Hooi! Hoe gaat het met je? / Selamat! Apa kabar? El primer saludo es neerlandés, mientras que el segundo está en indonesio. Espero que estés muy bien hoy. La semana pasada estuvimos hablando sobre cómo el futbol refleja la hermandad entre Polonia y Hungría. Hoy estoy muy contento porque cumplo dos años escribiendo estos textos de futbol con sociedad, geopolítica, cultura e historia. Y para tal celebración, he decidido incorporar la ciencia en una colaboración de manteles largos. ¡Vamos a Países Bajos e Indonesia!
Recomendación musical
Es muy difícil conseguir música neerlandesa de los años 20, y es aún más cuando hablamos de Indonesia… ¿conseguir música neerlandesa de las Indias Orientales Neerlandesas? ¡Misión imposible, al menos en los albores del siglo XX! Lamento solamente encontrar música de la mitad del siglo. La cantante que escucharás es la primera artista que decidió mostrar la cultura indo (de Indonesia) en los Países Bajos. Se trata de Wieteke van Dort. Nacida en Surabaya, su familia se estableció definitivamente en La Haya cuando Suharto nacionalizó todo lo neerlandés y por ello perdió todo. Primero actriz de cabaret, prácticamente todos los neerlandeses la recuerdan como de Tante Lien (la tía Lien), que tenía un programa donde los invitados se reunían en un kumpulan (o reunión indonesia) y recordaban viejos tiempos. La música que sonaba era el krontjong (o keroncong), aporte de marineros portugueses y muy popular en la Indonesia colonial. Este krontjong pertenece al género tempo doeloe (o tempo viejo). Se llama Arm den Haag (Pobre La Haya).
En esta ocasión especial, he invitado al Doctor Rafael Sirera Pérez. El Dr. Sirera es catedrático de Biología Celular en el Departamento de Biotecnología, y coordinador del programa de doctorado en Biotecnología, ambos en la Universitat Politècnica de València. Es también investigador en Inmunología y Biología Molecular del Cáncer en la Unidad Mixta del Hospital General y el Centro Príncipe Felipe, también de la Universitat Politècnica de València. Por último, es coordinador de la revista Inmunología de la Sociedad Española de Inmunología. Síguelo en Twitter como @rafaelsirera para más información sobre diferentes enfermedades y avances en la vacuna del CoVID-19. Con tal currículum es imposible no aplaudir de pie. ¡Es un gran honor contar con su presencia, Doctor! Espero se la pase muy bien.
Vamos al tema de esta semana.
El futbol también puede entrar en la ciencia
Bajo la influencia de las enseñanzas de Karl Marx, se dice que el futbol es el opio del pueblo. Se le culpa de fomentar la distracción de la sociedad. ¿Cómo es posible que 22 personas pateando una pelota puedan atraer la atención de miles de millones alrededor del mundo? Eso es inaceptable si la sociedad desea avanzar y evitar que la clase política, las élites millonarias, los empresarios y demás personas que son culpables según esta clase de intelectuales.
Si bien es un esfuerzo loable que podría confundirse como una expresión de amor “filia”, esta percepción sinceramente es muy obtusa y realmente es muy injusta para este deporte. El ser el deporte más popular del mundo no quiere decir que no arrope a las mentes más privilegiadas del mundo. Las estadísticas empiezan a tomar un papel más preponderante en el desarrollo del deporte y lo han hecho evolucionar y un exponente de esto es la página Statiskicks. Páginas como ésta o Apuntes de Rabona hacen un esfuerzo para retratar el futbol desde otra perspectiva. Hay una más, la página del Observatorio de Futbol del Centro Internacional de Estudios Deportivos, en Neuchâtel, Suiza, que constantemente elabora reportes de manejo de datos en rubros como el precio de fichajes, composición de equipos, análisis de desempeño de jugadores, y otros más.
Ahora bien, ¿hay científicos famosos que practiquen o que hayan practicado futbol? Claro que sí. El caso más reciente es el brasileño Sócrates. Antes de ser el mariscal de campo de ese legendario Brasil que se marchó injustamente sin ganar un mundial, había obtenido su título de médico en la facultad de Ribeirão Preto de la Universidad de Sao Paulo. ¿O qué tal el trinitario Shaka Hislop? Llegó a recibirse de Ingeniero Mecánico en la Universidad Howard en Washington DC y realizó un semestre de prácticas profesionales en la NASA.
Es cierto, antes el futbol no tenía un carácter tan marcadamente profesional y era más fácil que un científico pudiera dedicar sus horas libres a practicar futbol llegando hasta representar al país. De inmediato salta a la vista a los hermanos Niels y Harald Bohr, físico y matemático respectivamente. De ese tema hablé hace ya tiempo. Hay un científico que también lo practicó y justamente en estos tiempos convulsos de la pandemia por COVID-19 cobra relevancia. Te presento al neerlandés Louis Otten.
