“La gente dice que es como el nuevo Robin van Persie. Yo creo que es él mismo. No he visto a otro jugador como él. Su estilo significa su ritmo. Es engañoso porque es absolutamente rápido” – Mark Senior
“La savia vital se ha desvanecido y el verde ya no volverá”, escribió la célebre Emiliy Brontë en su poema “Ven, camina conmigo”. Sin imaginarlo, se anticipó por más de un siglo a la realidad que imperó en el Manchester United desde la partida de Sir Alex Ferguson en 2013. La academia de Carrington (antes The Cliff) fue el semillero de varias generaciones de talento que se vieron coronadas con la clase del ’92 que lo ganó absolutamente todo. Sin embargo, los chicos siguieron subiendo al plantel y fueron consolidándose cada vez menos.
El último caso de grandes condiciones que pudo asentarse en la élite de los Red Devils fue Marcus Rashford. El molde ideal en el club; un oriundo del Gran Mánchester (una de las tres zonas metropolitanas más grandes de Inglaterra), criado bajo la afición por el equipo y un líder en cada categoría inferior. Otro, en la línea por ahora, era James Garner -cedido en el Watford-.
Decepciones o “hubieras” fueron y vinieron. Los ejemplos sobran en los pasados 15 años. Angel Gomes, Largie Ramazani, Andreas Pereira, Jesse Lingard, Adnan Januzaj, James Wilson, Danny Welbeck, Tom Cleverley o Jonny Evans como muestras. Pero la academia ha vuelto a producir un diamante en bruto. Se trata de una joya aparentemente salvaje que se define a sí misma a pesar de los demás. Ese es Mason Greenwood (2001), quien concretó la irrupción juvenil de la temporada 19-20 en la Premier League.
El niño que combinó el balón con el atletismo
Yorkshire es el condado más grande de toda la Gran Bretaña. En sí, la meca del deporte británico; existen más de 40 clubes en toda la demarcación. Entre ellos, el Leeds o el Sheffield United. Como Brontë, emergió de allí, pero dejó su natal Bradford (una de las ciudades más representativas del lugar y la capital mundial de la lana) muy temprano. A los cinco años, en vez de dirigirse a Elland Road (a apenas 13.8 kilómetros de casa), se desplazó 62.7 kilómetros al suroeste para enrolarse en las filas del United. Lo que nadie imaginó entonces es que el camino a la élite sería rápido y vertiginoso.
El wonderkid comenzó a repuntar desde muy pequeño en las inferiores, dentro de la escuela de desarrollo del club en Halifax. Desde entonces, Mark Senior -entrenador de las academias- ya destacaba que llegaba 20 minutos antes a las prácticas (iba a la escuela ahí mismo). Entonces, pasaba su momento pateando la pelota igual de bien con las dos piernas. Un ambidiestro natural que, además de ser el más listo y astuto de la cancha, resultó el más rápido de todos.
‘’Cuando Greenwood llegó a los seis años, podía usar los dos pies con la misma fuerza. Era muy rápido a la hora de adquirir nuevos conocimientos. Tan pronto como le mostraras un pequeño truco o cualquier cosa, lo hacía de inmediato’’ – Mark Senior.
No por casualidad, Mason Greenwood encontró sus inicios deportivos precisamente en el mundo del atletismo, en competiciones de 100 metros planos. Allí, lideró las tandas a nivel estatal en el club Spenborough con marcas que llegaron a romper récords nacionales. Su marca máxima, 13.3 segundos. Apenas cumpliría 13 años para aquel tiempo. Es ahí donde, presumiblemente, el inglés empezó a adquirir esa explosividad y velocidad de piernas que lo caracteriza (e incluso define) en su actual etapa como futbolista del Manchester United.
