y tenía que seguir las normas. Ahora puedo decidir las normas, y quiero poner a mis jugadores en la mejor posición posible para disfrutar, porque somos afortunados de trabajar en el fútbol» dice el entrenador italiano.

Para De Zerbi, la clave del fútbol, la idea primaria, es disfrutar jugándolo, y para ello, de acorde a sus métodos, sus equipos tienen que tener el balón. No contempla otra manera. Ser protagonistas y, como decía antes, dictar ellos mismos sus propias normas. «Yo quiero ser protagonista en el campo, y para serlo necesitas el balón», manifiesta el entrenador italiano.

La vida en el fútbol no ha sido un camino de rosas para De Zerbi. Más bien, uno de resiliencia, de saber esperar la oportunidad. No destacó como jugador, pasando por modestos equipos (pese a una temporada en el Napoli) de su país, teniendo que emigrar posteriormente a Rumanía. Como entrenador, empezó en el modestísimo Darfo Boario, para luego tener experiencias como un despido en el Palermo o un descenso en el Benevento, antes de encontrar la estabilidad en el Sassuolo. De ahí saltó a Ucrania, pero le estalló la guerra mientras entrenaba al Shakhtar Donetsk. En septiembre de 2022, recaló en el Brighton sustituyendo a un Graham Potter camino de Londres.

Hipotético equipo inicial del Brighton con todos sanos

Para tratar de explicar a De Zerbi, así como en su totalidad, o en su misma raíz, explicarlo y hacerlo entender, vale conectar con el pasado y las modificaciones que han ido surgiendo a lo largo de los años. Si la escuela alemana trajo el gegenpressing, el fútbol, como elemento vivo y en constante cambio, necesitaba una respuesta a este movimiento. Y encontró esa respuesta de dos maneras diferentes: la respuesta formal y la respuesta material.

Como respuesta formal encontramos un cambio mismo en las normas de jugar al fútbol, un cambio dado desde las altas esferas con el objetivo de intervenir en la forma de jugar. Ese cambio es la nueva regla del saque de puerta, que permite, al equipo que saca, recibir en el área propia. Esto abrió un mundo de posibilidades a la hora de elaborar rutinas de construcción de juego, con centrales recibiendo en área propia o, incluso, sacando ellos y conectando con el portero. Esta aplicación de la norma da paso a la respuesta material, que no deja de ser el uso de la misma y, por consiguiente, una reacción ante la era de las presiones altas.

Resumiéndolo, se podría esquematizar de la siguiente forma: si un equipo quiere presionar muy alto al rival, ese contrincante buscará la forma de girar la presión desde abajo, permitiéndole tener espacios en campo contrario y convertir en una ventaja la exposición del rival.

Aquí Roberto De Zerbi se postula como uno de los entrenadores más influyentes de los últimos años, por lo radical de su propuesta, que lleva aplicando ya unos años, desde Sassuolo, los meses que pasó en Ucrania y ahora más de un año en la Premier League, donde a las dudas de cómo se adaptaría su estilo de juego a una liga particular como la inglesa respondió con un sexto puesto, el mejor en toda la historia del Brighton. Para sintetizar la filosofía dezerbiana, habría que tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Paciencia. Sus equipos buscan salir jugando de manera elaborada, desde atrás, involucrando mucho al portero en los primeros pases. Lo más icónico de un equipo suyo, lo primero que salta a la vista una vez te pones a verlo, es lo trabajada que tiene la primera línea de construcción, dándole mucho peso y, especialmente, mucha confianza a los integrantes de la misma. Para ello, el rasgo principal es la paciencia que tienen construyendo. No es que no rifen balones desde atrás mandándolos arriba, sino que no se precipitan nunca, esperan a que el equipo se vaya instalando en campo rival y ocupando todas las alturas del campo.
  • Distancias cortas. Los jugadores de sus equipos están muy juntos. Respetando sus posiciones de origen en el campo, no es la del italiano una filosofía funcional, pero manteniendo distancias cortas, pudiendo crecer juntos. Sus equipos normalmente utilizan un esquema 4-2-3-1, o 4-2-4, donde los centrales, el portero, los laterales y, al menos uno de los medios, se ven envueltos en la fase de construcción del juego, manteniendo distancias estrechas entre ellos, ofreciendo líneas de pase cercanas.
  • Tercer hombre. Es el método por antonomasia que usan sus equipos para progresar. Si un jugador, X, quiere pasarle el balón a su compañero, Y, pero este se encuentra marcado, X busca un pase vertical hacia un tercer jugador, en principio ajeno a la jugada, que desciende y logra encontrar a Y, de cara y con la jugada perfecta para que él tome la iniciativa.
  • Fijar última línea. Los equipos de De Zerbi quieren partir al rival en dos, involucrando mucha gente en salida, buscando atraer, a la vez que fijan última línea rival, con delanteros por dentro y extremos por fuera. Su Brighton es especialista logrando atraer en primera instancia para, posteriormente, jugar de memoria sobre el 2×2 de los delanteros ante los centrales rivales, a campo abierto con mucho espacio por delante.