Los inicios de Louis Otten
Louis Otten nació el 5 de noviembre de 1883 en Rijswijk. Actualmente, Países Bajos es muy industrializado, más en la provincia de Holanda Meridional, pero a finales del siglo XIX, Rijswik era un poblado agrícola entre La Haya y Delft. No hay mucha información respecto a su infancia. Solamente se sabe que estudió la primaria ahí en Rijswijk, luego se fue a La Haya para estudiar la secundaria, complementada en el gimnasio de Delft, ciudad célebre por su producción de porcelana y porque ahí nació el inventor del microscopio óptico, Anton van Leeuwenhoek.
Al regresar a La Haya en 1902 le dio rienda suelta a la pasión que sentía por el futbol e ingresó al club Haagse Voetbal- en Cricketvereniging Quick (HV & CV Quick) o Quick den Haag. Empezó en la portería del equipo, y poco a poco empezó a destacar y a moverse de la portería a la defensa, concretamente a ser lateral izquierdo. Mientras ganaba la titularidad, en 1904 ingresó a la Universidad de Leiden para estudiar medicina. Tardó dos años en ganarse el derecho a debutar en el Campeonato Nacional de Futbol de los Países Bajos. Justo ese año logró aprobar su propedéutico.
No fue tan difícil empezar a llamar la atención, primero en la región oeste y luego en todo el reino neerlandés. Al cabo de tres años ya era inamovible en el once inicial. En ese lapso sostuvo con éxito su examen de candidatura (1906), algo equiparable al título de licenciatura actualmente. La gran temporada que tenía el Quick den Haag en 1907-08 hizo que la gente a cargo de la selección de los Países Bajos se fijara en él. Y a finales de diciembre fue convocado para jugar un partido amistoso contra Inglaterra en Darlington. Salió con el número 3 al campo. Lástima de marcador que sufrió: ¡derrota 12-2! Pero esa fue su primera convocatoria con la Oranje.
La temporada para el Quick den Haag no podía haber sido mejor. Se proclamó el mejor equipo del grupo del este. No solamente había demostrado ser mejor que los equipos de la Haya (HBS y en especial el HVV), sino también mejor que los equipos de Dordrecht (DFC), Haarlem (Haarlem y HFC), Róterdam (Sparta), Breda (Velocitas), Utrecht (Hercules) y Leiden (Ajax, no confundir con el equipo actual de Ámsterdam). Por ello se había ganado el derecho de disputar la final contra el líder de la zona oeste, UD de Deventer, que había dado cuenta de los equipos de Arnhem (Vitesse), Wageningen (GVC), ‘s Hertogenbosch (Wilhelmina), Amersfoort (AFC Quick), Nimega (Quick) y Enschede (PW).
El primer partido fue el 12 de abril donde 4.000 espectadores se dieron cita. El partido acabó con empate a un tanto. Otten estuvo a punto de convertirse en villano por un penal que le cometió a Jac Pluim, pero el delantero de la escuadra de bglanco con franja diagonal roja falló la pena máxima, para suerte de nuestro relato.
Las reglas estipulaban partidos de desempate para obtener un ganador. Pero antes, Otten tenía su segunda convocatoria para el partido contra Bélgica en Rotterdam (26 de abril). No era el único representante de De Haantjes. Ahí estaban Noud Stemples, Caius Welcker y Edu Snethlage, quien inauguró el marcador que al final quedó 3-1 en favor de los neerlandeses.
Ahora sí, es tiempo de hablar de la final. El 3 de mayo era el desempate que acabó de nuevo con un empate, ahora a tres tantos. ¡Otro desempate! Se escogió una sede neutral y se decidió que fuera a lo grande. El escenario sería el Oud Roosenburgh en Ámsterdam. Esta vez 7.000 personas serían testigos del nuevo campeón. Ahora sí hubo ganador: el Quick den Haag que ganó 4-1 al UD, con goles de “Jops” Reeman, Snethlage más doblete de Klicks). Así, de Haantjes ganaron su primer título nacional.
Gloria olímpica
El mes de octubre de 1908 fue claramente el mejor de la carrera deportiva de Lou Otten. El entrenador de la selección neerlandesa, el inglés Edgar Chadwick, ya había contado dos veces con el defensor del Quck den Haag, y lo incluyó en la lista para representar a los Países Bajos en los Juegos Olímpicos en Londres. ¡Otten no cabía de felicidad! Es que ese mismo mes logró aprobar su examen de maestría de la universidad. Ser un atleta olímpico era otro logro, toda vez que sería la primera vez que los Olímpicos tendrían equipos nacionales y no particulares. (De eso hablará mi compañero Ricardo Mercado en su momento)
Todos los partidos serían en el viejo White City. El primer rival de los neerlandeses era Hungría, pero ésta se tuvo que retirar porque tenían que lidiar con la Crisis de Bosnia, por lo que Países Bajos pasó de ronda. Su siguiente rival eran los ingleses, que habían destrozado a los suecos 12-1. Esta vez, los neerlandeses jugaron mejor, pero no fue suficiente para oponer seria resistencia al combinado local, que ganó 4-0.
