Podrán llegar en mejor o peor momento a la cita mundialista, con más o menos nombres propios, pero Uruguay siempre compite en una Copa del Mundo. Vista su carta de presentación ante una entretenida Corea del Sur, Qatar no será la excepción. Bloque bajo, problemas de creatividad y apuesta por el juego directo. Uruguay, con esta propuesta, se presenta como una selección con problemas para anotar, pero con certezas para defender. Hoy se firmaron las tablas en un competido encuentro. Por delante quedan dos pruebas de fuego: Ghana y Portugal.
De inicio, Corea del Sur pareció apostar por llevar las manijas del cuero y dominar el partido desde la posesión, aunque realmente la pelota le duró poco. Manifestaron momentos muy atractivos para el espectador, sobre todo en momentos con balón, aunque el contexto le invitó a adaptarse. Los de Paulo Bento formaron en un 4-3-3, volcando a muchos jugadores sobre el campo contrario en ataque posicional. Por su parte, Uruguay dibujó un sistema similar, sacrificando la presión alta por un bloque medio-alto sin balón, con Vecino (sobre todo) y Valverde (momentáneamente) saltando a presionar junto a Luis Suárez para evitar los avances del cuadro asiático.
Esta aparente superioridad a través del cuero apenas le duró diez minutos a Corea del Sur. Pasado este lapso de tiempo, los charrúas mantuvieron posesiones de ritmo bajo que terminaban por decidirse en envíos largos que su arsenal ofensivo hacía buenos: con envíos largos diagonales de Giménez sobre Pellistri, con Suárez y Darwin activando juego directo o con el propio Fede Valverde incorporado al área. De este modo, con Corea del Sur replegada sobre su propio campo en 4-4-2 (listos para salir al contragolpe), Uruguay terminó por sumar buenos momentos con balón en el primer tiempo y empezó a ser vertical tanto al recuperar como en el juego directo.
Durante buena parte del primer tiempo, Uruguay tuvo buenos momentos a través del balón formando con tres centrales (con Olivera proyectado al ataque, Cáceres de tercer central y Pellistri en amplitud por derecha). No obstante, no sería hasta el 43′ que llegaría la ocasión más clara de los primeros 45′: lo haría Uruguay al contactar con el palo izquierdo tras un testarazo de Godín en un balón parado. Más allá de esto, sin balón, Uruguay plantó el cerrojo en su propio campo con un bloque bajo al que Corea del Sur fue incapaz de generarle grandes situaciones de peligro.
El segundo tiempo transcurrió bajo los mismos derroteros, con momentos de Uruguay dominando la posesión pero con problemas a nivel creativo para generar en ataque posicional. Los envíos largos de la línea defensiva uruguaya eran fantásticamente repelidos por los centrales surcoreanos, y cuando Corea del Sur se lanzaba al ataque seguían siendo más piernas de los teóricos locales que de los visitantes. Esta acumulación de hombres en el campo de Uruguay con Darwin y, de entrada, Cavani en el segundo tiempo, como descolgados, pudo romper el partido en favor de alguno de los dos contendientes. No lo hizo, pese a que Uruguay terminaría por tener una ocasión importante en el 89′ con un disparo lejano de Fede Valverde. Se firmaron las tablas en el marcador y, con ello, el reparto de puntos en el primer partido del Grupo H.