El plan de Arta/Solar 7 para poner al futbol de Djibouti en el mapa

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Nagayna sin amol tanay! Nagay tanto? Este es el saludo en afar, uno de los idiomas hablados junto con el somalí, el francés y el árabe; estos dos últimos son los oficiales. Espero que estés bien. La vez pasada acabamos nuestra larga estancia en Egipto para hablar acerca de la tragedia de Port Said en el contexto de su crisis política. Ahora hemos llegado a Djibouti, un país cuyas costas están bañadas por el Mar Rojo. Esta es la locación de nuestra siguiente aventura.

Recomendación musical 1

¿Cómo es la música tradicional en Djibouti? Muy ligada a la de Somalia: una mezcla entre tradición oral con instrumentos árabes. Este es un video que fue filmado aproximadamente en los años 60-70. Desgraciadamente no cuento con la información sobre quién canta, pero espero te guste la canción: Fourchette.

Vamos al tema de hoy

Djibouti en el contexto actual

El Cuerno de África no es precisamente la zona donde quisieras vivir a priori. Tienes un clima que no te beneficia tanto y estás todavía en territorio donde no crece mucho verdor. ¿Qué tal en cuestiones de política? ¡Ni pensarlo! Hay demasiada corrupción, no hay alguna atracción turística que te pida quedarte al menos unos días y la pobreza nos rodea por doquiera que vayamos. En medio de una región tan convulsa y violenta, parecería que Djibouti no tiene oportunidad. Tiene una población que apenas rebasa el millón de habitantes, su territorio tampoco es muy grande que digamos, estamos hablando de uno de los 10 países con peor libertad de expresión y tiene un presidente que prácticamente es dictador.

No estás para saberlo ni yo para contarlo, pero realmente Djibouti juega un papel estratégico en el concierto mundial, demasiado importante para su tamaño. ¿Recuerdas cuando hablamos del canal de Suez en nuestra larga estancia por Egipto? La entrada se da por el estrecho de Bar el Mandeb. El punto más angosto es 20 kilómetros, entre Djibouti y Yemen. Ahora bien, Yemen está en guerra civil, Somalia es terreno fértil para piratas y la dictadura de Eritrea es salvaje, y como Djibouti está bastante tranquilo, en sus costas pueden estar uno de cada 10 barcos que surcan los mares mundiales. El puerto no solamente es para ellos; Etiopía se está consolidando como potencia agrícola y textil, pero no tiene salida al mar y para el comercio dependen enteramente de su vecino.

No es la única ventaja que ofrecen. A raíz de la política antiterrorismo que emprendió Estados Unidos desde 2001, Djibouti se ha convertido en un terreno para que todas las potencias militares tengan su base. La principal función ha sido velar el potencial comercio, pero también es controlar las operaciones terroristas en países más susceptibles como Sudán y Sudán del Sur. Por historia colonial, Francia es uno de los socios en ese rubro y tiene el mayor contingente militar al exterior (los ejércitos italiano y alemán son inquilinos de estas instalaciones), pero Estados Unidos cuenta con una base en Camp Lemonier que es casa también para su contraparte británica. Tampoco nos olvidamos de la presencia de Arabia Saudita. Mientras tanto, Japón y China tienen aquí sus únicos campos militares fuera de su territorio.

Presta atención a la relación con China precisamente. Además de su única base militar en el extranjero, China mira a Djibouti como socio estratégico. No solamente usa la diplomacia de infraestructura al construir un ferrocarril de Addis Abeba a Djibouti, con lo cual asegura el comercio con el Cuerno de África más soluciona el problema de la salida al mar de Etiopía. Como parte del plan Vision 2035 (calca del desarrollo de Rwanda), y para no depender solamente de las ganancias del puerto y las milicias extranjeras, Djibouti ha decidido construir una zona económica especial con impuestos competitivos y libres de la corrupción y papeleos innecesarios. El plan es ambicioso – convertirse en una especie de Dubái en el continente.

Si podemos ver la situación del futbol, entonces es probable que puedas ver que la historia de Djibouti se refleja no solamente en su selección, sino también en su liga. Bienvenido a la labor de Arta/Solar 7 y su potencial para ponerlos en el mapa.