A pesar de todo, Países Bajos tendría que vérselas con Suecia para la medalla de bronce. ¿Por qué Suecia? Francia había sido masacrada 17-1 por Dinamarca y quedó tan avergonzada que se negó a jugar un partido más, así que le dieron una oportunidad a los suecos. La escuadra neerlandesa ganó con goles precisamente del Quick (Reeman y Snethlage) y se colgó la medalla de bronce. El médico Otten era medallista olímpico. La medalla de oro fue para Inglaterra, mientras que Dinamarca se quedaba con la plata, y ahí estaba el matemático Harald Bohr (ya hablé de eso en su momento)
Inicio de su carrera médica
Mientras jugaba los partidos de la liga neerlandesa, la vida médica para Otten apenas comenzaba. En 1909 logró aprobar la primera parte del examen de medicina, y se empezó a especializar en la microbiología. Como resultado, el 14 de septiembre de ese año se convirtió en asistente del doctor Reinder Pieters van Calcar en la división de bacteriología e higiene del Hospital Académico (Akademisch Ziekenhuis) de la Universidad de Leiden.
A la par de su estancia en Leiden y las enseñanzas de van Calcar, 1910 fue un año donde Lou Otten fue nombrado médico y capitán de la selección neerlandesa en dos partidos amistosos contra Bélgica y en otro más contra Alemania. ¡Qué honor ser el capitán mientras estás haciendo tus estudios de una carrera tan demandante como medicina! Conforme avanzaba su carrera en esa profesión, Otten jugaba cada vez menos partidos con el Quick.
Salió una oportunidad de realizar trabajo de campo en Java, la isla más importante de las Indias Orientales, así que pidió darse de baja del Hospital Académico. Eso significó también despedirse de la selección neerlandesa, y le dio tiempo para jugar tres partidos amistosos más, dos contra Bélgica y el último ante Inglaterra. En total, fueron 12 apariciones con la casaca naranja, por el color de la casa real de Nassau. El 27 de mayo de 1911 se embarcó en el Oranje, que zarpó de Ámsterdam con dirección a Batavia, la actual Yakarta. Le dieron una despedida de honor porque se había ganado el ser considerado como uno de los mejores defensores neerlandeses de la época. Trabajaría en el Servicio de Control de la Peste (Dienst der Pestbestrijd). Y es que en Java se estaba desatando el terror por la temida peste bubónica.
Peste bubónica, la muerte negra
La peste es una de las enfermedades infecciosas más antiguas y notorias que han afectado a la humanidad y que ha condicionado su historia. Desde que existen registros, más de 200 millones de personas han muerto a causa de tres grandes pandemias de peste:
- La primera fue denominada «la plaga de Justiniano» (en griego Πανώλη του Ιουστινιανού, Panóle tu Iustinianu/en latín Iustinanea plaga), que estalló en Egipto en el año 541 de nuestra era.
- La segunda, se conoce como la «Peste Negra» (pesti niura en siciliano), y se originó en Messina, Sicilia, en 1347.
- Y la tercera comenzó en la provincia de Yunnan de China devastada por la guerra y llegó a Hong Kong en 1894. Los barcos de vapor y los ferrocarriles favorecieron una rápida propagación de la enfermedad en todos los continentes.
En los últimos años de esta tercera ola se produjeron grandes avances en el conocimiento de la enfermedad. Por ejemplo, en 1894, Alexandre Yersin identificó el agente etiológico, Yersinia pestis, y demostró que las ratas son un reservorio de la enfermedad. Cuatro años después, Paul-Louis Simond demostró que la peste se transmite por pulgas.
A lo largo de la historia, Y. pestis se ha utilizado intencionadamente como un arma biológica lanzando a los cadáveres muertos contra el enemigo. Durante la Guerra Fría se reconoció a la Y. pestis en aerosol como un arma biológica muy potente.
Veamos algunos detalles de la infección.
La peste afecta principalmente a los roedores, pero también a otras especies de animales, que constituyen el reservorio natural. La peste se transmite generalmente a través de la picadura de la pulga Xenopsylla cheopis, es decir, el vector. El mantenimiento de la plaga en la naturaleza es totalmente dependiente de la transmisión cíclica entre pulgas y mamíferos. Al alimentarse de la sangre de un hospedador infectado en una etapa bacteriémica (septicémica), el ectoparásito ingiere los bacilos. Las bacterias se multiplican en el intestino del insecto, obstruyéndolo. La pulga hambrienta bloqueada no puede bombear sangre a su estómago y posteriormente regurgita la bacteria en la herida de la mordedura.
Las dos formas clínicas principales de peste son la bubónica y la neumónica. En ambas formas, el período de incubación generalmente varía de unas pocas horas a cinco o seis días y la aparición de la enfermedad es repentina y grave. Se caracteriza por un rápido aumento de temperatura, que llega a 39,5°C a 40°C en pocas horas, acompañada de una incesante aceleración del pulso y disminución de la presión arterial, indicativos de insuficiencia cardíaca progresiva. Los síntomas de alteración del sistema nervioso son muy frecuentes y muestran variaciones caracterizadas por delirio y agitación inquieta en algunos pacientes, y apatía y estupor en otros.
