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El fútbol es relativamente sencillo. O eso dicen. Sin embargo, lo rodean tantísimas cosas que, por fácil que parezca, se convierte en un deporte para aventajados. Escribir acerca de ello, por supuesto, es todavía más laborioso. Ahondando en los porqués, y tratando de dilucidar qué factores simplifican la comprensión o ejecución del mismo, la ubicación sobre el césped es clave. En el caso de Salvador Reyes, lateral izquierdo del Club América de Santiago Solari, el posicionamiento sobre el terreno de juego se ha transformado en una baza -sobre todo- ofensiva. Esto, además, también puede llegar a parecer relativamente sencillo, pero se trata del resultado de muchos otros factores. Causa y consecuencia. El efecto dominó.

El don de la ubicuidad. Una ventaja constante sobre el resto de compañeros, rivales e incluso espectadores. De primeras, parece un factor intrascendente en el juego; no obstante, se reduce a un proceso de interpretación y ejecución brillante, al alcance de muy pocos: ocupar espacios, atacarlos, interpretar el paisaje, anticiparse a los movimientos del rival, orientar al juego al lado débil y muchas más cosas. Chava Reyes, que siempre había destacado por su profundidad e incombustibilidad en el costado izquierdo, se ha destapado como un alumno avanzado en cuestiones tácticas, siendo la ubicación en área rival uno de sus puntos más fuertes y sólidos. En la misma línea, sus movimientos sin balón generan numerosas situaciones favorables de las que se benefician los delanteros e interiores más llegadores.

La presencia en el área, la gran sorpresa

Hasta la fecha, Salvador Reyes acumula un total de 993 minutos disputados con la elástica azulcrema, con un bagaje personal de tres goles y tres asistencias. Lejos de lo meramente tangible, el lateral izquierdo mexicano se ha consolidado como una de las mejores noticias de la escuadra orquestada por Santiago Solari, aportando versatilidad, amplitud, llegada al área rival, capacidad para generar centros laterales, sobre todo con delanteros nominales (Henry Martín & Federico Viñas), profundidad y un abanico de recursos amplio y prolífico. Su fútbol, lejos de ser complicado, es sencillo, ya que no entiende de contextos o escenarios específicos. Despliega su artillería ofensiva siempre que el rival lo permite. En espacios reducidos, su impacto se reduce, pero continúa siendo diferencial. Todo ello, desde la lectura e interpretación del juego y, por ende, desde el don de la ubicuidad. Causa y consecuencia. El efecto dominó.

Mapa de acción de Chava Reyes con la camiseta del Club América (Liga MX) // Fuente: Wyscout
Instantánea sobre los tiros de Chava Reyes en su etapa en el Club América (Liga MX) // Fuente: Wyscout

Además de contar con unas condiciones físicas envidiables, Salvador Reyes es capaz de optimizar sus atributos en situaciones a priori desfavorables. Partiendo como extremo, cerca del área y, por consiguiente, del gol, el futbolista del Club América se ha erigido como una de las piezas más efectivas y resolutivas de cara a puerta, ocupando espacios y evidenciando la importancia interpretar -bien o, al menos, lo mejor posible- el juego. Asimismo, el cuadro azulcrema, que desarrolla gran parte de sus jugadas por el flanco zurdo, se ha visto enormemente beneficiado por la inmediata adaptación del ex-jugador de Puebla. Con Álvaro Fidalgo lateralizado, Chava Reyes aportando amplitud y Mauro Lainez & Roger Martínez sumando desde ese mismo costado, Santiago Solari ha encontrado el hilo conductor de un mecanismo letal. Con mucho trabajo por delante, esa fórmula (Reyes+Fidalgo+Roger) produce brotes verdes.

Como lateral izquierdo, lejos del área y con metros que recorrer y espacios que atacar, Salvador Reyes está llamado a convertirse en uno de los baluartes del Club América a corto plazo. Además, si Solari, en un hipotético caso, decidiese apostar por una línea de tres centrales y dos carrileros, el ex-futbolista de Puebla también podría rendir y acoplarse a la perfección. Más adelantado, como extremo, el ’26’ de la entidad azulcrema ha demostrado olfato goleador, don de la ubicuidad y lectura de juego. Sea como fuere, no es casualidad. Causa y consecuencia. El resultado de muchos otros factores y procesos. El efecto dominó: interpretar el juego, detectar qué hacer, dónde hacerlo y, posteriormente, ejecutarlo.

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June Lavín Caballero
Estudiante de Periodismo, que dedica sus líneas a La Fábrica y a la Liga MX. Análisis y Scouting. Pasión por comunicar y escribir sobre fútbol base.

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