Tras batir por 3-0 a Senegal, Inglaterra se enfrentará a Francia en los cuartos de final de la Copa del Mundo. Será la primera prueba de fuego para los de Southgate, que por ahora han disputado encuentros contra Irán, Estados Unidos, País de Gales y el combinado africano. Esta última, con múltiples ausencias (Mané, fuera del campeonato desde el primer día, y también Gueye sancionado para el partido), se vio superada por el talento puro de Inglaterra, por sus movimientos exteriores y por dos nombres propios que elevan al máximo la calidad del resto: Jude Bellingham y Harry Kane. El verano dirá, pero el precio de Bellingham no será el mismo en enero que en noviembre.
De inicio, Southgate apostó por un 4-3-3 con Henderson y Jude Bellingham en los interiores, tratando de progresar a partir de los triángulos exteriores de estos centrocampistas con los laterales, en amplitud, y unos extremos dinámicos en sus descensos que generaban espacios aprovechados por compañeros cercanos a la zona. En todo caso, en el arranque, a los Three Lions les costó mucho generar situaciones de peligro dentro del área, ante un combinado africano seguro desde el bloque y con una buena defensa exterior cada vez que su rival trataba de avanzar por uno de los dos costados.
Por la parte senegalesa, con mucha menos posesión de balón, formaron en un 4-4-2 sin balón o 4-2-3-1 con él, siendo verticales en cada recuperación y encontrando cómodamente a Boulaye Día entre centrales rivales. En este sentido, con un Ismaila Sarr inspirado, Senegal tuvo las dos ocasiones más claras de los primeros 30′ para adelantarse en el marcador: primero con un mano a mano con el portero, y luego con una magnífica asistencia sobre Boulaye Dia que terminaría repeliendo Jordan Pickford. La cuestión es que, en unos octavos de final de una Copa del Mundo, quien perdona no encuentra perdón. Y así se terminó dando para Inglaterra.
La suerte terminaría cayendo de parte inglesa en la primera llegada de los europeos al área rival: sería con Jude Bellingham apareciendo al espacio generado por el descenso de Kane, para darle un balón a placer a Henderson, que terminaría adelantando a los suyos. Al borde del descanso, sobre la bocina, un contragolpe inglés pondría con pie y medio a los de Southgate en cuartos de final: arrancaría con una recuperación en campo propio, con Bellingham conduciendo y superando al acoso inmediato para tocar a Foden y que este, de primeras, pusiera a Kane en un mano a mano con el portero. Los muy buenos, en estas ocasiones, nunca fallan. Dos ocasiones tuvo Senegal en el primer tiempo: las dos erradas. Dos más tuvo Inglaterra: las dos acabaron dentro.
En la segunda parte, con 2-0 en el marcador y pese a los tres cambios ejecutados en el descanso por Aliou Cissé, la tónica del encuentro sería similar a la del primer tiempo: Inglaterra con el dominio de la pelota, ahora contra una Senegal mucho más partida, concediendo muchas más situaciones y contragolpes contra jugadores experimentados en el noble arte de la transición. Sería en el 12′ del segundo tiempo, de nuevo con Phil Foden involucrado en la acción, cuando Bukayo Saka pondría punto y final a la eliminatoria anotando el tercer tanto del encuentro. No hubo partido desde entonces: Senegal lo intentó por activa y por pasiva, pero todo fue insuficiente. En todo caso, su torneo es de aplaudir, teniendo en cuenta la ausencia de Sadio Mané. A Inglaterra le espera Francia. Gran prueba de fuego para Southgate.