مرحب! الشحالك؟ (Murahab! Ashahaluk?) Este es otro saludo en hassaniya, la versión del árabe que se habla en Mauritania. Espero que estés muy bien hoy. La vez pasada estuvimos hablando del futbol en Sahara Occidental y cómo ha progresado contra viento y marea. Es momento de seguir nuestro camino a lo largo de toda la Liga Árabe y cruzamos la frontera para ir al punto más al oeste de todo el mundo árabe. Estoy hablando de Mauritania.
Recomendación musical 1
La música de Mauritania es una amalgama de la tradición árabe con los ritmos del África subsahariana. En la sociedad mora, los músicos ocupan la casta más baja, y la única manera en que obtengan sustento es ganarse los favores de mecenas, quienes a cambio se quedan con la música grabada. Por ello las mujeres han podido incursionar sin ese estigma de la religión musulmana. Esta es una gran voz tradicional, Nejat Mint Dendenni (النجاة منت دندني). Ella canta ad-Daraja lil-Mokhtar (الدرجه للمخطار).
Vamos al tema de hoy
En el fondo del mundo
Murabitún. El apodo con el que se le conoce a esta selección africana que recientemente ha podido saborear las mieles de la participación en Copas Africanas y Copas Árabes. Ese es el nombre en árabe de la dinastía de los Almorávides, que tantos dolores de cabeza les produjo a los reinos de Castilla y Aragón en los siglos XI y XII. Los murabitún habitaba en ribats, unas fortificaciones pequeñas destinadas a voluntarios del ejército árabe. Gustaron tanto que aparecieron en lugares tan distantes como en la parte este del Imperio Otomano en sus buenos días.
Mauritania poco a poco ha dicho presente en los eventos de futbol. Poco importa que no logren abandonar el fondo de la tabla, en su opinión van en la dirección correcta. Jugadores como Bessam (بسام) se han transformado en ídolos dentro del país; inexplicable fue la decisión de su exclusión del roster de 23 jugadores para la Copa Africana en Camerún. Mauritania también recurre a un vergel siempre nutrido llamado Ligue 2 en Francia. Aly Abeid (علي عبيد), Ibréhima Coulibaly (ايبريهيما كوليبالى) y Harouna Abou Demba (هارونا ابو ديمبا) pueden presumir una educación futbolística en su país conquistador.
¿Por qué tanto optimismo? Nueve años atrás aparecía en el lugar 206 del ranking FIFA. Era la peor selección africana, y apenas superaba a pesos paja a nivel mundial como Bután, San Marino e Islas Turcas y Caicos. Apenas había jugado un partido en dos años, y era un empate sin goles ante Palestina, otra selección con poca estabilidad por razones políticas. De ahí tuvo un salto cuántico hasta el lugar 80. Todo fue gracias a un programa de trabajo inteligente. ¿Cómo se dio ese progreso?
Inicios discretos
Como parte de la África Occidental Francesa, Mauritania absorbió el futbol prácticamente por ósmosis. No era extraño ver jugar a personas en Nuakchott, la ciudad más grande y en un futuro capital de este país. Sucedió la independencia a principios de los años 60 y Mauritania emprendió el vuelo hacia el futbol internacional. Su primer partido fue precisamente en 1963, cuando llegó a Dakar para jugar el Tournoi de l’Amitié, torneo entre naciones africanas. Le tocó jugar contra Congo Kinshasa, otro debutante, y perdió 6-0. Hay otros reportes que desmienten ese partido. Dicen que en realidad fue en 1961, cuando fue a Abiyán, Costa de Marfil, para jugar un amistoso ante la República Malgache (actualmente Madagascar). El resultado fue derrota 5-1.
Haya sido como haya sido, la tónica se repetiría sin remedio. Tuvieron que pasar cuatro años para su siguiente partido. ¡Un empate! Sí, ante Tanzana 1-1 de visitante. Sería el único solaz en más de una década. Jugaron las Eliminatorias para la Copa Africana de Naciones Nigeria 1973. Les tocó un grupo en Guinea contra los locales y contra Malí. Entraron con las mayores ilusiones, se fueron con las mayores goleadas de su historia: 11-0 ante Malí y 14-0 ante Guinea, la peor de su historia.
