“No es capaz de revertir las adversidades”. “Lo sacas de la Serie A, y nunca pasa de fase de grupos”. “Su carácter impide que en sus vestuarios reine la concordia”. Estos tres tópicos acompañaron, acompañan y acompañarán a Antonio Conte allá por donde vaya. Al igual que en los pueblos hay una regla no escrita, pero por todos sabida, la cual dictamina que si un vecino ve a la hija de la Paquita con el nieto del Eustaquio, por mucho que esta demuestre que solo le acercó a casa con el coche, es porque ahí hubo más que un viaje. Desde tiempos pretéritos, lo polémico nos gusta más que lo ejemplar. Y con un artículo no lo vamos a cambiar. Pero sí trataremos de contribuir a esquivar una imagen distorsionada del estratega nerazzurri.
Respecto a la primera cita, esa de que “siempre se arruga ante los grandes”, cabe alegar que allá por 2006, en plena era del Calciopoli, Antonio Conte comenzó su andadura en solitario como técnico de la AC Arezzo. Si nuestro vecino de confianza le echase un vistazo a la clasificación de la Serie B 06/07, lo primero que diría es: ¡A Conte lo destituyeron y se marchó a Estambul a ponerse pelo mientras su equipo descendía para, poco después, acabar desapareciendo! Lo cual es verdad, pero ya se sabe que no hay peor mentira que una verdad a medias. Lo cierto es que el equipo sigue existiendo tras una refundación –con la nomenclatura de SS Arezzo– y que, a pesar de descender a Serie C esa temporada, lo hizo por una penalización por motivos extradeportivos, cuando si nos ceñimos a su puntaje debería haber sido 11º. ¿Fue destituido? Sí, pero su sucesor fue un Maurizio Sarri que, a pesar de ejercer como absoluto matagigantes, no sacó al equipo del descenso, por lo que volvieron a contratar al propio Conte hasta final de temporada. Y estuvo a punto de marcarse un Nagelsmann, salvando a un equipo desahuciado. Incluso, merece la pena resaltar que aquel atípico año ascendieron a Serie A la Juventus de Deschamps, el Napoli de Edoardo Reja y el Genoa de Gasperini. Y los tres pincharon ante la AC Arezzo, aunque eso fue más mérito de un Sarri que llegó a puntuar en las visitas a San Paolo y a Turín –poco después de que la Juve dejase de jugar en Delle Alpi–.
La AC Arezzo de Conte y Sarri llegó en la 06/07 hasta cuartos de Coppa Italia, donde vencieron al AC Milan de Ancelotti en la vuelta, pero no se clasificaron para semis | Fuente: Sphera Sports
“Lo sacas de la Serie A, y nunca pasa de fase de grupos”. Esta la desmentimos rápido, aunque bien es cierto que la Champions es su gran debe y que en las dos últimas campañas se ha quedado en dicha fase –en sendos “grupos de la muerte”, eso sí–. En 2013 accedió hasta cuartos con la Juventus y cayó ante un Bayern que, a la postre, sería campeón en Wembley. Y en la 17/18 también llegó a la fase de eliminatorias, hasta que fue eliminado por el FC Barcelona. En sus dos participaciones en Europa League, unas semifinales en la 13/14 –también cayó desde fase de grupos en Champions– y una final en la última edición disputada, lo cual tampoco está nada mal. Y hablando de competiciones europeas, no está de más recalcar que en la Eurocopa de 2016 llevo a la Alemania vigente campeona del mundo hasta la tanda de penaltis de cuartos, tras eliminar en octavos a la España vigente campeona de la propia Eurocopa. Y eso lo hizo con un equipo conformado por Buffon, la BBC defensiva, Florenzi, De Sciglio, Sturaro, Parolo, Giaccherini, Éder y Pellè. Ah, y “el nieto del Eustaquio” fue a Inglaterra en la 16/17 para ganar la Premier League cuando Pochettino, Guardiola, Klopp o Mourinho ya estaban entrenando por la zona. Tan mal no le ha ido fuera del Calcio.
Antonio Conte llegó a un Bari que llevaba 5 años en Serie B, a un Siena recién descendido, a una Juve que había sido 7ª en Serie A, a un Chelsea que había hecho 10° en Premier y a un Inter que venía de ser 4°. Ascendió a Bari y Siena y sacó campeón a Juve (x3), Chelsea e Inter.
— Alberto Egea (@esttoper) May 2, 2021
¿Si “su carácter impide que en sus vestuarios reine la concordia”? No trataremos de convencer al vecino de que Conte tiene la paz interior de Vicente del Bosque, pero si este Scudetto 20/21 ha tenido tanto valor, es por el hecho de romper una hegemonía impensable de la Juventus, que venía de levantar los últimos nueve campeonatos. Hasta entonces, nadie había conseguido ganar más de cinco Lega´s consecutivas en toda la historia de la Serie A: las únicas con más de cuatro fueron Juventus 1931-35, Torino 1942-49 (la 43/44 y 44/45 no se disputaron por la SGM) e Inter 2006-10 (seis contando la polémica 05/06 del Calciopoli). Es decir, en una competición que históricamente nunca fue monopolística, la Juventus venía de iniciar la gran era dorada de la mano de un Antonio Conte que llegó con el equipo en horas bajas (7º), que construyó y que ganó los primeros tres Scudetti de esos nueve a los que luego se sumaron Allegri (5) y Sarri (1). Eso, junto a lo que también edificó en Bari, Siena, Chelsea, en la Azzurri o en el mismo Inter.
Estaba haciendo cuentas para el vídeo que sacaremos el martes sobre el Inter campeón.
Puntos entre el campeón de la Serie A (Juventus) y el Inter desde 2011 antes y después de la 'era Conte'. No hace falta decir mucho. pic.twitter.com/8mU7XTPfFP
— Irati Prat (@IratiPratSC) May 2, 2021
La figura de Conte generó, genera y generará controversia, pero sus logros hablan por sí solos. Y su estilo puede que, incluso, esté por encima del palmarés que le acredita como uno de los mejores técnicos del presente. Uno que, de las siete últimas temporadas donde ha entrenado a nivel de clubes, se ha acabado proclamando como campeón en cinco (Juventus x3, Chelsea, Inter) y subcampeón en otra. Aunque muchos crean –o quieran creer– que todos los caminos conducen a Roma, lo cierto es que algunos te llevan a ser aclamado desde il Duomo.