La peste bubónica, la forma más común de la enfermedad, se adquiere después de la picadura de una pulga infectada. En el sitio de la picadura, las bacterias se multiplican y producen una lesión cutánea dolorosa. Los bacilos luego se diseminan a través de los vasos linfáticos y alcanzando los ganglios donde se multiplican causando una tumefacción extremadamente sensible conocida como bubón. En los mejores casos, el bubón supura espontáneamente y el paciente se recupera de la infección. Con mayor frecuencia, la bacteria se disemina a través de los vasos sanguíneos al bazo, hígado y, a veces, los pulmones, provocando una septicemia. En ausencia de un adecuado tratamiento, la tasa de mortalidad oscila entre el 40 y el 70 por ciento.
Aunque es menos frecuente, la peste neumónica es una forma aún más grave de la enfermedad. Los individuos lo contraen mediante la inhalación de gotitas infectadas transmitidas por un paciente que ha desarrollado una infección pulmonar. Además de los síntomas generales descritos anteriormente, los pacientes presentan signos de afectación pulmonar como tos, esputo sanguinolento, disnea y dolor en el pecho. Sin tratamiento, el resultado es invariablemente fatal, generalmente en menos de tres días.
El terror negro en las Indias Orientales
Las antiguas Indias Orientales Neerlandesas son un cúmulo de más de 17.000 islas, dentro de las cuales se encuentra la ya mencionada Java y otras como Sumatra, Célebes, Borneo y la parte oeste de Nueva Guinea.
Por otra parte, la peste bubónica era endémica en Asia, especialmente a finales del siglo XIX y principios del XX. Los países que resultaban más afectados, además de China, eran Birmania y Arabia Saudita por las masivas peregrinaciones hacia La Meca.
La peste bubónica llegó oficialmente a las Indias Orientales Neerlandesas en 1905, concretamente al norte de Sumatra, en la plantación Deli. Los pacientes cero fueron dos culis que venían a trabajar desde China. Los propietarios los aislaron de inmediato para evitar que se convirtiera en una pandemia. En ese momento se pensó que había acabado el terror. ¡Qué equivocados estaban!
De 1905 a 1910 las cosechas de arroz fueron pésimas en Java, cuando esta isla era un verdadero granero para toda esta posesión neerlandesa. También en Java habían aumentado las plantaciones privadas, y pedirles arroz tampoco era una opción viable. Al ser la isla más densamente poblada de las Indias Orientales, el gobierno colonial se vio obligado a importar arroz de Birmania, país con historial de ser afectado por la peste bubónica. Todo fue con el fin de evitar una hambruna.
Todo ese arroz se envió al puerto de Tanjung Perak, en Surabaya, otra ciudad destacada en Java. Ese cargamento tenía ratones infectados con peste bubónica, pero no la propagaron cuando se almacenó el arroz en los almacenes. El siguiente paso era enviar todo ese arroz a Malang en tren. Por ahí de octubre a noviembre entre Malang y otra ciudad llamada Wlingi hubo lluvias y deslizamiento de tierra, por lo que se tuvo que almacenar en depósitos de arroz en el área vecina de Turen. Entonces, esas ratas infectadas se propagaron para encontrar nuevos huéspedes para las ratas locales en áreas residenciales. Ahí empezó el desastre, porque Malang es una zona más fría que Surabaya, y esta temperatura favorece la proliferación de ratas y pulgas.
Recordemos que por esas fechas esto no se sabía, sino que se le echó la culpa a los peregrinos musulmanes que regresaban de La Meca. La razón era que en 1911 el gobierno estableció una cuarentena para estos viajeros de la fe en una pequeña isla cerca de Batavia llamada Onrust. La gente también se ensañó contra las personas que venían de China… después de todo, allí había surgido el terror negro. ¡Es irónico cómo se repite la historia con estas acusaciones contra los chinos por haber traído el CoVID-19! El gobierno no hizo nada por frenar esos rumores porque sabían bien que eran los responsables de las muertes por haber traído el arroz contaminado.
Hasta el comienzo de la temporada de lluvias en 1910 se publicó la cifra de muertos; nadie sabía por qué tantos decesos hasta que en marzo de 1911 se envió una muestra de sangre de Malang al laboratorio de Weltevreden, en Batavia, y en ese momento se descubrió la presencia de Y. pestis.
La reacción del gobierno colonial fue minimizar la enfermedad: para ellos no era peste bubónica, sino malaria, una enfermedad endémica. Se cree que incluso redujeron a propósito la cifra de muertos para no alertar a la población. La verdad salió a la luz cuando se llegó a dos mil fallecidos en 1911, pero ya era demasiado tarde.
Luego, tenemos el factor miedo: al principio, los médicos neerlandeses no se atrevían a venir a las Indias Orientales quizás porque Europa ya había tenido una epidemia de peste bubónica y no querían repetirla, entonces los únicos que estaban en la primera fila eran los médicos nativos.
