Comparte esta historia:

Facebook
LinkedIn
Twitter
Pinterest
Email
WhatsApp

Pep Guardiola ha arrancado su quinta temporada en Inglaterra entre más contradicciones que certezas. Obligado a seguir mejorando el ataque, defender con mayor autoridad en transición y paliar la baja indefinida de Kevin De Bruyne, su Manchester City se encontró con un inicio de campaña donde la tregua no existe y las soluciones están dependiendo como nunca de la creatividad en el banquillo. También de la poca o mucha preparación que se pueda tener al jugar, en promedio, cada 60 horas. Allí, en la línea defensiva, su zona más endeble, el Leicester City le castigó su debatible gestión de la profundidad y le dejó un 2-5 en el Etihad. Y así fue también como el Leeds, sobre la hora, consiguió nivelar después de un asedio digno de los mejores días Skyblue. Ante esto, el catalán tuvo de dar otra vuelta de tuerca a la pizarra. Volviendo al origen, a las bases de sus vivencias como jugador y entrenador, venció al Arsenal por la mínima este sábado en la quinta fecha de la Premier League.

Una solución desde el acervo personal

Encasillar este partido a simples números o combinaciones en salida sería un error. Primero, porque el de Santpedor ha diseñado una maraña táctica solvente que, como mínimo, necesitó 15 minutos para ser identificada en el verde. Luego, debido a la naturaleza de su planteamiento. Flexible, dinámico, sorpresivo -para el analista, el espectador y el propio Mikel Arteta- y, en definitiva, auténtico. Un nuevo (o renovado, según se mire) nivel del fútbol mismo donde se probó que, ante todo, el rol debe prevalecer por delante de la posición. Esa fue la base desde la que comenzó a jugarse un encuentro que, como tal, no empezó el 17 de octubre de 2020, sino que se ha manifestado como una solución táctica generacional, de la misma escuela que aprendió durante su carrera profesional -Johan Cruyff-, pero matizada para poder encontrarle coherencia a un equipo que duda cada vez más en el campo.

Viajar al pasado también es innovar

Por esquema inicial (4-3-3), por el tejido del juego que logró el cuadro del catalán y la cantidad de ideas que pudo reunir para plantear este partido,  la pizarra de Pep se convirtió en un libro que le recuerda a sus orígenes. Si este equipo ya había alzado su propia vara táctica en cuanto a ocupación de espacios y distribución de roles, estos 90 minutos rompieron el techo. En suma, fue volver a sus momentos más dulces para verterlos en el vértigo de la Premier League. 

En principio, los celestes saltaron al campo con ese dibujo tan habitual. Nada parecía sorprendente. Ni siquiera la aparición de Cancelo como lateral zurdo, ya que ha tenido rodaje en esa demarcación con Guardiola. A priori, todo tenía un orden previamente conocido. Lo mismo por el lado Gunner, donde Aubameyang iniciaba por el centro y se sumaba Pépé en el extremo diestro. Pero nadie sabía qué estaba por suceder. Ni siquiera Mikel.

Esquemas iniciales del Manchester City vs Arsenal

Fue entonces cuando la pizarra se agitó y causó una confusión tan grande como el suceso táctico. Ni Joao era lateral izquierdo, ni Walker lateral derecho. Sterling tampoco era extremo zurdo y Foden, mucho menos, interior. Como Busquets, Rodri se incrustaba como central para la salida elaborada, de manera que Aké y Walker se abrían a las bandas. En cuanto el City lograba salir, se dibujaba claramente un rombo en el medio con Hernández en el mediocentro, Bernardo Silva y Cancelo de internos y Raheem como enganche. Mientras tanto, Phil, quien parecía preparado para intercambiar zonas con Silva, se quedó anclado a la banda, como Riyad Mahrez. Ante esto, el propio Arteta quedó helado, sorprendido, sin respuesta durante todo el encuentro.

Disposiciones tácticas en ataque posicional del Manchester City

Fue así como el cuadro Skyblue construyó un dominio que los equipos de Guardiola han conocido en varias ocasiones. Walker y Rúben Dias acabaron cerrando con Aké una línea de tres centrales en la que, por momentos, se incrustaron Rodri o Bernardo Silva para dar el primer pase. De esa manera, mientras la salida de balón sucedía con cuatro atrás la mayoría de las veces, el ataque posicional se asentó con el centrocampista portugués completando triángulos en la izquierda y Sterling -como enganche- sumando recepciones a espaldas y costados de los pivotes. El rol de Raheem no sólo fue una apoteósica muestra de su crecimiento global, sino una prueba de cómo a Arteta le ajustó el famoso dicho cría cuervos y te sacarán los ojos, pues el vasco fue esencial para que el ex Liverpool pudiera lograr partidos como este.

