Durante la fecha 12 del torneo regular, los dos mejores planteles de la Liga MX Femenil dieron muestra de algo más allá de calidad sobrante de sus planteles. Por un lado, el primer tiempo de Rayadas dejó a todas luces lo bien que le sentó el cambio de dirección técnica. En frente, Roberto Medina demostró cómo puede aportar a su equipo a través de la dirección de campo. Estos son algunos aspectos de lo que fue el Clásico Regio y que quizás, podríamos ver como señal de la final entre ambos equipos.
La primera parte: Rayadas devorando
Recuperarse de un gol tempranero dentro de los primeros minutos del partido es difícil, pero Rayadas reaccionó de buena manera al no abandonar su estrategia inicial: obligar trazos largos a su rival debido a la poca conexión en salidas de Tigres. Los balones en asociaciones cortas y cercanas fueron tomados por las mediocampistas. De un lado Liliana Mercado y Nayeli Rangel, por el otro, Yamile Franco y Diana García. Las últimas generaron una extrema vigilancia a sus rivales, además mantuvieron el rol de dispersión en el campo: «Si una va otra vuelve, si puedo ser opción me ofrezco, si debo girar para que siga el balón en las posesiones de mi equipo, lo realizo».
La pareja de mediocampistas Rayadas sostuvo el centro del campo al ganar las segundas jugadas que se dan tras las pérdidas provocadas tanto por Desirée Monsiváis y Aylin Aviléz. A Tigres hay que quitarle la pelota, obligarlas a no tener conexiones entre laterales y extremos, por eso se notaron poco en dichos 45 minutos. A pesar de ello, ambas anotaciones cayeron tras un balón parado aprovechando el desmarque de Nayeli Rangel ante Mariana Cadena, y con La Pandilla igualando con tanto de Rebeca Bernal.
Sacar ventaja con algunos ajustes: Dirección de campo
En el segundo tiempo, el mejor aliado de Tigres fue la pelota parada, incluso con un inicio titubeante, similar al del primer lapso. Cosa que cambió con de la anotación de Greta Espinoza, una vez más, el equipo que mejor castiga con el marcador. Así que Medina entendió mejor gracias al gol lo que pedía el juego: “Si no quieren que tenga la pelota, no sé las regalo y tampoco la necesito para atacar«.
A las Rayadas les costó trabajo posicionarse con algún remate franco. Su virtud era tomar mal paradas a sus rivales con la transición defensa-ataque. Tras la desafortunada jugada de Nayeli Rangel donde sale del campo después de la pausa, Tigres termina con Belén Cruz en el centro del campo. Desde esas modificaciones, Roberto Medina siguió compactando al equipo, y ahí sacó ventaja del balón parado. Aprovechó dos espacios que le dio su rival y entendió que no podía ser posicional, cedió, se protegió en minutos finales con balón en zona rival y se organizó mejor.
El resultado terminó a favor de Tigres, pero las sensaciones en comparación a su penúltimo encuentro en semifinales de vuelta es distinta. Además de los mismos registros, aquel día solo se generó 0.30 xG para Rayadas, una nada de peligro frente al arco. En esta ocasión, más disparos, mejor calidad de presión (por lapsos solo permite 4 pases a su rival) y obliga a Tigres a ceder. Eva Espejo mostró una capacidad enorme para condicionar al menos de inicio el partido, mientras que la calidad de Las Amazonas sacaron a flote un partido que quizás debieron perder. Después, Medina siguió con sus dotes de arreglar sobre la marcha y proteger un gran partido que se disfruto aquel sábado. El que., para variar, será la serie final del torneo.