Misma suerte tuvieron para sus primeras eliminatorias en Juegos Olímpicos, las de Montreal 1976. Dos derrotas ante Malí (6-0 de visita, 1-0 de local) fue su saldo. Mejor suerte tuvieron para las Eliminatorias del Mundial Argentina 1978. Sacaron un empate valioso 1-1 en Uagadugú ante Alto Volta (ahora Burkina Faso), pero fue demasiada ilusión y en Nuakchott perdieron 2-0. El único negrito en el arroz es que ya se colocaba en los países que debían disputar fase preliminares por lo débil.
Todo parecía indicar que la curva de aprendizaje había quedado atrás, porque en las Eliminatorias para la Copa Africana de Naciones Libia 1982 se enfrentó a su vecino Malí. Y en Nuakchott lograron una victoria 2-1 con todo el mérito que su corto poderío les permitía. Es verdad, Malí eventualmente remontó en la vuelta, pero todo indicaba que Mauritania podía surgir. Coincidió también con una aceptable participación en la Copa Amílcar Cabral, un torneo difunto para selecciones de África Occidental. En Gambia 1980 y luego como sede en 1984 lograron avanzar a las semifinales.
Mauritania tenía todo para seguir fortaleciéndose, como había sucedido con otras selecciones africanas, como Guinea, Congo, Libia o Togo. Por una extraña razón, ese crecimiento se vio truncado. Pésimas Copas Amílcar Cabral, falta de inscripción a mundiales y Copas Africanas dieron al traste a lo que parecía un proyecto ilusionante en África Occidental.
Coincidencias con la inestabilidad política
Mauritania tardó 20 años en pisar las eliminatorias del mundial, Francia 1998. Mostraron bravía en su guarida llamada Stade Olympique en Nuakchott y les alcanzó para un empate sin goles ante Burkina Faso. En la vuelta ya no resistieron más y con una derrota 2-0 quedaron eliminadas. Cuatro años después les tocó verse las caras con Túnez. En realidad no opusieron mucha resistencia. Desde el principio fue remar contra corriente y ni así. 2-1 en la ida más un 3-0 en la vuelta mandaron a Mauritania fuera. No era fácil; se trataba de una selección que terminaría metiéndose al mundial Corea-Japón 2002. Para que te des una idea de qué tan por encima del hombro miraban a Mauritania, considera que el estadio de Radès, Túnez, tiene una capacidad para 45.000 almas y solamente se dieron cita 3.000.
Mucho mejor sabor de boca tuvieron para Alemania 2006. Ahora el escollo era Zimbabwe. El 0-3 en Harare era esperado y más o menos la vuelta estaba cantada. Mauritania no estaba dispuesta a irse así de víctima y logró cascar en la vuelta dos goles en 10 minutos que pusieron algo de emoción, pero un gol tardío calmó las aguas de una posible revolución. De todas maneras, ese 2-1 fue bien recibido por ser la primera victoria mauritana en la historia de eliminatorias de Mundial.
Esos pasos pequeños hacia el progreso dieron resultado. Para las eliminatorias a Sudáfrica 2010 cambiaba la dinámica de las eliminatorias y de nuevo habría una etapa preliminar donde estarían los seis peores rankeados de la CAF. Por primera vez, Mauritania no tendría que pasar por ahí. En el sorteo estaría en el bombo de los débiles, pero algo era algo. Les tocó un grupo con Marruecos, Rwanda y Etiopía. Tener a lo mucho un punto era una cosecha realista con la diferencia de niveles con respecto a sus rivales. No se pudo lograr gran cosa. En realidad, no quedó en último puesto debido a que Etiopía fue sancionada por la FIFA por injerencia de su gobierno en las decisiones de la federación de futbol.
Tantas insatisfacciones y malos resultados derivaron en la retirada de Mauritania de las eliminatorias a Copas Africanas de Naciones, y claro, llegó el castigo de FIFA y CAF. Es por ello que apenas entre 2009 y 2012 Mauritania apenas jugó dos partidos, y como el ránking FIFA cuenta los encuentros que disputas, Mauritania se halló entre noviembre de 2012 y enero de 2013 en las profundidades de la FIFA, con un lugar 206.
