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Después de ser la revelación del Guard1anes 2020 al eliminar a Monterrey en el repechaje y poner en aprietos al León de Nacho Ambriz en cuartos de final, Puebla ha vuelto a encontrar una vía competitiva a través de su frente de ataque. Si bien optó por un cambio en la dirección técnica, los camoteros amparan gran parte de su sistema en el mismo tridente. Todo gira en torno a Santiago Ormeño, Omar Fernández y Christian Tabó.

Nicolás Larcamón llegó para relevar a Juan Reynoso y, con apenas cinco partidos disputados, es difícil hacer un diagnóstico preciso, sin embargo, quizá el mayor de sus aciertos ha sido retomar algunos mecanismos que en su día implementó el peruano.

Reynoso montó uno de los repliegues y una de las transiciones ofensivas más reconocibles en el fútbol mexicano. Y, gracias a las bondades del torneo, le bastó para ser la revelación.

Así, el técnico argentino de 36 años ya ha sumado cinco unidades de quince posibles tras enfrentar a Chivas, Cruz Azul, Tijuana, Monterrey y América. El arranque no ha sido sencillo, pero es que, más allá de los resultados, Puebla ha dejado sensaciones positivas en el funcionamiento. Esto, teniendo una de las nóminas más bajas de la Liga MX, tiene mucho mérito.

En este sentido, el tridente de ataque sigue brillando, y una de las grandes razones de su éxito es que los perfiles que lo conforman son tan distintos como complementarios. Ormeño, Fernández y Tabó son elementos de características diferentes, pero logran compenetrarse de forma natural. Uno va al apoyo, otro dinamiza y el último acelera.

El primero de ellos es un oasis en el juego aéreo, un futbolista idóneo para descargar juego directo y para tirar apoyos. Ormeño no sólo es una válvula de escape, también es una vía para progresar, pues además de dominar el juego de espaldas, sabe activar a sus compañeros para dejarlos en una posición privilegiada y tiene una zurda muy fina. Además, en el remate está dejando definiciones de un nivel de ejecución muy alto, lo que le convierte en un delantero eficiente dentro del área.

Por otro lado, se encuentra Christian Tabó. Previo a su llegada al Puebla, su paso por la Liga MX se había caracterizado por ser más irregular que otra cosa. Al uruguayo aún le falta sumar ese punto de sensibilidad en el último tercio para dar el salto de calidad que siempre se le ha pedido. Sin embargo, su capacidad para atacar al espacio le viene como anillo al dedo a este equipo, pues es un jugador agresivo en su desmarque y su conducción.

Al mismo tiempo, Omar Fernández lleva rato siendo el líder de La Franja y uno de los futbolistas más infravalorados en la Liga MX. El colombiano tiene una capacidad de inventiva poco común en el fútbol mexicano, por lo que Larcamón está apostando por darle un rol distinto. Conocimos al cafetalero como un extremo o mediapunta, pero el técnico argentino está pidiéndole que tenga mayor influencia en el juego. El joven estratega argentino quiere hacer de Fernández su playmaker.

Puebla tiene la oportunidad de repetir como la revelación del torneo, pues tiene en Santiago Ormeño, Christian Tabó y Omar Fernández un tridente altamente competitivo. Además, desde la pizarra, Nicolás Larcamón en poco tiempo está demostrando que posee varios recursos para hacer del Puebla un equipo menos dependiente del contragolpe. Está construyendo un equipo reconocible y, cuando el calendario sea más benévolo, quizá veamos mejores resultados. Se nota el trabajo.

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Diego Osorno
Fútbol por función y no por posición. Abuelo cinematógrafo / Papá fotógrafo / Hijo periodista (?)

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