«¿De veras le vamos a entregar el fútbol a esos obreros?», se pregunta uno de los adinerados dirigentes en la serie The English Game. «El fútbol es más suyo que de nadie», respondería Marcelo Bielsa con total seguridad. Hay infinitas formas de honrar al espectador, ese que cada fin de semana asiste religiosamente a su cita con el fútbol, pero ninguna mejor que la propuesta por El Loco Bielsa. Su cometido principal es darle espectáculo, belleza, un significado particular a la vida del aficionado, mucho antes que la victoria. Y eso, en cierto modo, constituye un triunfo histórico. Por intentarlo, sí, pero, sobre todo, por lograrlo.
Al día más divertido del año en la liga más divertida de Europa no podía faltarle el entrenador más divertido del mundo. Es ley. Marcelo Bielsa estaba obligado a entrenar en Inglaterra, cuna infinita del fútbol, y merecía poder disputar una jornada de Boxing Day. Por desgracia, este año lo hará cojo, sin la totalidad de su masa social arropándolo, sintiendo frío en unas fechas tan marcadas por el calor y la proximidad de la gente, pero con la seguridad absoluta de poder ofrecer un espectáculo digno. Porque su Leeds United es, sin duda alguna, el equipo más divertido de la Premier League 2020/21.
La cosmovisión de Marcelo
Marcelo Bielsa parte de una perspectiva muy definida respecto a los espacios más productivos para ser ocupados con balón: tal y como repite en cada conferencia que imparte, la tendencia global se ha estancado a la hora de aglutinar demasiado juego en muy pocos metros y no aprovecha lo largo y ancho del campo. En ese sentido, el argentino invierte la ecuación y plantea todo lo contrario: para él, los carriles con mayor determinación son los externos, mientras que el pasillo central adopta un rol de “carril de tránsito” muy similar al que tiene el asfalto para un peatón que busca cruzar de una acera a la otra. Hay que saber por dónde pasar, en qué momento y a qué velocidad.
Así, todos los movimientos que reproduce el Leeds United con balón tienen como objetivo la gestación de triángulos exteriores y la puesta en superioridad posicional propia o del compañero, sin olvidar nunca que estas ventajas se producen por fuera y la zona de finalización anda por dentro. Porque los pasillos internos se pisan lo mínimo. Como consecuencia, el patrón de circulación con/sin balón que ofrece el equipo está muy automatizado y goza de direcciones poco habituales en el fútbol actual. Los desmarques son constantes, pero pocas veces se repiten en una misma jugada; los momentos con balón de cada futbolista son los mínimos (si se puede jugar a un toque, para qué hacerlo en dos) y siempre tienen un sentido específico; el ritmo de juego es alto, el objetivo es claro y los mecanismos de ventaja están profundamente mecanizados. Los desmarques son una excelencia en todos sus sentidos.
Movimientos con balón
El técnico argentino no escatima esfuerzos a la hora de generar las ya citadas superioridades en banda. Involucra a tantos futbolistas como sean necesarios para, posteriormente, poder lograr algún tipo de ventaja en metros finales. En ese sentido, los laterales cobran un papel fundamental en cada una de las fases con balón del Leeds United.
En fase de inicio, cuando el balón rueda por la primera línea cerca de su propia área, los laterales permanecen siempre a baja altura (salida en 2+3 ancha) listos para formar parte del circuito de pases con 1-2 toques por intervención (de nuevo: ¿para qué dar dos toques si se puede sumar con uno solo?). Posteriormente, con el lateral ya puesto de cara, los movimientos de desmarque que reproducen cada uno de sus compañeros sirven de apoyo constante para el jugador con balón y de oxígeno para este mismo (unos se acercan para dar línea de pase y otros se alejan para estirar a pares o impares y liberar a poseedor).
Probablemente, el mayor éxito del técnico argentino sea lo arraigadas que tienen sus futbolistas estas ideas y lo mecanizados que están los movimientos a provocar en las distintas fases con balón. Los laterales sirven de apoyo para los centrales en los primeros metros, sí, pero en área rival también son los encargados de reproducir los movimientos que den aire al extremo (en transición, doblan por fuera; en ataque posicional, doblan por dentro y suman en intermedias). El extremo, mientras tanto, recibe casi siempre abierto a banda enfocado al desborde.
En este contexto, el que ofrece Bielsa, Mateusz Klich es el encargado de apoyar siempre desde dentro los duelos en banda. Bascula casi en horizontal, apareciendo en un lado y en el otro, siempre a espaldas de la línea de centrocampistas rivales. Por lo tanto, atendiendo a las jugadas más repetidas del Leeds United con balón (el lateral dando siempre oxígeno al extremo), la figura del polaco es crucial para servir de segundo o tercer apoyo al poseedor. Porque lo importante es siempre generarle una ventaja al jugador con balón, primero, y un espacio grande al receptor más próximo. La ley del voy-vengo en su máxima expresión.
Juego y problemas sin balón
Sin balón, el Leeds United parte de las mismas marcas individuales que tanto caracterizan a la figura de Marcelo Bielsa. Cada jugador de campo toma a su par y lo acompaña constantemente, asumiendo un riesgo extraordinario pero tratando de responder con el mayor grado de intensidad y concentración posible. Las marcas son agresivas, casi nunca se sueltan y, consecuentemente, el esquema defensivo vive siempre condicionado por el sistema del rival. Si el extremo rival decide jugar por dentro, entonces el lateral del Leeds tendrá que acompañarlo y frenar ese movimiento con la mayor brevedad posible. Si el lateral rival trata de aprovechar ese espacio generado en banda, entonces el extremo del Leeds tendrá que retroceder hasta la zona del lateral y liquidar esa situación convirtiéndose en un defensor más.
No obstante, y reconociendo el espectáculo que plantean los partidos del Leeds United, los Whites son (hasta el momento) el equipo más goleado de la Premier League con 30 goles encajados en 14 partidos (2,14g/p). La transición ataque-defensa, con todos los riesgos que asume El Loco con balón, tiende a pender de un hilo y a conceder numerosas situaciones de peligro. Pero, además, existe un problema crónico en las acciones defensivas a balón parado, donde en cada partido existe -como mínimo- un remate limpio dentro del área. Si el Leeds consigue mejorar puntualmente en estas dos facetas, el equipo dará un notable salto de competitividad y, evidentemente, conseguirá escalar posiciones en la tabla. Aunque, no olvidemos que el objetivo del Leeds en su temporada de regreso a la Premier es no correr el riesgo de volver a la Championship. De momento, van por buen camino.