En realidad esto era un síntoma de la precariedad de Mauritania a nivel social. En un país que tuvo dos golpes de estado en la década de 2000, el futbol no era un eje de interés para el desarrollo nacional. Estamos hablando de un país con el 80% de su territorio embebido en el Sahara, que fue el último en el mundo en abolir la esclavitud (aunque en la práctica sigue). Su nombre es la República Islámica de Mauritania, única teocracia gubernamental en África. Prácticamente debes ser musulmán para progresar en la sociedad, y por ley se castiga el ateísmo con la muerte.
Lo que pocos se imaginaban era que esta situación aparentemente sin remedio quitaba los reflectores a un trabajo en silencio que terminaría por cambiar el futbol como status quo en Mauritania.
La revolución de los outsiders
Vamos a Nuakchott en 1999 porque había unos jóvenes de 24 años con sueños de grandeza. Se trataba de Ahmed Ould Abderrahman (أحمد ولد عبد الرحمن) y Aziz Boughourbal (عزيز بوغربال). Ellos querían cambiar el futbol de Mauritania y soñaban con que al menos fueran una selección decente. Es por ello que fundaron el FC Nouadhibou (نادي نواذيبو), equipo que representa a la ciudad fronteriza con Sahara Occidental. Apenas después de dos años de su aparición, el FC Nouadhibou ganó la liga mauritana. Revalidaron el título al año siguiente.
Es verdad, ganar la liga era una cosa, pero cuando tu liga es maltrecha, sigues siendo malo a ojos ajenos. Entonces, Ahmed Ould se propuso ir por la presidencia de la Federación de Mauritania. No sería un asunto sencillo. Una de las razones de la mediocridad en federaciones es la falta de escrúpulos de sus dirigentes. Mientras su rival hacía labor de convencimiento tomando aviones privados, Ahmed Ould tenía que subirse a un todoterreno relativamente antiguo e inestable para adentrarse en las arenas del Sahara. Esa labor rindió frutos y Ahmed Ould Abderrahman logró ganar las elecciones en 2011.
En cuanto llegó, Mauritania no tenía casi nada de organización de futbol. No había selecciones juveniles, ni academia, los entrenadores no querían entrenar a la selección y encima tenían el castigo de la FIFA. En cierto sentido, ésta última detonó el crecimiento, gracias a las ayudas económicas que proporcionaron. Naturalmente esta sangre nueva no estaba percudida con las prácticas corruptas de casi todas las federaciones.
No era suficiente y vieron la parte táctica. Se fijaron en Luis Fuertes, con 12 años en la escuela del Valencia, que produjo a jugadores como Isco Alarcón. Llegó prácticamente a un país futbolísticamente despoblado con las caracterísitcas que ya te mencioné. Era prácticamente un camino agreste en medio del desierto, sin mapa y solamente confiando en la intuición de Ahmed. Es así como fue DT de la recién creada selección sub-17 y por medio del trabajo concienzudo Mauritania ganó su primer título internacional, la Copa UNAF, que reúne a todas las selecciones del norte de África. Es decir, superó a Marruecos y Egipto.
Esa victoria prácticamente sembró las semillas del futuro ascenso mauritano y catapultó a Fuertes al puesto de dirección deportiva. Venía una cuestión crucial: ¿quién lo podría sustituir? La respuesta vino de Francia. Uno de los equipos que descendió en la temporada 2012-2013 fue el Bastia, entrenado por Corentin Martins. En su primera aventura como interino se había salvado de perder la categoría, pero en la segunda hiló ocho derrotas seguidas. ¿Por qué confiar en un técnico así? Porque en el Brest militaban dos jugadores mauritanos: Adama Ba (آدما با) y Diallo Guidileye (ديالو جويديلي), este último el capitán de la selección. Guidileye recomendó personalmente a Martins y desde el principio fluyó la química. Se quedó como entrenador hasta 2020.