Finalmente, el gobierno acordó aislar a las ciudades afectadas como Malang, y para compensar, otorgaba ayudas económicas que eran insuficientes. Pero esa cuarentena solamente duró un año; los dueños de las fábricas y plantaciones de azúcar protestaron ante esta medida porque los culis chinos no podían trabajar. La peste siguió creciendo.
Otten empieza a domar la peste
Tal era el estado de las cosas en Java cuando Lou Otten desembarcó del Oranje. Su lugar de trabajo sería el Servicio de Salud Pública, o Burgelijk Geneeskundige Dienst (BGD) y su labor era tratar con la peste bubónica en sus tres presentaciones: la normal, la pulmonar y la septicémica. Había ciertas reservas con respecto al trabajo de Otten debido a su pasado como futbolista. De inmediato les disipó las dudas. Ese cuerpo rápido y fuerte del defensor estaba dominado por una rapidez mental y una personalidad espiritual de insólita perseverancia y resistencia, tan valiente, activa, agresiva, puntual y precisa como agresiva, crítica y sensible.
Muchos médicos europeos se apuntaban para ayudar a paliar la epidemia de peste bubónica, pero el gobierno de Indias Orientales no quería que vieran que la gente allá vivía en condiciones más que miserables, así que rechazó su ayuda. Los pocos que llegaban cobraban tarifas prácticamente inaccesibles, y la población solamente podía contar con el dukun, el chamán en idioma indonesio. Sus remedios eran garabatos en la figura de un guardia en el frente de la casa como repelente para peste o beber hierbas o empon-empon. Sobra decir que eso solamente causó que la peste creciera y creciera.
En 1913, Lou Otten regresaba a bordo del Rembrandt. Su siguiente paso fue dirigirse a la Universidad de Ámsterdam para completar sus investigaciones de doctorado bajo la tutela del reputado doctor Rudolph Henrik Saltet, eminencia en la elaboración de políticas públicas y en el estudio de epidemias por plagas. Los resultados de las investigaciones de Otten y Saltet mostraban finalmente que la peste bubónica era transferida por las pulgas entre ratas y conejillos de indias.
El 3 de diciembre de ese año, Louis Otten obtuvo su título de Doctor en Medicina con una tesis titulada Beschouwingen Omtrent Verbreiding en Besmettingswijze van Pest, en Verband met Waarneming en Proefondervindelijk Onderzoek op Java (Consideraciones sobre la propagación y el método de contaminación de la peste y su relación con la observación y la investigación experimental en Java). Duró seis meses más trabajando como asistente del doctor Saltet en su laboratorio de la Universidad de Ámsterdam. Mientras, todavía pudo disputar algunos juegos con el Quick den Haag de la temporada 1913-14.
Sin embargo, Otten aún tenía la cabeza en Java; quería solucionar el problema de la peste bubónica. Pidió su baja honoraria del laboratorio de Ámsterdam y en mayo de 1914 se embarcó en el Grotius hacia Batavia, justo a tiempo para evitar el terror de la I Guerra Mundial.
Ineficiencia colonial contra la peste bubónica
Las políticas públicas del gobierno colonial no eran las más adecuadas. En el mejor de los casos se limitaban a poner una bandera roja en los pueblos aislados por la peste bubónica y una alerta escrita en javanés para que la gente ni saliera ni entrara. También publicó una especie de guía con medidas de protección contra la peste; el problema es que en esa época, menos del 10% de la población de las Indias Orientales sabía leer, mucho menos escribir. Otro factor de contagio eran las mismas casas. El material de construcción por esos lares era el bambú, lo que era perfecto para que las ratas hicieran su nido y propagaran la enfermedad.
Para combatir la peste bubónica, el gobierno colonial vio que se quedaba corto con el personal médico, así que convocó a estudiantes de último año de medicina; quedarían exentos de realizar la tesis si iban a erradicar la peste bubónica. Lo malo era que el gobierno seguía minimizando a la peste bubónica y estaba más preocupado en mantener su imagen que en cuidar a sus médicos que iban a la batalla con la bacteria sin el equipo de protección personal adecuado, como cubrebocas o guantes para tratar con los pacientes.
Tomemos como ejemplo el caso de Tjipto Mangoenkoesoemo, médico que incluso adoptó a una niña cuyos padres murieron por la peste bubónica. Hizo tan buena labor en Malang que recibió la Orden Oranje-Nassau. Pero se la pasó criticando al gobierno por su nula labor, y por ello fue exiliado a La Haya. Allí publicó sus experiencias e investigaciones sobre la peste con el título De Pest op Java en Hare Bestrijding (La peste en Java y su combate). El gobierno no le dio permiso siquiera de regresar a ayudar a su ciudad natal, Surakarta, por su actitud crítica. Enojado, Tjipto devolvió su premio.
