Japón tiró por tierra la gran remontada ante Alemania al perder contra Costa Rica en la segunda jornada del grupo E. Hajime Moriyasu realizó muchos cambios respecto al partido anterior, introduciendo a un total de cinco caras nuevas, pero no le funcionó la jugada. Jugó con fuego y se quemó. Por su parte, Costa Rica se redimió de la goleada ante España, siendo más conservadora en el planteamiento y esperando su momento en el partido, el cual llegó en el 80’ con el gol de Keysher Fuller. Los ticos escriben otra página de su gran historia reciente en la Copa del Mundo.
Hajime Moriyasu revolucionó el ’11’ para enfrentarse a Costa Rica. El técnico nipón solamente dio continuidad a Gonda, Yoshida, Itakura, Nagatomo, Endo y Kamada respecto al partido ante Alemania. El resto, todos nuevos. Por otro lado, Luis Fernando Suárez mantuvo la defensa de cinco (5-4-1) con la que intentó cortar la sangría en el partido ante España, introduciendo además las novedades de Kendall Watson en el centro de la defensa y Gerson Torrers en la banda derecha. Puestas las cartas sobre la mesa, se jugó un partido de ritmo bajo en el que ningún equipo fue decididamente a por la victoria.
Japón se organizó en su habitual 4-2-3-1 con balón, acumulando a mucho jugador por dentro y cerando muchas veces con tres atrás. Nagatomo se quedaba en primera línea, Yuki Soma abierto en izquierda, Yamane aportaba profundidad por derecha, Morita y Kamada entre líneas, Ritsu Doan se cerraba por dentro y Ayase Ueda quedaba solo en punta. Los nipones buscaron atacar el bloque costaricense rompiendo mucho a la espalda de la línea defensiva (Doan y Ueda sobre todo), pero tuvieron dificultades para generar ventajas desde la circulación y apenas generaron remates claros. Movían el balón de lado a lado, buscando que la defensa de Costa Rica se desajustase en algún momento para filtrar un balón a la espalda, pero Costa Rica siempre podía defender de cara. Pese a que Ueda ofreció buenas soluciones apoyando y descargando de cara, a Japón le faltó ritmo y clarividencia (por dentro) con bal´ón.
En fase ofensiva, Costa Rica le entregó las llaves a Joel Campbell. El jugador de León se hechó el equipo a la espalda en el primer tiempo, participando muy abajo buscando dar soluciones para superar la presión de Japón y salir de su campo. Bryan Oviedo fijaba por fuera (a veces también por dentro) y era Campbell el que descendía al sector zurdo de la base para organizar. El caso es que salvo él, nadie aportaba nada para que Costa Rica pudiese progresar. Además, cada pérdida pillaba al equipo con las líneas muy separadas y le daba a Japón precisamente lo que le estaba faltando en su ataque posicional: espacios para correr. En los últimos minutos del primer tiempo, sí que Japón cedió más la iniciativa y defendió en su campo, cerrando con cinco con Yuki Soma siguiendo a Fuller, pero Costa Rica no amenazó en ningún momento la portería de Gonda.
El segundo tiempo empezó de una manera muy distinta. Moriyasu introdujo de golpe a Takuma Asano y Hakari Ito. Con ellos sobre el campo, Japón tuvo otra actitud con y sin balón. La movilidad y agresividad de Asano, el héroe ante Alemania, le dieron otro ritmo en ataque, al mismo tiempo que con Ito de lateral cerraron con tres de defensas de forma definitiva. Además, Morita estuvo más fijo en la base (con Kamada por delante) y con él ahí la circulación nipona ganó en agresividad. Minutos después, Moriyasu decidió echar más leña al fuego metiendo a dos de sus jugadores más agresivos a la vez: Karou Mitoma y Junya Ito (por Doan y Yamane). Mitoma se pegó a la banda izquierda, Ito ocupó la posición de extremo interior de Doan y Yuki Soma pasó ser er el lateral derecho. Con ellos sobre el campo, Japón se volcó definitivamente a por el partido, embotellando a Costa Rica en su campo. Solamente le faltó acierto en los metros finales (en el último pase, especialmente) para concretar en gol.
Y tanto perdonar, lo acabó pagando. En una presión aislada, Costa Rica recuperó el balón en la frontal de Japón y marcó un gol que dejó en ‘shock’ a todo un país. Keysher Fuller le pegó con su pie menos hábil desde la frontal y Suichi Gonda, que había salvado a su equipo ante Alemania, regaló un gol en el momento menos oportuno. Con el golpe anímico, a Japón le vinieron las prisas y Costa Rica, que había dado entrada a Bennette y Aguilera minutos antes, pudo desplegarse y respirar mucho más cuando tuvo el balón. En el añadido, un insipiradísimo Mitoma fue el único argumento de Japón para poner en aprietos a su rival, pero Keylor Navas apareció en el momento más indicado y Costa Rica selló una victoria balsámica. A falta del España – Alemania de esta noche, este resultado pone el grupo patas arriba: España, Japón y Costa Rica están empatados a tres puntos.