Los resultados llegaron de inmediato: Mauritania clasificó por primera vez a la CHAN, la Copa Africana donde solamente se convocan a jugadores de la liga local. Organizaron su primer torneo continental, la Copa Africana Sub-20. La liga creció y se expandió a una segunda división, con torneos sub-19, sub-17 y sub-15. En la Copa Africana de Naciones cayeron de nuevo eliminados por Guinea Ecuatorial, pero sucedió el escándalo de Thierry Fidjeu y fue descalificada, dándole el pase a los murabitun. De todas maneras Guinea Ecuatorial pasó por quedarse con la sede tras la negativa de Marruecos por el miedo ante la pandemia del ébola (puedes consultar los textos aquí y aquí).
Victorias ante Senegal y encuentros como contra Canadá empezaban a decir en África que tuvieran ya cuidado con Mauritania. En 2017 llegó finalmente el primer batacazo serio; una victoria ante Sudáfrica. Los Bafana Bafana cometieron el error de subestimarlos y de ni siquiera ver un video de cómo jugaban. Lo pagaron caro cayendo derrotados 3-1. Resultados así, como una segunda clasificaci´ón a la CHAN catapultaron a Mauritania al lugar 81, su mejor posición en el Ranking FIFA hasta la fecha.
Resultados a la vista
El 18 de noviembre de 2018 fue una fecha que el futbol mauritano jamás logrará olvidar. Los murabitun derrotaron 2-1 a Botswana y por primera vez en la historia lograron clasificar a una Copa Africana de Naciones, la competencia insignia de la CAF. Muchos analistas califican a un proyecto con base en la cantidad de jugadores que se colocan en ligas extranjeras. Diallo Guidileye estuvo en el Gençlerbirliği turco, Sally Sarr tuvo buenas participaciones defensivas en la liga suiza (Luzern y Servette) mientras que Mokhtar Sidi El Hacen (مختار سيدي الحسن) pisó la filial del Valladolid.
Es cierto que Mauritania no logró abandonar el fondo del grupo, más por el pánico escénico que derivó en una derrota 4-1 ante Malí, pero se puede preciar de haberle sacado un empate a Angola y Túnez.
Lo siguiente cayó como buena nueva para Mauritania. Al anularse la Copa Confederaciones, Qatar decidió rescatar la Copa Árabe como ensayo general de la logística para el mundial. Mauritania era elegible para competir. Lo único que tenía que hacer era superar una fase previa. El rival sería Yemen, otra selección que ha hecho maravillas en un tiempo lleno de violencia por la Guerra Civil. No costó mucho para que los murabitún ganaran 2-0, claro que facilitados por una expulsión de los yemeníes. ¿La recompensa? Integrar el grupo B con Túnez, Emiratos Árabes Unidos y Siria.
La exposición mediática sería masiva, ¿pero estarían a la altura? Primero, Túnez los vapuleó 5-1. Se recuperaron para perder de manera digna ante los amiríes 1-0. Parecía que el partido contra Siria tendría el mismo desenlace, pero se confiaron y un gol de Hemeya Tanjy al 95′ frustó la clasificación siria de manera increíble. Todo este torneo fue planificado por el francoportugués Didier Gomes da Rosa, de gran juego con el Simba de la liga de Tanzania.
Desgraciadamente, la suerte no sonrió en la Copa Africana de Naciones de este año. No solamente no lograron obtener ni un punto, sino que no lograron anotar ni un gol. Todo comenzó mal con una derrota sorpresiva ante Gambia por la mínima, y eso fue el preludio de más nubes en el horizonte (0-4 contra Túnez ¡otra vez! y 0-2 contra Malí).
Es por ello que la Federación Mauritana tuvo que prescindir de Gomes da Rosa, pero ese ojo clínico para el proyecto no ha perdido su calidad; al contrario, el entrenador ahora es Amir Abdou, el principal responsable de que Comoras tuviera una épica en el mismo torneo (después veremos esa historia).
