La apuesta por Eva Espejo fue sin duda un avance para la plantilla de Monterrey, ya que comenzaron a tener mejores virtudes con balón, sumado al rol de una protagonista Aylin Aviléz. También tuvo puntos altos en bastantes encuentros y, cuando llegó a sufrir, su directora técnica enderezó las vías para condicionar a sus rivales. El camino a la liguilla fue quizás el más difícil, pues se encontró a dos equipos de contra estilo, juego directo y recuperaciones altas. Ante Atlas, debió dar voltereta como local. Estas son algunas de sus virtudes y debilidades de cara a la final en búsqueda de su segundo título.
Achicar para el campo abierto
Una de las más grandes virtudes del equipo rayado es como provoca que la cancha sea más corta. Durante el juego de fase regular, Espejo mandó a su equipo a defender lo más cercano al mediocampo. Por su parte, Atlas venía con un tono similar, prácticamente jugaban por detrás del circulo central.
Para la ida, las Rojinegras no cayeron en esa trampa. De hecho, buscaron que las rupturas de Alison González fueran la vía de daño. Funcionó y Atlas terminó con esa ventaja, pero la lectura del juego daba para una sensación distinta, el trámite y condiciones fueron para las regias y el resultado no fue favorable.
Variar las estructuras
En el juego de vuelta, ante la necesidad de buscar el marcador, ambas posturas fueron marcadas. Atlas en forma de repliegue potenció de nuevo a su delantera, Alison González. Mientras, Rayadas debió ir por el empate global y hasta ese momento necesitaba de un gol.
En los primeros 45 minutos, Monterrey se atascó porque una de sus cosas a mejorar es intentar utilizar de mejor manera sus pases consecutivos para poder tener opciones claras de gol. Esa terminó por ser una de las diferencias entre un equipo y otro. Las dirigidas por Fernando Samayoa sabían el siguiente movimiento de su compañera y el espacio que ocuparía, y ahí el gran trabajo del entrenador atlista.
Eva Espejo encaminó el resultado a su favor desde el medio tiempo. El equipo cambió de esquema, pasó a adelantar a Rebeca Bernal y formar una tercia de centrales con la entrada de Valeria del Campo. Además, prescindió de Liz Rodríguez para sumar otra rematadora de segunda linea, Christina Burkenroad. Cambios hechos para revertir un marcador adverso y que funcionó.
Registros con méritos para aspirar al titulo
Finalizar como segundo lugar del torneo regular es prácticamente la etiqueta para el equipo. La mayoría de datos los lidera Tigres, goles tanto permitidos como recibidos, intensidad de presión, posesión, entre otros. Pero, si vamos a registros individuales, Rayadas ejemplifica las piezas importantes de cara a buscar sumar el titulo número dos de su historia.
Una de las situaciones a resolver y que también forma parte de sus fortalezas, es el momento para realizar el achique defensivos. A pesar del cómo lo han trabajado, ante mejores equipos que podían ver una ventaja de ganarle la espalda a la linea defensiva, Rayadas terminaba por dar un salto a destiempo para terminar con acciones en su puerta. Toca ver como pueden sostener ello. Dependerá de la actuación de sus centrales para manejar el campo abierto en su bolsillo.
Aún con ello, la principal virtud del equipo deberá salir a flote, donde ya se atrevió a buscar manejar el balón en el Estadio Univeristario (lugar donde será la final de vuelta), por lo que al menos el escenario lo conoce y además, lo provocó. En el siguiente video se muestran las acciones de Rayadas que involucran el ataque posicional.
Buscan circular de lado a lado, intentan reorganizarse con el pase atrás, aprovechan el lado Lúa-Evangelista y van del pase central a lateral pero siempre tratando de triangular.
El torneo pasado fue catalogado de fracaso al no haber calificado, pero, sobre todo, lo fue el pensar que un sistema meramente reactivo y defensivo podía replicar la proeza del primer campeonato. La direcci´´on tecnica cambió y, si bien hacen falta ajustes, Espejo ha llegado para volver proganista a un equipo que pedía jugar diferente a lo mostrado.
Es probablemente una de las finales más parejas, tomando en cuenta el partido de fase regular y, también, lo difícil que fue para Rayadas avanzar en liguilla. Encontrarse contra estilo fue clave, pero situarse en una final superando todo ello, podría ser algo más allá de lo anímico para no solo competir, soñar con evitar el tricampeonato de su clásico rival y de un dominio que podría cambiar de colores.