Desde Halifax hasta su primer entrenamiento con el primer equipo, el joven Greenwood destacó en todas y cada una de las categorías del club. Unos números encomiables y una capacidad de aprendizaje le hicieron ascender en la pirámide del equipo mucho antes de lo que debiera. Con 16 años, fue el máximo goleador de una categoría donde la mayoría de los seleccionados rozaban o tenían ya la mayoría de edad; destacaba con dos años por debajo de la media. 44 goles en las inferiores a lo largo de dos años daban cuenta del atípico y perfectamente controlado talento del chico.
Una temporada después, en la 2018/19, José Mourinho ya empezó a introducirlo progresiva pero muy paulatinamente en la dinámica de equipo. No fue hasta la llegada de Ole Gunnar Solskjaer cuando las oportunidades se convertirían en realidad palpable. A los 17 años, el joven de Bradford ya era el jugador más joven en pisar un terreno de juego en UEFA Champions League. Su ingreso en el último tramo del encuentro de octavos ante el Paris Saint-Germain, en un momento cumbre para el equipo, lo convirtió en el 231° graduado de la academia en debutar. A los 18, ya es una de las mayores promesas de la cantera Red Devil en la última década.
‘’Si el defensor abre las piernas, él saca un remate a través de ellas. Si las cierra, logra patear de todas formas porque puede hacerlo tanto con la izquierda como con la diestra” – Ole Gunnar Solskjaer
¿Cómo juega Mason Greenwood?
Mason Greenwood es, en todo caso, un futbolista que desde el plano táctico está a un paso de definirse. Es un jugador directamente relacionado con el disparo, altamente ambidiestro, con una fijación de cara a puerta extraordinariamente particular y un sobresaliente golpeo a puerta. Es más delantero que extremo, principalmente porque está más relacionado con el gol “en pocos toques” que con el desborde. Aunque, como extremo derecho, ha cuajado grandes actuaciones para la edad que atesora y el escenario en el que se ve forzado a competir.
A día de hoy, no es un futbolista de diagonales tensas. Tampoco posee un fuera-dentro capaz de desordenar la frontal o dejar defensores atrás. Sin embargo, sí esconde una notable agilidad de piernas que le permite armar cualquiera de las dos con velocidad y reaccionar al trato de balón antes y mejor que su oponente.
“[…] Es monstruoso, porque puede encarar para cualquier lado, y sabes que va a producir jugadas con este tipo de calidad. […] Todavía está aprendiendo su oficio, pero, cada vez que tiene la oportunidad, muestra cuán buen futbolista es. También se lo ve muy equilibrado, y eso es clave. Será jugador del club por muchos, muchos años más”. – Andy Cole
De hecho, uno de sus grandes dotes diferenciales es que posee un centro de gravedad muy bajo para su estatura. Ya con 19 años, mide 1.81 metros y su talla potencial puede ser de unos dos centímetros más si se considera que aún le quedan un par de años para terminar su proceso de crecimiento. Esto, contrario a lo que suele implicar en jugadores que siguen estirándose, es un punto vital de su agilidad. Sin ser un regateador, le permite dejar cambios de dirección y ritmo sin dificultad alguna. Así, cualquier gesto asociado al dribbling es difícil de anticipar para cualquier defensor sin importar que este ya se hubiese perfilado.
¿Qué le pide el sistema de Solskjaer?
En cuanto a su “posición” o demarcación habitual, cabe tener en cuenta que el ataque posicional del Manchester United actual encuentra su lado fuerte por el sector izquierdo con Rashford, Matic y Martial. Más aún cuando el francés cae a banda o el lateral gana profundidad por el half-space izquierdo. Sin embargo, Greenwood ha encontrado un sitio particular como extremo derecho; se ubica en zonas intermedias y está enfocado a dar continuidad a la jugada como pieza de apoyo puntual.
No obstante, su valor en el sistema de Solskjaer es el de un «segundo punta» que aparece por detrás del nueve más puro. En este caso, ese podría llamarse Martial o el que se acerca a su posición cuando el francés la abandona, vacía el área o apoya al extremo izquierdo con desmarques de apoyo y ruptura. Es decir, cuando el juego colectivo se decanta sobre el sector izquierdo, Greenwood se aproxima más a la figura de Anthony Martial. Así, se erige como una opción de remate desde la frontal unos pasos por detrás del galo. También lo hace mucho ocupando su zona.