Ante esta insuficiencia, el gobierno de Indias Orientales Neerlandesas puso en marcha el programa De Kampong Verbetering, disponiendo de millón y medio de viviendas habitables para pobres. Allí iban a parar porque sus casas hechas de madera y gedek se destruyeron; la cuestión era que no eran viviendas gratis, sino que se pagaba renta con mensualidades prohibitivas e intereses por las nubes.
Esta labor deficiente del gobierno enojó al sector médico de las islas por las muertes de galenos que buscaban acabar con el terror. Y eso paradójicamente causó el desarrollo de un nacionalismo; se desarrollaría el Partido Indo, que eventualmente lograría la independencia de Indonesia en 1945. Pero no es momento de hablar de ello. Regresemos a nuestra historia.
En la línea de frente
Nada más desembarcar del Grotius, Lou Otten se desempeñó como investigador en el Laboratorio Médico a cargo de Christian Eijkmaan, futuro Premio Nobel de Medicina por su trabajo con la enfermedad de beriberi.
Otten vio con horror que Y. pestis parecía haber evolucionado y se había adaptado a los diferentes climas de Java; ahora sobrevivía en las áreas costeras que eran más cálidas. El desarrollo de la peste se divide en tres fases:
- De 1910 a 1916 en Java Oriental
- De 1919 a 1928 en Java Central
- De 1930 a 1939 en Java Occidental
La labor de Otten fue incansable; en su mente tenía fija encontrar la cura para la peste bubónica. En 1917 fue ascendido a Inspector de Java Central y jefe del departamento de control de plagas y del laboratorio territorial en la localidad de Semarang. Allí trabajó de la mano de Maria Jacomina van Stockum, su asistente. Maria Jacomuna era hija del librero de La Haya, Casparus Marinus, director de NV Boekhandel v / h WP van Stockum & Zn. Ella destacaría por su excelente estudio crítico del tratamiento de la rabia, que obligaría a una revisión completa de todas las opiniones al respecto.
En ese año, para la publicación de la Revista Médica para las Indias Neerlandesas (Geneeskundig Tijdschrift voor Ned-Indië (GTvNI)) en la conmemoración de la apertura de un nuevo laboratorio de salud en Weltevreden, escribió el artículo Over den infectiositeitsduur der Indische rattevloo (Loemopsylla cheopisi) (Acerca de la duración de la infecciosidad de la pulga de la rata india (Loemopsylla cheopisi))
En 1918, Otten fue nombrado Jefe del Servicio de Erradicación de la Peste. El fruto de su arduo trabajo recibió el título de Caballero de la Orden del León Neerlandés (Ridder in de Orde van de Nederlandse Leeuw) el 27 de agosto de 1921.
En 1922 decidió tomarse un año sabático y regresó un año a La Haya. Encontró un país desolado por la guerra mundial y lamiéndose las heridas de la invasión alemana. Allí encontró a su viejo club Quick den Haag, que había regresado a la máxima categoría después de dos años. Obviamente lo recibieron con los brazos abiertos y le dejaron jugar cada que podía. Así, disputó siete partidos en su última temporada, en la que finalizaron décimos del grupo Oeste, que ya tenía clubes que serían gigantes como el Ajax y el Feyenoord. El último partido de Lou Otten fue el 24 de marzo de 1923 ante el NAC Breda.
Desarrollo de la vacuna
Tras terminar su año sabático regresó a Java, pero esta vez se ubicó en la ciudad llamada Bandung. Allí estaba el prestigioso Instituto Pasteur. Su responsabilidad era mayor: sucedía a Noordhoek Hegt como el director. Así, ya podía dedicarse en cuerpo y alma a investigar en una posible vacuna de manera crítica para la peste bubónica, aplicando el método que inventó el médico francés Louis Pasteur para tratar la rabia.
Lou Otten siempre desconfiaba de lo que dijeran los demás; todo lo debía investigar o leer, y con esto adoptaba un tono medio burlón, medio indignado. En una historia se reía del error humano, llámese locura, estupidez o descuido. Nada se le escapaba. Aunque tenía una actitud hipercrítica, jamás se dejó invadir por la negatividad. Si consideraba que había algo que podía mejorar en su trabajo, no descansaba hasta lograr la perfección. Tenía una caligrafía primorosa que lo mismo escribía comentarios de errores o tratados que se agruparon en una extensa biblioteca
Su taller estaba localizado enfrente del Instituto Pasteur, en medio de prados donde corrían caballos para elaborar el suero de esas vacunas, elaboradas por empleados neerlandeses y javaneses. Controlaba todo el trabajo: los avances de la vacuna, cultivos de cepas de Y. pestis, la aplicación de la suspensión… Otten llevó al Instituto Pasteur de Bandung a la vanguardia mundial y su trabajo de investigación ocupó un lugar preponderante dentro del ámbito médico mundial.
En 1927 se abrió la Facultad de Medicina (Geneeskundige Hoogeschool) en Batavia y ahí dio conferencias sobre salud, bacteriología y serología como profesor extraordinario. En ese cargo, duró hasta 1929.
