La imagen de Messi rompiendo en llanto al despedirse del club de su vida fue tan conmovedora como tétrica. Se sentía una sensación de vacío y tristeza. No soy aficionado del Barça, pero sí soy muy de Lionel. Es que es difícil no ser de los mejores, porque los mejores nos hacen disfrutar más.
Confieso que esta reflexión la hago en caliente, con muchas ideas que traigo en la cabeza a las que intentaré dar forma a continuación.
Me parece que más allá de la nostalgia obvia de la situación, hay mucho que profundizar y reflexionar sobre el caso «Messi». Es que, para dimensionar este hecho, sería lógico pensar en lo que vivió el Básquetbol cuando se fue Michael Jordan de los ‘Bulls’. Porque, desde mi punto de vista, Lionel Andrés Messi Cuccittini es el mejor futbolista de todos los tiempos. Repito, desde mi visión meramente subjetiva.
Nunca he visto a un futbolista hacer con tanta regularidad lo que ha hecho ‘Leo’ por más de una década. Messi, como Cristiano, creo que son los mejores porque su vigencia lleva tres lustros. Hubieron, hay y habrán jugadores igual de talentosos, desde Pelé, Puskás, Di Stéfano, Charlton, Best, Cruyff, Platini, Maradona, Romario, Baggio, Zidane, Ronaldo hasta Ronaldinho, pero serán pocos los que duren tanto tiempo al máximo nivel. El fútbol evoluciona, cada determinado tiempo es más rápido y, mientras adquiere mayor velocidad, el jugador debe estar más capacitado física-técnicamente. Por este motivo, principalmente, muchos genios no duran tantos años en la élite. Como alguna vez dijo el gran Abel Rojas: «Messi es quien nos hizo cuestionarnos sobre los límites de este deporte». A ‘Leo’, tan argentino como catalán, lo extrañarán por el hecho de que tuvieron al mejor de todos. Ellos lo terminaron de formar en La Masia, lo debutaron, Ronaldinho le dio el guiño y Guardiola lo convirtió en el número 1.
Lo más jodido para los aficionados del Barça es asimilar la forma en la que se va. Porque Messi llegó cuando tenían una Copa de Europa, la de 1992 contra la Sampdoria, y se va dejando otras cuatro en la vitrina (aunque sabemos que la de 2006, en París contra el Arsenal, «no es suya»). Los aficionados blaugranas saben que se despiden del mejor jugador en la historia de su club. Tuvieron la fortuna de disfrutar de «El Mejor» por más de quince años. Y es una puta locura que se vaya por una terrible gestión administrativa.
Esta es la típica historia en la que quieren señalar muchos culpables, pero la realidad es que el Fútbol Club Barcelona cavó su propia tumba. Salarios excesivos, sobrepagar en el mercado de fichajes por la desesperación de suplir la baja de Neymar en verano de 2017, ir por jugadores que no eran compatibles con la idea de juego e intercambiar futbolistas sin beneficio económico fueron algunas de las razones por las que hoy el Barcelona no tiene dinero, está en números rojos, la masa salarial supera los estatutos marcados por la Liga, no ganan una Champions desde 2015 y se tienen que despedir de Messi. En resumen, Messi se va por malas decisiones directivas y administrativas. Importante enfatizar que la «idea» era que Lionel continuara en el club «fichado» como agente libre después de desvincularse del mismo equipo por término de contrato hace un par de meses. Terrible estrategia si la intención era retenerlo. La Liga no cedió, no fue flexible, contrario a lo que esperaba el Presidente Joan Laporta, seguramente, el FC Barcelona desaprobó el fondo de inversión CVC (otro tema largo) y el Barça perdió a Messi como cuando le quitan un dulce a un niño. Es dramático. El Barcelona ni siquiera tuvo opción. Y, encima, siguen teniendo problemas para reducir la cantidad de sueldo destinado a la plantilla.
El Barcelona pierde al mejor jugador su historia y, encima, se marcha gratis al todopoderoso PSG, el equipo que les quitó a Neymar cuatro años antes. Es que lo de la Directiva del Barcelona, empezando por Bartomeu, es de auténtica vergüenza. Me ha tocado estar en cuatro etapas de mi vida en Barcelona desde 2007, y creo que ‘Leo’ hoy es más popular que Gaudí. Ir a Barcelona era ver a Messi al mismo grado que visitar la Sagrada Familia, el Parque Güel, La Rambla o el Pacha, no me juzguen. El equipo pierde, pero también la ciudad. Messi fue un destino turístico por sí mismo para un lugar ya muy concurrido y cosmopolita.
Además puntualizo en un factor central en la narrativa de esta historia: la relación salario e ingresos del Barcelona está en 115%. Incluso sin el sueldo del argentino sigue ascendiendo al 95%. Actualmente, el tope salarial impuesto por la Liga le pide reducirlo al 70%. Es decir que, incluso si Lionel Messi decidiera jugara gratis, el Barça no podría registrarlo. Por eso hay poco sentido en haberlo liberado meses atrás. Messi confió en seguir, seguramente también el Barça, pero Javier Tebas, Presidente de La Liga, no dio el brazo a torcer. Y no es que debiera hacerlo, que quede claro. La única alternativa para el Barça era aceptar el fondo de inversión CVC, una manera en la que Tebas le daba la mano al Barça con dinero para subsanar sus finanzas y retener a Messi pero, a su vez, le tomaba los pies con un acuerdo que va en contra de los fines de las ‘Superliga’, torneo impulsado por el Madrid y el propio Barcelona, entre otros, y le quitaba un porcentaje importante a largo plazo (50 años) en los derechos de televisión.
Seamos claros. El Barcelona no quería hipotecar su futuro con CVC y tuvo que dejar ir a su máxima figura. ¿Laporta sabe que el error está en haber dejado libre a Messi este mismo año? Quizá, pero es posible que también intuía que mantener a Messi con 34 años, incluso con la reducción del 50% de su sueldo, implicaría desprenderse de ter Stegen, Pedri, Frenkie o Ansu, los jugadores con mejor cartel en la plantilla culé. Sin poder vender a Dembélé ni a Coutinho, ni incluso a Griezmann, y aún sin inscribir a Depay, Agüero y García porque la «masa salarial» sigue estando arriba de lo impuesto por la Liga, desvincular a Messi meses atrás fue equivalente a esperar un milagro. Que quizá a futuro es mejor dejarlo ir, de acuerdo, pero es una pena para el Barça y su gente que el final de la carrera del mejor jugador en la historia blaugrana termine así por culpa de una Directiva incompetente que pensó que estaba jugando al Monopoly.
En París lo seguiremos disfrutando. En el PSG se encontrará con un técnico argentino, un hermano rosarino como Di María, un Ramos que también llega libre tras una despedida agría en el Real Madrid, con Marco Verratti, el portero campeón de Europa y un Neymar que, a día de hoy, puede hacer más cosas que el propio Lionel sobre el césped. Llega a los nuevos galácticos, si se me permite el término. ‘Leo’ volverá a sonreír, de eso no dudemos. Messi, «El hombre perro», como le decía Hernán Casciari, antes que cualquier cosa, es como Totín con la esponja, y lo que más ama es la pelota.
To be continued…