Países Bajos 2-1 Turquía: paso atrás condenatorio

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Ser Turquía, jugar ante Países Bajos, estar en unos cuartos de final de una Eurocopa y ponerte por delante. Con estas condiciones es entendible que acabes por dar un paso atrás. Porque puede que el rival retoque algo al descanso y que ya no puedas encontrar la vía de escape que te ha servido en el primer tiempo. De hecho, hasta podrás hacer el segundo en acciones aisladas y a balón parado, como el libre directo al palo de Güler o la parada de Verbruggen el disparo de Yıldız tras una falta colgada y despejada a al frontal. Pero cuando tu rival, que ha sido inferior con el 0-0, te remonta tras cederle demasiado terreno con mucho tiempo por jugarse, uno puede preguntarse si no hubiera sido mejor seguir haciendo las cosas que están saliendo bien.

No es valentía, sino más sentido común. Dando unos pasos atrás, Turquía le permitió a Holanda instalarse en tres cuartos. Algo que no había podido conseguir con el 0-0 en el marcador. Parecía que Países Bajos, con su estructura de tres centrales, la amplitud ofrecida por Dumfries y Gakpo y el pentágono que dibujaban los medios en la base, con Bergwijn y Simons en un tercer escalón a espaldas de los medios/extremos turcos y Memphis como techo de la casita, tenía suficiente sentido y calidad como para imponerse. Pero Turquía apenas dejó que los medios recibiesen dentro (si acaso en algún tercer hombre tras dentro-fuera-dentro), ni mucho menos a los enganches o Memphis a espaldas de medios por carril central. La Oranje se tuvo que contentar con circular y hacer recibir a sus centrocampistas y atacantes por fuera, donde solo Gakpo parecía autosuficiente.

Además, la presión en los reinicios de los pupilos de Montella era contundente. Turquía no se limitaba a contemplar el avance en los primeros pases y tapar línea de pase interior. Los centrales saltaban a acosar muy alto a Simons (Kaan) y Bergwijn (Abdülkerim) si estos eran primeros receptores (aunque retrocedían si recibían tras descarga de cara de otro compañero); los integrantes del doble pivote controlando a sus homólogos y los extremos (Yıldız por la izquierda y Barış-Güler turnándose en la derecha) empezando muy cerrados para invitar esa salida por fuera comentada.

Holanda también buscó presionar arriba con Simons y Schouten igualando alturas para controlar a los mediocentros turcos, y Reijnders para equilibrar por detrás. Por ello, muchos ataques otomanos se iniciaban con un juego directo que no obtuvo mucho rédito en la primera parte (no así en la segunda, con Barış dando más de un dolor de cabeza a Van Dijk). Lo que le llevó a los turcos a desequilibrar la balanza en la primera media hora tiene el nombre de Arda Güler como máximo protagonista y con Müldur como personaje secundario.

No solo por su remate al poste o su asistencia, sino por lo que implicó su actividad en la primera media hora de juego. Sobre todo en la fase con balón, pues ya se ha dicho que sin balón Montella prefirió que quien hiciese el trabajo de repliegue en banda fuese el todoterreno Barış. Al contrario que ante Austria, donde partió por detrás de los puntas, Güler volvió al costado derecho. Y como ante Austria, el madridista se tomó toda la libertad del mundo para aparecer por la base de la jugada. Para alejarse de la marca de Aké y después de Reijnders, Güler fue retrasando su posición. Acabó siendo el jugador que más veces la tocó de su equipo -67-. Su escudero fue sobre todo Müldür que, al ganar altura y colocarse en ataque como extremo derecho y Gakpo no seguirle, Aké no tuvo otro remedio que quedarse con el diestro y no perseguir al zurdo. Reijnders, mediocentro, no iba a poder estar siempre acudiendo a la banda de forma permanente liberando la zona central donde los centrales neerlandeses tenían que vérselas con Barış y Yıldız.

