La séptima jornada de Premier League nos dejó un partidazo entre dos de los equipos más atractivos en la actualidad: Aston Villa y Brighton & Hove Albion. Un encuentro en el que los villanos golearon 6-1 a los seagulls gracias a la pizarra del español Unai Emery.
¿Cómo superaron de tal manera a este ilusionante Brighton? Hubo varias claves. Una de ellas, la ocupación del carril central en fase defensiva. El ‘Villa’ salió a morder arriba y no dejó a su rival progresar por dentro. A la hora de presionar, los de Birmingham formaban un «4-3-1-2», con Douglas Luiz (uno de los dos mediocentros) ayudando a Watkins y Diaby en la primera línea de presión. Por otra parte, Pau Torres se mantenía atento a los movimientos de Welbeck para que el delantero inglés no pudiera descargar o recibir de cara.
Hinshelwood y Gilmour, los mediocentros del Brighton, fueron cubiertos por Douglas y Diaby, además de que Kamara saltaba constantemente a la presión sobre el joven Hinshelwood y vigilaba los apoyos de Ferguson (punta izquierdo del Brighton). Los volantes, Zaniolo y McGinn, tapaban a los laterales aunque también, por momentos, hacían la cobertura en carril interior para bloquear la trabajada salida de Roberto De Zerbi. Así, el Villa cortó líneas de pase constantemente, robó donde quería, generó transiciones y tomó mal parado al Brighton.
¿Qué hizo el Brighton? Buscar otras vías; principalmente intentar jugar por fuera. Pero el Aston Villa fue inteligente y se adaptó. Cuando los visitantes buscaban los carriles exteriores, recibieron varias faltas tácticas para interrumpir y ocasionar reinicios de juego. El gran protagonista de ello fue John McGinn, que realizó varios saltos a la presión hacia Estupiñán cuando el ecuatoriano recibía el esférico con la intención de avanzar por izquierda.
McGinn que fue el mejor comodín para Unai. Desde la medular fue una opción de pase, mientras que Cash despuntaba por la banda y Diaby se movía con libertad. Eso causó la incertidumbre de Adam Webster en defensa. El movimiento habitual del mediocampista escocés generó un amplio espacio entre lateral y central, para así aprovechar el colmillo afilado del francés Diaby.
Emery fue valiente, no cayó en ninguna trampa y le ganó la partida táctica al estratega italiano. Matty Cash fue un puñal como lateral ancho, controló a Mitoma y llegó hasta el fondo, como se demuestra en el primer gol. Además, Ollie Watkins emergió como figura del partido, con su hat trick, asistencia y un abanico de movimientos dignos de un delantero extraordinario.
La goleada tampoco se entiende sin la inteligencia táctica de Douglas Luiz, la lectura de Boubacar Kamara como equilibrio en la medular, un acertado Digne en la lateral izquierda o una firme versión de Konsa en la zaga. Fue el mejor Aston Villa de la temporada, seguramente.
Se confirma que el Aston Villa es muy bueno en la transición defensa-ataque. El dinamismo de sus atacantes desestabiliza a sus oponentes con ritmo, regate, velocidad e inteligencia. Cada atacante posee cualidades distintas -pero complementarias- que los convierten en una gran amenaza cuando la defensa rival no está preparada, como el sábado, cuando en el segundo y tercer gol de Watkins aprovecharon pérdidas -forzadas- en el último tercio. El Brighton no soportó el ritmo, y fue sobrepasado de inicio a fin. Repaso de Unai Emery a Roberto De Zerbi.