Sería injusto valorar el rendimiento de Antonio Conte en el banquillo del Tottenham desde el mismo prisma que analizamos otros proyectos. Primero, porque llegó en Noviembre, para la fecha 11. Segundo, porque cogió una plantilla que no confeccionó él. Y tercero, porque heredó un equipo confundido debido a que no terminó de asimilar la idea del portugués Nuno Espírito Santo (marca de 5-0-5 en Premier League 2021-22). Siendo honestos, por más que exista presión por asegurar puesto de Champions, la exigencia real de este equipo debería empezar a medirse cuando el italiano inicie un curso desde el principio.
Aunque lo que sí hemos visto durante estos primeros tres meses es que el último estratega campeón de Serie A ha intentado, desde la pizarra, introducir algunos matices muy reconocibles de su modelo de juego. Conte busca construir un Tottenham a partir de la pelota, a reserva de cuando enfrenta a un equipo de mayor jerarquía y opta por ser pragmático, como recientemente sucedió ante el Chelsea de Tuchel en tres partidos consecutivos, o cuando el escenario de partido le permite ser más vertical. Es un equipo que quiere construir sus ataques desde la primera línea, que alinea a sus jugadores de mejor pie para conseguirlo y que está presentando la pausa necesaria para intentar avanzar en bloque.
Sin embargo, los Spurs presentan múltiples problemas para desarrollar esta idea. Se atascan en los escenarios de ataque posicional, le cuesta fluir ante rivales replegados y, al final, están luciendo más cuando tienen espacios para correr. Antonio Conte está poniendo sobre la mesa multitud de soluciones, pero entre lesiones, bajas de nivel y la falta de ciertos perfiles en el plantel para demarcaciones puntuales, el sistema no termina de engranar.
Dentro de este complejo escenario, hay una pieza que está destacando: Lucas Moura. El brasileño se ha transformado en una pieza clave para llevar los encuentros a su terreno. Desde la llegada del estratega italiano, el Tottenham se está parando 3-5-2 o 3-4-2-1, que con balón suele mutar a un 3-4-1-2 donde se busca la superioridad en salida de balón y que muchos elementos ocupen distintas alturas en carriles interiores. Dentro de este esquema, el ex PSG se está moviendo entre la banda diestra y la doble punta.
Por otra parte, cuando parte de la cal, sus funciones varían dependiendo del contexto de partido. Ante rivales que esperan en campo propio y repliegan en exceso, los Spurs buscan generar superioridades en el carril exterior, y ahí es donde Lucas tiende a pasar más tiempo en la banda. Para ello, normalmente, el carrilero de su sector (Emerson) fija dando amplitud y el ex PSG alterna entre doblarlo, romper en el intervalo central-lateral rival o directamente encarar con el apoyo de su carrilero para que el lateral adversario se encuentre un «2vs1». Aunque ya no es el regateador del Sao Paulo, su cintura y fintas siguen generando ventajas.
Si por el contrario, el entrenador italiano decide que parta desde la doble punta, es ahí donde vemos al Moura más completo. Porque Lucas ha sido, es y será, antes que otra cosa, un «acelerador» del juego. En el carril central es donde despliega sus principales virtudes. Incrustado entre las líneas rivales, flotando horizontalmente para recibir libre de marca, el brasileño hace en muchas ocasiones de nexo entre su centro del campo y los puntas. Con la calidad que atesora para conservar el esférico, recibe, se gira y en el momento que empieza a ver el juego de cara, el Tottenham empieza a aumentar sus opciones de tener un ataque más fluido, siempre considerando que cuenta con el respaldo de su «10». Apoyándose en Harry Kane, su capacidad para aumentar el ritmo de la circulación se potencia.
Cuando Moura activa su carrera, Heung-Min Son puede realizar esos desmarques profundos, los carrileros ganan tiempo para llegar y Harry Kane llena el área. También es inteligente sin balón para ocupar los espacios libres que van apareciendo. Traza diagonal dentro a afuera, estira en vertical esperando el pase en profundidad o cuando Kane desciende para el apoyo, él rápidamente busca el lugar exacto hacia donde ir y que el equipo no pierda efectivos para el remate.
Si el adversario decide presionar arriba, también sobresale la figura de Lucas gracias a que su movilidad y agresividad es oro para pasadores como Højbjerg, Ndombèlé, Winks o el mismo Kane. Es evidente que con metros por delante para atacar es cuando el equipo londinense está siendo más peligroso.
Además, le ha venido bien la confianza que Antonio Conte (marca de 6-3-1 en Premier League 2021-22) ha depositado en él. Es uno de los elementos que mejor rendimiento está ofreciendo en un equipo, de momento, incompleto, un Tottenham al que le falta sinergia entre las características del plantel y el estilo de su Director Técnico. Pese a todo, con 29 años, Lucas está siendo importante… una vez más.