Camerún 3-3 Serbia: difícil de explicar

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Este empate de seis goles es difícil de explicar. Primero, porque los encuentros en los Mundiales vienen siendo más igualados. Segundo, porque cuando a los dos equipos les cuesta dominar, todo se enrevesa más. El fútbol se vuelve más fútbol. Tercero, porque no se entiende la celeberación de Camerún tras el 1-0 a la media hora, como si de un gol de oro se tratase. Ni tampoco cómo Serbia, que le había dado la vuelta durante el descuento de la primera parte y había puesto la guindilla al poco de reanudarse, cometió el mismo error dos veces de forma casi seguida para permitir a Camerún igualar un encuentro que, realmente, no podía esperarse que consiguiera. Porque hubo cierto momento, con 3-1, que serbia toreó al león. Y, de repente, Vincent Aboubakar busca emular a Roger Milla e iguala en tres minutos locos. Por eso este empate, que debería saber peor a Camerún entendiendo que cuenta con 1 punto antes de enfrentar a Brasil, debe doler más en el seno de las orlovi (águilas).

Serbia tuvo más balón, pues a Camerún le venía bien defenderse en bloque medio (1-4-1-4-1 que deformó en un 1-4-4-2 bastante más claro cuando entró Aboubakar en la segunda parte). Aunque tuviese grietas cuando Sergej Milinkovic-Savic y Tadic aparecían por dentro o cuando el zurdo Zivkovic conducía por fuera a banda cambiada. También, porque en los momentos con balón, optaban evitar la fase de creación (69 intentos de pases largos) y no frenaban cualquier intento de transición o de buscar la espalda rival. Y esto, aunque Choupo-Moting estuviese más que bien en su duelo con Veljkovic y Kunde sumase buenas acciones, te dificulta poder asentarte en campo rival. Aunque viendo los problemas de Anguissa para aparecer (era el medio que más arriba se situaba) y de los laterales, los extremos (Mbeumo y Ekambi) o el propio medio centro Hongla, para encontrar al resto de Leones Indomables, también parece la forma de jugar más coherente.

Mientras, Serbia tuvo la salida fácil, pues Camerún pronto replegó viendo que los balcánicos saltaban bien la presión: retrasando a Lukic -a veces hasta la primera línea-, arrastrando al central derecho Milenkovic hacia el lateral para alzar a Zivkovic. Encontrar al zurdo del PAOK fue la manera más sencilla de ganar metros una vez se juntaban pases en otras zonas, con receptores como Sergej M-S (actuación de gran centrocampista en diferentes registros, aunque se fue apagando antes de ser cambiado en el 79′) como Dusan Tadic (en un escalón más alto) estuvieron a un nivel alto.

El propio Mitrovic, de hecho, tuvo la primera gran ocasión del encuentro, con un disparo al palo, tras una pérdida de un decepcionante Ekambi, robo de Tadic, conducción de Zivkovic para habilitar a Mitrovic en el pico derecho del área. Con Tadic cerca y ambos centrales encima de ellos, la pareja de atacantes tuvo el acierto como para tirar la pared, pero el delantero del Fulham -tras recortar a Nkoulou- se topó con el poste lejano. No sería la única que tendría el punta del Fulham. Camerún, mientras, encontró el gol antes casi que las ocasiones. Solo Kunde, de violenta volea, había inquietado a Vanja tras una buena combinaci´ón (Anguisa involucrado en primera línea) y progresión por la banda derecha, con tercer hombre incluido entre los irregulares Mbeumo y Faï, y desmarque a espaldas de defensas del centrocampista, seguido por Maksimovic, pero con ventaja posicional para el africano. Pero el gol, como podía adivinarse, llegó a balón parado. Fue un saque de esquina inducido por el juego directo camerunés, cuya presión en banda hizo equivocarse a Zivkovic en su forzado envío hacia atrás. Ya en el córner botado por Kunde al primer palo, quien falló fue Mitrovic, pues Nkoulou logró evitar su marca y remató. Ese toque provocó que el segundo de Sergej (en zona) se conviertiese en una asistencia para el otro central. Castelletto batía a Serbia para que la euforia desmedida se desatara en el banquillo camerunés.

Sin embargo, Camerún creyó que defendiendo la hora restante le valdría y regaló no pocos metros (aunque Kunde estuvo cerca del segundo tras robar a Lukic en zona comprometida). Error. Serbia arrinconó hasta el descanso a Camerún y, durante el descuento, le dio la vuelta. Primero, con el central zurdo Strahinja Pavlovic cabeceando una falta frontal de Tadic (provocada por pérdida de Hongla). Y dos minutos después, con Sergej Milinkovic Savic. Sergej había sido el encargado de robar en la frontal ante la frivolidad-recurso de Anguissa. El jugador del Napoli controló con el pecho un despeje de Nkoulou. De espaldas a campo rival, teniendo a Maksimovic pegado y a Sergej cerca, había querido hacer un sombrerito para progresar. Al primero le evitó, pero al segundo, no. Y este abrió a Zivkovic que temporizó hasta atraer a la marca de Sergej y así devolverle el balón en ventaja. Control y disparo de zurda. Centrado pero suficiente para que la mano de Epassy no desvíase.

El golpe antes del descanso era para noquear a casi cualquiera. Por si había dudas, Mitrovic aprovechó otra pérdida entre Hongla y Faï (su pase es poco tenso) en un saque de banda a favor, para montar una contra de tiralíneas, en la que Tadic, Sergej y Zivkovic permitieron marcar a placer a su delantero Mitrovic. Serbia disfrutaba; igual hasta demasiado. Y Camerún sacó su orgullo. Y quizás a su mejor jugador al campo. De perdidos al río, pensó Rigobert Song. Dio entrada a Vincent Aboubakar junto a Choupo-Moting y pasó a Zambo Anguissa al doble pivote junto a Kunde primero y Ondua después. Y la verdad es que Aboubakar, aunque de ritmo no esté al mismo nivel que sus compañeros, es bastante mejor jugador que la gran mayoría de ellos. Sin duda, al menos por su tremendo impacto en el marcador, Song acertó de pleno en dar entrada al punta ex Porto y actualmente en las filas del Al-Nassr saudí. Más que la asistencia a Choupo-Moting en el tanto del empate, la acción técnica del 2-3 (seguramente pensando que sería anulado por fuera de juego), con esa cuchara infinita ante Vanja Milenkovic-Savic que el VAR validó.

Dos acciones, por cierto, casi calcadas. Camerunés saliendo en conducción desde campo propio (Castelletto en el primero, Faï en el segundo) sin oposición, desmarque de Aboubakar por el carril central y la línea defensiva europea, alta, cerca de línea de centro del campo, pero que pretende subir más al ver el posible pase en profundidad. Pero tanto en una como en otra, el defensa derecho (Nikola Milenkovic), el más alejado, se queda colgado. De hecho, para comprender que esto suele ocurrir a menduo, en el 76′ Mitrovic tuvo un mano a mano gracias, en parte al pase filtrado de Zivkovic, pero también en parte a que Faï cometió el mismo error de no salir con centrales. En esa, Mitrovic se estrelló con Epassy, titular por delante de Onana, apartado de la selección. Y con el partido roto y emocionalmente vivo, nadie más tuvo la finura necesaria como para desnivelar un divertido 3-3.

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Rafa Medel
Entrenador y periodista