Historia del futbol en Djibouti

Como país pequeño dentro del continente africano, Djibouti no tiene una historia color de rosa en cuanto al futbol. La fragilidad de la porción francesa de Somalia hacía que su único rival en futbol durante sus inicios fuera Etiopía. Claramente los resultados eran bastante malos, como el primer partido en 1947 (0-5) u otro siete años después (2-10). De ahí llegó un torneo para países africanos de habla francesa en Madagascar en 1960, y en la primera ronda tuvieron otra paliza de 2-9 ante Camerún.

Djibouti obtuvo su independencia de Francia de manera pacífica en 1975, pero los buenos resultados tampoco llegaron con el cambio de nombre a partir de la antigua Somalilandia francesa. Las golizas estaban a la orden del día tanto en los amistosos como en la Copa CECAFA, su región. La única victoria se da en 1988 al son de un 4-1 sobre Yemen del Sur, una selección que ya no existe (veremos esa historia después). Y mucho menos ayudó la situación en el país: las tensiones entre los principales grupos étnicos, los issa y los afar, produjeron una cruenta guerra civil entre 1991 y 1994, provocando que la liga dejara de disputarse durante esos años. No por nada en la serie para la clasificación para la Copa Africana de Naciones Burkina Faso 1998 no tuvo nada que hacer ante Kenya: 0-3 fuera y 1-9 en casa era muestra del grave atraso que tenían.

Para querer mejorar, Djibouti se unió a la Unión Árabe de Futbol Asociación (UAFA) en 1998 y por fin se aventuró a participar en unas eliminatorias al mundial de Corea-Japón 2002. Su camino comenzaba con un peso tan pesado como la República Democrática del Congo. Para ser inexpertos, obtuvieron un gran resultado en casa, un flamante empate a un tanto. La mala noticia llegó con la segunda vuelta de visita: un 9-1 era un duro golpe de vuelta a la realidad.

Para ponerse manos a la obra, la FIFA la volvió otro objetivo del Programa Goal para el desarrollo del futbol en países francamente desfavorecidos, mientras que la Unicef se ocupó de inculcar el deporte en los niños, así como de usarlo como una campaña para prevenir el SIDA. Llegó el desarrollo del futbol femenil y de la incipiente liga. También es el lugar donde la selección de Somalia juega como local por su reinante inestabilidad. Y de hecho en el camino al mundial Sudáfrica 2010 / Copa Africana de Naciones (AFCON) Angola 2010 lograron obtener su primera victoria oficial (1-0) precisamente ante sus vecinos. Como fue eliminatoria a partido único, eso les bastó para pasar de ronda. Y sí, su grupo con Egipto, Malawi y RD Congo fue demasiado para ellos.

La siguiente década al parecer fue un retroceso en el futbol de Djibouti a nivel nacional. La federación de futbol sufría con la apremiante situación económica del país, mientras que también terminó afectada con el pleito entre el Comité Olímpico y Hussain Fadoul Dabar, presidente de este ente futbolístico, el cual terminó en arresto domiciliar para este último, y por ende no pudo postular de manera correcta para presidir la CECAFA. Por eso, más allá de actuaciones modestas en fases preliminares de mundiales, no eran raras las ocasiones donde se retiraba de las eliminatorias tanto a la Copa Africana de Naciones como al Campeonato Africano de Naciones (CHAN). Un retiro prematuro para 2018 de hecho los castigó para la siguiente edición de esta última competencia (2020). Salvo escasas excepciones, todos militaban en la liga local, la cual ni siquiera aparece en el ránking de la CAF.

Lo que pocos sabían es que poco a poco las cosas comenzaron a mejorar para ellos. Todo fue porque por fin el gobierno se puso a trabajar.

El cambio con Julien Mette

Desde Congo llegó un joven entrenador nacido en Burdeos, Francia. Su nombre era Julien Mette y venía de refrendar el título con el Otohô. Él fue el elegido para dirigir a los Costeros del Mar Rojo. En uno de los primeros partidos que supervisó, se dio cuenta de dónde estaba la falla. Resulta que, hasta ese momento, Djibouti jugaba con 10 jugadores en su cancha a la espera de un contragolpe que pudieran aprovechar. Era imposible competir así. Luego, también vio que el factor físico también influía. El jugador más alto de ese equipo era un burundiano nacionalizado… y medía apenas 1,79 m. Los factores para esta desventaja eran los factores de vida en Djibouti, como la nutrición, la genética y la pobreza.

