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La Eurocopa y sus cosas. Hace aproximadamente un mes, cuando el balón echó a rodar en el Estadio Olímpico de Roma, numerosos focos concentraron su interés en jugadores jóvenes con margen de mejora y capaces de cambiar el rumbo de sus selecciones. En lo que a Dinamarca compete, los pupilos de Kasper Hjulmand iniciaron su participación en uno de los torneos más esperados de los últimos años con un duro revés, perdiendo a uno de sus mejores efectivos: Christian Eriksen. Sin embargo, la mejor forma de sobreponerse a las adversidades y demostrar el poder de lo colectivo se reduce al buen fútbol, decantando la balanza en favor de la alegría, el espectáculo y el dinamismo. Así podría definirse la idea de juego del combinado danés.

En una primera instancia, el seleccionador de Dinamarca optó por un 1-4-3-3 sólido y equilibrado, apostando a su vez por un centro del campo físico y compacto. No obstante, lo acaecido con Christian Eriksen alteró la idea de juego de Kasper Hjulmand, que pasó a iniciar los encuentros con un 1-3-4-2-1 capaz de mutar a 1-5-4-1 o 1-5-3-2 en fase defensiva, fortaleciendo los costados y otorgando total libertad a Martin Braithwaite y Mikkel Damsgaard, dos de los nombres propios de esta Eurocopa en lo que a la escuadra danesa se refiere. De esta forma, con los carrileros percutiendo y los teóricos extremos moviéndose con libertad detrás de Dolberg (o Wind, o Poulsen, que iniciaron la Eurocopa como titulares), las defensas rivales pierden las marcas y se muestran incapaces de contener la ingente cantidad de talento que aglutina el elenco dánico en zona ofensiva. Todo ello, con Pierre-Emile Højbjerg y Thomas Delaney dotando de equilibrio y sensatez a un conjunto prolífico y efectivo.

Instantánea de los jugadores de Dinamarca celebrando uno de los tantos durante la Eurocopa 2020 // Fuente: SportHD News

Pese a los contratiempos sufridos para llegar hasta semifinales, las noticas de índole positiva también han irrumpido: la eclosión de Mikkel Damsgaard, las excelsas actuaciones de Dolberg o la defensa de tres centrales y dos carrileros inexpugnable hasta el momento. La trayectoria de la escuadra nórdica en el torneo veraniego por excelencia ha sido ascendente, demostrando mimbres de campeón y sobreponiéndose a las adversidades con buen fútbol y efectividad.

En cuanto a Mikkel Damsgaard, el futbolista de la Sampdoria se ha consolidado como una de las realidades más vigentes del elenco capitaneado por Kasper Hjulmand -y de la Eurocopa, en líneas generales-, portando la vitola de promesa, respondiendo a la confianza del entrenador y desquitándose de los nervios propios de la edad y los tiempos. A sus 21 años, el seleccionado danés dispone de un amplio abanico de recursos que, a su vez, le permiten desenvolverse a la perfección en numerosos contextos. Posee técnica en espacios reducidos, regate a campo abierto, interpretación brillante de la jugada, midiendo qué hacer, cómo hacerlo y por qué, y una facilidad pasmosa para encontrar al compañero mejor posicionado, filtrando pases o recurriendo a la asociación.

Si bien es cierto que acostumbra a iniciar los partidos en la banda derecha, a pierna natural, también tiende a apostar por una movilidad constante que deriva en factor sorpresa para la línea defensiva rival. En fase ofensiva, cuando el juego exige creatividad e imaginación, es una fuente de alternativas y soluciones. Sin duda, una de las mejores noticias para Kasper Hjulmand y su staff técnico.

Mikkel Damsgaard controla el esférico, haciendo gala de su técnica y confianza // Fuente: Dean Mouhtaropoulos – Getty Images

Además de su excelente técnica y estado de forma, el joven de la Sampdoria irradia confianza. Sabe que atraviesa un momento superlativo, que se ha convertido en una pieza diferencial en la idea de juego de su entrenador y que se encuentra ante una oportunidad única de cotizarse, demostrar de lo que es capaz y derribar puertas en escenarios imponentes y estimulantes a partes iguales. Asimismo, junto a Dolberg y Martin Braithwaite, el extremo de 21 años encadena actuaciones positivas que han catapultado su valor de mercado y han despertado el interés de entidades de renombre en Europa, siendo, sin duda alguna, uno de los jugadores más mejorados en la Eurocopa.

Relegando su técnica individual y autosuficiencia a un plano secundario, Mikkel Damsgaard ha sido una eclosión precaria. No le correspondía, nadie se lo iba a exigir, pero ha demostrado estar plenamente preparado para rendir bajo presión y, por si fuera poco, para hacerlo cumpliendo con creces y superándose con el paso de los partidos, sumando nuevos recursos, mejorando sus comportamientos defensivos y detectando qué pedía el juego en cada momento. Es el chico para todo: ataca los espacios cuando la defensa rival está desordenada, se mueve constantemente, filtra pases cuando algún compañero ha generado una mínima superioridad en estático, sofoca acciones de peligro con grandes esfuerzos defensivos y continúa demostrando una técnica individual potente y dominadora cuando el combinado danés se hace con la posesión.

El camino de Dinamarca, en líneas generales, no se entendería sin su participación, irrupción y posterior consolidación en la élite. Hoy, Mikkel Damsgaard juega con miles de focos apuntando sobre él y colgándole el cartel de efectivo diferencial. Una realidad más trascendente y vigente que nunca.

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June Lavín Caballero
Estudiante de Periodismo, que dedica sus líneas a La Fábrica y a la Liga MX. Análisis y Scouting. Pasión por comunicar y escribir sobre fútbol base.

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