El Guadalajara no pudo haber escogido una mejor cita para exhibir su versión más competitiva de todo el Guard1anes 2020. Lo que parecía ser un partido trampa para Chivas, debido al escenario que enfrentaba (mucha posesión y pocos espacios), terminó siendo un auténtico monólogo de principio a fin, o al menos hasta el minuto 70. El equipo de Víctor Manuel Vucetich demostró mayores virtudes para llevarse la llave; Necaxa, por su parte, fue incapaz de exhibir algún tipo de automatismo colectivo que le acercara a ser un rival a la altura de la ocasión.
La excesiva displicencia de los dirigidos por José Guadalupe Cruz ante el inicio de juego de Chivas permitió que Hiram Mier y Gilberto Sepúlveda transportaran el balón hacia mediocampo con suma facilidad. El primero, haciendo uso de su destacado pase vertical. El segundo, comiendo metros en conducción para penetrar las líneas de los Rayos. Cuando la pelota llegaba a los pies de Fernando Beltrán, las posesiones ganaban dinamismo. El chico de 22 años volvió a exhibir su plusvalía como mediocampista, girando y reconociendo hombres libres para activarlos.
A partir de ahí, los locales entraron en un pasaje de enorme fluidez en el último tercio del campo. Tras una ocupación de espacios que fue mejorando de manera paulatina, el Guadalajara comenzó a pisar el área de Luis Malagón. Jesús Angulo, potenciado por la sinergia entre Miguel Ponce y el mismo Fer Beltrán, rasgó toda la zona entre líneas de Necaxa, sumando una gran cantidad de recepciones a los costados de Claudio Baeza y David Cabrera. Si al circuito se sumaba Ángel Zaldívar, el panorama se aclaraba aún más. El delantero de 26 años ofreció un recital de apoyos que hizo jugar a todo aquel se le acercaba. Algo rutinario para él. Sin ir más lejos, el gol del Rebaño llega tras una conexión entre estos dos protagonistas.
Bien se dice que todo lo que sube tiene que bajar, pero el Guadalajara llevó al máximo esta expresión. Durante la última media hora de partido, Chivas exhibió todos los problemas que arrastró a lo largo del semestre, empezando por una dirección de campo sumamente cuestionable. Los cambios del Rey Midas, más allá de prevenir la marea de centros por parte del Necaxa, detonaron el escenario de acoso en contra de su equipo. El Rebaño se hundió en su área y acabó defendiendo dentro de la misma, un escenario donde es poco competitivo. Lo que se logró durante 70 minutos de partido pudo caer por la borda en los últimos instantes. Esto, ante equipos que castigan el error ajeno, termina en eliminación directa.