El PSG con Thomas Tuchel había llegado a un punto de no retorno. Una relación enquistada tanto con vestuario como con dirección deportiva. El irregular comienzo de temporada estaba poniendo en tela de juicio algunos métodos del técnico alemán. Planteamientos tildados de conservadores, continuos cambios variando la posición de muchos jugadores que, a la postre, no le estaba dando buen resultado, o el hecho de competir desde la inferioridad en Europa, han sido algunas de las claves para que los caminos de club y entrenador se separen.
Mauricio Pochettino ha aterrizado en París con una ardua tarea. No es lo mismo comandar proyectos como Southampton o Tottenham donde el objetivo era sembrar unas bases para ir compitiendo y cumpliendo objetivos, a llegar a un transatlántico donde los parámetros están ya muy marcados. Es decir, el argentino ahora no tiene que conseguir que su club esté entre los más grandes, sino que ahora lleva los mandos de un conjunto que tiene la exigencia permanente de conquistar todas y cada una de las competiciones que disputa.
En muy breve espacio de tiempo, ha conseguido que se observen grandes rasgos de su metodología. Se empieza a notar su mano en diferentes aspectos tácticos que vislumbran hacia dónde puede dirigirse el estilo de los parisinos. A pesar de seguir acusando diversas bajas, ya tenemos una clara radiografía de lo que pretende hacer con esta plantilla.
Leandro Paredes y la salida de balón
El encontrar ventajas desde la primera línea es un fundamento innegociable. Para ello, la figura del mediocentro es la responsable de cumplir con diferentes tareas dependiendo del comportamiento del rival. Es aquí donde Paredes está brillando. Para poner en contexto, el PSG se ha establecido en un 4-2-3-1 donde toda la línea defensiva va realizando múltiples movimientos según cuál sea la fase del juego. La salida de balón más repetida está siendo con los centrales abriéndose y Paredes descendiendo para incrustarse entre ellos y obtener así la primera superioridad. Con el pivote en esa altura baja, los laterales ganan metros y ambos centrales lateralizan. Por lo tanto, se dibuja una línea de 3 donde el pivote argentino favorece que la construcción sea coordinada para llegar a campo contrario siempre jugando con criterio.
El ex de Roma o Zenit ha ganado en confianza, y esto en él es importante porque si se siente protagonista, acaba influyendo positivamente. Pochettino ha detectado que, a diferencia de Ander Herrera, Paredes cuenta con un mayor rango de pase para que haya múltiples formas de organizar la jugada desde atrás. Vemos al centrocampista tocar en corto, en horizontal, filtrar al compañero que se encuentra en el siguiente escalón o activar la subida de laterales o al punta gracias a su exquisito cambio de orientación y pase largo.
Verratti con y sin Neymar
El ajuste táctico más llamativo fue la posición de Marco Verratti durante los tres primeros encuentros con el nuevo técnico. El centrocampista italiano se colocó como segundo punta con mucha presencia en el juego entre líneas. Se alejó de los primeros pases enfocándolo a la zona de finalización y asignándole la tarea de conseguir que el PSG tuviera una mayor cuota de control y orden en todas las alturas del campo. Marco no desentonó en esa zona, de hecho no es ninguna novedad este rol para él. En el Pescara de Zeman, donde se dio a conocer, ya jugaba como trequartista con mucha libertad.
El hecho es que todo parecía encaminado a paliar la baja de Neymar. En el momento en el que el brasileño ha vuelto al once, Verratti ha vuelto a la base de la jugada. A diferencia de con Tuchel, la zona ancha no está siendo tan rígida en su juego. Con Paredes tan implicado en la construcción como comentamos anteriormente, el italiano está pudiendo compartir así la responsabilidad en la zona de gestación . Sigue interviniendo con frecuencia, pero no sólo en ayudar a progresar desde abajo, sino lateralizando hacia donde la posesión lo va necesitando, ganando metros en vertical para asociarse con los mediapuntas o intercambiando posición con Paredes cuando éste asoma en la frontal rival. Más funciones en más lugares.
Di María en el carril central
Que Ángel Di María puede ser resolutivo en casi cualquier posición de centro del campo en adelante no es nada nuevo, lo que está siendo reseñable es como Pochettino le está pidiendo que permanezca continuamente en el carril central. Partiendo siempre desde dentro y no como venía haciendo el argentino que ocupaba banda derecha e iba interiorizando dependiendo del momento del juego. El técnico siempre trabajó con falsos extremos. Jugadores que aún partiendo desde la cal eran más interiores o mediapuntas que otra cosa. Ahí están los casos de Jay Rodríguez o Adam Lallana en el Southampton o Erik Lamela y Christian Eriksen en el Tottenham.
Su estilo fue evolucionando y dejó de lado este perfil, Pochettino en su última etapa en Londres y actualmente en París busca que los laterales sean quien den la amplitud estando pinchados arriba. Eso sí, con rasgos asimétricos, lateral derecho fija abierto y lateral izquierdo se suma al interior para permitir a Mbappé que pueda encontrar el 1 vs 1 por fuera cuando el punta busca la cal. Esto está permitiendo a Di María ser un generador de ventajas en el pasillo interior. Florenzi se instala en campo contrario y el extremo argentino actúa como un enganche puro, mutando el dibujo de partida en ese 4-2-2-2 que ya venía usando Tuchel pero con la particularidad de que Ángel no traza, salvo puntualmente, esas diagonales fuera-dentro tan características.
Se está liberando de esfuerzos en banda al ex del Manchester United para que mantenga la frescura. Su sociedad con Neymar en ese sector a la espalda de la medular rival, esta provocando desajustes tácticos en la estructura defensivas adversarias.
Brotes verdes para el PSG. Un equipo mas dominador donde prevalece la creación de juego, con un engranaje adecuado para someter a los rivales, aunque aun con mucho trabajo por delante para Pochettino.