A su vez, Joao -de mejor aporte sin balón que con él-, dejó sensaciones interesantes en conducción. Sin embargo, se destacó mucho más por ser quien fijaba a Saka y permitía que su extremo derecho recibiese mano a mano, bien abierto en banda. En esta tarea, sobre todo por su adaptación a jugar todavía más adentro, tuvo acciones donde no terminó por interpretar correctamente si debía arrastrar al joven Bukayo hacia afuera para permutar con Mahrez, o bien, seguir sujetándolo en zona intermedia. Un pequeño detalle para considerar a futuro si es que vuelve a ocupar este rol.

A medida que avanzaron los minutos, los mancunianos no cedían control. De hecho, los intentos de Mikel Arteta por ir reparando las grietas de su plan sobre la marcha tampoco rindieron frutos. Fue así que intentó pasar del 3-4-3 al 4-3-3, liberando a su dorsal ‘7’ del carril zurdo para llevarlo al interior. Así, Kieran Tierney pasó a la lateral y Gabriel-David Luiz se quedaron como centrales. De paso, buscó tener mano a mano tanto a los mediocampistas celestes con los propios (Xhaka-Sterling, Ceballos-Bernardo y Saka-Cancelo). Aún así, la sangría era inevitable porque Agüero sujetaba a los zagueros, Sterling seguía desequilibrando a espaldas del pivote y la frontal siempre estuvo amenazada. No obstante, consiguió tener de agarre sobre las acciones al pasar a Willian como falso nueve, donde ayudó a dinamizar ataques entre líneas.

Aprender de los golpes

Una de las mejores conclusiones que pudo sacar Pep Guardiola de este viaje en el tiempo fue sentir que su equipo volvía a controlar mejor la profundidad defensiva. Fueron realmente pocos los ataques que el Arsenal consiguió a base de lanzar a sus lejanos, lo que supone un paso importante al frente para el Manchester City en cuanto a gestionar a los descolgados. Se dio, sin duda, el avance más esperado después de sufrir eso mismo en los cinco goles (dos penales incluidos) que consiguió el Leicester semanas atrás. 

No obstante, parecen haber surgido dos dudas con respuestas que podrían ser vitales para volver a pelear por el título. Ambas, a priori, podrían girar en torno a este magnífico plan de partido que podría repetirse bastante porque lo llevó a reencontrarse con su esencia -y la del mismo Johan-, volver a las bases dentro de un mar de dudas (incluyendo la baja indefinida de Kevin De Bruyne) y, quizá, con una de las mejores exhibiciones de sus Cityzens a nivel de lectura de juego. La primera se trata de la presión. Aunque consiguió generar un par de ocasiones a partir de ella, quedará por verse cómo se ajustan los saltos de las líneas y las vigilancias, pues esa fue la gran vía por la que los Gunners pudieron salir. La segunda, directamente ligada a la anterior y pensando en obtener más y mejor control en el centro del campo, es quién será el ocupante del rol que desempeñó Joao Cancelo hasta que vuelva el portentoso belga. Podría ser el momento de Oleksandr Zinchenko, pero sólo el tiempo lo confirmará. 

Así fue como el entrenador catalán diseñó y ejecutó otra masterclass táctica. Una vez más, llevando a nuevos niveles el deporte mismo, incluso al punto de crear instantes de confusión a los fanáticos, los analistas y hasta al propio rival, que no pudo encontrar una solución para enfrentarse a su planteamiento. Otro día en que abrió el baúl de los recuerdos para abrirse sus propias posibilidades y escarbó hasta el fondo de su intelecto con el fin de ofrecer grandes soluciones en momentos complicados. 

A continuación, una galería con 10 imágenes que explican el plan de partido diseñado por Guardiola

Roberto González
Roberto González
Periodista y analista. Amo el fútbol desde que tengo memoria. Disfruto encontrar y explicar el porqué de las cosas.

También lee: