Viajando por las sedes: Múnich

Mapa

Cuándo y cómo se fundó

Una disputa entre un noble y un religioso fue la causa principal de la fundación de la ciudad de Múnich. Enrique el León, duque de Sajonia y Bavaria, quiso aprovechar la ubicación del lugar para construir un puente que le asegurara ingresos del comercio de la ruta de la que pasaba cerca de Augsburgo. El problema es que el lugar pertenecía al obispo de Freising, quien se quejó con autoridades de mayor poder que Enrique de León y las cuales terminaron decantándose por el poderoso príncipe en 1158. Nadie sabe para quién trabaja puesto que este evento llevó a que Múnich recibiera el estatus de ciudad en el año 1175 por parte de Federico I de Hohenstaufen, conocido también como Federico Barbarroja.

Origen del nombre

Múnich le debe su nombre a la orden de monjes benedictinos. En alto alemán era Munichen, “por los monjes”.

Breve historia

En el periodo medieval, al igual que en todas las ciudades alemanas, Múnich fue sujeta a una serie de disputas entre reinos. Entre las constantes divisiones de Bavaria, la región a la que pertenece Múnich, hasta el constante cambio de familias dominantes en el gobierno de la ciudad, la urbe pasó siglos de conflictos. A pesar de ello, Múnich, que antes era un pueblo periférico, se convertiría en la capital bávara en 1506. 

La ciudad tuvo una historia importante en el tiempo de la contrarreforma al ser la sede donde se fundaría la Liga Católica, donde un puñado de estados católicos alemanes se juntaron para defenderse del continuo avance del protestantismo en Alemania. El plan de esta liga se esfumaría tras una serie de guerras y la ciudad se convertiría completamente al protestantismo con la fundación del Reino de Baviera en 1805, del cual, naturalmente, se convertiría en la capital. El nuevo reino no sería independiente por mucho tiempo por el advenimiento de la guerra austro-prusiana de 1866, donde Baviera perdería contra las fuerzas prusianas de Otto von Bismarck y terminaría por unirse a esta tras la victoria de los germanos en la guerra franco-prusiana de 1871. Era el nacimiento de Alemania como estado unificado y Múnich no podía quedar fuera de ello.

El reino de Baviera mantuvo ciertos beneficios bajo el Imperio alemán pero con la llegada de la Primera Guerra Mundial, el reino terminó por desaparecer. Tras un breve estado socialista, la República Soviética de Baviera, la República de Weimar reconquistó el territorio para que la región quedara bajo todos los efectos como territorio alemán. Tras la efímera experiencia socialista, la ciudad viró a la derecha y fue el centro del poder desde donde se expandió el nacionalsocialismo representado por Adolf Hitler. 

La relación de Múnich con la Alemania nazi terminó de mala forma al ser casi completamente destruida por las fuerzas aliadas y liberada, junto el campo de concentración de Dachau, el 30 de abril de 1945. La ciudad, junto con todo el estado alemán, hizo un mea culpa y se convirtió en la ciudad más importante de la Alemania Federal y en el símbolo de un nuevo estado incluyente. A pesar de ello, en los Juegos Olímpicos de 1972, un grupo terrorista palestino irrumpió en la Villa Olímpica y secuestró a varios miembros del equipo israelí que, por malas maniobras de la policía y del gobierno federal, acabaron todos por morir. Hoy en día, la ciudad ha recuperado su importancia y es una de las más ricas de todo el Viejo Continente.

Importancia de la ciudad

Múnich es la capital del Bundesland de Bavaria. Se trata de una ciudad que ha experimentado un renacer más que milagroso tras los estragos de la II Guerra Mundial y eso la llevó a albergar los Juegos Olímpicos de 1972, también partidos de dos ediciones del mundial de futbol. Múnich es baluarte en diversas industrias, como TI, biotecnología, servicios y el sector creativo, y muchas compañías tienen sus oficinas centrales, como BMX, Siemens y Allianz. Aquí se da el mayor festival de cerveza, el Oktoberfest. Y es la ciudad donde se respira más la identidad bávara, tan diferente a la alemana.