Porque, actualmente, en un sistema de dominación posicional, no se le puede considerar extremo al uso, ni siquiera ubicándolo en zonas intermedias. Es cierto que puede llegar a sumar desde allí a partir de cierta explosividad en los primeros metros, sobre todo para acomodarse la pelota y perfilarse para el chut. Pero, en el 1v1 o 1v2 de banda o cuando el rival lo encierra lejos del área y el juego requiere un alto grado de autosuficiencia, encuentra una difícil salida precisamente porque no es un regateador natural. También puede llegar a desbordar a su par (o, mejor dicho, marearlo) con un juego de piernas rapidísimo que lo desorienta y le obliga a una reacción inmediata. Esto va siempre enfocado a la perfilación previa al golpeo.
Un rematador que conoce todos los trucos
Una referencia para ilustrar todo lo anteriormente dicho es el video enlazado a continuación. Este fue el segundo tanto del joven inglés en el 5-2 del Manchester United sobre el Bournemouth el pasado 4 de julio. El Manchester United ataca orientado sobre su sector izquierdo y Greenwood aparece tras la figura de Anthony Martial, en la frontal del área. Allí, hace como un segundo punta tras la pieza de referencia ofensiva. Después del momento de contrapresión que logra vencer Nemanja Matić prácticamente en área rival, el inglés recibe completamente solo, consigue virar por la ausencia de marca y, después de dar los primeros toques (recepción y giro) con la zurda, se acomoda y remata al palo largo con la diestra.
La velocidad de piernas, lo bien que juega con ambos perfiles, lo difícil que se lo pone al defensor para tapar espacios, cuando realmente tendría que ser el delantero quien se preocupase más por encontrarlos. Y el gol. Una trayectoria fantástica, allá donde el portero jamás podría llegar, imprimiéndole una potencia enorme al disparo.
El dominador de la frontal
Por ello, a Greenwood se le tiene que tratar como al segundo punta que es: un jugador que falla poquísimo cuando logra ponerse de cara a puerta en la frontal. Con el espacio de una baldosa para armar el disparo, es capaz de sacarse de la manga un zarpazo, sea con la pierna que sea, con una potencia y encaje prácticamente perfecto. Así se suceden una y otra vez sus tantos; siempre provienen latigazos dominantes, con un movimiento de piernas rapidísimo, sumando tiros acoplados a zonas a las que muy pocos porteros en el mundo están capacitados para llegar.
En este sentido, el chico anotador posee un dominio técnico de altísimo nivel en el uso y elección de la superficie del pie que desea utilizar. Al tener perfectamente hechos sus dos perfiles, el control de las caras internas de sus pies tanto para recibir como orientarse y golpear es total. Incluso, la mayor parte de sus tantos suelen venir con un impacto hecho entre interna y empeine, otra con la que amortigua y golpea con enorme precisión. Estas características le permiten, incluso, tener una conducción muy fiable en carrera. Allí, tanto en espacios reducidos como a campo abierto, suele decidir de forma acertada si busca un posible receptor o jugársela en el duelo individual.
Además, sin balón y a través de sus desmarques de apoyo, el joven Greenwood es capaz de sumar retrasando su posición y liberando o generando líneas de pase que antes no existían. Es endeble, ciertamente susceptible al contacto, pero posee una lectura acertada de qué espacios ocupar o qué posiciones dejar libres para arrastrar rivales o generar metros que compañeros también puedan aprovechar. Por lo tanto, Mason -aún en la indefinición propia de la edad- está dejando claro que llegará tan lejos donde lo desee y como él lo quiera. De momento, ya avisó fuerte y claro que tiene todo para ser uno de los delanteros del futuro.