Laterales derechos ingleses. Uno de los temas más comentados y exprimidos de los últimos dos o tres años. Incluso, varios estaremos de acuerdo en que la imagen del XI conformado por puros right backs ya raya en lo cliché; menos la referencia a Kyle Walker como arquero, desde luego. A su vez, este tópico sirve como fiel reflejo de la masiva producción de futbolistas que Inglaterra viene experimentando, en gran medida, debido a la implementación del Elite Player Performance Plan (EPPP), proyecto de desarrollo juvenil instaurado hace exactamente una década y cuya estructura merece un texto aparte. Ya está en la agenda.
Desde el inicio de la temporada 2020/2021 hasta la fecha, al menos 17 laterales derechos ingleses menores de 24 años (nacidos a partir de 1997) han visto acción en la Premier League: Trent Alexander-Arnold, Reece James, James Justin, Valentino Livramento, Aaron Wan-Bissaka, Tariq Lamptey, Matty Cash (Polonia), Kyle Walker-Peters, Max Aarons, Jonjoe Kenny, Ben Johnson, Japhet Tanganga, James Ngakia, Cody Drameh, Jayden Bogle, Kayne Ramsay y Bali Mumba. Además de algunos otros que se han adaptado a la posición en más de una ocasión como Ainsley Maitland-Niles, Ezri Konsa, Brandon Williams, Ben Godfrey y Axel Tuanzebe. De todos ellos, el elegido para protagonizar las siguientes líneas es uno que también figuró en la última final de la Copa de Europa. Así que credenciales y motivos los hay.
Reece James es un vehículo todoterreno, un auténtico 4×4. Funciona en cualquier contexto. De subida y de bajada. Por esa razón, el segundo dígito que lleva en la matrícula casa tan bien con sus virtudes y su valía. Esto último no debe tomarse a la ligera pues, a pesar de tener opciones para aventar al cielo, y que se ajustan a todos los gustos, es probable que el nacido en el barrio de Redbridge sea la única de ellas que abarque múltiples registros en las cuatro (4) fases que comprenden el ciclo del juego.
En ataque posicional, James suma a través del pase y de su ubicación; lo mismo fija en amplitud en zona baja que pisa pasillos interiores a una altura media, algo de lo que se habla poco. Y, al momento de la transición defensiva, identifica rápidamente a su par y hace las veces de corrector a campo abierto. Mientras tanto, en defensa posicional, con el bloque organizado, se hace fuerte en duelos individuales y defendiendo el área, aunque todavía con un margen de mejora amplio en términos de conciencia del espacio para cubrir sus espaldas con consistencia (la famosa awareness). Tiene en César Azpilicueta a un mentor en la materia. Finalmente, en transición ofensiva suele contribuir como válvula de escape para dar el primer pase progresivo cuando se recupera el balón.
Por otro lado, son también cuatro (4) los rubros sobre los que generalmente se divide el análisis individual de un jugador. Si bien ya está algo claro su aporte táctico, es justo añadir el bagaje que le ha brindado jugar como tercer central en las categorías inferiores del Chelsea (al lado de Trevoh Chalobah y por detrás de Conor Gallagher y Mason Mount), y como pivote durante su cesión en el Wigan. Sin embargo, para sacar ventaja de eso es indispensable que acompañe la capacidad técnica y física. Y ahí, Reece es un privilegiado.
De fabricación similar a una Mercedes Clase G. Caballos de fuerza para superar en corto y resistir embates, así como una cuota de elegancia que se percibe en todo momento, en especial a balón parado, la que para muchos es la quinta fase del juego. Uno de los responsables del dominio del Chelsea en dicho apartado. Desde el banderín de córner, cerca del área y, cuando se requiere, desde el punto penal. Con todo eso en la cajuela, el plano psicológico parece tenerlo de su lado. Solo hace aspavientos cuando es momento de celebrar. Está lleno de confianza y se siente capaz de todo.
No entra en la conversación como el más espectacular, eso está claro. Sus trazos largos no se viralizan en Twitter. Sin embargo, no sacrifica fiabilidad por tener un vínculo importante con el juego o cualidades ofensivas sobresalientes. No le duele nada. Compite aquí y allá. Entrega un rendimiento sostenido casi siempre y en casi todo. Eso, desde mi punto de vista, es el verdadero significado de un lateral moderno.
El más completo, puede ser. El más estable, quizás. El mejor, depende quién lo mire. Ser un fuera de serie en una cosa o ser muy bueno en muchas. Debate para otro día. Pero si es cuestión de vehículos que circulan por el carril derecho, Reece James es un 4×4.