Pero tras el gol, Turquía dio el paso atrás comentado y empezó a estructura en un 5-4-1 cada vez más bajo. Holanda no lo tenía tampoco fácil encontrando las espaldas de los medios, ni tampoco la de los carrileros, pero el partido se empezó a jugar en su último tercio. La entrada de Weghorst por Bergwijn aportó lo que se espera de un delantero centro de área y permitió a Memphis, de enganche izquierdo y tirando a Simons más en el enganche derecho, vivr más cerca de Gakpo y participar más en la creación de juego. Además, en la segunda parte Koeman hizo los reajustes necesarios para que Reijnders-Aké, en función de la altura, estuviese siempre más cerca de Güler. Aparte Müldür no iniciaba tan arriba y ya no existía ese 4v4 ante el juego largo. El madridista, por probar, empezó a salir del costado derecho para intentar recibir a la izquierda, pero Schouten le vigiló de cerca cuando eso ocurría. Y aun asi, entre la clase de Güler y el trabajo de Barış, el segundo pudo llegar antes de que el balón parado y la acumulación de jugadores llevase el empate al marcador. Pero Turquia ya no dominaba ni podía establecerse en campo contrario.

Con la remontada neerlandesa, Montella sacó más artillería. Pasando primero a 4-2-3-1 con Tosun de referencia, y una línea de tres compuesta por Barış, Güler y Aktürkoğlu de derecha a izquierda; y a Zeki Çelik como lateral derecho. Para el descuento, reforzó aún más el área dando entrada a Kılıçsoy. Gakpo tuvo la sentencia aprovechando el juego directo y la paridad de delanteros con defensas ante envíos largos, pero fue Turquía quien más veces tuvo el gol. Precisamente, el lateral derecho de la Roma y el punta del Beşiktaş de 18 años tuvieron las más claras con remates a bocajarro. Pero entre los reflejos de Verbruggen y que Van de Ven estaba donde la providencia le puso, Países Bajos se salvó. Igual la cuarta prórroga en los cuartos de final hubiera sido más justo para los méritos de unos y otros a lo largo del encuentro, pero hablar de justicia en el fútbol es como hablar de justicia en la naturaleza. Ese vocablo es una ilusión del raciocionio humano. Turquía falló y Verbruggen paró lo que Baumgartner erró y Mert acertó hace unos días en Leipzig.

Los goles

  • 0-1 Akaydin (35′). Córner lanzado por Çalhanoğlu, hacia el segundo palo, abierto a la frontal del área chica. Va demasiado tocado porque todos los turcos se dirigen hacia el primer poste. Van Dijk despeja de cabeza. Es Arda Güler quien controla con la zurda, le da un segundo toque para templarla, pero es con la derecha con la que centra. Llovido y hacia el segundo palo (el primero del saque de esquina). Por ahí aparece Akaydin que cabecea sin más oposición que un Dumfries que únicamente corre (sin saltar) para tratar de evitar un remate que va demasiado alto.
  • 1-1 De Vrij (70′). El empate también llega tras un córner. Memphis lo saca al pico del área próximo, el derecho del ataque holandés. Schouten, sin marca, desde la frontal, aparece para devolver al jugador del Atlético de Madrid, quien centra al segundo palo. Mientras se ha producido ese tuya-mía, Yıldız ha perdido su marca: De Vrij. Mientras Weghorst limpia la zona a donde va a llega el balón arrastrando a Barış, el central del Inter simplemente tiene que esperar a que el centro combado le llegue a su testa. Partido muy sobrio del central, coronado por un gol realmente importante.
  • 2-1 Müldür (p.p.) (76′). Holanda sigue arrinconando a Turquía tras un saque de esquina sacado en corto y que acaba con un centro de Simons desde el costado izquierdo que casi remata Weghorst, pero que sale del área despejado por Kadıoğlu. De Vrij trata de controlar el despeje, y aunque evita a Özcan, no puede llegar antes que Akaydin que vuelve a elevar el esférico. Para ese duelo aéreo, próximo al área, Schouten está mejor colocado que Yıldız. El pase de cabeza de Schouten lo controla de espaldas a la portería con el pecho Weghorst. Le salta a presionar Kadıoğlu, que dejará un hueco a su espalda que aprovechará Dumfries. Porque el punta neerlandés descarga de cara con Simons y el enganche del PSG abre de primeras al lateral del Inter. Jugada de primeras perfecta, pues Dumfries después de dejarla correr un poco, pone un centro al segundo palo, raso y por delante de todos los zagueros. Los centrales no pueden taparlo. El primero que va a poder evitar el peligro es Müldür. Pero el turco, más pendiente de Gakpo que del balón, se muestra demasiado indeciso. Gakpo le gana la posición, pero es el zaguero turco quien acaba impactando tanto al jugador como al balón para meterse en propia (o cometer un probable penalti).
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Rafa Medel
Entrenador y periodista