En un partido de tremenda carga geopolítica, serbios y suizos se jugaron la clasificación a los octavos de final en el césped de Doha. A los helvéticos les valía el empate mientras los balcánicos estaban obligados a ganar, y esto provocó un escenario de partido muy abierto, con un ritmo altísimo, en el que ambos equipos salieron con todo. Durante cincuenta minutos, el partido fue un correcalles continuo donde los golpes se iban repitiendo, hasta que Suiza logró la ventaja que a la postre iba a ser definitiva. Serbia ha sido una selección muy divertida durante los tres partidos de la fase de grupos, pero lo radical de su discurso al final les jugó en contra.
Teniendo en cuenta que solo les valía la victoria, Dragan Stojkovic salió con todo el talento ofensivo que tenía. No se guardó nada y alineó a dos carrileros larguísimos, dos delanteros centros delante de Tadic y bajando a Sergej Milinkovic-Savic al doble pivote. Las intenciones en el césped también fueron lo más agresivas posibles, buscando presionar la salida de balón de Suiza con marcas al hombre por todo el campo. Ambos delanteros emparejaban con centrales, Dusan Tadic tapaba a Freuler, Lukic saltaba sobre Xhaka y Milinkovic-Savic quedaba vigilando a Sow, mientras carrileros saltaban a laterales rivales. Lo agresivo de las marcas al hombre se pudo notar en las intenciones del central Milos Veljkovic, que seguía por todo el campo los descensos en apoyo de Embolo.
Sin embargo, el planteamiento serbio casi se reveló como suicida en cuanto Suiza detectó donde estaban las ventajas. Aprovechando esos saltos largos en presión, los dirigidos por Murat Yakin buscaron balones largos a la espalda de los carrileros, donde especialmente por izquierda Ricardo Rodríguez y Rubén Vargas convirtieron esa banda en una autopista. El partido era un ida y vuelta continuo, pero fue Suiza quien golpeó primeros gracias a un tanto de Xherdan Shaqiri.
Serbia, pese al golpe, no se tambaleó. Fueron brutales los minutos de Dusan Tadic inclinando el partido hacia su favor, transformando cada recepción suya en una ventaja para un compañero. Serbia lograba filtrar por dentro, y el jugador del Ajax dejó detalles buenísimos en espacios reducidos, atrayendo rivales y liberando tanto a las subidas de Kostic por banda como a los desmarques de Vlahovic y Mitrovic por delante. Tan solo seis minutos después del gol suizo, un gran cabezazo significó el empate y tras esto los serbios aprovecharon el moméntum para anotar un segundo gol. Con 2-1, Serbia estaba clasificada, pero en vez de matizar su propuesta y buscar cerrar un poco el partido, las intenciones fueron las mismas. Esto provocó que, al filo del descanso, el lateral Silvan Widmer entrara en ventaja por fuera, llegara a línea de fondo y asistiera a Breel Embolo en el área.
Nada más arrancar la segunda parte y tras un nuevo error de la defensa serbia, Freuler llegando desde atrás convertiría el 2-3. Era tan solo el minuto 48 y se habían visto cinco goles pero, con ventaja en el marcador, Suiza, ya sí, consiguió bajarle pulsaciones al encuentro. Replegaron en bloque medio, dejaron la posesión a su rival, y se dedicaron a cerrar cualquier recepción interior y protegerse en el área con Akanji y Schär. En este contexto y enfrentando un bloque cerrado, a Serbia se le vieron las costuras. Sin poder conectar con Tadic dentro, con una circulación muy lenta y pesada, los minutos pasaban y los de Stojkovic no lograban inquietar. Los balcánicos no tiraron a puerta en toda la segunda mitad, y los cambios no tuvieron el efecto esperado. Superados por el contexto, sabiendo que lo habían tenido en sus manos, el final del partido fue una lenta agonía para los serbios, solo esperando a que el árbitro pitara el final que confirmara su eliminación.
La generación serbia, que reúne a jugadores de un talento increíble, sigue sin lograr ser competitiva en las citas más importantes. Competitividad es, sin duda, lo que tiene Suiza. Un torneo más donde pasan de grupos, tercer Mundial consecutivo, y ahora lo que buscarán será romper la barrera de los octavos ante Portugal el martes. Seguro que lo pondrán complicadísimo.