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En 2024, no es arriesgado decir que Toni Kroos es el mejor centrocampista del mundo. Además, eligió el momento ideal para alcanzar un nivel de finura superlativo, justo en un año en que el Real Madrid se coronó campeón de España y tiene la posibilidad de alzar su decimoquinta Copa de Europa, pero la historia dio un giro inesperado cuando, el 21 de mayo, el otrora jugador del Bayern anunció su retiro al finalizar la Eurocopa. Colgará los botines después de la que probablemente ha sido la mejor temporada de su carrera.

El mundo del fútbol seguramente recordará al nacido en Greifswald por su rango y precisión de pase, capacidad para organizar desde la base de la jugada y sus cobros de las acciones a balón parado, pero todas las virtudes mencionadas están envueltas en su elegancia. Porque Kroos es eso ante todo, un futbolista elegante.

Kroos evidencia que vivimos tiempos de inmediatez y fútbol no tan reposado. En noviembre, el Bernabéu coreaba el nombre de Bellingham, una irrupción estelar que le llevó a convertirse en el nuevo ídolo blanco pese a tener más peso en el marcador que en el juego. Mientras tanto, Vinícius pasó algo desapercibido, se mostró incómodo y no muy compatible con Jude, hasta que cayó lesionado y se perdió 13 encuentros. Después, el brasileño incendió la campaña merengue, mientras que el brillo del inglés decayó. Pero, en la sombra, el que siempre relució fue el ‘8’. El interruptor del Real Madrid; ese que falla uno de cada 39 pases, cuya intención la mayoría de mediocentros ni la imaginan. Dónde quedó aquella pregunta de Juanma Lillo: «Dime qué mediocentro tienes y te diré cómo juegas». Los de Carlo, entre otras cosas, practican un fútbol de videojuego porque tienen al mejor en su puesto. Muchos en la capital de España no lo saben, pero la pieza angular y más necesaria a corto plazo, es el que lleva toda su carrera sin cambiar de botas, y no el que cambia de opinión sobre su futuro -o eso nos hace creer- cada verano. El que lo tiene asumido es Nagelsmann, quien persuadió hasta el cansancio a Toni sin escuchar a varias voces autorizadas en Alemania, para que regresase a la Mannschaft. Quien ha pasado de dirigir a una selección sin rumbo, a presentarse a la Eurocopa como serio candidato porque sus jugadores llegan en trance. Y porque en mitad del océano se ha encomendado a un grumete con dotes de mando, que de pequeño se tragó una brújula.” – Iñaki María Avial (@inaki_maria)

En general, así ha sido la carrera del centrocampista alemán. Ser brillante, pero no necesariamente atraer el foco mediático; eso se lo dejó a los Arjen Robben, Franck Ribéry, Gareth Bale, Karim Benzema, Cristiano Ronaldo, Vinícius, Jude Bellingham o hasta a su eterna dupla, Luka Modrić, quien ganó el Balón de Oro antes que él. No obstante, su relevancia a nivel pasador y creativo siempre ha sido enorme, por algo fue titular en el Real Madrid durante diez temporadas.

Toni Kroos ha sido un mediocampista generacional, uno cuya evolución fue redonda y encontró en el camino a la gente correcta en el momento correcto. Heynckes, van Gaal, Guardiola y Ancelotti moldearon a ese jugador que, aunque versátil, tenía claramente la virtud de leer y dirigir el juego desde el pase. Luego Zidane, después Carlo de nuevo, más Löw durante años en Alemania, nos acabaron de dar al, quizá, mejor pasador de todos los tiempos. El motor del Madrid que recordó cómo ganar y no dejó de hacerlo, de la Alemania campeona del mundo, la respuesta merengue, junto a Modrić y Casemiro, al otro mejor medio campo del siglo XXI. Campeón de todo y director de juego hasta el final de su carrera. Leyenda del juego. Ese es Toni Kroos, el alemán al que el Bayern le dijo que no era élite mundial y se convirtió en la máxima ganga del siglo.” –Roberto González (@roberto_gonzalez)

Por increíble que parezca, da la sensación de que Toni nunca se encontró del todo en Múnich. Llegó al equipo bávaro en 2006 y tres años después, en la 2009/10, se fue a préstamo al Bayer Leverkusen, donde halló el protagonismo que deseaba jugando en una posición más adelantada. Después del Mundial de Sudáfrica, volvió al Bayern para construir cuatro años de consolidación, con el triplete (Bundesliga, Pokal, Champions) en 2013 incluido, de la mano de Jupp Heynckes.

Entonces llegó el verano más icónico, hasta ahora, de su carrera. Ganó la Copa del Mundo de Brasil 2014 siendo titular en los siete encuentros, dentro de un mediocampo que también tenía a Sami Khedira como pivote y a Bastian Schweinsteiger como el otro interior. Tras su sublime actuación en la justa mundialista, el Real Madrid pagó 25 millones de euros por sus servicios, una cantidad realmente baja para un futbolista de su talla.

Sus mejores días llegaron en la capital española, donde formó parte del legendario equipo que ganó tres Ligas de Campeones en fila (2016, 2017 y 2018) bajo las órdenes de Zinedine Zidane. Luego, volvió a alzar la orejona en 2022 para así tener ya cinco en su palmarés, cifra que lo pone a una de igualar a ‘Paco’ Gento, otra leyenda madridista que ganó seis Copas de Europa.

Tengo la sensación de que Kroos ha sido un futbolista un tanto invisible. No hay grandes artículos sobre él, ni suele salir en los highlights de esta era dorada del Real Madrid, sin embargo ha sido su motor durante 10 años. Desde su primer exhibición en Anfield en 2014 hasta su semifinal de Champions en 2024, un futbolista “sin magia” en los botines, amparado “sólo” por su cerebro y su técnica fuera de este mundo para las acciones “sencillas” de este deporte -recibir, pasar, lanzar y disparar- ha sido el pegamento que todos los magos, desde James hasta Vinicius, han necesitado.” –Eduardo Zurita (@eduardozurita)

Zinedine Zidane, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, David Beckham, Sergio Busquets, Xabi Alonso, Lothar Matthäus, Kevin De Bruyne, Luka Modric y Toni Kroos. Se puede sentar tranquilamente en la mesa de los mejores centrocampistas de todos los tiempos, sí por su tan decorado gabinete de trofeos, pero más por las virtudes que lo convirtieron en un organizador de primera, y claro, siempre con botines blancos y sobrio. Siempre elegante.

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Oscar Mendoza
Periodista en formación y comunicador de fútbol. Categoría 2002.

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