Con todo esto, no tuvo que quebrarse la cabeza para encontrar la solución. El futbol sigue siendo el deporte más popular entre los djiboutienses y lo juegan en la calle. Ante el sol inclemente que baña esta región entre el Mar Rojo y el Golfo de Adén, pueden estar jugando horas y horas sin parar. El habitual contragolpe de selecciones física y moralmente inferiores no les iba con sus características. Es por eso que se inspiró en el juego de la selección chilena de Jorge Sampaoli: presión alta, intensidad en la recuperación y asociación entre espacios. Mette ayudó a inculcarles todos esos conceptos a través del análisis por video. 

Y el último factor a tomar en cuenta fue echar mano de su diáspora. No hay muchos datos al respecto sobre cuánto porcentaje ascienden los djiboutienses que viven en Norteamérica, Europa y el resto del Medio Oriente (sobre todo Francia, Bélgica, Estados Unidos, Noruega y Emiratos Árabes Unidos), pero esa red de scouteo encontró a dos jugadores que militaban en las terceras divisiones de Bélgica (Haroun Mohamed en el URS Centre) y Noruega (Anas Farah Ali en el Egersunds), pero el talento por ahora recae en Warsama Hasan. Forjado en la academia del Standard de Lieja, ha pasado por varios clubes relativamente más potentes. Por ahora milita en el Sliema Wanderers, equipo a vencer en la liga de Malta y con frecuente presencia en competencias europeas. Hasta ahora es el primer djiboutiense en obtener un contrato profesional en el futbol europeo. Con estos tres rubros cubiertos, ¿habría resultados?

Llegó la eliminatoria a Qatar y de nuevo había que pasar por la aduana de la fase previa. En el sorteo les tocó jugar contra Eswatini. Se volvían a ver las caras después de la feroz humillación para Rusia (¡0-6 en casa!, 1-2 fuera). El trámite ahora fue totalmente distinto. Esta vez vencieron 2-1 en casa y resistieron cada embate suazi en Manzini para llevarse un 0-0 que los metió a la siguiente ronda. Para ponerte un contexto, hasta antes de esa serie mundialista, había jugado 60 partidos, con apenas dos victorias (todas contra Somalia), tres empates y 55 derrotas. Para como estaba el futbol en Djibouti, esto era un salto de calidad descomunal.

Un mes después jugaron la eliminatoria para la Copa Africana de Naciones Camerún 2022 y les tocó jugar contra Gambia. Hasta la fecha se habla de esta serie que terminó en empate global a un gol y que perdieron de manera dramática en penales. Se habla todavía de esto porque posteriormente Gambia terminó ganando de manera categórica su grupo eliminatorio y sorprendió llegando a cuartos de final en su debut continental. Ahí no terminaba todo, porque antes de la pandemia logró una sorpresa más al empatar ante la selección CHAN de Camerún. 

El año pasado lograron otra victoria en amistoso ante Somalia y en la eliminatoria para la Copa Árabe Qatar 2021 le hicieron un meritorio partido a Líbano, perdiendo apenas 1-0. El gol libanés cayó con una falta nada más comenzar el segundo tiempo. En realidad, el estilo de juego de Djibouti fue bastante bueno y agradable de ver para el espectador.

También gran parte de este crecimiento fue gracias al gobierno de manera indirecta y la respuesta se encuentra en su liga, o más bien, en su equipo más popular.

El lugar de Arta en la organización corporativa de la liga de Djibouti

Como te comentaba, la liga de Djibouti todavía tiene mucho trecho que recorrer para poder siquiera inquietar a los países más establecidos. Su primera liga se disputó apenas hasta 1987 y, debido a la precariedad del gobierno, las sociedades empresariales y gubernamentales eran las que participaban en el torneo. Quitando a algunos clubes, casi todos se localizan en la capital y por lo general todos los partidos se juegan en el Stade du Ville, el único con características más o menos decentes para la práctica de futbol.

