Real Madrid 3-1 Manchester City: blanco fácil

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Un soberbio Real Madrid pasó por encima de un Manchester City en evidente temporada de transición. La vuelta fue una continuación del encuentro en suelo inglés, salvo por que Mbappé sí anotó casi todo lo que remató. Pero no solo fue el hat-trick del francés, ni que el conjunto de Guardiola esté en el principio de un cambio de ciclo evidente. El Madrid avanzó hasta octavos de final dejando unas sensaciones altamente positivas. Varias figuras hasta hace poco veladas brillando (Asencio, Tchouaméni, Ceballos) y ejemplificando la solidaridad de sus estrellas para con el equipo. Como dice Ancelotti, el conjunto blanco ha encontrado la «llave». El 6-3 global no refleja la «facilidad» que demostró el conjunto español.

«Sí [fue el mejor partido de la temporada]. Hemos repetido lo bueno que hicimos en la ida… y sí, fue un partido completo, en todos los aspectos. Con balón y sin él. El equipo trabajó muy bien sin balón y cuando lo hacemos, después, la calidad es muy alta y las oportunidades florecen como nunca; más que en los años anteriores».

Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid

El Real Madrid volvió a defender en 4-4-2 donde Bellingham (izquierda) y Rodrygo (derecha) ocuparon los costados de Ceballos y Tchouaméni (esta vez mediocentro y no central). Para atacarlo, Guardiola suplió la baja del lesionado Haaland con la dupla Marmoush-Savinho, que iban a fijar los espacios entre central-lateral. Por detrás, Foden y Gündoğan harían lo propio con los intervalos entre mediocentro-extremo, al que se sumaría desde el costado izquierdo Bernardo Silva. Tanto el portugués como el alemán irían a caballo entre el tercer escalón y el segundo, de donde no se movería demasiado el español Nico González.

La idea era que, aunque las bandas quedasen huérfanas salvo por las apariciones de los laterales -centrales de origen-, por dentro hubiese superioridad con cuatro parejas. El caso es que, como por fuera apenas había elementos que preocupasen, las ayudas de Bellingham y Rodrygo a la pareja Ceballos-Tchouaméni fueron constantes. Por mucho que Bernardo ganase altura, Gündo apareciese también a espaldas de medios o que entre Savinho-Foden molestasen más el costado de Mendy-Ceballos-Bellingham, el City no hizo ni cosquillas al cuadro blanco. Courtois tardó mucho en aparecer; tampoco Asencio-Rüdiger, siempre bien protegidos por la línea de medios. Ceballos y Tchouaméni fueron mucho más que Nico-Bernardo/Gündo.

El Real Madrid dominó con y sin balón

Aunque casi antes de que se viese si podía funcionar, el Madrid ya se había adelantado. Un balón largo de Asencio a la espalda de Rúben (empezó de central izquierdo hasta la también temprana lesión de Stones) no fue despejado por el portugués en el repliegue y Mbappé anotó por encima de Ederson. Demasiado fácil. De nuevo, un jugador del City cometiendo errores impropios.

Pero el gol nacía muchos segundos atrás que explica el buen hacer de los madridistas. Había sido Bellingham quien había recuperado en su propia frontal por la derecha (el lado contrario al suyo) tras una aparición de Marmoush entre líneas. Había sido Vinicius, cerca de su área, quien con un toque de exterior había permitido oxigenar la jugada; y Ceballos el tercer hombre entre lateral y central izquierdo para que Rüdiger cambiase de banda con un balón largo a Rodrygo. Si en otro año, Rodrygo hubiera puesto a correr al punta de turno el brasileño se había frenado y reiniciado de nuevo hacia atrás. Valverde, Courtois y Asencio no la habían arriesgado. Y tras concatenar otro puñado de pases, Asencio sí vio el momento de poner a correr a Mbappé.

Porque el Madrid mostró mucha calma y virtud a la hora de elegir qué momentos correr y qué momentos descansar con la pelota. Ya fuese por ir ganando, ya fuese por madurez, la sensación es que supo frenarse. Y no siempre que Mbappé picaba al espacio entre centrales, se le buscaba; así como a Vinicius y Rodrygo, en amplitud máxima en cuanto había recuperación, probaban el regate ante el sufrido Khusanov y un más sobrio Gvardiol. Era cuestión de elegir los momentos. Y la posesión, debido a esta intención, siempre estuvo totalmente igualada.