La labor de Ahmed no se ha enfocado solamente en el futbol varonil. Mauritania tiene un serio problema con las mujeres desde hace tiempo. No solamente con las circuncisiones, sino también con obligar a las niñas a engordar para que encajen en el canon de belleza local. El analfabetismo femenil supera el 50%. El islam es la religión mayoritaria, pero el problema es la interpretación del Corán para evitar que las mujeres puedan practicar el futbol. El mismo presidente de la federación ha tenido que meter pecho a las balas para que la sociedad acepte esta práctica. Le ha tocado recibir insultos, pero el crecimiento del futbol femenil siguió hasta que la selección femenil vio la luz en 2019. Es verdad que ha perdido todos los siete partidos disputados, pero su presencia es un faro de luz para no solamente las mauritanas, sino para las africanas en general.
¿Y qué ha sido de Boughourbal? Se convirtió en el presidente del FC Nouadhibou. Definitivamente es el cuadro más ganador de la Premier League de Mauritania con nueve ligas, cuatro de ellas consecutivas desde 2017-18. No solamente goza de apoyo en Nouadhibou, sino en Nuakchott. Es que su estilo de juego es bastante llamativo, con hincapié en jugadores juveniles y juego posicional. En más de una ocasión han sido la base de la selección de Mauritania.
Alrededor del año 1120, el imperio almorávida alcanzó su máxima extensión. Abarcaba la parte sur de la Península Ibérica y una franja considerable del Noreste de África. Entre sus ciudades controladas estaban Marrakech, Fez, Tánger, Argel, Sevilla, Córdoba, Valencia, Zaragoza y Lisboa. Casi 900 años después un binomio joven ha logrado decirle al mundo del balón que los murabitún están de vuelta. Tal vez tarden un poco, pero ya han logrado salvar muchísima distancia. Es cuestión de seguir en ese camino.
Fuentes
Romero, Víctor. El milagro de Mauritania: un país llamado fútbol. Marca. 15 de diciembre de 2018
Doyle, Paul. Mauritania rise from fourth worst team in world to Africa’s grand stage. The Guardian. 22 de junio de 2019
Moonda, Firdose. Charting Mauritania’s rise in African football. ESPN. 15 de octubre de 2015
Billebault, Alexis. Football : la Mauritanie prête pour un exploit historique à la CAN. Le Monde. 16 de noviembre de 2018.
Mauritania. List of International Matches. RSSSF
Después de estar en Mauritania, tenemos que cruzar el Sahara para llegar a Argelia. Argelia guarda una relación amor-odio con Francia debido a un pasado brutal en los tiempos del Mágreb francés. Aún así, los argelinos son el grupo étnico más grande dentro del Estado Francés. En 2001 Francia y Argelia disputaron un amistoso en Saint-Denis que terminó de manera penosa, con desmanes. La historia de las relaciones Francia-Argelia en el futbol se verá mañana.
Recomendación musical 2
La clasificación de Mauritania para la Copa Africana de Naciones fue todo un suceso en el país y la música no podía quedarse al márgen. Un rapero mauritano, Hamzo Bryn, quiso animar a su selección y compuso la canción Mourabitounes, allez ! Además, invitó a otras voces como Mouna Dendeni (منى دندنى) y Taleb Latimore (طلب لاتيمور).
Recapitulemos
Mauritania no era una selección potencia que digamos. Todo lo contrario. En 2012 llegó a estar en el lugar 206 del ránking FIFA. Parecía que había quedado en el abandono durante mucho tiempo, síntoma de la inestabilidad política del país. Todo cambió en 2011 cuando Ahmed Ould Abderrahman fue electo para la presidencia de la Federación de Futbol de Mauritania. A través de un programa novedoso e inteligente y a la colaboración con entrenadores como Luis Fuertes, Corentin Martins y Didier Gomes da Silva, Mauritania logró clasificar a dos CHAN, una Copa Árabe, dos Copas Africanas de Naciones y a saltar hasta el lugar 87 del ránking. También desarrolló una liga, segunda división y equipos juveniles. También se han atrevido a trabajar con el futbol femenil, contra todo el estigma musulmán. El amigo de Ahmed, Aziz Boughourbal, es presidente del FC Nouadhibou, el equipo más ganador de la liga local.
Nos vemos mañana.