Cada miembro de la liga representa a cierta empresa. Tenemos al equipo de la infraestructura del puerto (Port), a la industria ferrocarrilera (Compagnie Djibouto-Éthiopienne), a la policía (Force Nationale de Police), al ejército (Gendarmerie Nationale), a la guardia republicana (Garde Républicaine) y a las telecomunicaciones (Djibouti Télécom), por mencionar solamente algunos. En total son 10 equipos, con el campeón que clasifica a la fase previa de la Champions League y el subcampeón que hace lo propio, pero a la Copa Confederación, mientras que los últimos dos descienden a segunda.

El equipo más laureado es Djibouti Télécom de la ciudad sureña de Ali Sabieh, con siete títulos, misma cantidad que tiene Force Nationale de Police mientras que con uno menos viene el protagonista de nuestra historia. Empezó siendo el equipo de los ferrocarriles y hasta 2007 mantuvo ese nombre. Para entonces había logrado cuatro campeonatos más tres copas. Al ser en ese año campeón, pudo participar en la Copa Kagame para clubes de la CECAFA, así como la Champions árabe (más información aquí), pero en casi todos los casos queda en último, destacando un severo varapalo contra al-Wahda (الوحدة) de Arabia Saudita, 19-0.

Los siguientes años fueron un merequetengue de nombres debido a los cambios en su administración. La Compagnie Djibouto-Éthiopienne fue adquirida por la francesa Colas Group, y aunque mantuvo las siglas de su nombre inicial, no era lo mismo y vio cómo Port y sobre todo Djibouti-Télécom le empezaron a ganar la carrera en cuanto a títulos. En 2015 sus oficinas pasaron de Djibouti a Arta, un pequeño pueblo 45 km al este de la capital, y al año siguiente pasó a propiedad de la paraestatal petrolera (SIHD o Société internationale des hydrocarbures de Djibouti).

En 2018 habría un cambio radical y para bien.

Tommy Tayoro Nyckoss, o cómo todo queda en familia

Para esto, regresemos unos años todavía. Tenemos que ir a París porque hay un joven nacido en Costa de Marfil, pero con nacionalidad francesa por igual. Su nombre es Tommy Tayoro Nyckoss y para ganar un poco más de dinero trabaja de encargado de seguridad en una discoteca de la capital. Ahí conoce a una chica que estudia en la American University, y se enamora perdidamente de ella. Ella se llama Fatoumata-Awo. Al poco tiempo se entera de que es la segunda hija del presidente de Djibouti, Ismaïl Omar Guelleh. Se casa y así Tayoro Nyckoss termina por envolverse con la familia cuasi real de este pequeño país africano. Su puesto de cónsul general de Costa de Marfil es una mera fachada a su verdadera función: prestanombres del gobierno de Djibouti.

En medio de las innovaciones en papel que estaba emprendiendo Djibouti como parte de su plan Vision 2035, se dieron cuenta de que no podían depender eternamente de las remesas del puerto y de la renta de los terrenos para ejércitos extranjeros. Es por ello que en 2012 salió una oportunidad para el mercado de aviación. Tayoro Nyckoss entró a escena con su visión empresarial e ideó una compañía que pudiera proporcionar un servicio de transporte aéreo de lujo. Le puso Ivory Jet Services. Al estar en la familia, no le costó mucho tiempo ganar la licitación gubernamental. Sus clientes son hombres de negocios o diplomáticos que buscan una salida a las principales ciudades de África (Douala, El Cairo, Nairobi, Argel) y Europa (París, Londres, Frankfurt). Este mercado creció tanto que uno de sus clientes es la aerolínea de Bruce Dickinson de Iron Maiden, Cardiff Aviation.

Le fue tan bien con Ivory Jet Service que aumentó su servicio hacia el transporte médico, movimiento que le dio grandes réditos durante la pandemia Covid-19. En 2018 fundó Délic Air, un servicio de catering para aviones sin parangón dentro del continente. Y para paliar la ausencia de centros de entrenamiento para pilotos dentro de África, fundó en 2019 el Djibouti Air College dedicado a todos los pilotos potenciales africanos. Ya no había necesidad de abandonar el continente para perseguir sus sueños. Lógicamente esta jugada le valió a Tayoro Nyckoss convertirse en uno de los empresarios más ricos de África.