La presión del City volvió a ser ineficaz; ya fuese con la estructura de 3+2 en situaciones de reinicio (imagen inferior) o con el 4-4-2 en bloque medio-alto. Los puntas del City debían a emparejar con los centrales, pero estos siempre estaban muy alejados del centro y además Courtois era un elemento más. Por detrás de Savinho y Marmoush, de izquierda a derecha, se plantaban Bernardo Silva, Gündoğan y Foden. Este trío tenía que tapar a los dos laterales y dos medios madridistas, pero nunca estuvieron cerca.

Entre el nivel de acierto de los blancos, la intención de retroceder de los Valverde, Ceballos, Tchouaméni y Mendy para aparecer en primera línea y los arrastres de Bellingham para sacar a Nico de sitio (a banda o también hacia área propia), acababan por aclarar el espacio delante de la zaga mancuniana. Solo era cuestión de encontrar el apoyo de uno de los puntas, de Valverde (en balones aéreos) o también de Tchouaméni para saltar el intento de bloque alto inglés.

La bella jugada del 2-0, el del recorte de Mbappé a Gvardiol, es un perfecto ejemplo del nivel que mostró el Real. Once pases, adornados con un puñado de destellos, para culminar una acción que nace cerca del área propia: atracción del City en los primeros pases; superación con cambio de orientación de Tchouaméni hacia la derecha; allí se juntan primero Rodrygo (qué control de espuela) y Valverde y, después se suman Bellingham y Vinicius. El inglés, a espaldas de medios, filtra hacia Vinicius. El brasileño, a espaldas de central izquierdo conduce y pasa en horizontal hacia el centro, por donde aparece su compatriota Rodrygo. El pase con el exterior, con caño incluido a Khusanov solo es un bonito preludio para un amago de Mbappé que tumba al otro lateral del City.

«Incluso con oponentes a su lado tienen la capacidad de aguantar y darle continuidad al juego. Antes les costaba más, eran más de transición. Ahora son capaces de hundirte y hacer jugadas de gol a través de los pases. Y si les aprietas muy arriba, los tres delanteros te agrandan el campo y la movilidad de Bellingham en todos los sectores, te dañan por ahí. Te atraen mucho y si tiran largo y la agarran estás muy expuesto. La sensación es que este año han crecido y hacen muchas más cosas muy bien»

Pep Guardiola, entrenador del Manchester City

Al descanso, Guardiola recolocó a Foden (arriba por dentro junto a Marmoush), Savinho (banda izquierda), Bernardo Silva cambió de orilla (derecha) y Gündo, que había pisado a menudo ese segundo escalón junto a Nico, se quedó en la base. Con ellos de ese modo, se dibujó más veces un 3-2-4-1 con Gvardiol en la izquierda abierto y Khusanov en la línea de centrales. Pero no era cuestión de pizarra, sino de acierto, de jugadores. Ni un Foden desesperado pudo nivelar la balanza. Hasta el descuento el City no maquilló la eliminatoria, cuando Nico González, con mucha participación pero con pérdidas evitables, anotó a placer el gol de la honra tras un libre directo de Marmoush (desaparecido) al larguero.

Para entonces, Mbappé ya había firmado su tercero media hora antes. Lo que era una transición tras un córner, Vinicius lo decide frenar. Pero los defensores, que en el repliegue están algo descolocados, no se ponen de acuerdo en quien tiene que hacer de lateral izquierdo. Está Foden, pero se aleja cuando ve que Gvardiol -había vuelto por el centro- va hacia su posición. Podría tapado Aké. En ese lapso de discusión, el Madrid ha ido de izquierda a derecha. Mbappé, con tiempo, encara a Foden (!) que ha intentado volver en el último momento a intentar tapar la zona desprotegida. Pero el francés primero le hunde, luego le sale demasiado sencillo por dentro y prueba con su pie izquierdo. Aunque no lo fue, todo pareció demasiado sencillo. Y uno no se refiere al sexto tanto en la eliminatoria del Real Madrid ante el Manchester City.

Foto de portada: Kiko Huesca / EFE

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Rafa Medel
Rafa Medel es entrenador (UEFA A) y Periodista. Autor de "Fútbol en Blanco y Negro" (Librofutbol, 2022), trilogía que repasa la primera centuria de este maravilloso deporte.

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