Población

Cuando contamos su zona metropolitana, Múnich tiene 6 millones de habitantes, siendo la tercera ciudad más poblada en Alemania. detrás de Berlín y Hamburgo. Atención a esto: Berlín y Hamburgo son ciudades semiautónomas en el organigrama alemán, así que Múnich es la ciudad dependiente más poblada. Eso sí, es la más densamente poblada de Alemania

Qué visitar

La ciudad de Múnich es atractiva para el turismo en una época muy especial del año. Entre septiembre y octubre se lleva a cabo el tradicional y mundialmente famoso Oktoberfest. Llevado a cabo desde 1810, el festival recibe casi seis millones de visitantes al año en las dos semanas en las que efectúa y es, sin duda, la fiesta reina de toda Alemania. Esta festividad se realiza en la cervecería Hofbräuhaus, con sus cinco siglos de historia; tal vez su legado está empañado por ser el lugar de cabecera para los discursos de Hitler, pero fuera del Oktoberfest es recomendadísimo para degustar de una cerveza.

Más allá del jolgorio cervecero, Múnich esconde grandes lugares para recorrer en esta Eurocopa:

La Marienplatz es el centro neurálgico de la ciudad. La plaza proporciona acceso a sus edificios históricos, como el Nuevo Ayuntamiento (Neues Rathaus) de estilo neogótico, cuya torre es faro para excelentes panorámicas de la capital bávara. A horas específicas, el carrillón ameniza los oídos. Cerca de ahí está la iglesia de San Pedro (Peterskirche), de estilo renacentista. Siguiendo con los templos, has de ir a la Iglesia de Nuestra Señora (Frauenkirche), llamada erróneamente como la Catedral de Múnich (Münicher Dom).

Cerca de ahí, estás salvado si te da hambre, porque aquí está el Viktualienmarkt, un mercado al aire libre de más de 100 puestos, con todo tipo de alimentación. Claro que tienes que comprar alguna salchicha o una cerveza, si no, ¿a qué has venido? Y si aún no te has llenado, el pequeño mercado cubierto Schrannenhalle te da productos gourmet.

El jardín inglés (Englischer Garten) es un parque predilecto. El canal Eisbach tiene olas que atraen a los amantes del surf. Fuera de ese peculiar gusto, hay esculturas, un templo griego, una casa del té japonesa, más una torre china. Otro parque que vale la pena visitar es el Olympiapark, donde se disputó la justa olímpica de 1972.

El Residenz era la residencia oficial de la monarquía de Bavaria; ahora como museo ha congelado su esplendor para que pueda ser admirado. De esa época data la muralla; vale la pena visitar sus tres puertas de acceso. Desde la realeza, y ya fuera de la ciudad, tenemos el Palacio de Nymphenburg (Schloss Nymphenburg)), la residencia de verano. 

En un tono más moderno, no podemos dejar fuera el museo BMW (BMW Museum), perfecto tanto si amas el automovilismo o no. Sumérgete en la evolución de los coches desde su concepción hasta los prototipos más recientes. Con el concesionario y el museo, la experiencia queda completa.

Finalmente a dos horas de camino está el majestuoso castillo de Neuschwanstein (Schloss Neuschwanstein), inspiración para el castillo de Disney. La postal que conforma en invierno con la nieve es para morirse.

Estadio

Este fue el estadio insignia del mundial de Alemania 2006. Su forma inconfundible que recuerda a un bote inflable es gracias a los 2.874 páneles de aire de ETFE, cada una se puede iluminar de manera independiente. Esta genialidad arquitectónica es producto de dos despachos, Herzog & de Meuron y ArupSport. Tiene una capacidad para 75.024 espectadores. Es la casa de la selección alemana de futbol, aquí juega sus partidos el Bayern Múnich, mientras que el otro conjunto de la ciudad, 1860 Múnich, abandonó el estadio en 2017 por dificultades financieras.

Qué partidos se juegan ahí

Distancia con otras ciudades