Hungría 1-1 Francia: Ante el espejo

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Hace unos días, en un partido donde pudo jugar como disfruta, la Francia de Didier Deschamps maravilló al mundo entero imponiéndose con claridad a Alemania en Múnich. Sin restarle mérito a eso, ante Hungría en Budapest se mostraron las carencias de una selección que no se siente nada cómoda llevando la iniciativa durante períodos prolongados de tiempo. De todas maneras Kylian Mbappé, junto a Ousmane Dembélé, acudieron al rescate de los suyos para sumar un punto que les permite llegar a la última jornada sin excesiva presión.

Hungría, al igual que ante Portugal, buscó plantar un bloque medio en 5-3-2 dificultando el avance rival por carril central, orientándoles hacia fuera y haciéndose fuertes en el área con Willi Orban y las buenas intervenciones de Peter Gulacsi. Con balón, Adam Szalai empezó bien dando aire a los suyos descargando juego directo y participando en apoyo, pero se tuvo que retirar antes de tiempo pasándole la responsabilidad a un Roland Sallai que estuvo muy bien con conducciones, escapando de la marca de su par y dando salidas, además de la asistencia del gol en un gran pase para la incorporación de Attila Fiola.

Francia solo modificó respecto a su primer partido con Digne entrando por Lucas Hernández, de cara a ganar precisión y calidad en los envíos por fuera. Atacando en posicional, los galos no contaron con grandes versiones asociativas de sus centrocampistas, salvo alguna conducción puntual de Kanté, y dependieron de los apoyos de Griezmann y Mbappé por delante. El del Barcelona estuvo bien ejerciendo de guía y organizando las posesiones, pero fue el del PSG quien siempre subió una marcha al encuentro con sus controles orientados y cambios de ritmo supersónicos.

En los magiares, la actuación del joven central Attila Szalai fue de lo más destacable. Con capacidad de desplazamiento largo, siendo muy útil dentro de las ideas del equipo de atraer en salida para transitar en campo rival, también estuvo bien defensivamente saliendo de zona y anticipando. El otro nombre destacable fue Adam Nagy, que demostró muchísima lectura para colocarse ofreciendo línea de pase, lateralizando bastante por derecha mientras el central Botka se abría. Nagy estuvo bien evitando pérdidas peligrosas y dando segundos de descanso con balón a los suyos.

Deschamps cambió en el segundo tiempo, dando entrada a Ousmane Dembélé y buscando sus recepciones abiertas, encontrando de esta manera un elemento agitador que fue inclinando el campo poco a poco hacia sus intereses. Hasta su lesión, los minutos de Ousmane no pudieron ser más ilusionantes, y pese a saber que su presencia puede condicionar tanto para bien como para mal por su tendencia a la pérdida y la individualidad, esta vez la apuesta a Deschamps le salió cara. Hungría le planteó a Francia el partido más incómodo posible, y las sensaciones en los actuales campeones del mundo no acabaron de ser positivas. Mejorar en posicional, involucrando más a Karim Benzema, parece que sigue siendo la asignatura pendiente de una selección que en los demás aspectos del juego tiraniza a sus rivales.

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Hugo Marugan
Fútbol. Para disfrutarlo, para aprender y para contarlo.

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