Al tener muy pocos yacimientos de petróleo, Djibouti se ve obligado a depender de Etiopía en cuestiones de energía eléctrica. Esta situación puede comprometer su economía y desde ya han buscado alternativas. Se dieron cuenta de que la energía solar tiene un potencial nada despreciable, más cuando la latitud de Djibouti la lleva a recibir una gran cantidad radiación del sol. Es por eso que de nuevo se apareció Tayoro Nyckoss, que creó la empresa Solar 7 en 2018. Su objetivo es proporcionar energía al 100% de los hogares de Djibouti y funcionar como punta de lanza para la construcción de paneles solares por todo el continente. En un mundo que apuesta cada vez más por el consumo sustentable, Solar 7 tiene ante sí un océano verde.

Arta/Solar 7, el nuevo club-estado de África

A los pocos meses de fundar Solar 7, Tommy Tayoro Nyckoss volteó a ver hacia el futbol. Como buen aficionado que era, se fijó en un club que pudiera encajar con su visión de mundo. La idea era inculcar valores a través de la juventud. Para esto debía construir unas instalaciones de primer nivel para la práctica de futbol. Y aún más importante, tenía que funcionar con la política de contratar a los mejores jugadores del continente africano. El objetivo es convertirse primero en una potencia regional (CECAFA) y luego ser un equipo que rivalice con los pesos pesados del continente, como el Mazembe, el Espérance de Túnez, los gigantes cairotas o el binomio de Casablanca.

Es así como se fijó en el Arta-SIHD. En una operación sencilla, Tayoro Nyckoss compró ese club y pasó a llamarse Arta/Solar 7. La primera temporada (2018-19) apenas les alcanzó para quedar en quinto, y la siguiente fueron cuartos. En donde las cosas empezaban a salir bien fue en la copa, que la ganaron en ambos años. Es así como comenzó a entrar en la Recopa Árabe y en la Copa Confederación. El proyecto tardó en consolidar a la tercera temporada, cuando logró ganar la liga con tres jornadas de anticipación, acabando así con una sequía de 14 años. Y si a eso le sumamos que volvió a ganar la copa, tenemos un doblete. Arta/Solar 7 comenzaba a ser la columna vertebral de la selección de Djibouti.

Ese campeonato significaba clasificar a la Champions Africana y de eso estaban conscientes dentro de Arta/Solar 7. Por eso Tayoro Nyckoss abrió la chequera para comprar a lo mejor de lo mejor. De pronto a oídos de los principales diarios del mundo llegó la contratación del camerunés Alex Song, con paso por el Arsenal, Rubin Kazan y en especial del Barcelona. Imagina un ex culé en un pedazo de mundo que no destaca por su riqueza. Claro, para recibirlo cientos de niños escaparon de su escuela para recibirlo.

No llegó solo. Tayoro Nyckoss dejó en claro que no había sido suficiente con él y por eso contrató a más estrellas: el defensa Dany Nounkeu (Évian, Toulouse y Galatasaray), el guardameta Carlos Kameni (Le Havre, Espanyol y Málaga), el mediocampista burkinabé Alain Traoré (Auxerre, Lorient y Kayserispor) y el delantero senegalés Diafra Sakho (West Ham United, Metz y Rennes). No son los nombres más rutilantes y claramente muchos de ellos ya van de salida; aún así sigue siendo una quinteta de renombre, sobre todo en Djibouti. No es ninguna sorpresa que hayan ganado la liga de nuevo casi de manera arrolladora, y no sería descabellado verlos primero como un PSG a la africana en el mediano plazo.

Los desafíos de este plan

Dentro de estos últimos dos años han aparecido ciertos obstáculos que han comprometido el éxito de este plan gubernamental-empresarial para poner a Djibouti en el mapa:

Fue una lástima lo que sucedió para la selección. Al parecer, los resultados en la fase de grupos por las eliminatorias a Qatar reflejaron un retroceso a esos años oscuros: Se llevó de nuevo seis derrotas de seis partidos posibles y con marcadores donde ni las manos metió. En el grupo estaba Argelia, Burkina Faso y Níger (!). En defensa de Djibouti, hay que decir que la FIFA determinó que su único estadio era inviable para albergar partidos internacionales y por ende tuvo que jugar en Marruecos (Rabat y Marrakech) y Egipto (El Cairo). Hay que mencionar también que el estado deplorable de la democracia en Djibouti causó que tres jugadores, Bilal Hassan, Aboubakar Elmi y Nasrodin Aptidon huyeran de la selección y se refugiaran en Francia.