Cabe hacer un enciso en el tercero de los puntos, el del tercer hombre, que es el corazón de la filosofía del entrenador italiano. La temporada pasada, la 2022/23, ningún equipo de la Premier League tuvo tantas combinaciones utilizando el tercer hombre en carril central como el Brighton. La amplitud de sus equipos, utilizando los tres carriles y todas las alturas del campo, permite que, después de encontrar al tercer hombre de cara por dentro, este muchas veces busque abrir fuera hacia el extremo, que se encuentra en situación de 1×1 ante defensa girada, contra lateral sin ayudas. El uso del doble pivote del Brighton, y lo bien que saben encontrarles de cara, muchas veces buscándolos desde fuera, para un mejor perfil a la hora de recibir, les permite ser uno de los mejores equipos del mundo en fase de iniciación.

Gráfico de The Athletic. El Brighton es el equipo que más juega por carril central de toda la liga

Situándonos en otro contexto de partido, una vez ya instalados en campo rival, el Brighton, en sus ataques posicionales, destaca por lo bien que ocupa todas las alturas del campo, usando variaciones y reparto de roles entre sus jugadores. Lo normal es ver a sus equipos, en campo rival, con una estructura 2-3-2-3. Primera línea para los centrales, en la segunda se sitúa el mediocentro, normalmente acompañado por los laterales, que quedan internos y centrados, con interiores estirando por dentro y extremos abriendo por fuera mientras el delantero fija a los centrales. Pero se puede ver a los laterales ganar altura por fuera, o incluso metiéndose en zonas intermedias, con interior pudiendo descender a la base o extremo metiéndose dentro. Es decir, el reparto de funciones en sus triángulos exteriores, los que componen lateral, interior y extremo, es total, pudiendo hacer los tres de todo, acomodándose a lo que vaya necesitando el equipo, dependiendo del rival y de la situación del partido.

Rereación de cómo se colocaría el Brighton en campo rival

El Brighton, y en general sus equipos, pero para concretar más su actual club, sacan la mayoría de ventajas de su buen hacer con balón, siendo capaces de girar presiones y encontrar las ventajas en campo rival. Pero, ¿qué pasa cuándo el rival no les salta, no les va a buscar? Si no hay presión y espacios adelante que explotar, ¿dónde está la ventaja? Este es el principal problema al que se está enfrentando De Zerbi en su experiencia inglesa. Los partidos ante rivales que plantan un bloque bajo, que saben tapar bien por dentro, y tienen un buen sistema para salir en transición, donde sus centrales, especialmente quien sea el acompañante de Lewis Dunk, sufren a campo abierto.

Los resultados no engañan. Por poner algunos ejemplos de los últimos meses, derrotas 6-1 ante el Aston Villa de Moussa Diaby, 1-3 contra el West Ham de Michail Antonio, 1-5 recibiendo el Everton de Sean Dyche, 3-1 en campo del Nottingham Forest, 0-1 contra el Fulham….

Equipos que les dieron la iniciativa, que se enfocaron en defender en campo propio centrando carril central, y haciendo daño con sus atacantes a campo abierto. La paradoja que se encuentra De Zerbi en estas soluciones es que, para abrir espacios en una defensa que no los da, necesita movimiento y muchos jugadores por delante de balón. Cuanto más jugadores meta adelante y menos deje atrás, más sufrirá la transición defensiva, desangrándose en cada pérdida como se ha podido notar en todos esos partidos descritos antes.

Entrando en el tema individual, más allá de los resultados colectivos, que en su etapa en el Brighton están siendo excepcionales (esta temporada el equipo marcha séptimo, con 17/30 puntos), y salvo el lunar de las competiciones europeas, tanto en su etapa en el Shakhtar como ahora en Brighton, De Zerbi es un fantástico potenciador individual, convirtiendo a jugadores que le llegan situados fuera del ojo mediático en auténticas estrellas mundiales. Quizás los casos más notorios sean los de Moisés Caicedo y Alexis Mac Allister, vendidos en verano por auténticas millonadas, después de disfrutar de unos meses bajo su mando, donde la mejora en perfiles corporales y elecciones pasadoras no pudo ser más clara.

En su plantilla actual, tanto Kaoru Mitoma como Evan Ferguson están disfrutando ahora de su influencia. El japonés, gracias a lo mucho que el equipo le encuentra en situaciones ventajosas, está siendo uno de los jugadores más destacados de la Premier League, demostrando un poderío en el cambio de ritmo envidiable. El jovencísimo Ferguson, de 19 años recién cumplidos, es un delantero que está demostrando una sensibilidad altísima viniendo al apoyo, usando distintas superficies del pie para controlar y mirando a los tres carriles a la hora de soltarla. Otros casos, como Pascal Gross o Lewis Dunk están disfrutando de una segunda juventud, mientras el lateral ecuatoriano Pervis Estupiñán se ha convertido en uno de los más destacados del mundo bajo su mando, viniendo ya de un fantástico entrenador como es Unai Emery.

«Veo el fútbol de una manera completamente diferentes desde que llegó él» comentaba Dunk, aupado hasta la selección inglesa tras su llegada. “Roberto De Zerbi está cambiando muchas cosas en el fútbol inglés, jugando un fútbol maravilloso, lo está haciendo increíblemente bien”, dice de él Pep Guardiola, el entrenador más influyente del fútbol del siglo XXI. «El Brighton es el equipo que mejor construye el juego del Europa», concluía el técnico catalán.

De Zerbi surgió de incógnito, viniendo de la nada, del extrarradio, como un idealista y resultaba que era una de las mentes más revolucionarias de la historia del fútbol.

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Hugo Marugan
Fútbol. Para disfrutarlo, para aprender y para contarlo.

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