En 1928 dejó de ser director del Instituto Pasteur porque fue nombrado como Jefe del Servicio de Salud Pública (Hoofd van den Dienst der Volksgezondheid). No era algo nuevo para él; dos años atrás participó en la propaganda sanitaria escribiendo reportes sobre la tasa de mortalidad de enfermedades tropicales y la salud pública en 1926.
Con los resultados de las investigaciones de su tiempo en el Instituto Pasteur, ya tenía información suficiente para desarrollar una vacuna contra la peste bubónica. Trabajó en dos tipos de vacunas: una de bacilos muertos y una de bacilos vivos pero atenuados. Siguió un periodo de ensayo y error, hasta que llegó el momento en que el conejillo de indias, el más sensible, desarrolló inmunidad de seis meses de duración frente a Y. pestis. Era momento de pasar a las pruebas con humanos.
Se tomó una licencia para regresar a los Países Bajos entre 1933 y 1934; ahí aprovechó para desarrollar la vacuna viva a partir de un bacilo de la peste de baja virulencia mediante inmunidad activa de seis meses. Publicó sus resultados preliminares en un escrito llamado Experimenteele vaccinatie tegen pest (Vacunación experimental contra la peste) que apareció en el GTvNI. Debía apresurarse, porque los datos del Departamento de Salud Pública decían que 1934 y 1935 eran los años con más víctimas en Java Occidental, donde estaba Batavia (más de 20.000 muertos). En 1934 también tuvo un avance en su vida sentimental; se casó con Maria Jacomina en Singapur.
La vacuna se empleó por primera vez en los distritos de Preanger, Batavia, en 1934. Estos ensayos se realizaron en simultáneo con los franceses Georges Girard y Jean-Marie Robic que hacían su trabajo en Madagascar. La verdad sea dicha, la vacuna desarrollada en Bandung era considerada como la mejor del mundo y aumentó la confianza de la población en el sector salud, esto a pesar de las muertes de muchas personas por efectos secundarios. Para 1935, el número de víctimas había disminuido en casi 50%.
En 1936 publicó sus excepcionales resultados en el GTvNI. El programa de vacunación masiva permitió erradicar la peste bubónica de las Indias Orientales Neerlandesas en cinco años (1939). No hay que olvidar también sus trabajos en la conservación de las vacunas antivariólicas en zonas cálidas.
1936 fue un año de cosechar el fruto de tanto esfuerzo. Por este éxito, Otten recibió un doctorado Honoris Causa en la Rijksuniversiteit te Utrech el 24 de junio; dos meses más tarde, recibió el título de Comandante de la Orde van Oranje-Nassau, y en septiembre llegó la Medalla de Oro para la Conmemoración de la Reina Guillermina (Gouden Medaille der Koningin Wilhelmina Jubileum Stichting). Había ahí una sombra: en 1938 empezó a desarrollar problemas del corazón.
Terror en la II Guerra Mundial
En 1940 empezó a experimentar el dolor. El 26 de mayo falleció su esposa Maria. Y eso era en un contexto donde los japoneses engullían territorio tras territorio en Asia y se acercaban peligrosamente a las Indias Orientales. Con este panorama sombrío y aún con el dolor de la muerte de su amada Maria, siguió escribiendo sus resultados de la vacunación masiva con la vacuna viva durante el periodo de 1935 a 1939.
Finalmente en 1942 los japoneses invadieron las Indias Orientales y Lou Otten no logró escaparse. En julio de 1943 fue internado y en octubre de 1944 ingresó a un campo de concentración de japoneses; su encarcelamiento duró diez meses. ¿Cómo era la vida en ese campo? Las condiciones allí eran por demás precarias. Eran 1.200 prisioneros, entre chinos, árabes y europeos; al año morían 100 personas. ¡Una mortalidad de más del 50%!
Cuando fue rescatado del campo, Otten pesaba menos de 60 kg producto de una disentería que había contraído en cautiverio. También tenía un edema agudo de hambre causado por una ascitis. Por eso solamente parecía tener huesos y músculos, y no mejoraba con el reposo en cama. Irónicamente, se empezó a recuperar con la gimnasia.
¿Qué lo mantuvo de pie? Una fuerza de voluntad inoxidable, la voluntad inquebrantable de seguir viviendo y una fortaleza de ánimo. Los años de futbolista no pasaron en vano; aún tenía un cuerpo esbelto y musculoso. Con eso logró vencer las condiciones más adversas.
Muerte
Cuando acabó el terror del campo de concentración japonés, Lou Otten decidió regresar a Europa para recuperar energías y seguir dirigiendo sus investigaciones en peste bubónica. Logró celebrar su cumpleaños 63 en La Haya. Dos días después, cuando se disponía a una estancia de descanso en Suiza, sufrió una arritmia cardiaca que puso fin a su vida. Tres días después, su cuerpo fue enterrado en Begraafplaats o en el cementerio Oud Eik en Duinen.
¿Cuál es el legado de Otten?