De todos modos, Mette fue despedido tras la cuarta jornada (derrota 2-0 contra Burkina Faso) bajo acusaciones de «poco profesionalismo» por parte de la Federación de Futbol, una declaración a todas luces bastante insatisfactoria e inaceptable. Hay cuestiones mucho más profundas a las cuales no tengo acceso por desgracia, pero esto ha sido un duro golpe para ellos. Encima, ya han quedado fuera de la carrera para la Copa Africana de Naciones Costa de Marfil 2023, pues cayó con Sudán de Sur en la fase previa con un marcador global de 2-5.

En cuanto al club Arta/Solar 7, una cosa es competir y dominar de manera señorial tu liga, y otra muy distinta es pretender hacer lo mismo con el continente. Aún está pendiente superar una fase tanto en Champions Africana como en la Copa Confederación, ésta última la competencia de segundo orden en la CAF. En 2018 cayeron con el Kairobangi Shark de Kenya con marcador global 9-1, y al año siguiente mordieron el polvo con al-Khartoum (الخرطوم) de Sudán con 4-1. 

Se pensaba que la incorporación de Alex Song y compañía sería determinante para por fin lograr ese objetivo, pero las cosas no salieron como se esperaba. En la Copa Confederación 2020 se midieron a al-Mokawloon al-Arab (المقاولون العرب) de Egipto y el ex gunner marcó gol… pero en contra. Al final fueron destrozados 10-1, incluyendo un 9-1 en El Cairo. En esta temporada que regresaron a la Champions Africana quedaron eliminados a manos del campeón de Kenia, Tusker. El gol que anotó Traoré no bastó (marcador global 4-1), pero ya es un cambio sustancial. Todo indica que la experiencia adquirida puede ser aliciente para que tarde o temprano puedan meterse a fase de grupos. Es una situación bastante similar a la que tuvo el Sheriff de Tiraspol, mandamás de la liga de Moldavia (más información aquí).

Y luego está la situación de la inminente Superliga africana, idea de Gianni Infantino a través de su megáfono africano, el sudafricano Patrice Motsepe. Al ser una competencia reservada para los 24 clubes más mediáticos de África, el Arta/Solar 7 podría quedar excluido. Ni siquiera el que Tommy Tayoro Nyckoss sea uno de los hombres más ricos de África los puede salvar. Como lo vimos arriba, la liga de Djibouti ni siquiera se asoma en el ránking CAF y sus equipos suelen salir a las primeras de cambio.

Por último, se ennegrece el cielo del hombre de negocios. Resulta que, más allá de su matrimonio con la hija del presidente, él ha tenido un affaire con una mujer llamada Noura Tami, y esto ha llegado a oídos de su suegro. Mandó a su ejército a darle una soberana paliza a Tayoro Nyckoss y a la mujer adúltera; acto seguido lo subieron a un convoy presidencial, le quitaron su pasaporte y le prohibieron salir de Djibouti. Por ahora está durmiendo en las oficinas de Solar 7.

Más que amor por su hija, la DEA ha puesto en la mira a Djibouti. La razón es que los diferentes cárteles latinoamericanos y europeos han usado rutas de tráfico de drogas por África Occidental. Así, nombres como Hamed Bakayoko están bajo la sospecha. Bakayoko es el Ministro de Defensa de Costa de Marfil y ha entablado bastantes negociaciones con el gobierno de Guelleh. Por simple deducción, el mayor traficante de armas en África Oriental podría ser cómplice. No es ningún secreto que las compañías aéreas pueden funcionar bajo el esquema de lavado de dinero. Para salvar su pellejo, podría deshacerse de Tayoro Nyckoss como chivo expiatorio.

Todo esto son especulaciones hasta ahora. Arta/Solar 7 tiene ante sus pies una época dorada para dominar Djibouti y comenzar a hacerse de un nombre en la CECAFA, para a largo plazo poder visitar frecuentemente la fase de grupos de la Champions Africana. En caso de que las cosas se compliquen por el nuevo esquema, tienen las espaldas cubiertas. El presidente de la federación de futbol es Souleiman Hassan Waberi y desde 2016 está enquistado en lo más alto de la CAF, con cargos que van desde la presidencia de la comisión de arbitraje hasta la más alta responsabilidad de la CECAFA, pasando por ser el vicepresidente tercero de la confederación. En cierto punto podría interceder para que al menos consideren a este club como adición sorpresa de la Superliga.

La selección de Djibouti ya sabe lo que es dar agradables sorpresas; basta con que un proyecto como Mette eche raíces más profundas para que más gigantes caigan. Ese plan Vision 2035 puede también involucrar el futbol; tiene la posición geográfica y los recursos económicos y humanos para eso. El Mar Rojo puede ser un faro en medio de una región hostil. Todo es cuestión de decidirse.

Fuentes

KhAnubis. Why Everyone is Building Military Bases in Djibouti. YouTube. 24 de noviembre de 2021
VisualPolitik. ¿Por qué IRON MAIDEN aterriza en YIBUTI? YouTube. 9 de abril de 2018 
Wilhelm, Jan Philipp. Tiny but mighty: Djibouti’s role in geopolitics. Deutsche Welle. 9 de abril de 2018
al-Masri, Omar. Football in Djibouti. In Bed with Maradona. 13 de enero de 2012
Raspe, Nicolas. Enquête : À la découverte de Djibouti. DZFoot. 1 de septiembre de 2021
Mezahi, Maher. Djibouti: Fiddling With Football While Djiboutians Suffer. All Africa. 18 de septiembre de 2021
Le Gall, Pierre. Football. Deux joueurs internationaux de Djibouti en exil à Rennes et à la recherche d’un club. Ouest-France. 8 de octubre de 2021
L’Équipe. Djibouti : le sélectionneur français Julien Mette démis de ses fonctions. 11 de octubre de 2021
Agence Ecofin. Football : l’homme d’affaires ivoirien Tommy Tayoro Nyckoss, propulse l’AS Arta Solar 7, « champion de Djibouti ». 3 de junio de 2021
Araweelo News. Djibouti Drug trafficking Tommy Tayoro Nyckoss under surveillance of the Guelleh Presidential Guard for drug trafficking story?. 17 de junio de 2020

Seguimos navegando por el Mar Rojo para visitar al resto de la Liga Árabe. Podrás pensar que ignoramos a Somalia, pero en realidad ya había hablado de ellos hace tres años (puedes leer el texto aquí). Nos alejamos precisamente y nos embarcamos en el Océano Índico. Tras un viaje muy largo desembarcamos en el último país africano que nos faltaba visitar: Comoras. Este archipiélago ubicado a medio paso entre Tanzania-Kenya y Madagascar fue el último en ingresar a la FIFA, y en poco tiempo relativamente se trepó a la Copa Africana de Naciones, dándonos una actuación descomunal que raya en el heroísmo. Esta historia la veremos la siguiente semana.

Recomendación musical 2

La música en Djibouti puede ser un crisol entre las culturas somalí, árabe, afar y francesa. El pop está poco a poco tomando fuerza, con artistas como Halmo Gobaad. Te traigo una canción dedicada hacia su país, Djibouti.

Recapitulemos

A pesar de su tamaño, Djibouti es clave en la geopolítica mundial porque por ahí pasa el 10% del comercio mundial y porque renta terreno para bases militares extranjeras. El futbol refleja todo esto. Normalmente un país de poca importancia, la labor del DT francés Julien Mette les permitió ganar contra eSwatini para el mundial de Qatar 2022, entre otros logros. Esto fue gracias al cambio de paradigma de futbol y al club Arta/Solar 7. Este club es propiedad del empresario francomarfileño Tommy Tayoro Nyckoss, yerno del presidente Guelleh. Él tiene a su vez empresas de aviación y de energía solar (Solar 7). Para competir en Champions Africana ha roto el mercado con el camerunés Alex Song, y otros nombres como Carlos Kameni. Ha enfrentado varios desafíos como el despido inexplicable de Mette, dificultad subestimada a nivel continental, la eventual Superliga africana y las sospechas de complicidad de narcotráfico del presidente Guelleh. Sin embargo, hay potencial para que el futbol entre dentro del plan Vision 2035 con el objetivo de transformar a Djibouti en un Dubai africano.

Nos vemos la siguiente. Muquk raaqá!

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Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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