El legado del dr. Louis Otten se reflejó el mismo año de su partida mediante dos copiosos obituarios que aparecieron en el Medisch Maanblad y en el Nedelands Tijdschrijft van Geneeskunde. Ahí quedaban registrados todos sus aportes a la ciencia: la investigación de Otten en epidemiología y el manejo de la plaga, las nuevas áreas de trabajo que abrió y los métodos mejorados que ha aplicado al campo de la vacunación para tratar la viruela, la peste y la rabia.
Su patria adoptiva, Indias Orientales, se independizó en 1945, y ahora se llama Indonesia. Este país tampoco se quedó atrás, particularmente su ciudad de trabajo, Bandung. Su campo Rotgansplein, cambió a Lampangan Dr. Otter; la avenida que cruzaba, Rotgansweg, ahora es Jalan Dr. Otten. Ambos cambios surtieron efecto en 1950. Por cierto, el Instituto Pasteur ahora es Bio Farma, la única compañía en Indonesia que fabrica vacunas contra enfermedades como el sarampión, la polio, la hepatitis B y la pentavalente; estas vacunas llegan a varios países por medio de la Unicef y la Organización Panamericana de la Salud.
Actualmente, la peste es menos activa que otras enfermedades infecciosas conocidas, por ejemplo, CoVID-19, SIDA, malaria, influenza, tuberculosis, dengue y ciertas superbacterias resistentes a los antibióticos. Sin embargo, su papel como grave problema de salud pública no debemos relegarlo a la antigüedad, pues existe una creciente preocupación por la Y. pestis resistente a los antibióticos debido a la plasticidad genética intrínseca de la bacteria. Por ello, la peste está reconocida internacionalmente como una enfermedad reemergente.
Las campañas masivas de vacunación de Girard-Robic y Otten resultaron en una disminución significativa de la morbilidad y mortalidad humanas, pero las reacciones adversas y la baja protección a corto plazo conferida por estas vacunas condujo a una disminución gradual de su utilización. Por ello, en estos momentos no se dispone de ninguna vacuna contra la peste autorizada, pero se sigue trabajando para conseguir vacunas seguras y eficaces.
Hoy en día, varias vacunas acelulares o recombinantes están en estudio, aunque todavía no se han probado en condiciones naturales de focos de peste endémica y epidémica. Además existen otros enfoques más recientes que incluyen el desarrollo de vacunas de ADN, la expresión de antígenos protectores en vectores bacterianos o virales y la inmunización pasiva con anticuerpos monoclonales.
Todos estos avances nos dan esperanzas para una cura definitiva, cumpliendo la tarea del dr. Louis Otten, de los pocos que logró unir el futbol con la cura de una enfermedad mortal.
Muchas gracias, Doctor Rafael. Ha sido tan esclarecedor contar con su presencia para esta coyuntura del futbol con la inmunología. Editorial Puskás es su casa. Vuelva cuando quiera.
Fuentes
van Loghem, J.J. In Memoriam Louis Otten: 5 November 1883 – 8 November 1946. Nederlands Tijdschrift voor Geneeskunde. 16 de noviembre de 1946
Voetbalstats. Louis Otten. Constante actualización
Gröne, Johanna. Lou Otten. Medisch Contact. 5 de junio de 2012
Kurnia, Atep. Dokter Otten, dari Sepak Bola ke Wabah Sampar. Ayo Bandung. 9 de abril de 2020
Antonio, Jairo. Louis Otten, el futbolista que creó una vacuna. Futbol Sapiens. 6 de noviembre de 2017
Camacho, Mariano Jesús. Dr.Louis Otten, un eminente defensa científico. Vavel España. 4 de febrero de 2017
Thamrin, Mahandis Yoanata. Karut-Marut pagebluk Pes Pertama di Hindia Belanda. National Geographic Indonesia. 4 de abril de 2020
Podríamos seguir con otro tema de inmunología, más que nada porque se cumple un año de que la OMS alertó sobre la futura pandemia por CoVID-19… pero no es momento de ir a ese tema. Nos quedaremos en Indonesia, pero nos desplazaremos hasta el este, casi en la frontera con Papúa-Nueva Guinea. Por aquí hay un movimiento independentista que aboga por un Papúa Occidental libre; paralelamente, aquí juega el Persipura Jayapura, un equipo que ya le ha arrebatado títulos a los equipos de Java y Yakarta. Esa historia la veremos la siguiente semana.
Recapitulemos
Louis Otten fue un lateral izquierdo que jugó toda su vida en el Quick den Haag (una liga y una copa) y llegó a ser seleccionado de los Países Bajos; logró ganar la medalla de bronce en los Olímpicos de Londres 1908. Mientras eso ocurría, logró estudiar medicina en la Universidad de Leiden. Se desarrolló en las Indias Orientales Neerlandesas donde descubrió la manera de contagio de la peste bubónica. En 1934 logró desarrollar la vacuna. En 1943 fue hecho prisionero por los japoneses y estuvo 10 meses en un campo de concentración, del cual sobrevivió. Murió en 1946.
Nos vemos la siguiente. Tot ziens! Sampai jumpa!